🐺Capítulo 2🐺
Pude sentir que el olor de mis feromonas a césped recién cortado ir en crescendo, los ojos de Yoongi centellearon en un color rojo neón intenso cuando se percató de que mi lobo omega estaba comenzando a opacar al falso alfa. Hoseok también volteó a verme, los tres estábamos en pánico porque frente a nosotros habían miembros de la corte y periodistas, y si mi verdadero yo salía a flote se caerían años de mentiras y la veracidad de la familia real sería cuestionada.
—Después de que le avise a nuestros padres llevas a Jimin al castillo —ordenó Yoongi a mi hermano utilizando su voz de mando—. Jimin, no importa qué suceda ve y enciérrate en tu habitación.
—Hecho —contestamos al mismo tiempo.
Hoseoki me tomó la mano esperando a que mi hermano consiguiera el permiso de mis padres para irnos del salón real. Se acercó cautelosamente murmurando al oído de papá Jin, noté su preocupación, después dialogaron con papá Nam y asintió con la cabeza. El par de lobos culpables de mis feromonas incontrolables se acercaron más al trono. Yoongi hizo la señal a mi hermano para que me sacara del lugar, salimos juntos pero antes de cruzar la puerta eché un último vistazo a mis destinados. ¿Por qué son tan jodidamente atractivos?
—¡Espero que nadie lo haya notado! —gritó mi hermano mientras corríamos por el pasillo.
—Son mis destinados Hobi —dije anonadado y él sonrió.
—No creo que sean ambos, pero uno podría serlo. Vamos a tu habitación antes de que la servidumbre se de cuenta de tu olor a omega.
—¿Huelo tanto? —pregunté mientras subíamos las escaleras a toda prisa.
—A césped recién cortado, nunca te había olido.
—¿Crees que se adelante mi celo? Dicen que eso sucede cuando conoces a tu destinado...
—¿Cuando fue la última vez?
—Hace cinco días.
Hoseok no dijo nada porque llegamos a mi habitación, abrí la puerta entrando al interior sintiendo alivio.
—Voy a estar afuera, seré tu guardia. —Sonrió al mismo tiempo que acariciaba mi cabeza como si fuera un cachorro y es que para mis hermanos siempre lo sería.
—Gracias...
—Tus lentillas comienzan a cuartearse, será mejor que te las quites. Ya me dio miedo de encontrar a mi destinado y que no haya nadie para ayudarme.
—Siempre estaremos ahí para ti, hermano. —Sonreí y asintió porque lo sabía, los Park nunca nos abandonábamos.
Kim Taehyung
Después de entrenar y capacitarme tan arduamente por fin obtuve el puesto con el que soñaba desde niño. Ese día iba a conocer al rey Namjoon y a toda la familia real para presentarme ante ellos como el nuevo jefe de seguridad. Brindaría mis servicios y mi lealtad a la corona. Estaba dispuesto a morir por ellos, a enfrentar a todos sus enemigos.
Cuando llegué al castillo estacioné mi automóvil cerca de la entrada, después caminé confiado por las escaleras para dirigirme al salón real, fue en ese momento que me topé con quien sería un dolor en los cojones. Era un alfa de mi misma estatura, llevaba guantes de piel negros e iba muy bien vestido, parecía un noble. Él corrió para llegar a la puerta al mismo tiempo que yo, estando frente a frente sus ojos rojos se encontraron con los míos porque ambos queríamos entrar al salón y era bien sabido que para entrar se hacía fila y era por orden de llegada.
—Llegué primero —dijo levantando la barbilla. Pero que voz tan desagradable, pretencioso y altanero.
—Me temo que somos los últimos que queremos ver al rey. —Aclaré la garganta tratando de sonar lo más amable que pudiera—. Llegué primero, tú corriste por las escaleras para alcanzarme.
—¿Ah sí? —Alzó las cejas—. Soy un noble, ¿tú quién eres?
Me miró con desprecio y después empujó mis hombros con su cuerpo abriéndose paso hacia el salón ¡Pero que hijo de puta! Soy el nuevo jefe de seguridad y también un noble, un tipo como ese no iba a golpear mi orgullo humillándome de esa manera. Por eso emparejé mis pasos con los suyos, de esa manera entramos los dos al mismo tiempo. A medida que avanzaba al interior mi lobo entró en un estado incómodo, había un olor peculiar que busqué con la mirada por todas partes hasta que lo vi.
Era el príncipe Park Jimin. ¡Pero que preciosidad! Mi boca comenzó a secarse y escuchaba el corazón del príncipe latir casi casi a la misma sincronía que el mío. Las náuseas me invadieron y como por arte de magia, de la manera más mística posible lo comprendí; era mi destinado.
Quería correr a abrazarlo, a marcarlo, a hacerlo mío. Por eso se lo exterioricé a los reyes y les pedí que apagaran las cámaras de Lobotube porque no era propio de la realeza mostrar a los destinados de los príncipes sin antes formalizar la relación. Y el imbécil a mi lado con tal de no quedarse atrás tuvo que mentir para convivir porque dijo que también había encontrado a su destinado ¡Que coincidencia! Pronto noté que el príncipe Yoongi les dijo algo al oído a sus padres y entonces mi destinado salió del salón real junto con su hermano; el príncipe Hoseok.
