Capítulo 29🐺
La vida es tan incierta, que la felicidad debe aprovecharse en el momento que se presenta —Alejandro Dumas.
Taehyung empezó a sentir que la respiración le faltaba, aun cuando Woo bin ya no estaba cerca de ellos, el miedo se apoderó tanto de su cuerpo que tuvo que buscar junto a Jungkook un lugar con menos gente en el que poder sentarse. Los recuerdos de aquella noche y todas en las que Woo bin estaba involucrado, relucieron en su mente, brillaban como fuegos artificiales, abrumándolo por completo, en ese momento quería arrancar esos recuerdos y todos los horribles sentimientos que llegaban con ellos.
Jungkook se preocupó cuando vio lo sofocado que se encontraba Taehyung, sospechaba que algo había detrás de ese comportamiento, por alguna razón reconoció el aroma a tabaco y pino de ese alfa, lo había sentido antes en Taehyung y eso solo significaba una cosa.
—¿Estás bien? —preguntó Jungkook secando la frente del castaño con su pañuelo. A pesar de que el clima era frío, éste había sudado.
—No —masculló el omega. Era la primera vez que era completamente sincero en cómo se sentía.
—¿Quién era él? Tienes que decirme porque reaccionaste de esa manera —cuestionó Jungkook en un tono de voz bajo y cálido.
—No quiero hablar de eso —se negó Taehyung desviando la mirada.
—Taehyung, tengo muchas cosas pasando por mi cabeza, solo necesito que me confirmes una de ellas —masculló Jungkook tomado las manos ligeramente temblorosas del omega.
—Ya dije que no quiero hablar de eso —repitió Taehyung.
Jungkook sabía que no era el momento ni el lugar, podía sentir la mezcla entre el miedo, la tristeza y dolor del omega, lo podía apreciar perfectamente y si era asi, era porque esos sentimientos eran fuertes, no maginó lo abrumador que hubiese sido si estuviesen enlazados. Necesitaba saber que le pasaba, ya no podía seguir dejándolo pasar por el bien psicológico del castaño.
—Necesito preguntarte —hizo una pausa—. ¿Él fue quien te marcó?
Taehyung lo miró con los ojos abiertos de la sorpresa, el castaño no esperaba que el alfa se diera cuenta de ello. Entonces su corazón volvió a acelerarse nuevamente, sintió su garganta seca al igual que sus labios, los cuales mojaba una y otra vez con nerviosismo. Y los recuerdos de esa noche pasaron por su cabeza como si de una película de terror se tratara. Las manos de Woo bin en su cuerpo, su mirada, la forma en que lo marcaba con sus repugnantes feromonas. Sintió asco y terror al recordarlo. Apretó sus ojos y todo su cuerpo se estremeció.
—Está bien, Tae, no tienes que hacerlo si te vas a poner así —Jungkook se arrepintió y se culpó por haber desbloqueado aquellos recuerdos en él omega.
Cuando Taehyung levantó su mirada, Jungkook notó como sus ojos estaban llorosos, las lágrimas estaban en la orilla de sus hermosos ojos café.
—Sí, él..., él me marcó y me tocó —expresó Taehyung haciendo mohín con sus labios—. Lo hizo por mucho tiempo y lo odio tanto, por hacer que yo me odiara, por su culpa no soy capaz de verme al espejo y pensar en todo lo que me hizo —relató Taehyung entre lágrimas y haciendo ademanes de desesperación con sus manos.
Jungkook se sorprendió al recibir esa clase de confesión, pensó que estaba listo para escuchar la verdad, pero en realidad no lo estaba, no podía pensar que alguien más lo había hecho pasar un infierno por mucho tiempo, en ese momento un sentimiento de rabia invadió su cuerpo. Taehyung no se miraba al espejo, muy pocas veces, él alfa se sintió como un estúpido al no darse cuenta de ello.
—Llegaba a casa y ahí estaba, no podía descuidarme un segundo y estaba metido en mi recámara, nadie hacía nada, papá esperó a que lo peor pasará para hacer algo —lloriqueó Taehyung con lágrimas corriendo por sus mejillas. Jungkook sintió tanta aflicción, la misma que había sentido aquella noche, pero esta vez tenía a su destinado a su lado y no iba a dejar que pasara por todo ese dolor el solo.
