Una semana se pasa volando, ni que hablar de un mes. El mes de mayo se había pasado tan rápido que los dos Ømegas en la cabaña apenas y se percataron de ese hecho.

Jimin por más que salía todas las tardes hacia su lugar secreto, no pudo nunca encontrar a su lobito, y siempre regresaba decaído y con las orejas gachas y las cola entre las patas con el aroma distintivo de la tristeza.

Y como siempre, taehyung estaba ahí, esperándolo con una manta, un abrazo, chocolatada caliente y mimos. Muchos de ellos.

Ambos se amaban, eran familia, jimin amaba a taehyung y Taetae --como le apodaba siempre-- lo amaba a él.

Ese día era diferente, sobre la cabaña estaba posado un hermoso arcoiris. Y taehyung había salido temprano hacia el centro de Daegu, hacia la editorial de la ciudad. Ya que taehyung debía entregar el manuscrito de su nuevo libro, él fácilmente podía enviarlo por E-mail, pero su primo era un perfeccionista, y aparte jimin presentía como que había otra razón de por medio.

Así que cogió su sweater celeste esponjonsito, que le dejaba siempre ver como un omega de quince aunque ya tuviera veintiséis años. Amaba ese sweater, según la matriarca de la manada en la que el creció esa prenda se la había "heredado" su "madre" cuando ella no pudo seguir más en este mundo. Jimin nunca conoció a su madre, ni tampoco a su padre; el se crió con la matriarca de la manada y ella fue su nana siempre. La matriarca era su única familia aparte de su adorado primo taehyung, aunque este no era de la manada de busan, se paso gran parte de su niñez en busan junto a jimin, haciéndole siempre compañía.

A jimin nadie nunca respondía sus preguntas de curiosidad, nadie nunca le contó la verdad sobre su nacimiento, nadie nunca le considero como alguien más de la manada.

Jimin no era tonto, el veía las miradas desaprobatorias sobre él, sobre su unión con el Alpha, la ceremonia de compromiso que realizaron fue tan precipitada que simplemente jimin nunca entendio el por qué, pero no podia rebatir nada, después de todo él se había enamorado de suwoon, su único y mejor amigo en esa manada.

Salió de la cabaña y le dio un último vistazo antes de adentrarse en el bosque.

Frotó sus brazos, a pesar de que su sweater era tibio el frío traspasaba su adorado sweater. El vaho expelía de su boca a cada paso que se adentraba en el bosque.

Sonrió cuando divisó a lo lejos su lugar secreto, el arcoiris seguía dividiéndose en lo alto, y su reflejo en el lago. Una imagen mágica, digna de una obra de arte o de un cuento de hadas.

Su corazón estaba acelerado, no sabía la razón, había amanecido con un extraño presentimiento ese día.

Aparte de que, también extrañaba a su lobito, había sido un mes demasiado largo sin verlo, y su Omega estaba triste.

El viento soplo hacia su rostro, frío, gélido pero no fuerte, sólo una leve brisa que revolvió sus cabellos, despeinandolos totalmente.

Yoongi estaba cerca, observando cada movimiento del omega. No había cambiado a su forma lobuna.

Hace un mes que no veía el tierno rostro de su destino, la reunión que había tenido en HongKong se había extendido más de lo deseado. Y recién había regresado a daegu hace tan sólo doce horas.

Y lo primero que su corazón e instinto le gritaron al bajar de aquel avión fue ver a su Omega, su destino, su mundo.

Observando quedamente sin hacer algún tipo ruido, admiro como jimin se paseaba por la caminito que iba directamente al lago, sobando sus brazos abrazándose así mismo.

Yoongi quizo ir corriendo y cogerlo en un abrazo, transmitirle su calor corporal, besarlo, llenarlo de cariño y amor, Dios. Él realmente estaba deseoso de tener a Jimin en sus brazos.

Cuando disponía ir en su busca, y presentarse como él, el humano, más no el lobo, se detuvo al escuchar la suave voz de jimin, recitando lo que parecía una canción de un triste pero a la vez melancólica.

Dios. Su voz, la voz de su Omega era hermosa, así que se quedó ahí, parado aún escondido, escuchando las letras de la canción salir de los labios de su destino.

