Capítulo 32🐺
Descasa tu cabeza en mi pecho y escucharás a mi corazón decir que eres más que suficiente —Ron Israel
Durante el camino a la casa de los Jeon, el ambiente dentro del coche era ligeramente incómodo, nadie decía nada. Jungkook buscaba como abordar el tema de los cachorros para terminar con todos los pensamientos tontos que estaba teniendo, sabía que estaba haciendo incomodar a Taehyung con toda su seriedad, siquiera lo había tocado desde que salieron de casa.
—Ya dime que es lo que te tiene así, ¿estás enojado conmigo? —preguntó Taehyung exasperado.
—No exactamente —respondió Jungkook mientras doblaba en una calle.
—¿Entonces qué es lo que tanto piensas? —Jungkook abrió la boca para decir algo, pero las palabras no le salían, tiene tanto miedo de que Taehyung no quisiera tener hijos nunca, que siquiera quiere atreverse a preguntar.
—Solo dilo, Kookie —lo incitó Taehyung. Jungkook respiró profundo y cuando se detuvo en un semáforo miró a Taehyung a los ojos.
—¿Por qué no quieres tener cachorros? —cuestionó Jungkook. Creyó que, si empezaba por lo peor, la respuesta no sería tan dolorosa para él.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó el omega.
—Dijiste que no los querías, aunque tomas supresores, me pediste un anticonceptivo de emergencia, cuando ni siquiera te anudé —explicó Jungkook con la mirada en la calle. Taehyung cerró sus ojos con fuerza al escuchar lo que decía Jungkook, lo había malinterpretado todo.
—No, no es eso, no quiero tenerlos ahora Jungkook, ¿sabemos el problema que eso sería? Tendría que parar la universidad y quien sabe de qué sería capaz papá si yo quedara en cinta fuera del matrimonio, seguramente me obligaría a abortar —le explicó Taehyung y Jungkook comprendió a la perfección lo que decía, pero ese sentimiento de inseguridad seguía allí.
—¿Sabes lo mal que tratan a los omegas que se embarazan fuera de un matrimonio? Los tratan horrible, por más que quieran no pueden tener una vida digna, aunque tengan a un alfa y se casen después. —Eso era algo que Jungkook no sabía y saberlo le hizo sentir tristeza, no tenía intenciones de hacer eso con Taehyung, por eso se ha estado protegiendo hasta ese día.
—No estaba pensando en hacer eso contigo, Tae, yo soy muy tradicional, solo me sorprendió que dijeras que no quieres cachorros, porque yo si los quiero tener y muchos, pero al final es decisión tuya porque es tu cuerpo —explicó el alfa suspirando mientras apoyaba su codo en la puerta a su izquierda, conduciendo con una mano.
—Jungkook, si los quiero tener, pero no ahora, ninguno de los dos estamos preparados para tener hijos, apenas y voy a conocer a tus padres —señaló Taehyung con una sonrisa al ver la cara de preocupación de su alfa. Se estaba preocupando sin razón.
—Lo sé, yo tampoco los quiero ahora, ¿pero de verdad quieres tener cachorros conmigo? —cuestionó Jungkook ilusionado mirando de reojo al omega a su lado, quien acarició su cabello con dulzura.
—Claro que quiero, te daré todos los cachorros que quieras, por ahora disfrutemos del sexo —señaló Taehyung causando la risa de Jungkook.
El alfa tomó la mano del omega y besó sus nudillos, no la dejó ir en ningún momento hasta que llegaron a la casa de sus padres. Subieron por una especie de colina; Taehyung quedó maravillado con la espesura y el verde fuerte de los árboles, podía ver parte de la ciudad desde allí, era realmente cautivador y muy pacifico. Muy distinto a la ciudad, con todos esos edificios y el ruido de los coches, a pesar de que estaban a solo 26 minutos de la residencia de Jungkook, Yongsang-gu parecía un hermoso lugar en el que se podía vivir tranquilamente. Algo que el castaño deseaba.
Jungkook se estacionó frente a una casa de ladrillo de revestimiento gris, con grandes ventanales y un hermoso patio delantero con plantas muy bien cuidadas. Taehyung escuchó un suspiro por parte del alfa, quien de un momento a otro había escondido su cabeza apoyando su frente en el volante.
