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🐺Capítulo 3🐺

Jeon Jungkook

La primera vez que miré a mi destinado salió huyendo del salón real. Supongo que se puso nervioso ante mi presencia porque claramente descubrí gracias a su olor que no es un alfa; que es un omega.

Esperaba en la oficina real admirando cada detalle de esta, habían libros que no había leído y que tenía muchas ganas de leer. Fui sacado de mis pensamientos al sentir la mirada del alfa a mi lado ¿cómo se llamaba..? Ah, Kim Taehyung. Luego de una conversación tensa llegó el dueño de mis suspiros, de mi alma, de mi vida. Parecía asustado, nervioso ante mi presencia ¿y cómo no? No todos los días conoces a tu destinado por primera vez.

El rey nos dio permiso de ir a cada uno con nuestro destinado, me apresuré a tomar la mano del príncipe Jimin, tan suave, tan pequeña... Tan mía.

—¡Mi destinado, será un placer conquistar tu dulce y frágil corazón!

Le dije con sinceridad, él sonrió levemente ante mi osadía, y nos miramos a los ojos <<¿Trae lentillas rojas? >>, me pregunté porque parecía que estaban agrietándose.

—¡Él es mi destinado, consíguete al tuyo! —gritó el alfa detrás de mí. ¡Pero que tontería!

Jimin lo miró sorprendido, yo lo miré furioso y el resto de la familia real parecían preocupados a excepción de Yoongi que se estaba divirtiendo con la situación. No iba a permitir que se interpusiera en mi camino. Me puse de pie rodeando los hombros de Jimin con mi brazo, eso al parecer lo hizo enfurecer más porque estiró la mano tomando el antebrazo de mi lobito.

—¡Dije que es mi destinado! —volvió a repetir el imbécil.

Coloqué mi mano en el pecho de Taehyung. Desde que lo conocí en el exterior del castillo sentí que sería una piedrita en el zapato, con el toque pude sentir su cuerpo arder porque estaba furioso al igual que yo lo estaba.

—Jimin, dile que se largue, dile que yo soy tu destinado —le dije a mi omega, él me volvió a ver a los ojos. Sé que soy hermoso pero estaba prácticamente babeando ante mi hermosura—. No te pongas nervioso.

—Es que... —murmuró apartando la vista para ver a Taehyung—... Creo que los dos son mis destinados —dijo finalmente desconcertando a todos.

—Jiminie, no creo que estés pensando con la cabeza... —masculló Hoseok.

—Mi lobo no miente, ¿es posible? —preguntó eso último moviendo los hombros para apartarse de mí y avanzar hacia el escritorio en el que estaban sus padres.

Ellos se vieron a los ojos tratando de buscar respuesta, después negaron al mismo tiempo.

—No había escuchado de algo como esto... —contestó el rey Seokjin.

—Pues no lo acepto, Jimin es mi omega y voy a reclamarlo —dije tajante sorprendiendo a todos.

—¿Omega...? —cuestionó Taehyung ensanchando sus fosas nasales para oler con atención al lobito.

—¿Y te dices ser su destinado? —Me mofé. ¿De verdad es tan tonto como para no notarlo?

—Esta es una situación fuera de lo común, pediré asesoramiento y...

—No hay nada que aclarar, Jimin es mío y lo voy a marcar. —Apreté los puños interrumpiendo al rey Namjoon.

—¡No le hables así a nuestro rey! —gritó Taehyung tocándome el pecho con la punta de su dedo índice, ya me tiene arto.

—¡No vuelvas a tocarme! —Mi cuerpo comenzó a humear y mi respiración a agitarse.

Ya no podía controlar más al lobo que llevo adentro, al lobo que me pide imponer autoridad para reclamar a mi omega así que apreté mi puño llevándolo directo a la quijada de Taehyung pero este lo esquivó con habilidad devolviéndome el golpe que claramente también esquivé.

—¡Deténganse! —gritó el príncipe Yoongi con voz de mando interponiéndose entre los dos.