Jungkook lo atrajo de un tirón hacía sus brazos y lo rodeó por completo, lo que hizo que Taehyung llorara aún más. El alfa lo apretó aún más contra su cuerpo y lo rodeó con sus feromonas, de alguna forma intentaba tomar todo su dolor y convertirlo suyo, no soportaba verlo así, era desgarrador.
—Era aterrador y asqueroso, Kookie —sollozó Taehyung acurrucándose entre los brazos de su alfa, mismo que sintió el caliente de una lágrima resbalar por su mejilla.
—Mientras yo viva nadie te hará nada Tae, yo te protegeré siempre, aunque tenga que dar mi vida para ello —confesó en un hilo de voz mientras con una mano acariciaba el cabello de Taehyung.
—No, yo no podría vivir sin ti —replicó en un susurro Taehyung, mientras se apartaba lentamente del cuerpo del azabache que limpiaba sus pocas lágrimas con rapidez.
Jungkook acarició con su dedo pulgar las mejillas rojas del omega y lo miró a los ojos, vio a través de ellos todo el sufrimiento que cargaba, eso le enojó, realmente quería golpear a ese alfa.
—Dime la verdad, ¿te hizo algo más a parte de la mordida? Te obligó a...
—No, solo me tocaba y m-me b-besaba, no llegó a más —le interrumpió Taehyung antes de que éste terminara la frase.
—Ese bastardo —gruñó entre dientes Jungkook.
Ambos se quedaron en aquel lugar por un minuto, Jungkook abrazó al omega y le acarició hasta que éste se tranquilizó. Para Taehyung ya había vuelto la hora de clase, este respiró profundo, se limpió las lágrimas y sacudió su nariz antes de volver al aula. Jungkook lo acompañó en completo silencio.
—Llámame si necesitas algo —le pidió Jungkook—. ¿Iras con Jimin a casa cierto? — Sabiendo que un tipo como Woo bin estuvo cerca de la universidad, el alfa ya no quería volver a dejarlo solo.
—Sí, no te preocupes —susurró Taehyung dejando un beso en su mejilla antes de entrar a su siguiente clase.
Jungkook se quedó mirándolo mientras éste se alejaba, luego salió casi corriendo hasta el estacionamiento, intentó lo más que pudo ocultar sus feromonas de Taehyung, estaba demasiado enojado como para no hacer nada, ese alfa lo había lastimado demasiado y esta vez no iba a contenerse como lo ha hecho, después de todo no se trataba de su padre, sino de un alfa que creía tener poder sobre su omega, lo que no sabía es que ahora lo tenía a él y no iba a permitir que nadie le hiciera daño.
—Maldito —masculló para sí mismo mientras buscaba en su coche por los alrededores del parque, el alfa no debía estar lejos. De solo pensar todas las veces que él estuvo acosando y tocando a la fuerza a Taehyung, hacía que su sangre hirviera del enojo.
Conocía su aroma, así que no se le haría tan difícil encontrarlo, solo podía pensar en las manos de ese pervertido en el cuerpo de Taehyung, recordó lo devastado que estaba cuando lo encontró, como su ropa había sido rasgada y lo peor de todo era esa mordida asquerosa dejó. Jungkook apretaba el volante con fuerza mientras buscaba con rigurosidad, usando sus ojos y su olfato de lobo, su instinto dominante era el proteger a su omega, no pensaba en otra cosa que no fuese golpear al alfa que le hizo daño, estaba tan furioso que, si lo encontraba, iba a matarlo.
—¡Tu, hijo de perra! —vociferó Jungkook cuando vio la silueta de Woo bin caminar no muy lejos del parque con unas bolsas en manos. Jungkook verificó que no había nadie más circulando por la calle y en cuanto lo confirmó, frenó el coche y salió disparado lleno de rabia.
Jungkook tomó por el cuello a Woo bin y lo arrastró hasta una calle sin salida, que estaba completamente vacía. A pesar de que Woo bin era más alto que él, no se le dificultó atentarlo con fuerza contra la pared.
—¿Tu otra vez? Parece que ya te contó —se mofó con una sonrisa cínica.