—¿Pasa algo? —cuestionó Taehyung preocupado, pero Jungkook sólo negó con la cabeza y salió del auto junto al omega.
El pelinegro tomó la mano de Taehyung y la apretó con fuerza, cosa que él castaño notó, solo dieron dos pasos lejos del auto cuando Jungkook se detuvo en seco, lo que le extrañó al omega a su lado, le pareció que el alfa estaba teniendo una actitud muy rara.
Mientras que el azabache pensaba que si estaba con su destinado iba a ser más llevadero volver a su casa, no había estado allí desde la muerte de Suzy y todos esos recuerdos se desbloquearon. Jungkook podía escuchar la voz de la chica del otro lado de la calle, donde aún vivían sus padres, cada recuerdo trajo consigo algo de tristeza que no quería sentir en presencia de Taehyung porque sabía que eso le incomodaría, se supone que ahora lo tenía a él y que lo amaba. Confió demasiado en su amor hacía Taehyung y que al ver la casa en la que prácticamente vivió la mitad de su vida con Suzy, no dolería, pero no fue así; tenía miedo de entrar y tener algún tipo de ataque de ansiedad. Al menos el sentimiento no era tan desgarrador como antes y eso lo agradeció.
—¿Jungkook? —lo llamó él omega por tercera vez. Cuando vio cómo su aroma había cambiado drásticamente no tenía que ser un genio para darse cuenta de que se trataba.
—Lo siento —se disculpó Jungkook en un hilo de voz y aun sujetando la mano del omega ingresaron al interior de la casa.
Taehyung se sorprendió aún más al ver lo moderno y cuidadoso que eran los detalles del interior de su casa, el piso de madera laminada hacía contraste con las paredes blanco hueso, el vestíbulo de entrada permitía una línea de visión hacia la parte trasera de la casa siendo lo primero a la vista el comedor de vidrio con sillas blancas, detrás de él puertas y grandes ventanales que dejaba ver parte del exterior. El techo de dos pisos automáticamente llama la atención a la escalera de madera y contrahuella abierta.
—¡Jungkookie! —Taehyung escuchó la voz de una mujer chillar con emoción desde el comedor principal que se encontraba a su derecha. Vio a una mujer con el cabello largo, negro como la noche, con ligeras ondas, parecía muy joven para ser la madre de su destinado. Le impresionó lo sofisticada y sutil que lucía.
Taehyung volteó su mirada hacía Jungkook cuando sintió una conexión muy fuerte con él, pudo sentir por un segundo lo que él y ese segundo bastó para saber que él no estaba bien, al parecer su madre se dio cuenta de ello y le pidió que tomara asiento mientras tiraba de su brazo hasta la sala de estar junto al comedor que se apreciaba desde la entrada.
Jungkook se sentó en uno de los sofás de dos plazas; su respiración era muy irregular, éste se llevó una mano al pecho mientras intentaba mantener la compostura, su madre apartó el cabello de su frente y masajeó sus hombros, al parecer no era la primera vez que le sucedía algo así y su madre sabía muy bien cómo reaccionar, en cambio Taehyung no sabía que hacer así que solo se mantuvo de pie donde terminaba el pasillo. Verlo así de mal, lo puso nervioso y por un momento sintió celos de Suzy, se preguntó si él estaría así si lo perdiera.
Jungkook apartó a su madre ligeramente buscando con la mirada a su destinado, a quien sentía demasiado lejos. Lo llamó con las manos y éste se acercó a pasos indecisos, después de todo su madre lo estaba asistiendo, Jungkook tomó su mano e hizo que se sentara a su lado.
—Tus feromonas —susurró con dificultad—. Me tranquilizan, ¿podrías? —le pidió el alfa. Taehyung con timidez por la presencia de su madre ahora frente a ellos, lo abrazó lo suficientemente cerca como para expulsar feromonas que lo tranquilizaran, pero el pelinegro se aferró más a su cuerpo y en ese momento el omega cerró los ojos sintiendo el calor de su cuerpo.