Al verlo partir sentí que me arrancaron una parte de mi alma, mi aliento se contuvo al contacto visual con él porque quería gritarle que se quedara a mi lado.
—Quiero casarme en cuanto antes, su alteza —dijo el alfa que estaba a mi lado.
—Dime el día, nosotros te proporcionaremos el segundo salón más grande del palacio porque el principal es para los festejos de los miembros de la realeza —contestó el rey Namjoon.
—Mi señor, creo que tendrá que desempolvar el salón principal porque su hijo es mi destinado.
Giré el rostro desconcertado al escucharlo decir eso, ¿su destinado es uno de los hermanos de mi Jimin? ¡Otra coincidencia! Voy a tener que soportarlo en las cenas familiares.
—¿Qué hay de mí? —cuestionó una loba que estaba sentada en las sillas junto con la corte. Era hermosa, comprendí que una alfa.
—Cancela los planes, nada ni nadie se interpondrá entre mi destinado y yo —dijo y la mujer apretó los puños sintiéndose rechazada.
—¡Vaya, vaya. Cambios de planes! —Aplaudió el rey Seokjin.
—Su alteza, yo también soy el destinado de uno de sus hijos —dije finalmente.
—Que oportuno —dijo el príncipe Yoongi mirándonos con desprecio.
—Bueno, bueno. Encontrar al lobo destinado es motivo de festejo. Por eso los invito a seguirme al interior del castillo para hablar, después de todo seré su suegro —dijo el rey Namjoon poniéndose de pie—. Sean todos despedidos, nos vemos después. —Al decir eso nos hizo una señal con la mano y lo seguimos.
El primero en cruzar la puerta fue el rey Seokjin, después el rey Namjoon, seguido del príncipe Yoongi. El alfa y yo peleamos a empujones para cruzar primero, que obstinado es, pero yo también.
—¿Van a entrar o seguirán siendo infantiles? —preguntó el príncipe Yoongi.
Me aparté dejando entrar primero al alfa.
El interior del castillo era hermoso, las paredes con incrustaciones de oro al igual que el techo, los suelos bien pulidos, cientos de pasillos en los que podría perderme pero que pronto memorizaría porque al ser el jefe de seguridad ese era mi deber.
—Estaremos en mi oficina —dijo el rey—. Seokjin, trae a Jimin y Hoseok.
El rey Seokjin asintió con la cabeza yéndose por los dos príncipes. Era evidente que el otro alfa era el destinado del príncipe Hoseok porque mi destinado era Jimin.
—Siéntense, pónganse cómodos. —Nos invitó a tomar asiento.
El alfa se sentó de inmediato luciendo despreocupado, veía cada lugar de la oficina meticulosamente, mientras que yo lo veía a él. Obviamente notó el peso de mi mirada así que volteó a verme. Hicimos contacto visual, segundos después sonrió de manera burlona.
—¿Soy tan atractivo? No dejas de mirarme —dijo con presunción.
—Por supuesto que no, es que me desagradas tanto que tu mera presencia me causa náuseas.
—No sé cuáles son sus asuntos personales y no me interesan. Es mi castillo y no quiero nada de discusiones en esta oficina —dijo el príncipe Yoongi al sentarse en una silla cruzando los brazos.
—Una disculpa, su alteza —contesté.
En ese instante sentí el dulce aroma de mi destinado, era un olor peculiar semejante al césped. ¿Qué ese no era el aroma de los omegas? Se supone que los tres príncipes son alfas. La puerta se abrió, entraron los dos príncipes y el rey Seokjin quien avanzó hacia el escritorio del rey Namjoon para sentarse en sus piernas.
—¿Quién soy yo para interponerme a los destinados? —cuestionó el rey Namjoon— Vayan con su destinado y disfruten de su presencia.
El alfa a mi lado y yo nos pusimos de pie, me acerqué con paso lento a mi Jimin, él parecía nervioso porque se relamía los labios mientras me veía. Por otro lado Hoseok tenía puesta una cara de asco muy notoria. Estuve a punto de tomar la mano de mi destinado cuando el puto dolor de bolas lo tomó primero haciendo un gran escándalo al arrodillarse ante él.
—¡Mi destinado, será un placer conquistar tu dulce y frágil corazón!
Amplíe los ojos sorprendido ante la confesión de ese alfa estúpido ¿Su destinado? ¡Es mí destinado!
Pronto mi lobo interno comenzó a humear, pude ver el vapor salir de mi cuerpo, si no me controlaba iba a terminar convirtiéndome en la oficina real y no quería causar una mala impresión. Así que sintiendo que mis músculos se hacían más fuertes tome el antebrazo del farsante arrodillado gritando:
—¡Él es mi destinado, consíguete al tuyo!
Jimin me miró sorprendido, el alfa me miró furioso y el resto de la familia real parecían preocupados a excepción de Yoongi que se estaba divirtiendo con la situación.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro