🐺Capítulo 15🐺
Kim Taehyung
La plata pura líquida entró en el sistema de Jimin tan rápido que cuando los médicos reales llegaron ya no había nada que lo pudiera salvar. Observé la marca en su cuello desaparecer, la verdad no me importó estar desnudo frente a tanta gente pero la prima de Jimin nos proporcionó ropas a Jungkook y a mí. Si él no se hubiera interpuesto en nuestra relación nada de esto habría sucedido. Así que lo tomé de la chaqueta con fuerza mientras que el par de reyes le lloraban al cuerpo de su hijo.
—¡No te atrevas a lastimarlo! —dijo Yoongi con voz de mando—. Mi hermano ha muerto para salvarlos y si alguno de ustedes muere le estarán faltando el respeto a su memoria.
—Vivir no tiene sentido si no está Jimin —dije.
¿Para qué vivir si él no estaba respirando?
—Lo que no entiendo es que estás parado como si nada —dijo Yoongi mirándome a los ojos—. Se supone que marcaste a mi hermano, el vínculo debió ocasionar que desearas la muerte cuando él murió.
—¡No se vincularon! —gritó el rey Seokjin apartándose del cuerpo de Jimin— ¡Lo marcaste por la fuerza y el vínculo no se llevó a cabo! Si hubieran esperado un poco más la marca habría desaparecido ¡Esto es un desastre! —gritó en medio de lágrimas y el rey Namjoon lo abrazó.
—¿Jimin nunca me perteneció? —pregunté en un hilo de voz dando un paso hacia atrás.
—¡Y ahora por tu culpa está muerto! —gritó Jungkook apretando los puños, tratando de controlar su lobo— ¡Su aroma está desapareciendo! —volvió a gritar poniéndose de cuclillas para oler el cuerpo de Jimin.
Hice lo mismo, me acerqué a oler y toda fragancia omega había desaparecido. Solté más lágrimas invadidas de arrepentimiento, de impotencia, de ganas de regresar el tiempo para evitar que la calamidad sucediera.
—Jimin los amaba a los dos —dijo el príncipe Hoseok—. Los amaba incluso más que a si mismo, por eso hizo lo que hizo. —Nos miró juzgando nuestro acto, pero también era consciente de que en cuestiones de destinados y marcas se nubla la razón del lobo.
—Haremos un funeral, yo lo coordinaré porque papá Jin ya se desmayó y no creo que alguno de los dos pueda hacerlo —dijo Yoongi—. Llévense el cuerpo —añadió ordenándole a los médicos forenses que lo hicieran.
Sentí unas ganas inmensas de abrazar el cuerpo inerte de Jimin, de pedirles que me dejaran quedarme un ratito más junto a él. Así que empujando a Jungkook para que se apartara me acerqué.
—¡Por favor, se los ruego! —grité en medio de lágrimas.
Me quebró el alma verlo en esa situación, tan quieto, con el color en sus mejillas desvaneciéndose ¿Es todo esto mi culpa? Estuve a punto de caer de rodillas pero sentí un par de manos conocidas sostenerme, era Hyunjin, mi rubio amigo que llegaba siempre en el momento indicado.
—Jungkook, ven conmigo... —Era la voz de la alfa Inguk.
—¡Ahora hagan lo que quieran conmigo, total. Jimin ya no está entre los vivos! —gritó furioso.
—Hijito de mi alma. —Era la señora Jeon—. Lamento mucho esta situación.
—¿Ya estás contento? —me preguntó furioso.
—Yo no quería que pasara esto, Jungkook.
—Pues ahora que Jimin ha muerto sé que no lo necesito para vivir —dijo relamiéndose los labios—. Te lo puedes quedar.
Al decir eso se fue con sus padres sin importarle dejar el cuerpo de Jimin, sin importarle el velorio, ni nada que tuviera que ver con nuestro destinado.
—Márcalo. —Era la voz del príncipe Yoongi—. ¿Lo querías no? Márcalo de una buena vez antes de que se lo lleven.
—Pero antes, cuando lo hice fue en contra de su voluntad.
—¿Y eso qué? Es tu destinado, tómalo. —Yoongi miró a lo lejos a Jungkook subirse al automóvil con sus padres y con Inguk—. ¿O vas a dejarlo ir tan solo porque ya no respira? Un lobo, un alfa pelea incluso con la muerte por su omega.
