🐺Capítulo 9🐺
Kim Taehyung
Ver a Jimin corriendo hacia Jungkook y llamarlo por su nombre me invadió de celos enfermizos pero no actué hasta que mi lobo me lo pidió.
—Márcalo, solo así podrás tenerlo. La madre luna no tomará en cuenta el pacto que hiciste con Jungkook porque el poder de la marca es mucho más fuerte que cualquier pacto.
Me decía en mi cabeza, en ese momento no pensé, lo único que estaba haciendo era obedecer a mi lobo que deseaba con todas sus fuerzas tomar a Jimin.
Corrí lo más rápido que pude hasta alcanzarlo, tomándolo del brazo lo miré a los ojos tratando de leer sus pensamientos, quise que entendiera que lo amaba demasiado y que esos bellos ojos de omega deberían ser míos, anhelaba que me observara con el mismo amor que miraba a Jungkook. ¿Por qué era tan difícil lograrlo?
—Te lo voy a pedir por última vez, Jimin —dije apretándole el brazo con fuerza, tratando de no quebrarme.
—¿Qué cosa? —preguntó tratando de zafarse de mi agarre.
—Acéptame como tu alfa y terminemos con esto.
—Taehyung... ya lo habíamos hablado.
No iba a aceptarme, por eso tenía que tomarlo por la fuerza, después de todo las palabras de Jungkook eran ciertas. Un alfa es capaz de arrancar cabezas con tal de estar con su destinado.
Y yo sería capaz incluso de lastimar a mi destinado con tal de estar con él. No permitiría que nadie más se le acercara.
—Voy a estar contigo aún en contra de tu voluntad.
—¡Suéltame, Taehyung! —gritó furioso tratando tontamente de soltarse.
Pero mi fuerza era superior a la suya, un omega no podría detenerme. Ni siquiera él.
Abrí labios dejando ver mis colmillos, pude notar el miedo en sus ojos, haciendo a un lado la parte de mi alma que me quería impedir culminar nuestro amor me acerqué a su cuerpo y en un movimiento veloz ya estaba pegado en el lugar exacto, justo en medio de sus hombros pero muy cerca del cuello. En el sitio de marcación.
Sentí su dulce sangre en mis labios, su dolor en mi vientre y sus gritos en mis oídos.
Jimin me pertenecía y no había poder alguno que me separara de su lado.
Park Jimin
Caí arrodillado, no sentí ninguna emoción interesante cuando Taehyung me marcó. En mí había dolor y nada más ¿Era esta la preciada marca de un destinado? Porque juro que es igual a un puto dolor de huevos. En mis rodillas podía ver el destello de mis ojos azules centelleantes y las lágrimas caer encima de ellas, sentía el ardor de la marca y escuchaba la respiración de Taehyung como si estuviera pegado a mis oídos. Estaba más presente, ya era mío y yo era suyo pero en realidad se me partía el corazón porque yo quería estar con Jungkook.
—¡Jimin! —Era su voz.
La voz de mi destinado, de mi elegido, de mi amor que jamás llegaría a ser posible.
—Ponte de pie, pero no levantes la cabeza —dijo Taehyung y como era mi alfa tenía que obedecer, yo ya no me pertenecía.
—¡Park Jimin! ¡¿Qué te ha hecho?!
—Es obvio que lo acaba de marcar, ¡felicidades chicos! —dijo Inguk.
—¿Jimin? —preguntó Jungkook acercándose a mí.
A decir verdad yo seguía sin saber qué decir porque mis emociones estaban colapsando. Sentía el ardor de la marca, el dolor de perder a Jungkook y también la terrible sensación de pertenecerle a Taehyung en contra de mi voluntad.
—Es mío —dijo Taehyung parándose frente a mí para evitar que Jungkook se acercara más.
—Puedo sentir que lo haz marcado, mi lobo me lo dice a gritos pero... ¡Lo hiciste en contra de su voluntad! —gritó Jungkook, yo no paraba de llorar.
—No importa el motivo, Jimin es mío.
—Jimin... —Me llamó, pero no podía levantar la cabeza para verlo porque mi alfa había ordenado que la mantuviera agachada.
—¿S-sí? —pregunté.
—¿Tuviste relaciones con Taehyung?
—¡Basta de cuestionamientos! —gritó Taehyung— ¡Jimin, ordena que lo saquen del castillo ahora!
—Pero Taehyung...
—¡Dije que ordenes que lo saquen del castillo y haz que nunca regrese! —lo dijo una vez más pero con su voz de mando.
No tuve otra alternativa más que obedecer.
—Como príncipe de país lunar te ordeno que salgas del castillo y no regreses nunca más —dije pero en esa ocasión lo miré a los ojos para que mi orden le fuera entregada a su lobo.
La jerarquía de príncipe me colocaba en un nivel más alto que el suyo a pesar de ser un omega y tenía que obedecerme, no por alguna causa mágica, sino por respeto a la jerarquía.
—Sabes que no quieres eso, sabes que Kim te está obligando.
—Es mi alfa... —murmuré.
—Jimin, regresa al interior del castillo —ordenó Taehyung.
No dije nada, simplemente di la media vuelta y comencé a alejarme de los dos.
