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Destinados 38

Si no me regalas tu voto (★) y comentas me harán sentir triste y wua llorar.

Semanas después.

Jimin sabía que había algo que ocupaba completamente la atención de su alfa, sólo que no podía descifrar que era aquello.

Habían visto en las noticias como algunos líderes del concejo eran encarcelados, y eso era bueno, porque ellos estaban corrompiendo el concejo.

Se suponen que existen para tomar decisiones correcta, para velar por la seguridad de cada manada y cada Omega en ellas.

La diosa luna los había elegido, y ellos habían mancillado su mandato, haciendo cosas abominables a espaldas de los otros líderes.

Imperdonable.

Terminó de llenar la taza con el café negro, y lo coloco sobre el platillo de la misma, dejo la jarra del café sobre la hornilla y luego tomo la taza con café para ir hacia la oficina de su alfa.

Camino lentamente, procurándo no derramar nada en el piso de la cabaña y de no quemarse también.

A unos cuantos centímetros de la puerta, listo para tocar y poder entrar, escucho la voz gruesa de su alfa.

“No lo sé ok, no se si esto sea bueno, si acepto el puesto me pedirán mudarme a seul, y no quiero dejar Daegu, no quiero dejar a Jimin aquí, a ustedes, a mi manada” decía Yoongi.

El corazón de Jimin se aceleró ante aquello, pero tenía que calmarse, si se alteraba Yoongi podría sentirlo y podría pensar que algo malo le pasó.

Inhaló y exhaló para poder calmar las palpitaciones aceleradas de su corazón.

“Se que hay algo más que te detiene Yoongi, puedes decirme que es, soy tu amigo hyung” la voz de Hoseok se dejó escuchar.

Jimin seguía prestando atención a aquella plática, sabía que estaba mal escuchar conversaciones ajenas pero tenía curiosidad y, también deseaba saber que más apesadumbra el corazón de Yoongi.

“Tengo miedo okay, ser el jefe en líder de todas las manadas de Corea no es una tarea fácil, tengo miedo de fallar y hacer las cosas mal, tengo miedo de abandonar a mi pareja por estar metido en esa oficina con todos esos papeleos, odiaría convertirme en un mal alfa para Jimin y para mi hijo” dijo por fin Yoongi.

Y Jimin mordio su labio inferior, tenía tantas ganas de irrumpir en aquella oficina y decirle que él jamás sería una mala persona para él y su cachorro. Que pasará lo que pasará él siempre sería un buen Alfa, pero debía contenerse.

La suave risa de Hoseok inundó aquel lugar.

“Yoongi, jamás serás un mal alfa para Jimin, tú más que nadie lo sabe, has amado a Jimin desde siempre, así que no eres ni serás un mal alfa, si te sirve de algo puedo pedirle a Sungyo que sea de ayuda en el consejo, él ayudó mucho para que apresaran a los compradores de órganos” dijo Hoseok.

Jimin aún no se sentía a gusto con la presencia de Sungyo, pero durante las últimas dos semanas el alfa se había comportado bien, obviamente aún pedía su perdón todos los días, y aunque Hoseok también se disculpó diciendo que todo había sido su culpa, Jimin no lo entendió, aún así no pregunto, pero su corazón a un no perdona lo que aquel alfa hizo.

“Escuchando conversaciones ajenas” alguien dijo a su espalda.

La taza de te se balanceó sólo un poco, Jimin llevo su mano hacia su corazón y se volteo a ver al culpable de ese susto.

Taehyung le veía divertido mientras negaba, Jimin gruño ante aquello.

Se retiró lentamente de aquel lugar, con su entrecejo levemente fruncido, arrugando su nariz. Molesto con Taehyung porque ya no podría seguir escuchando la conversación de su alfa y Hoseok.

La puerta de la oficina fue abierta rápidamente y Hoseok salía de ella, sonriendo cariñosamente a aquellos dos omegas, Yoongi salió segundos después y cuando sus ojos se toparon con los de Jimin, sonrio levemente avergonzado.

Quizás Jimin iba a tener una plática muy seria con su alfa, una vez pudieran estar solos y sin que nadie les interrumpiera.

Pero desde ya, ya sabía lo que le diría a Yoongi. Porque Jimin siempre iba a apoyar las decisiones que Yoongi tomará.

Un mes después.

Con casi tres meses de embarazo, sus cambios de humor eran variantes, cuando menos acordaba estaba llorando, al minuto siguiente estaba enojado y luego feliz, y él que pagaba los platos rotos siempre era Yoongi.

Aunque Jimin debía admitir que era lindo ver como Yoongi hacia todo lo que él le pedía.

Si Jimin quería helado de fresa de Busan, Yoongi viajaría hasta Busan por un litro de helado.

Si Jimin quería tteboki picante de Daegu, Yoongi iría hasta allí y traería tteboki para él.

Ahora que vivían en seul, las cosas estaban yendo bien, el temor de convertirse en un mal alfa, se habían disipado, sólo un poco, porque Yoongi no quería perderse ninguna etapa del embarazo de su pareja.