Su voz de mando no me causaba ningún efecto porque también soy alfa, aún así me detuve por respeto, porque era el aspirante a la corona y el próximo rey.

—Soy un noble, exijo que despidan a este impostor —dije señalando a Taehyung con el dedo índice.

—¿Qué más da que seas un noble? Yo también lo soy, ademas de eso soy el jefe de seguridad, si quiero puedo vetarte del castillo.

—¡Nadie irá a ningún lado! —gritó Jimin, al hacerlo las lentillas rojas de sus ojos salieron disparadas revelando sus hermosos ojos azules, sus ojos de omega.

Sonreí triunfal porque descubrí su identidad desde el salón real. ¿Por qué le mintieron a todo el país lunar?

—Creo que todos nos estamos sobre exaltando, espero que a pesar de tener a sus lobos descontrolados logren calmarse —dijo el rey Seokjin levantándose del regazo de Namjoon.

Jimin se relamió los labios, decidido avanzó hacia nosotros estirando ambas manos, una a mi dirección y la otra a la dirección de Taehyung. Por supuesto que la tomé entrelazando mis dedos con los suyos y apretándolos con fuerza pero el bastardo frente a mí también lo hizo.

—Los dos son mis alfas... Por ahora. —Suspiró—. Dejen de causar un alboroto.

—¡Uuuuuuh! ¡Esto se está poniendo bueno! —exclamó Hoseok dando saltitos, rodé los ojos fastidiado ¿le emociona verme ganar el corazón y cuerpo de su hermano o le emociona verme hacer añicos al alfa que está tomando su delicada mano?

—Será interesante ver esto —dijo el príncipe Yoongi.

El rey Namjoon se puso de pie aclarando la garganta, suspiró ¿confundido? al mismo tiempo que se acercaba a nosotros. Era imponente de eso no había ninguna duda, pero no le tenía miedo porque mi padre me contó la historia de él con Seokjin así que sabía que tenía un corazón blandengue.

—No lastimen a mi hijo y no revelen que es un omega, si alguno de ustedes lo hace voy a ejecutarlo. —Amenazó oscureciendo la mirada.

Por mí estaba bien, si para proteger a mi omega tenía que seguir con la mentira real entonces lo haría.

—Haré lo que me pida, su alteza —contestó Taehyung, ese lamebotas.

—Haré lo que sea para que Jimin esté bien —dije finalmente, mi omega volteo a verme y logré notar una sonrisita en sus labios. Por supuesto que será mío. Kim Taehyung no tiene los cojones, ni la capacidad de seducción tan grande como la mía.

Park Jimin

Me sostenían los dos de la mano, el tacto de Taehyung era suave, delicado, reconfortante. Sus manos finas y suaves acariciaban mi piel y mi alma. Por otro lado las manos de Jungkook eran más grandes, su tacto era rudo, apretaba mis dedos indicando indirectamente que no iba a dejarme escapar de sus garras. Y a decir verdad yo no quería escapar de las garras de ninguno de los dos. Estaba en serios problemas, porque con ese simple acto comprendí que el par eran como el Yin y el Yang, como el agua y el aceite, uno era la noche, el otro el día, sentir la mano de uno me brindaba protección y la del otro paz. No tenían punto de comparación, eran completamente distintos, lo único que tenían en común era el ligero detalle de que soy el destinado de ambos.

—¿Puedo ir con ellos a un lugar aparte? —le pedí permiso a mis padres.

—Por supuesto, nosotros somos fieles creyentes en el lazo del destinado, así que los tres tienen nuestro apoyo —dijo papá Jin.

—Pero Kim Taehyung se queda conmigo. Necesito hablar asuntos privados con el nuevo jefe de seguridad —dijo papá Namjoon.

—Bueno, su alteza. Nosotros nos retiramos. —El alfa Jungkook tomó los lentes oscuros que Taehyung tenía en el cuello de su camisa sin permiso— ¿No te molesta, cierto? Es para cuidar a mi omega. —Con suavidad los colocó en mis ojos, después me jaló hacia la salida de la oficina.