—Escúchame bien lo que te voy a decir —advirtió Jungkook—. Si te acercas, aunque sea 20 metros de Taehyung, voy a matarte, si te veo otra vez, aunque sea por error, voy a matarte, no voy a dudar en hacerlo.
—¿Qué tan traumado debe estar como para no dejar que "su alfa" lo marque?, ¿aún no lo pruebas? Es una delicia, ese olor a coco pone a cualquiera a delirar. —Jungkook floja su agarre intentando mantener el control de sus emociones, pero escuchar sus sucias palabras le estaban enloqueciendo realmente.
Jungkook bajó la mirada mientras buscaba como controlarse y no cometer una locura de la que después se arrepentiría.
—¿Qué?, ¿te diste cuenta que no vale la pena pelear por él? Entiendo que estés así por Taehyung, es lo que causa un cuerpo y una cara bonita —señaló Woo bin arreglándose la camiseta.
—Estoy intentando controlarme, para no matarte con mis propias manos justo ahora —indicó Jungkook con su voz de alfa.
En cuanto levantó su mirada, Woo bin se encontró con los ojos rojos brillantes de Jungkook y su expresión cambió totalmente al darse cuenta que estaba frente a un alfa puro. Vio como la respiración del pelinegro subía y bajaba, la mirada amenazante que recibía era aterradora y sus feromonas, se hicieron cada vez más fuertes, provocando que el cuerpo de Woo bin se paralizara por lo abrumadoras que eran las feromonas de Jungkook.
—¿Qué es ese aroma? —cuestionó al notar la intensidad del olor a albahaca y chocolate amargo. Mientras que Jungkook solo escuchaba en su cabeza «mátalo», realmente estaba fuera de sus cabales, solo era capaz de ver a la persona que le había hecho daño a su omega.
Lo tomó por el cuello nuevamente y lo arrojó al piso con furor para luego llenarlo de puñetazos, sus nudillos empezaron a arder, pero no le importó, Jungkook mostró sus colmillos cuando Woo bin intentó defenderse del alfa golpeando las costillas del alfa, pero el azabache no le importó porque pronto esos golpes se debilitaron y siguió pegando su puño contra la cara ya destrozada del alfa. Cuando notó que Woo bin ya no ponía resistencia lo dejó ir y éste se rio sin gracia.
—No sé para qué haces esto si Taehyung se va a casar con alguien más —señaló Woo bin con dificultad, se apoyó en su codo mientras escupía la sangre de su boca. Jungkook se dio la vuelta.
—¿Qué dijiste? —cuestionó el pelinegro moviendo su cuello de un lado a otro haciendo tronar sus huesos. No obtuvo respuesta de Woo bin, quien intentó sentarse luego de la paliza que le había dado Jungkook, pero las feromonas de éste seguían siendo muy intensos, tanto que empezaban a nublársele la vista a Woo bin, quien sonrió cuando volvió a tener al alfa en cuclillas frente a él.
—Si vuelvo a verte, de veras que no dudaré en matarte —amenazó con su voz de alfa, sus ojos se volvieron negros nuevamente y ocultó sus colmillos.
—A quien deberías matar no es a mí, su padre es peor que yo —señaló Woo bin con su mano en su estómago.
—De eso yo me ocuparé. —Fue lo último que dijo antes de volver a su coche y dejar a Woo bin tirando en el piso, con moretones, él labios partido, mejillas cortadas y la nariz sangrando.
Mientras Jungkook volvía a la universidad tuvo que esconder su mano hasta llegar al baño y quitarse la sangre de los nudillos, se miró al espejo y por un momento tuvo miedo de lo que era capaz de hacer cuando estaba enojado. Casi no pudo controlarse, estuvo a nada de dejarlo inconsciente, su padre no se lo perdonaría nunca y pensar en él le hacía sentir mal, todo lo que su papá le enseñó se fue por el caño; su autocontrol simplemente se esfumó y eso no era buena señal. No iba a ser capaz de darle la cara a su padre después de lo que había hecho. Solo podía usar como excusa su condición de alfa puro y lo más probable es que Sung se enoje con él por perder el control de esa manera.
—Oficialmente, ya eres todo lo que dicen de los alfas puros, una bestia —masculló para sí mismo antes de salir del baño y llegar a su última clase del día.