Pero el sonido del gruñido de Jungkook me hizo voltear de inmediato para verlo, sus ropas estaban desgarrándose, su tamaño aumentó tres veces más, podía ver un humo rojo incandescente brotar de su cuerpo, podía escuchar su respiración... Y quería correr a sus brazos.
—Park Jimin, eres mi destinado. ¡Ven a mí!
La voz de mando de Jungkook estremeció mis huesos, llegando a la profundidad más recóndita de mi ser, provocando que mis extremidades se movieran sin siquiera preguntármelo.
—Jimin, detente —me ordenó Taehyung.
Pero yo seguía avanzando hacia Jungkook, ¿cómo era posible eso? Se supone que cuando eres marcado respondes a un único lobo y más cuando se trata de tu destinado. ¿Por qué estaba yendo hacia Jungkook si él no me marcó? Los imposibles en mi mundo tal pareciera se burlaban de mí y es que mira que tener dos destinados ya es bastante caótico, por eso no me extrañaba ese suceso.
Me acerqué a Taehyung pasando junto a él para llegar hasta Jungkook. Él me tomó rápidamente entre sus brazos alzándome en el aire, oliéndome tocándome, examinándome. Haciendo un gesto invadido de horror al ver la marca cerca de mi cuello.
—¿Por qué respondes a mi voz? —cuestionó frunciendo el ceño.
—No sé, tal vez porque te amo —contesté ocultándome detrás suyo porque Taehyung se estaba convirtiendo en lobo.
Al transformarse soltó un aullido que alertó a los miembros de la guardia real que comenzaron a acercarse a nosotros.
—¡Es mío, lo he marcado y este alfa está apunto de llevárselo! —gritó— ¡Ya saben lo que se les hace a los lobos que intentan quebrantar la ley sagrada de la marca lunar!
Jungkook me tomó por la cintura aferrándose a mí con fuerza mientras me veía a los ojos. Sabía que el momento de luchar había llegado, lucharía contra Taehyung, en un duelo de vida o muerte. El vencedor se quedaría conmigo.
Cuando un lobo marca a otro, ya sea alfa, beta u omega crea un lazo que puede ser roto nada más con la muerte de uno de los dos. Taehyung me había marcado, eso significaba que le pertenecía y que si algún otro lobo quería tenerme la única manera de obtenerlo era matando a Taehyung.
—¿Vas a retarme? —le preguntó a Taehyung.
Él ya estaba convertido en lobo por completo, sus ojos rojos centelleaban con intensidad y baba escurría por su boca.
—¡Por supuesto! —contestó.
—No quiero que lo hagan... —murmuré en un hilo de voz.
—Si te dejo en manos de Taehyung temo que haga más cosas en contra de tu voluntad... —Jungkook acarició mi cabello.
—No quiero perderlos a ninguno de los dos —mascullé en medio del llanto.
Los lobos de la guardia real se amotinaron uno a uno en el lugar. Todos ellos realizaron un círculo para ver la pelea, yo no podía creer que estaba envuelto en todo ese desastre y no quería que ninguno de mis dos destinados saliera lastimado. Era cierto que Taehyung me tomó por la fuerza, pero también era cierto que no quería que le sucediera nada malo y Jungkook... Bueno a él lo amo con todas mis fuerzas, no soportaría perderlo.
¿Por qué no sentía nada ultra especial hacia Taehyung si tenía la marca en mi cuello?
—¡Jiminshi! —Era Hoseok.
Él venía corriendo junto a mis padres y Yoongi. Cuando llegaron corrí hacia ellos dejando a mis dos destinados en medio del círculo. Papa Jin me abrazó comprendiendo la situación en la que me encontraba y yo señalé con mi dedo índice mi cuello para que vieran la marca.
—Van a luchar a muerte porque Taehyung me marcó por la fuerza —informé.
—¿Y tú querías que te marcara Jungkook? —preguntó Yoongi, asentí,
—Pero ya está hecho. —Encorvé los hombros—. Le pertenezco a Taehyung.
—¿Y por qué no estás deteniendo esto? ¡Tu destinado, tu alfa puede morir! —gritó Papá Namjoon.
—Porque amo a Jungkook, los dos son mis destinados. A uno lo elegí y el otro me tomó por la fuerza... Es difícil de explicar ¡Esto es un desastre! —grité sintiéndome impotente.
—Se supone que la marca debería hacerte sentir emociones fuertes por Kim Taehyung —murmuró papá Jin.
—Tal vez no se creó el lazo —dijo Yoongi—. Si el lazo no se creó la marca desaparecerá dentro de veinticuatro horas.
—¿Entonces no le pertenezco a Taehyung? —cuestioné ampliando los ojos.
—Pues... Le perteneces mientras tengas la marca.
—Es todo tan confuso —me quejé— ¡Entonces debo evitar la pelea y esperar a que pasen las veinticuatro horas!
Giré el cuello porque el sonido de los gruñidos de mis dos alfas se hizo muy sonoro. Entonces comprendí que ya no había marcha atrás.
Ellos habían comenzado a luchar.
Uno de los dos moriría.
Y todo por mi culpa.
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