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🐺Capítulo 5🐺


Después de ese beso no volví a mirar a Taehyung durante el resto del día y Jungkook no se separaba de mí ningún segundo. La verdad me dolía la distancia con Tae, pero amaba la cercanía con Jungkook. Aunque de todas maneras tenía la necesidad de estar con los dos al mismo tiempo. ¿Era mucho pedir?

—Voy a dormir contigo, ¿te parece? —ronroneó Jungkook tumbándose encima de la cama.

—Nos acabamos de conocer... —susurré pero de todos modos me tumbé a su lado.

—Difiero con eso, yo te conozco desde hace mucho tiempo. Eres el príncipe de país lunar. ¿Lo olvidas?

—Créeme que todos los días cuando me coloco el disfraz lo recuerdo, es imposible olvidarlo.

—Ven aquí... —Me jaló hacia su cuerpo rodeándome con los brazos. Estar acostado en la cama con él era muy placentero— Ya no tendrás necesidad de fingir, yo no permitiré que te menosprecien por ser un omega, yo te protegeré con mi vida.

—Eres muy lindo... —Sonreí—. Pero si lo revelo van a acusar a la familia real de ser mentirosos.

—Tus padres son amados, además nadie les haría frente.

—Oye por cierto, ¿por qué te peleaste con Yoongi?

—Ah eso... Bueno, después de salir de tu habitación cuando Kim Tontohyung nos interrumpió me fui al jardín porque estaba a punto de transformarme.

>>Resulta que tu hermano me preguntó la causa de mi enfado, no le contesté pero me dijo que elegirías a Taehyung porque era más apuesto que yo y que te derretías por los lobos blancos.

—¿Dijo eso? —Contuve la risa.

—Sí, suena tonto pero para mí en ese momento fue... No me pude controlar.

—Ay mi lobito... —Acaricié su brazo.

—¿Cómo me dijiste?

—Mi lobito...

—Mierda Jimin, yo te juro que quiero ir despacio pero ahora que me llamaste de esa manera no puedo evitar querer hacerte mío...

—No me marques por favor, todavía no...

—¿Quién habló de marcas? Quiero follarte.

Jungkook era malditamente caliente, tan fuerte, con una mirada pesada que leía cada uno de mis movimientos y gestos.

Me tomó de las mejillas besando mis labios con ferocidad y pasión. Yo no estaba en celo pero de un momento a otro la habitación comenzó a inundarse del mi terrible olor a feromonas.

—Jungkook... Si lo hacemos creerás que soy un lobo fácil —dije jadeante.

—¿Fácil? —Comenzó a desabotonar mi camisa para devorar mi cuello y pecho con sus labios—. Simplemente te estás entregando a tu alfa, eso no te convierte en un lobo fácil.

—Es mi primera vez... —mascullé y se detuvo abruptamente mirándome a los ojos.

—¿Primera vez con un alfa? —cuestionó sin despegar sus ojos de los míos.

—No, mi primera vez con cualquier ser que respire. Siempre tuve que contenerme las ganas porque el deseo provoca que se rompan mis lentillas y que mi olor natural salga a relucir.

—Mi precioso omega, tuviste que pasar por tanto, ¿ah?

Asentí apretando los labios en una sonrisa dolorosa.

—Entonces hoy no voy a follarte. —Se me borró la sonrisa porque en realidad esperaba que lo hiciera—: Hoy voy a hacerte el amor.

Sus palabras provocaron que las lágrimas quisieran escapar de mis ojos pero sus besos tiernos en mis labios lo impidieron.

La versatilidad de Jungkook me tenía impresionado, él quien se veía tan descarado y despreocupado estaba siendo sumamente amable conmigo. El ritmo de sus besos era lento y pasional, lo que causaba mil sensaciones en mi interior, unas terribles mariposas revoltosas en mi estómago que me pedían a gritos más de mi destinado.

—Me voy a quitar la ropa —dijo al ponerse de pie, después sacó de su cartera un par de preservativos de color dorado que se colocó en su miembro endurecido con facilidad.

—¿Cómo debo ponerme? —pregunté mirándolo con deseo. Él sonrió.

—No hagas nada, solo disfruta.

Me tomó de la cintura jalando mi cuerpo hacia la orilla de la cama, con sumo cuidado me quitó el pantalón y la ropa interior. Mi miembro ya estaba erecto, no podía controlarme y la verdad era que no quería hacerlo. Pero antes de que la acción iniciara besó mis piernas con suavidad, después fue lentamente a mi abdomen, cuello, brazos. No hubo un solo lugar de mi cuerpo que no besara y después de depositar cada beso susurraba; eres mío, seguido de un; soy tuyo. Mi cuerpo se alborotaba cada vez más preparándose para ser poseído por mi alfa amoroso e imponente. Y mi corazón se sentía cálido, amado, era como si todo a mi alrededor desapareciera porque en ese instante existíamos nada más él y yo.

—Seré cuidadoso... —murmuró abriéndome las piernas y tomándome de las nalgas con suavidad, después puso la punta de su miembro en mi círculo rosado.

—Jun...

No terminé de mencionar su nombre porque ya se estaba introduciendo dentro mío. Lo único que pude hacer fue arañar su espalda con fuerza tratando de aferrarme más a él. Mi respiración estaba entre cortada, más bien yo la estaba conteniendo sintiéndolo entrar cada vez más dentro mío.

—¿Qué sientes? —me preguntó al oído.

—A ti... —contesté jadeando.

—¿Duele?

—Para nada.

—Estupendo, Jimin, ahora quiero que me mires... —dijo a medida que entraba y salía con sutileza.