A la hora de salida, Taehyung buscó a Jimin por los pasillos de la facultad, se supone que su última clase estaba al final del pasillo de su aula. Pero no lo encontró allí, luego vio como éste se acercaba con un alfa detrás de él, por su expresión supo que estaba molesto.
Taehyung vio cómo se deshizo del agarre del alfa que sujetaba su muñeca dejándolo detrás, en cuanto llegó a su lado el rubio dejó salir un suspiro mientras empujaba su cabello hacía atrás.
—¿Todo bien? —preguntó Taehyung preocupado.
—Nada de lo que no me pueda ocupar —susurró Jimin empujando a su amigo hasta la salida.
—Te he dicho que tengas cuidado con los alfas que te involucras —señaló Taehyung.
—Tete, puedo cuidarme solo, no te preocupes —aseguró Jimin medio sonriente.
—Tu siempre te preocupas por mí, ¿no se supone que yo también debo cuidarte? —cuestionó el castaño.
—¿Por qué eres tan tierno? —preguntó Jimin pellizcando las mejillas del omega, quien no pudo evitar sonreír.
Taehyung no sabía que pasaba con ese alfa y Jimin, nunca escuchó a su amigo hablar de él, que por lo general siempre lo hacía. Taehyung se sentaba a escuchar todo lo que parloteaba Jimin de cada alfa que simplemente le gustara físicamente, solo llegó a involucrarse con algunos cinco, mismos que le duraron como mucho un mes. Jimin tenía un gusto bastante versátil y en cuanto sentía que no era lo que él buscaba, o cuando mostraban que no eran lo que el esperaba, los dejaba.
Taehyung consideró que su amigo se metía con los peores, con los que él sabía que no le darían lo que tanto buscaba, un alfa romántico y dedicado, no esos caribonitos rudos que solo lo buscaban para una cosa y por eso Jimin solo había tenido intimidad con dos de los cinco con que ha salido.
Aunque parecía ser un omega que cambiaba de alfa cada semana, Taehyung sabía que no era así, sabia lo desesperado que estaba por encontrar a su alma gemela o al menos alguien que se le asemejara, que lo tratara como un príncipe. Taehyung pensó que era demasiado exigente y siempre se lo ha dejado claro a Jimin, aunque este nunca cambiara de opinión.
—No sé por qué hay alfas tan canallas, que fastidio —suspiró Jimin mientras se bajaban del ascensor para salir en el pasillo que daba al apartamento.
—Cuando dejes de buscar a esa persona, te aseguro que aparecerá cuando menos lo esperes y cuando más lo necesites en tu vida —le aconsejó Taehyung abriendo la puerta.
—No todos corremos con la suerte de encontrar a nuestro destinado Tae, tu eres de ese 1% de la población —susurró Jimin dejando sus zapatos en la entrada.
—Lo sé, pero no tiene que ser tu destinado, encontrarás a la persona correcta cuando dejes de buscarlo y no tiene que ser el príncipe azul que quieres, puede que hasta sea alguien mejor, ¿no lo crees? —señaló el castaño.
—¿Tú crees que alguien quiera estar conmigo? Creo que he salido con muchos alfas ya, admito que no me enorgullece —masculló cabizbajo mientras se despojaba de su abrigo. Taehyung sabía perfectamente cómo se sentía, porque él había experimentado ese sentimiento en carne propia.
—Jimin, quien sea esa persona, te querrá como sea —le aseguró Taehyung con sus manos en los hombros de su amigo—. Además, has salido con muchos y a la vez con ninguno, ni siquiera has tenido sexo con todos.
—Corrección, solo he tenido dos parejas y una marca temporal que desapareció en pocas semanas, estoy como nuevo, listo para que mi futuro alfa me disfrute —señaló con el mentón levantado y Taehyung se rio cuando notó que su amigo había vuelto a su estado de normalidad, la seriedad le duraba poco.
Jimin se fijó en el lugar que se encontraba y se sorprendió al ver lo realmente lujoso y moderno que era el apartamento del alfa de su amigo, creyó que tenía la misma vibra de Jungkook, elegante y al mismo tiempo sutil, algo misterioso pero moderno. Se sorprendió al ver el cuadro de Taehyung colgar en la sala de estar. El castaño tuvo que explicar por qué su pintura se encontraba allí, lo que emocionó bastante a Jimin.