«me dejo caer y me siento solo, sólo por dejar crecer los pensamientos, ¿desde hace cuanto tiempo me haces daño?. Ni tan siquiera tú lo sabes»

El corazón de Yoongi se aceleró, sintiendo las palabras erizarle cada vello de su cuerpo, su lindo Omega cantaba con el sentimiento brotando de sus labios.

«yo sólo digo "estoy bien", tú dices lo mismo también. Pero en realidad sabes que no es cierto, yo solo quiero ser tu luz, cariño, debería ser tu luz»

Por una razón que él mismo desconoce se encontraba con lágrimas en sus ojos, no sabe en qué momento, pero escuchar la voz triste sollozante y sofocada de su destino, no pudo evitar no también, él llorar. Y cargar con el dolor que él empezaba a asemejar que su destino cargaba también.

«quiero que está sea tu noche, cariño, quiero ser tu noche. Así está noche podría ser más honesta contigo. Ahora prometeme, varias veces al día, que aunque te sientas sólo, no te alejes más»

Yoongi quería ir y decirle que él estaría ahí para siempre a su lado, que está vez sería diferente y él lo protegería, que él le prometería no alejarse nunca más de su lado, y amarlo hasta que sus almas dejen de reencarnar, o hasta que sus corazones eternos dejen de latir.

«detente aquí durante unos instantes, y juntos entrelazemos nuestro meñiques y ahora, prometemelo»

No supo en que momento el salió de su escondite, no sabe en qué momento sus piernas se movieron en confabulación con sus pies y avanzaron hacia el cuerpo que ahora estaba temblando y que él ahora estaba abrazando.

Pero si fue consciente de una cosa.

Que ambos corazones latían al unísono.

El Omega se removió intranquilo, con un poco de confusión. Pero mas no atemorizado, el aroma de aquel desconocido que le abrazaba era tan conocido.

Aquellas manos que le apresaban fuertemente, aquella respiración en su cuello erizandole los vellos de su piel, era tan conocido.

Se sentía cálido, se sentía en casa.

Con sus ojos brillosos se dio la vuelta, quedando ahora si, frente a frente con aquel que el sospechaba era su lobito, con aquel que esperaba fuera su destino. Su final feliz.

Sus ojos se toparon con aquellos profundos ojos grises que le veían, con una tímida sonrisa, y mejillas sonrosadas. Y Jimin se sintió desfallecer.

Era él, el joven con el que se había topado en el aeropuerto. Con él que había sentido aquella extraña pero reconfortante conexión.

Yoongi le sonrio y levantó una de sus manos, llevándola directamente al pequeño mechón de cabello castaño que caía en la frente de jimin, despejando su frente, rozando levemente la piel del omega, la electricidad les recorrió a ambos en esos instantes. Fue como un pequeño choque eléctrico en sus cuerpos.

Jimin se sonrojo y bajo la mirada, evitando seguir perdiéndose en aquellos hermosos ojos que le veían con tanto empeño.

Yoongi dejo escapar una pequeña risa ante aquel acto, le parecía tan tierno y adorable, joder. Él quería apretar aquellas mejillas cubiertas de rosado pálido y luego besarlas.

Pero....

Un paso a la vez. Se dijo a si mismo.

Yoongi tomo sus manos levantándolas para llevar ambas a sus labios, y depositar un tierno y significativo beso.

Jimin alzó su mirada, y nuevamente se sintió desfallecer ante aquellos ojos penetrantes, la luz del sol le daban aquellos destellos de plata y sonrió.

"H-hola...." dijo tímidamente el Omega.

Yoongi sonrio, sabía que ahora sí, su historia nuevamente comenzaba, pero obviamente con un final diferente.

"Hola, cariño" sonrio en grande, dejando ver su gummy smile, contagiando de la felicidad a jimin quien también le sonrio con sus mejillas cubiertas del sonrojo más jodidamente tierno.

»nuestra historia apenas está empezando. Así que nadie me alejara de ti otra vez, nadie.

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Espero os guste mucho el capítulo!!

YUPPI!!! YOONGI YA SE ENCONTRO CON JIMINNIE~😗

YEHET~~

Promise es la canción♥️♥️♥️✨

Un beso, nos leemos en: LLAMA DE DESEO Y El Quarterback!!🍑♥️.

MinMin!! Les Ama~.