Capítulo 09.
🌸 Capítulo 09.
¿Estarías dispuesto a dejar tú felicidad por la de alguien más?.
"En el delicado equilibrio entre altruismo y egoísmo, se revela la dualidad del alma humana. ¿Es en el acto desinteresado de compartir nuestra dicha donde encontramos la plenitud más profunda, o sucumbimos ante el vacío de la prisión del ego, perdidos en la búsqueda eterna de satisfacción personal?"
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Jungkook y Yoongi se encontraban en aquella habitación, con sus ojos aún fijos en la esfera de cristal, mientras las lágrimas les inundaban los ojos y una opresión abrumadora pesaba en sus pechos.
-¿Qué haremos, Yoon?.- preguntó el azabache, rompiendo el denso silencio.
-No lo sé.- Respondió Yoongi, su voz susurrando en el eco del vacío. -Iré a verificar que todo esté bien.-Declaró, levantándose con determinación. Mientras tanto, Jungkook permaneció en su asiento, aguardando el regreso del Omega.
Yoongi caminaba en silencio por el jardín, sumergido en sus pensamientos, hasta que a pocos metros divisó al Omega. Quedó absorto ante aquella sonrisa que tanto le gustaba, como si el mundo entero se detuviera para admirar su belleza.
Taehyung sintió un tirón en su pecho y giró su rostro, encontrándose con los ojos cálidos y acogedores del Alfa. -Yoon.- susurró con voz suave mientras se acercaba a él. Unos instantes de silencio llenaron el espacio entre ellos, cargados de la electricidad de su conexión única, antes de que el Omega se entregara a un abrazo profundo, buscando refugio en el calor reconfortante del Alfa. Min respondió al abrazo con caricias tiernas en la espalda de Taehyung, como si cada roce fuera una promesa de amor.
Yoongi alzó su rostro para encontrarse con la mirada del sabio, quien los observaba con atención en cada movimiento. -¿Puedo hablar con usted?.- preguntó, y el hombre asintió con solemnidad.
Mientras tanto, Taehyung elevó su rostro, con los ojos aún cristalizados por la emoción, y le regaló una tierna sonrisa a Yoongi. -Iré adentro con Jungkook.- le dijo con suavidad, antes de retirarse del lugar.
El Omega entró a la habitación donde Jungkook aún se encontraba sentado en uno de los almohadones. Al verlo, sus labios se curvaron en una sonrisa tierna y llena de amor. -Hola, bonito.-susurró con voz suave.
Taehyung se aproximó lentamente y se sentó sobre sus rodillas, quedando frente al Alfa. Jungkook acarició con delicadeza el rostro del Omega, deslizando su pulgar sobre los suaves labios que tanto ansiaba besar. El deseo ardía en su interior, pero sabía que aquel momento era demasiado precioso para apresurarse.
Con una leve sonrisa en sus labios, Taehyung se deslizó hasta quedar apoyando su cabeza en las rodillas del Alfa. Jungkook acarició suavemente su rostro, sumido en sus pensamientos sobre lo que depararía el futuro. No quería dar un paso atrás; estaba decidido a permanecer al lado de su Omega, cuidarlo y amarlo con una intensidad renovada. Cada caricia era un juramento silencioso de su compromiso inquebrantable, un recordatorio de que juntos superarían cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.
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Las manos de Yoongi sudaban y su pecho parecía arder con la angustia que lo consumía. -¿Tae será feliz con Jungkook?. - preguntó entre cortado, dejando al descubierto sus temores más profundos.
El anciano observó con atención el rostro afligido del Alfa. -¿Quieres alejarte de él?.-preguntó con calma, mientras una lágrima traicionera se deslizaba por la mejilla de Yoongi, revelando la lucha interna que lo embargaba.
-No, no quiero.- respondió Yoongi, negando con la cabeza mientras mordía sus labios en un intento por ocultar sus sentimientos. -Pero... esto está mal y uno de nosotros debe ceder.- agregó bruscamente, tratando de contener las lágrimas que se negaban a detenerse. -Y yo no quiero que Tae tenga la presión de elegir entre uno de nosotros, no quiero que sufra por este destino cruel.
El anciano lo llamó suavemente, y Yoongi lo miró a los ojos, buscando consuelo en su sabiduría. -¿Crees que esa es la salida?-. preguntó el anciano, y Yoongi negó con la cabeza. -Las reglas se hicieron para romperse, la sociedad de todos modos hablará.-dijo con una sonrisa reconfortante. -¿Crees que si te alejas, Tae no sufrirá?.
-No lo sé.- Yoongi levantó la voz en un acto de desesperación, su corazón latía con fuerza, abrumado por el peso de sus emociones.
-Yoongi, sé su salvador, como lo fuiste en sus vidas pasadas. No te martirices pensando en lo que dirán los demás. No eres egoísta por elegir ser feliz-. explicó el anciano con calma, como si sus palabras fueran suaves caricias en el alma atormentada del Alfa.
Min guardó silencio, tratando de comprender el significado detrás de las palabras del anciano. -Sé que Jungkook no dará un paso al costado.- murmuró, dejando entrever sus pensamientos.
El anciano lo interrumpió con una sonrisa enigmática. -¿Acaso alguien debería darlo?.- preguntó, fijando su mirada en Min con una chispa de diversión.
Min frunció el ceño, confundido por la pregunta del anciano y tratando de descifrar su significado. -¿No?.- preguntó, buscando claridad en la conversación.
-Tal vez no, Yoon.-respondió el anciano con una sonrisa misteriosa, guiñándole un ojo con complicidad, dejando que las palabras se asentaran en la mente del Alfa como semillas de sabiduría en un campo fértil.
La anciana entró en la habitación, interrumpiendo aquel momento íntimo y único para Taehyung y Jungkook. -Lo siento.- se disculpó apenada, suavizando la interrupción con un tono cálido. -¿Desean más té?.
Taehyung se levantó de las piernas del Alfa con una sonrisa que iluminaba su rostro. -No, gracias.- respondió con suavidad, perdiéndose en la mirada profunda de Jungkook.
-Gracias, tampoco deseó más té.-expresó el Alfa con ternura. -Voy a ver si Yoongi está bien.-agregó, dejando un suave beso en la frente del Omega antes de partir.
La anciana observó a Taehyung con ojos llenos de afecto. -Tae. -lo llamó en un susurro, acercándose con delicadeza. Cuando sus miradas se encontraron, susurró con suavidad . -Todo estará bien, lo prometo.
El Omega inclinó levemente su rostro y le dedicó una sonrisa a la mujer, aunque no comprendía del todo sus palabras.
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El azabache se acercó sigilosamente a su hermano por detrás, colocando con suavidad su mano en su hombro, interrumpiendo el trance en el que estaba sumido Yoongi. - Jungkook.- pronunció con un sobresalto apenas perceptible en su voz.
El Alfa se volvió hacia su hermano, su mirada reflejaba una mezcla de calma aparente y emociones turbias que bullían en su interior. -¿Puedo hablar con Dan?-. preguntó con tranquilidad, aunque su corazón latía con fuerza, luchando por contener las emociones que amenazaban con desbordarse.
-Sí, puedes, yo ya terminé de hablar con él, iré con Tae.- respondió su hermano con amabilidad antes de alejarse, dejando a Jungkook con sus pensamientos y sentimientos que clamaban por ser expresados.
Dan soltó una pequeña risa, reconociendo la determinación que siempre había caracterizado al Alfa. -Jungkook, el guerrero.- afirmó con una mirada sabia, como si comprendiera los pensamientos del azabache.
El Alfa se expresó sin rodeos, pero con nerviosismo palpable. -No voy a alejarme de Tae.-declaró, revelando su firmeza.
-Lo sé.-respondió Dan con calma, reconociendo la naturaleza decidida del azabache. -Eres un luchador incansable, posesivo y el más decidido de los tres.- continuó, con una comprensión profunda. -Pero también debes actuar con cautela.-agregó, advirtiendo sobre los desafíos que les esperaban. -Sé que te duele tanto como a Tae y a Yoongi recordar sus vidas pasadas. Tienen la sensación de que algo está inconcluso en ti.- explicó con serenidad.
Jungkook no pudo contener sus lágrimas, su voz temblaba con la carga emocional que llevaba. -¿Y qué es eso que está inconcluso?.- preguntó, con un anhelo implícito en sus palabras, buscando respuestas que calmaran las tormentas internas que lo consumían.
-Tú final feliz con Tae.- respondió Dan sin titubear, revelando la verdad que había estado latente en sus almas durante eones. -El tener una familia juntos, Jungkook.- agregó, ofreciendo una visión de esperanza y realización.
-¿Y Yoongi?.-preguntó sintiendo un dolor inexplicable que atravesaba todo su ser.
-En la vida, no todo es blanco o negro, Jungkook.- comenzó Dan, transmitiendo calma y sabiduría. -Existen diferentes tonos de grises que son hermosos.- continuó, buscando que el azabache comprendiera la complejidad de la situación.
-¿Y eso qué significa?.- preguntó Jungkook, aún desconcertado por las palabras del anciano.