—¿Entonces tienes tus propias herramientas para pintar aquí? —cuestionó Jimin curioso.
—Pero no he podido pintar nada —admitió Taehyung mientras preparaba un bol lleno de aperitivos para compartir con su amigo, el sol ocultaba y estaban a la altura perfecta para presenciar el atardecer.
—Con Jungkook aquí que vas a pintar tu —medio lo regañó Jimin, ayudando a su amigo en la cocina—. Ahora entiendo por qué te la pasas aquí con él, este chico vive muy bien, la verdad es que no parece ser un ricachón, estoy sorprendido.
—Ya no podemos pasarnos la tarde en tu habitación —declaró Jimin sentándose en el balcón junto a la sala de estar, desde donde podían apreciar como el sol poco a poco empezaba a ocultarse en el horizonte, más la florecida primavera en combinación con los altos edificios que lo rodeaban.
—¿Por qué no?
—Bueno, aquí es tu lugar de intimidad con Jungkook-ah —indicó Jimin dejándose caer en el espaldar de la silla y echando su cabello hacia atrás mientras cruzaba sus piernas.
—¿Quién dijo que sólo usamos la habitación? —insinuó Taehyung con una sonrisa de lado, haciendo que su amigo se incorporara en su lugar.
—Ay Tae, te desconozco —aseguró con los ojos abiertos—. Cochino, respétame, no quiero ni imaginar que me he sentado en uno de esos lugares; son unos sucios, aunque bastante versátiles.
Taehyung se rio por su respuesta y Jimin imitó su acción empujando levemente el hombro de su amigo.
—Tu eres quien siempre habla de estos temas, ¿acaso olvidaste cuando me regalaste un vibrador? —replicó seguido de una risita al recordar aquel momento que fue gracioso para su amigo y muy vergonzoso para el. A pesar de ser de la misma edad, Jimin siempre ha tenido más experiencia con eso, es un seductor de primera que ama el romanticismo casi empalagoso.
—Bien que lo conservaste, atrevido — señaló Jimin antes de tomar de su bebida—. Por cierto, nunca me contaste cómo fue perder tu virginidad con el más guapo de la escuela.
—Ay Jimin, ¿hasta cuándo seguirás con lo mismo? —cuestionó Taehyung con desdén.
—Hasta que me digas lo que realmente pasó.
—Pero si ya te lo conté, hace... —Taehyung finge pensar—. ¡Seis años! —chilló el omega.
—No, solo me dijiste "Me encontró en celo durante nuestro último viaje después de la graduación, lo provoqué y perdí mi virginidad con él", no hubo más detalles —especificó Jimin con seriedad.
—Simplemente porque no tienes que saberlos, pasamos todo el viaje juntos, tu nos viste, y mientras estuvimos en el hotel no salimos del cuarto, pasamos mis tres días de celo juntos y al volver a casa no nos volvimos a ver, eso fue todo —relató Taehyung.
—¿Al menos fue gentil? —cuestionó Jimin.
—Claro que lo fue, estaba encaprichado conmigo, fue muy... ¿normal?
—Eso quiere decir que no te gustó, ¿No estabas enamorado de él?
—La verdad es que me gustaba un poco, pero no por eso pasó lo que pasó, fue mi instinto de omega —aclaró Taehyung tomando de su bebida.
—Bueno, lo bueno es que tienes a Jungkook ahora, uno que parece estar complaciéndote en todos los sentidos. —Jimin lo miró con una sonrisa cómplice y Taehyung no pudo evitar sonreír también, no había nada de mentira en sus palabras.
Los omegas terminaron de ver el atardecer mientras se hablaban de cualquier cosa, terminaron con música en la cocina mientras preparaban la cena. Ya eran las ocho de la noche y Jungkook no había llegado. Taehyung supuso que debía tener mucho trabajo, el mismo vio todo lo que Jungkook tenía que hacer, así que no dudaba que llegaría hambriento y cansado, por lo que Jimin decidió irse antes de que el alfa llegara.
Taehyung recibió a Jungkook con un fuerte abrazo y tal como lo supuso, el alfa lucia cansado y hambriento, pero algo que llamó más la atención del omega fueron sus nudillos lastimados.
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