—¿Mirar tus ojos? —pregunté mirándolo a los ojos.

—Sí, no quiero que ninguno de los dos olvide este momento.

Sonreí a medida que aumentaba la velocidad. Mirar sus ojos rojos sangre fluorescentes tan de cerca y mientras hacíamos el amor sería inolvidable.

Era mío y yo era suyo.

Kim Taehyung

Mi corazón entristeció cuando me di cuenta gracias a la conexión del destinado de que Jimin y Jungkook estaban teniendo relaciones, furioso arrojé la bebida al suelo asustando a Hyunjin. Los dos bebíamos juntos en un bar de mala muerte, lo había citado para pedirle que no soltara la lengua, que no le dijera a nadie que Jimin era un omega, estuve persuadiéndolo todo el día después de la pelea de Jungkook y Yoongi proteger a mi destinado ¿Y así me lo pagaba Jimin?

—¡Oye! —se quejó Hyunjin por el alcohol derramado.

—Lo siento es que... —Me puse de pie sacando de mi saco un cigarro.

—¿Sucede algo? Estábamos hablando bien...

—Mi destinado, siento que acaba de tomar una mala decisión.

—¿Qué decisión?

—No debería contarte. —Suspiré encendiendo el cigarro.

—Si tu destinado no quiere estar contigo yo estoy para ti, Hyung. Siempre estaré disponible.

—No digas eso, porque cuando encuentres a tu destinado vas a dar la vida por él.

—¿Tú darías la vida por el príncipe Jimin?

—¡Por supuesto!

—Comprendo... ¿Pero qué harás si Jeon Jungkook lo marca?

—Quizás comenzaría a desear la muerte, no se ¿Suicidio?

—¡No digas tonterías! —Se puso de pie molesto.

—Solo bromeaba, tengo que regresar al castillo. Mi lobo está inquieto y me está pidiendo a gritos que vaya para allá.

—Okay, yo me quedaré aquí y tranquilo que yo también haría cualquier cosa por ti. Así que no te preocupes que el secreto está a salvo conmigo. —Sonrió, Hyunjin siempre ha sido un gran amigo y compañero.

Avancé hacia la salida, conduje al castillo, entré fácilmente porque soy el nuevo jefe de seguridad, revisé el mapa que me dio el rey Namjoon desde mi Lopopad y me dirigí a la habitación de Jimin. Eran cerca de las cuatro de la mañana, pegué mi oído a la puerta logrando escuchar las respiraciones de Jimin, pero también los ronquidos de Jungkook.

Me hervía la sangre de coraje, por eso me salí al patio trasero del castillo dando saltos de aquí para allá hasta llegar al balcón de la habitación. Una vez estando ahí me asomé por el cristal para verlos, quería comprobar qué había sucedido. Al ver a Jimin durmiendo plácidamente en la cama de terciopelo negro sentí un enorme alivio porque no estaba Jungkook junto a él. Quizás lo imaginé, aliviado tome un cigarro prendiéndolo para fumar ahí en el balcón.

—¿Eres jefe de seguridad o acosador? —Era Jungkook.

Salió del interior de la habitación, vestía una bata de seda negra y calzoncillos que combinaban. Entristecí porque comprendí que mis sospechas y lo que había escuchado del otro lado de la puerta no eran alucinaciones.

—Solo vine a ver que Jimin estuviera bien —contesté tajante, después sorbí el cigarro.

—Está conmigo, a mi lado nada lo va a lastimar. Ya lárgate.

Solté el humo del cigarro mirando al cielo, después lo apagué con mis dedos mirando a Jungkook a los ojos.

—Follaron. —No era pregunta, era una afirmación.

—No, hicimos el amor.

Esas palabras fueron como dagas directo a mi corazón. ¿Hacer el amor?

—También soy su destinado, tarde o temprano lo hará conmigo.

—Bueno... —Apretó los labios— No estaría tan seguro, Jimin me ha elegido dos veces, en el jardín y a la hora de tener sexo.

—Quiero hacer esto de la manera más pacífica, Jungkook y créeme que no lo digo por mí o por ti.

—¿Pacifica? —Alzó las cejas.

—Hagamos un pacto de sangre con nuestra madre luna como testigo. Juremos dejar que Jimin elija a su alfa... Si él te elige a ti prometo hacerme a un lado y dejar de molestar, pero si me elige a mí harás lo mismo.

—Mejor ve apartándote de una vez porque no creo que vaya a querer que alguien que no está dispuesto a arrancarme la cabeza para tener su amor lo marque.

Rodé los ojos acercándome a Jungkook, después hice emerger una de mis garras cortándome la palma de la mano para que brotara sangre.

—No cantes victoria, todavía no he empezado a seducirlo. —Encorvé los hombros.

—Si quieres que te humille lo haré. —Se cortó la palma de la mano con otra de sus garras, después me dio la mano para sellar el pacto.

—Lo hacemos por Jimin, controla tu lobo.

—No puedo hacerlo cuando se trata de él. —Apretó mi mano con fuerza y le devolví el apretón.

—Y yo lo contengo por él. —Pude sentir mis ojos centellear.

—Será interesante ver qué sucede.

—Te aseguro que lo será.

Al decir eso nos soltamos las manos, eché un último vistazo a Jimin dormido en la cama y salté por el balcón para alejarme de ellos, ya no soportaba el olor a feromonas mezcladas. No sé cómo era capaz de estar frente a Jungkook sin arrancarle el corazón, pero no lo hice porque Jimin no me lo perdonaría nunca. ¿Y de qué me sirve derrotar a mi rival si perdería su amor?

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