Estando afuera sonrió radiante mostrándome sus hermosos dientes blancos.

—¿Algún lugar del castillo en el que nadie nos interrumpa?

—Oh... —Contuve la respiración.

—No te pongas nervioso, solo quiero que hablemos —Acarició mi quijada y sonreí.

Confiaba en él por completo, es que es algo inexplicable, la verdad pensaba que todo eso del destinado era una exageración pero al vivirlo en carne propia comprendí que se trataba de un lazo muy fuerte.

—Mí... mí habitación. —Seguíamos tomados de las manos, así que lo guíe a mi habitación.

Él parecía estar memorizando todo el camino porque observaba cada detalle del castillo. Al llegar abrí la puerta sin soltarle la mano porque no quería hacerlo y además él tampoco tenía intención alguna de soltarme.

—Es lujoso —me dijo— ¿Pero qué esperaba? Eres el príncipe.

—Y tú eres Jeon Jungkook, el hijo de los amigos de mis padres y prometido de Lee inguk...

—Soy todo eso menos el prometido de esa alfa, desde el momento en el que te vi mi lobo supo que estaría contigo el resto de mis días.

Me quité los lentes de sol para mirarlo a los ojos una vez más, sus palabras acarameladas me hacían desearlo, desear su cuerpo, desear su compañía.

—¿No la querías? Ella parecía muy interesada en ti —dije sintiendo que mi estómago ardía y sentándome en un mueble rojo aterciopelado de mi habitación.

—Era un interés mutuo, arreglo de nuestros padres para mantener nuestra descendencia pura.

—Oh... —Bajé la mirada, había olvidado por un instante que soy un omega. Eso me ponía en desventaja, además él y Taehyung descubrieron que estuve mintiendo todo este tiempo.

—¿Crees que me importa? —cuestionó como si estuviera leyendo mis pensamientos mientras se acercaba a mí, con dos de sus dedos tomó mi barbilla obligándome a mirar hacia arriba porque yo estaba sentado y él parado.

—¿Qué cosa...? —pregunté en un murmuro haciendo contacto visual nuevamente. Sus ojos rojos brillaron todavía más.

—Que seas un omega no me importa. —Sus palabras causaron un gran alivio en mi ser— Eres mío y cuando te marque nadie nos va a separar.

¿Marcarme? Pero si dejo que me marque voy a perderme la compañía de Kim Taehyung y él también a mi destinado. El simple hecho de imaginar que me separan de alguno de los dos me vuelve loco.

—Jeon Jungkook, quiero que me marques... —mascullé.

¿Por qué dije eso? Es que de verdad quería que lo hiciera, pero no todavía porque Taehyung también es importante para mí. Él se mordió los labios seductoramente, después en un movimiento rápido se inclinó hacia mí devorando mis labios. Nuestras bocas ardientes se sincronizaron a la perfección, me aferré a su camisa con fuerza para impedir que se alejara, él me tomó de la nuca, sentí mi símbolo omega arder, quería más de Jungkook, quería sus labios sabor fresa, quería su cuerpo todo para mí.

—Te voy a hacer mío —al decir eso me levantó en el aire con facilidad y yo coloqué mis piernas al rededor de su cintura. Se sentía tan bien, como si mi cuerpo hubiera sido hecho como una pieza de un puzzle que encajaba a la perfección con Jungkook.

—Todavía no... —dije con la respiración agitada.

—¿Por qué? —preguntó en medio de babas y besos.

—Kim Taehyung también es mi destinado, no puedo hacerle eso...

Me tomó por la cintura apartándome de su cuerpo, su mirada amorosa cambió a una hostil, creo que estaba a punto de maldecirme pero alguien tocó la puerta de mi habitación dando golpes apresurados. Me acomodé la ropa y estilicé mi cabello para abrir, del otro lado estaba Taehyung con su rostro pálido, mirada penetrante y voz agitada.

—No lo hagas Jimin, no tengas sexo con él.

Parecía más una súplica que una petición. ¿Cómo supo que estábamos a punto de...?

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