Tragué saliva nervioso, después me acerqué a su cuerpo. Suspiré para después darle un beso en la frente, estaba tan helado como el hielo, sus mejillas rosas eran pálidas, sus hermosos ojos azules no centelleaban así que los cerré con mis pulgares. Lo abracé en medio del llanto, si tan solo no lo hubiera marcado imprudentemente nada de esto hubiera pasado ¿Por qué tuve que ser tan arrebatado?
Besé el área en donde debería de ser marcado, el área en donde yacía la marca que le había hecho antes. Tomando todas mis fuerzas, todo mi amor, uniéndome a mi lobo en cuerpo y alma para cumplir con mi deber de alfa. Encajé mis dientes en su piel sorbiendo su sangre que todavía se sentía un poco cálida, no me importó el riesgo que conllevaba tal acto porque al haber ingerido plata posiblemente también pude envenenarme. Un aire mágico me envolvió, en ese instante sentí que toda mi vida, toda mi existencia tenía sentido. Marqué a mi destinado, me uní a él.
Tal vez no en vida...
Tal vez nunca más podría volver a tocar sus labios...
Pero me pertenecía...
Era mío y yo era suyo.
Me separé de su cuerpo deseando que sucediera como en las películas de lobos en las que cuando muere el destinado logra resucitar gracias al poder de la marca. Sin embargo ese no fue mi caso, Jimin se había marchado para nunca más volver.
Me puse de pie con piernas tambaleantes, de alguna manera me sentí más tranquilo, era como que si la tristeza de haber perdido a Jimin desapareciera. ¿Por qué?
—Ahora sí, llévenselo —ordenó Yoongi.
Los médicos forenses se lo llevaron, de esa manera iban a prepararlo para el funeral. Me quedé de pie sintiendo un mar de emociones. Tristeza, tranquilidad, amor, satisfacción. ¿Por qué me sentía de esa manera?
—El funeral será llevado a cabo en la capilla real, la abriremos cuando el cuerpo esté listo —dijo Yoongi, seguido de eso me tocó el hombro apretando con fuerza—. Lo siento mucho.
Bajé la mirada, no pude contestarle. El amor por Jimin nos unía en este momento de tristeza.
La familia real entró al castillo, ellos debían prepararse para dar el anuncio al reino entero acerca de la caída del miembro más joven. Yo estaba a punto de irme a fumar un cigarrillo cuando Jeon Jungkook se paró frente a mí estirando la mano para darme un saludo, dudoso lo acepté. ¿Cómo fue que llegó tan rápido a mi lado? ¿No estaba ya en el automóvil? Al parecer se había regresado.
—Tu dolor es mi dolor porque también perdí a mi destinado —dijo con su chocante voz invadida de altanería.
—Te equivocas —dije apretando su mano—. Tú perdiste a tu destinado, yo perdí a mi lobo, a mi omega, mi destinado, mi todo. —Solté su mano—. Espero que puedas vivir a sabiendas de que todo esto se pudo evitar si hubieras detenido la pelea en cuanto lo marqué.
Dicho eso se dirigió hacia padres e Inguk y se marcharon del reino. ¿Va a casarse con ella? ¿Después de todo lo que pasó se va así sin más? Jimin no le importaba realmente...
Fui en búsqueda de mi automóvil un arranque de desesperación, corrí a subirme, encendí el motor y conduje a gran velocidad saliendo del lugar. Iba a irme no solo del castillo, iba a desaparecer de la faz de la tierra. No tenía sentido que fuera al funeral de Jimin porque su alma ya no estaba presente, no quería verlo en el ataúd, no era lo suficientemente fuerte.
No sé durante cuánto tiempo conduje hasta llegar a la cima de la montaña Lunar. Estando en la punta bajé del auto dejando las puertas abiertas, encaminándome al césped humedecido por el rocío que caía porque estaba amaneciendo, miré las flores silvestres al mismo tiempo que mis lágrimas escurrían por mis mejillas y me dejé caer sosteniendo en mis manos una cuerda gruesa que utilizaría más tarde para colgarme del risco.
—Park Jimin, conocerte fue la cosa más grandiosa y emocionante que he hecho.
>>Mi Jimin, lamento mucho haber sido tan estúpido, lamento haberte marcado en contra de tu voluntad, lamento mucho no saber protegerte como merecías. Yo, al igual que tú... —Me quedé callado un par de segundos, después volví a hablar—. No puedo vivir sin ti, espero reunirme contigo en el más allá y espero que en ese lugar podamos ser felices porque aquí en la tierra fuimos un desastre... Un desastre que estaba destinado a suceder.