El padre de Jungkook recién ingresaba a la sala cuando se encontró con la escena, recibió una mirada dulce de su esposa quien con ademanes le pidió que saliera y ella caminó detrás de él, dejando a Jungkook y Taehyung solos.
—Perdón, no pensé que los recuerdos serían tan abrumadores —se disculpó Jungkook en cuanto recuperó el aliento. Taehyung volvió a acomodar su cabello desarreglado y le sonrió sin darle una respuesta.
—¿Ya estás mejor? —la madre del alfa volvió con ellos y esta vez menos preocupada. Jungkook asintió en respuesta mientras se ponía de pie y el omega junto a él.
El castaño se sorprendió al ver al padre de Jungkook frente a ellos, eran muy parecidos, tenía los mismos ojos grandes y hasta la forma de los labios. No era tan alto como su hijo, pero su presencia era muy imponente.
—Madre, padre, él es Taehyung, de quien les hablé —lo presentó Jungkook. Lo único que hizo él omega fue sonreír y hacer reverencia.
—Es un placer por fin, nosotros somos Hyun y Sung —susurró su madre, parecía estar impresionada por algo—. Vaya, nunca había visto una belleza como la tuya —opinó Hyun lo que hizo que el omega se sorprendiera.
—Es un gusto conocerte, Taehyung —señaló Sung ahora con una sonrisa, que cambiaba por completo su rostro expresión seria.
—El gusto es mío—replicó Taehyung volviéndose a inclinar frente a ellos con sus manos al frente.
—Deben tener hambre, no sé qué te gusta Taehyung, así que preparé de todo —señaló Hyun mientras se dirigían al comedor principal.
—Es quisquilloso con las cosas muy picantes —indicó Jungkook sentándose a su lado, ganándose una mirada de reproche por parte del omega.
La comida no fue para nada silenciosa, la madre de Jungkook era bastante conversadora, de esas personas con las que puedes entablar cualquier tipo de conversación y no te aburrirías porque siempre tenían de que hablar, mientras Jungkook y su padre tocaban temas del trabajo, Taehyung se sintió bastante a gusto conversando Hyun sobre las técnicas de cocina que usaban. El omega ni siquiera supo cómo pasaron de hablar de cocina a moda y luego de arte.
—Vimos tu cuadro en la sala de Kook, eres un gran artista —lo halagó mientras llevaban los platos al fregadero. En el momento que se dirigieron a la terraza de donde se podía apreciar todo el patio trasero, escuchó la risa estruendosa de Jungkook, lo que sorprendió al omega, nunca lo había escuchado reír tan fuerte a carcajadas, lucia realmente hermoso y feliz mostrando todos su dientes y arrugando levemente su nariz.
—Te lo juro Jungkook, era un reptil como de éste tamaño, realmente asqueroso —relató Sung con los abiertos, haciendo que su hijo riera aún más.
—Papá eres un alfa muy dominante, ¿Cómo le puedes tener miedo a una lagartija? —cuestionó Jungkook entre risas, causando que Taehyung sonriera al verlo.
El alfa llevó a su destinado al bosque propiedad de su familia que quedaba a pocas calles arriba de su casa, era bastante amplio y estaba muy bien cuidado, estar en contacto con la naturaleza de esa forma era realmente armonioso para el castaño. Jungkook le mostró el lugar en medio de todos esos árboles donde entrenaba con su padre, sus alrededores lucían bastantes tradicionales. Mientras volvían a la casa del alfa ambos se detuvieron frente a una mujer que recién salía de allí.
—Oh, Jungkook —susurró con los ojos brillosos—. Mira lo guapo que estás, qué alto y fuertes estás —comentó abrazando al alfa, mientras que Taehyung intentó hacerse a un lado, pero el alfa no dejó ir su mano en ningún momento.
—Me alegra verte bien —dijo la mujer mientras se deshacía del abrazo. Taehyung notó que lo trataba como si fuese su hijo, debía ser la madre de Suzy, de eso no había duda.
—Siempre es bueno verla —masculló Jungkook con una sonrisa de lado y no tardó en presentar al omega como su destinado.