Tenia deberes que cumplir, pero Yoongi no estaba solo, tal y como hoseok lo prometió, Sungyo era el ayudante de Yoongi, él que se encargaba cuando el líder no estaba, al menos así Yoongi podría pasar tiempo de calidad con Jimin.

Aunque habían pasado dos meses desde aquel día, y aunque Sungyo lo seguía poniendo nervioso, su odio hacia él y revestimiento iba bajando poco a poco, al menos ahora podía entablar una corta conversación sin entrar en crisis y huir de él, hacia los brazos de Yoongi.

Había ayudado mucho la plática que Hoseok había tenido con él, explicando que de cierta forma él tenía la culpa de la masacre de su manada, pero aquel cruel y vil acto había sido dado por alguien más, alguien que movía los hilos que sujetaban a Sungyo.

Jimin jamás pensó que el jefe en líder del concejo había sido el culpable, y todo por la egoísta razón de obtener órganos y venderlos al mercado negro.

Yoongi beso la espalda de Jimin, haciéndolo gemir, aquel acto saco a Jimin de sus pensamientos, no debía pensar en eso, no cuando tenía a Yoongi atrás de él completamente desnudo.

Delicioso.

En un dos por tres Jimin fue puesto sobre la pelvis de Yoongi, haciendo sonreír al alfa al ver la tierna pancita de Jimin, acariciándola lentamente.

Jimin se acomodó y él mismo guió el pene erecto de su alfa hasta su apretada pero caliente entrada, estaba tan deseoso, últimamente su apetito sexual era voraz.

Gimió sonoramente cuando tuvo por fin metido completamente el miembro viril y palpitante del alfa en su interior, disfrutando la sensación que este le dejaba con las leves embestidas que Yoongi le daba.

Su boca abierta, sus cabellos completamente desordenados, su cuerpo cubierto por perlas de sudor, simplemente hermoso, exquisito y excitante.

Yoongi lo atrajo hacia abajo para besar vorazmente su boca, degustando de lamer, chupar y morder los labios de su Omega, un pecado andante pero único.

Jimin gimió en su boca cuando Yoongi arremetió contra ese punto delicioso que te hace delirar, y pedir desvergonzadamente por más, porque la sensación que te deja es malditamente única.

Yoongi sonrió al sentir su pene se apretado por la entrada de Jimin, estaban tan malditamente cerca, pero aún no, aún no quería venirse.

Empujo lentamente en el interior, disfrutando de los suspiros pesados que Jimin le regalaba, mientras este arañaba su espalda por el espléndido placer que Yoongi siempre le otorgaba.

Era de noche, y la única luz que en aquel cuarto entraba era la luz de la luna, un hermoso cuarto menguante en lo alto iluminaba su habitación.

Los gemidos de Jimin se hicieron mas agudos cuando Yoongi sin piedad alguna empujo fuertemente, haciéndolo temblar por las sensaciones que tenía su cuerpo.

Una.

Dos.

Tres.

Cuatro.

Cinco estocadas en total y Yoongi estaba llenando el interior de Jimin, dejando que su nudo se diera, sabía que ese nudo no sería extenso y doloroso, ya que Jimin ya estaba en espera así que su semilla no permanecía dentro del Ømega.

Beso cariñosamente los labios rojos de Jimin, y acaricia su mejilla, hermoso, Jimin era malditamente hermoso y suyo.

El nudo terminó más rápido que el anterior y Yoongi lo recostó a su lado, atrayendo al Omega más cerca de su cuerpo, disfrutando del aroma de los lirios con miel y orquídeas, calmante y perfecto.

Cubrio sus cuerpo desnudos con la sabana de seda, estaba cansado, así que mañana se encargaría de limpiar debidamente a Jimin.

El castaño se rió bajito y Yoongi bajo la mirada para ver la traviesa de Jimin.

“Que pasa mi amor?” pregunto Yoongi, su voz siendo ronca.

Jimin mordio su labio inferior, pero luego hizo un puchero tierno.

“Quiero helado de menta con chocolate y galletas de vainilla” dijo el Omega con voz extremadamente amortiguada.

Y Yoongi dejo caer su cabeza hacia atrás.

Genial, y él que quería dormir sus buenas horas.

Besando la frente de Jimin, salió de la cama, busco el buso negro y una camisola del mismo color, se las coloco y cogió la billetera.

Se volteo para ver a Jimin, quien le veía desde la cama con una hermosa sonrisa en su rostro.

A la mierda él descanso, si él podía ver esa hermosa sonrisa siempre haría e iría a donde fuera con tal de complacer a su Omega.


No te olvides de votar y comentar XFAVOR.

Os gusto(?)

Jejejejeje el próximo sábado público el Final + epílogo + datos curiosos y agradecimiento.

Lean Ghouls Town y Mariscal de campo en mi segunda cuenta RedSkyYM o me voy a poner a llorar!!

MinMin✨☯️

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