Lloré un poco más hasta que finalmente me puse de pie, estaba dispuesto a suicidarme porque no podía vivir sin Jimin. Así que amarré la cuerda a mi cuello, después la amarré a una roca grande y mientras apretaba los puños y miraba al cielo me despedí mentalmente de Jimin.
Park Jimin
Si algo puedo asegurar es que cuando Taehyung me mordió la sensación fue totalmente distinta a cuando lo hizo por primera vez. Sentí una frescura indolora, sentí la tristeza de su alma por creer que me había perdido. Mi lobo movía la cola como loco anhelando besar los labios de mi alfa. Sin embargo mi cuerpo estaba quieto y sin respirar ¿Por qué seguía sin poder moverme? Era un suceso extraño pero mi vida no era exactamente común desde un principio.
Los médicos forenses me llevaron a la morgue, me acostaron encima de la plancha fría, apreté los labios porque estaba completamente desnudo ¿Iban a hacerme la autopsia? Si lo hacían moriría ¡Hey paren! Trataba de gritar pero era inútil.
—Colócale la manta, lo quieren ver sus hermanos —dijo uno de los forenses.
Sentí una manta blanca encima de mi cuerpo, después escuché y olí la presencia de mis hermanos mayores. Como los quiero, espero que logren perdonarme.
—¿Ya estás descansando, Jiminshi? —Era Hoseok, su mano cálida tocó la mía.
—No creo que esté descansando... —dijo Yoongi. ¿Por qué es tan frío incluso en estos momentos?
—¡Oye, no digas eso! —lo regañó Hoseok y pude escuchar que le dio un manotazo.
—Es que mira su tórax, ¡se está moviendo!
—¡¿Qué?! ¡¿Cómo puede ser posible esto?! —gritó mi hermano mestizo haciendo un escándalo— ¡Doctor, doctor!
Pude escuchar su voz alejarse para ir en búsqueda de un doctor.
—Fue la marca, ¿verdad? —me preguntó Yoongi—. El poder de la marca con tu destinado... El poder de la marca de un alfa con el corazón quebrantado. La primera vez no funcionó porque estaba molesto...
—Sí... —quise responder pero al parecer todo se quedó en mis pensamientos.
Los médicos me movieron de lugar llevándome a una cama cómoda, estando allí me inyectaron un montón de medicamentos y luego de un periodo de tiempo el cual no tengo idea cuánto fue abrí los ojos.
—¡Jimin, estás vivo! —Papá Jin me abrazó con fuerza dándome besos por todo el rostro.
—¡Gracias a la madre luna! —Papá Nam se arrodilló al decir eso agradeciendo.
—¡No vuelvas a hacer eso! —Papá Jin me golpeó el brazo un par de veces.
—Lo siento... ¿Dónde está Taehyung? —Me senté—. Quiero verlo y decirle que al marcarme el veneno en mi cuerpo se desvaneció y... ¿Por qué me miras así? —le pregunté a papá Jin.
—Porque todo este desastre parece estar teniendo solución y porque estás vivo. Mi cachorro pequeñito... —Soltó una lágrima y sonreí.
—Taehyung se fue —dijo papá Namjoon poniéndose de pie, después me dio un abrazo caluroso.
—¿A dónde?
—Lo he visto marcharse en su automóvil. Tal vez para huir de la situación, se veía muy afectado.
—¿Y dónde está Jungkook?
—Se fue con sus padres, fue a cumplir su deber con Inguk.
—¿Muero dos segundos y sus intereses cambian? —pregunté alzando las cejas.
—Pero eso es conveniente —dijo papá Jin—. Has elegido a Kim Taehyung.
—Debiste morir para que sucediera esto, para aclarar tus sentimientos —dijo papá Nam.
—¡Papás! —chillé.
—¡Hermano! —Era Hoseok, corrió a abrazarme al entrar a la habitación— ¡¿Ya le vas a decir a Yoongi que soy tu favorito?!
—No para de alardear acerca de eso —dijo Yoongi levantando los hombros—. Estoy muy ofendido.
—Son la mejor familia que pude tener... —solté con sinceridad—. Pero necesito encontrar a...
—Taehyung se va a suicidar, tienes que detenerlo. —Era mi lobo, lo escuchaba más fuerte y claro que nunca.
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