—Hyun habla maravillas de ti, ya veo porqué —comentó la mujer después de haberlo saludado—. Se ven muy bien juntos, les deseo lo mejor, ¿recuerdas lo que te dije Kook? Todo pasa por una razón.
Fue lo último que dijo antes de despedirse de Jungkook con otro abrazo. Para Taehyung fue bastante raro recibir esas palabras de la exsuegra de su destinado, pero no pensó mucho en ello.
El resto de la tarde se la pasaron jugando juegos de mesa, en ese momento Taehyung se dio cuenta a quien Jungkook salió tan competitivo, era como una especie de guerra entre él y su madre. Había llegado la hora de volver a casa, pero antes Jungkook se fue con su padre a su estudio, dejando a Taehyung y a solas con Hyun.
—Gracias por traerlo a casa —agradeció Hyun sentada junto a él en el sofá—. Me alegra tanto que Jungkook te haya encontrado, pensé que no encontraría a un omega que lo aceptara, me hace feliz que haya sido alguien tan hermoso y encantador como tú.
—Yo soy el afortunado de tenerlo —masculló Taehyung sonrojado. Entendió porque el alfa era una persona tan amable y respetuosa, sus padres era muy educados y amigables, lo que le seguía sorprendiendo, esperaba encontrarse con padres más serios y exigentes, incluso llegó a pensar que no lo aceptarían, pero era todo lo contrario.
—Sabes que cuentas con nosotros para lo que sea, tienes mi número puedes llamarme si pasa algo, no importa la hora que sea.
Sus palabras asustaron y pusieron nervioso al omega, no sabía a qué se refería exactamente y tenía miedo de que Jungkook le hubiese contado algo de su padre o Woo bin. Por suerte Jungkook llegó a su paso antes de tener que responder. Con dificultad se despidieron, Hyun no quería soltar a Jungkook y tampoco a Taehyung, quería tenerlos con ella todo el día, no quería aceptar el hecho de que no eran bebés, sino adultos que podían cuidarse solos o eso esperaba.
El silencio dentro del auto se hizo presente nuevamente, pero esta vez no era para nada incómodo, la música se escuchaba de fondo, Jungkook de vez en cuando tocaba los muslos o la mano del omega.
—Tu mamá es un amor, tienes suerte de tenerla —opinó Taehyung con la mirada en la calle que empezaba a iluminarse.
—Ahora también es tu madre, Tae —masculló Jungkook extendiendo su mano para acariciar el cabello del omega.
—Gracias —musitó Taehyung después de un largo silencio y en un hilo de voz. Ella le recordaba la madre que siempre quiso tener, solo tenía a un padre que ni siquiera podía ser considerado como uno.
Cuando Jungkook estuvo a punto de decir algo, el móvil del omega resonó anunciando una llamada entrante. Cuando Taehyung vio de quien se trataba abrió los ojos sorprendido y dudó en si contestar. Bogum lo estaba llamando y tener que responder frente a Jungkook le incomodaba y lo ponía muy nervioso, pero debía hacerlo.
—Taehyung, por fin te puedo contactar —señaló el alfa en cuanto descolgó la llamada.
—¿Qué pasa? —preguntó el castaño.
—¿Estás bien? Tu padre acaba de enterarse de algo que lo puso muy furioso, creo que adelantará su viaje a Corea —explicó Bogum.
—¿Qué?, ¿cuándo vuelve? —preguntó Taehyung alarmado.
—Dentro de tres días, el lunes.
—¿Y sabes que le hizo enojar? —cuestionó Taehyung con nerviosismo.
—No, pero ten cuidado, parece que tiene que ver contigo —indicó Bogum—. Taehyung, si hay algo que crees que debas contarme, éste es el momento de hacerlo.
Sus palabras hicieron que el corazón del omega se acelerara, tragó en seco y con la mirada de Jungkook sobre él, estaba dispuesto a decirle a Bogum sobre su destinado, pero en el momento que abrió la boca para hacerlo se cortó la llamada. Se había quedado sin batería.
En ese momento Taehyung solo pensó una cosa, había llegado el momento de enfrentar a su padre y no estaba listo para eso.
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