Dan soltó una suave risa antes de explicar. -El gris es la mezcla entre el negro y el blanco, y cuando se unen, pasan a ser un solo color.- ilustró, observando al Alfa en busca de señales de comprensión. -Intento decir que no siempre se debe elegir un solo color o una sola cosa. Ustedes tres pueden cerrar ese ciclo de vidas inconclusas, de dolor, y al fin ser felices.
-¿Los tres juntos?.-preguntó Jungkook, completamente confundido por la idea.
-Sí, Jungkook, solo así.- confirmó el anciano, con firmeza en su voz. -Los tres sanarán y podrán sentirse plenos.-añadió antes de que el Alfa pudiera interrumpir. -Sé que amas a Taehyung más que a tu propia vida, y eso hará que entiendas esta situación.- explicó, ofreciendo una perspectiva que esperaba que el azabache pudiera aceptar con el tiempo.
-La Diosa Luna es muy sabia.- afirmó el anciano con serenidad, transmitiendo confianza en sus palabras. -Y si los colocó a los tres juntos en esta vida, es por una razón.- concluyó, dejando en el aire la idea de que había un propósito más profundo detrás de las circunstancias que los habían reunido nuevamente.
El retorno a la habitación fue envuelto en un silencio cargado de reflexiones y emociones. En la mente de Jungkook, las palabras del sabio resonaban como un eco persistente, cada frase reverberaba con significado profundo. Cada paso que daban hacia Taehyung y Yoongi era un movimiento hacia la comprensión, una aceptación gradual de un nuevo camino lleno de posibilidades.
El suave roce de las manos de Yoongi sobre el rostro de Taehyung transmitía una sensación de paz y consuelo en la habitación. El Omega descansaba con confianza en el hombro del Alfa, su presencia brindándole seguridad en medio de la incertidumbre. La calma reinaba en ese momento, como si el mundo entero se detuviera para permitirles disfrutar de su conexión única y reconfortante.
Jungkook miró a Yoongi y Taehyung, con el corazón latiendo con fuerza y los ojos brillando con emociones intensas. En ese instante, una comprensión profunda llenó su ser. No se trataba solo de estar juntos por casualidad, sino de un destino que los había entrelazado en un vínculo indisoluble. Era el comienzo de una historia de amor que trascendería el tiempo y el espacio.
Con pasión y determinación, Yoongi y Taehyung se pusieron de pie, y en un movimiento lleno de ternura, encontraron la mirada de Jungkook. En ese momento, el aire se cargó de una electricidad emocional, y un impulso irresistible los llevó a abrazarse con fuerza, sellando así su unión con un gesto cargado de amor y promesas para el futuro.
La señora Jeon y Jin permanecieron en silencio, con la mirada perdida en el horizonte, mientras reflexionaban sobre todo lo que habían escuchado en aquella habitación. El peso de la situación se hacía sentir en el aire. Sabían que solo faltaba que Namjoon aceptara la nueva realidad que se estaba gestando entre ellos, una realidad llena de desafíos pero también de oportunidades.
Se despidieron de la pareja de ancianos, agradecidos por el tesoro de sabiduría compartido en su breve encuentro. Antes de partir, Dan llevó a Taehyung a un rincón apartado.
-Disfruta el hoy y el ahora, déja que ellos te cuiden, te protegen y te amen una vez más.- le susurró con voz suave, como el murmullo de un arroyo en la noche. -La Diosa Luna, los guiará en su camino y pondrá cada pieza en su lugar.- concluyó con una sonrisa serena.
El Omega asintió con reverencia, recibiendo aquellas palabras como un regalo de las estrellas, prometiendo atesorarla en su corazón.
El viaje de regreso a la casa de los Jeon transcurrió en un silencio que hablaba por sí mismo. Taehyung se durmió con su cabeza apoyada en el hombro de Yoongi, llenándose de una paz inexplicable con su aroma, y con su mano entrelazada con la de Jungkook, que lo hacía sentir seguro. Mientras tanto, los hermanos se miraron intentando comunicar aquel miedo que sentían por lo que estaba por comenzar.
-Llegamos bonito.- susurró Jungkook, intentando despertarlo con suavidad. Taehyung abrió despacio los ojos y le regaló una sonrisa.
-Kook.-murmuró, parpadeando lentamente.
-Tae, yo voy a hablar con Nam, tú solo... sonríe.- dijo Jin, tratando de manejar la situación con delicadeza y apoyo. El Omega asintió.
-Yo voy a ayudarte.- dijo AhRo, transmitiendo un sincero apoyo.
Jin asintió con gratitud. -Gracias, AhRo, significa mucho para mí.
-Estoy aquí para lo que necesiten.- respondió AhRo con calidez. -Somos un equipo, ¿verdad?.
- Definitivamente. - dijo Jin, y todos se miraron con complicidad.
Entraron a la casa y Namjoon corrió a abrazar a su hermanito.
-Bebé, ¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Qué dijo ese hombre?.- atacó con las preguntas, rebosante de inquietud y preocupación en cada palabra.
-Nam.-logró decir en medio de aquel diluvio de preguntas. -Estoy bien.
Jin lo tomó del brazo, alejándolo suavemente. -Nam, lo asfixias, Tae está bien.- le explicó, guiándolo hacia los cómodos sofás de la sala.
Taehyung se sentó una vez más entre Yoongi y Jungkook, con una gran sonrisa adornando sus labios, mientras su corazón latía en un ritmo irregular ante los dulces roces con sus Alfas.
-¡Ay!, por la diosa luna, por favor, díganme que el sabio les dijo que... -señaló con su mano a su hermano y a los Alfas. -Que eso que tienen está mal.
-Creo que lo mejor será que te explique todo a solas.-dijo Jin con tono serio, mientras tiraba del brazo de su novio, arrastrándolo casi a la fuerza.
Taehyung sonrió ante la situación tan cómica de su hermano con su novio, y en un acto juguetón, se recostó sobre las piernas de Yoongi, dejando su redondo trasero a la vista de Jungkook. -Nos vemos, hermanito. -bromeó, saludándolo con la mano.
Ambos Alfas levantaron sus manos de inmediato, sin poder apartar su vista del travieso Omega, mientras una sonrisa pícara se dibujaba en los labios de Taehyung.
-Yo voy contigo, Jin.-dijo AhRo, pero antes de dar un paso más, miró a sus hijos. -¡Ey!, ustedes dos, se comportan.-les dijo en tono de broma mezclado con una leve amenaza.
-Sí, mamá.-respondieron a dúo, sin apartar la vista del Omega, como si estuvieran hipnotizados por su traviesa actuación.
Jungkook se sintió tentado al ver el estómago del Omega, ya que la camisa se había elevado un poco, y no pudo resistirse a hacerle cosquillas.
-Ay, no, Kook.- dijo Taehyung entre risas, tratando de esquivar las cosquillas mientras su corazón se llenaba de alegría por la juguetona complicidad entre ellos.
Yoongi entró en el juego, rodeando a Taehyung con sus brazos protectores, rescatándolo de las feroces cosquillas de Jungkook.
De repente, como si el aire se cargara de electricidad, los ojos de Taehyung encontraron los de Yoongi. En ese instante, el tiempo pareció detenerse mientras Yoongi descendía su mirada hacia los suaves y rosados labios del Omega. Un nudo se formó en su garganta mientras luchaba contra la intensa tentación que lo invadía, deseando más que nunca perderse en el dulce sabor de aquellos labios.
Rozando con su pulgar los labios del Omega, Yoongi susurró con ternura. -Eres hermoso, cachorro.- Las mejillas del menor se tiñeron de un rojo carmesí ante las dulces palabras de su Alfa.
-¡Sí, lo es!.- afirmó Jungkook, tomando a Taehyung por la cintura. Sin embargo, el Omega dio un pequeño quejido y llevó su mano a su costilla. -Lo siento.- dijo Jungkook, arrepentido de su acción al recordar las palabras de Dan sobre ser más cauteloso con su actitud posesiva.
-Estoy bien.-dijo Taehyung, intentando calmar la culpa que Jungkook estaba sintiendo.
Jungkook bajó la mirada, sintiéndose culpable por su movimiento brusco, pero los cálidos ojos de Taehyung lo llamaron.
-Kook.-susurró Taehyung con ternura, deslizándose suavemente hasta las piernas del Alfa. Jungkook se sorprendió ante aquel gesto de cercanía, sintiendo cómo el corazón le latía con fuerza en el pecho.
Taehyung bajó su rostro en busca de los ojos negros de Jungkook, y al fin, sus miradas se encontraron.
-No es tu culpa.-dijo con voz suave, mientras una sonrisa iluminaba su rostro, irradiando la dulzura de su alma hacia el Alfa.
-Lo siento, bonito.- murmuró Jungkook, mientras apoyaba suavemente sus manos en la pequeña cintura del Omega.
-Shhh.- susurró Taehyung, colocando delicadamente su dedo índice en los finos labios rojos del Alfa. -Vamos a divertirnos.- continuó, poniéndose de pie con gracia y elegancia.
Los hermanos se miraron confundidos por un momento, pero Taehyung rompió el silencio con una sonrisa encantadora.
-Bam me va a empujar a la piscina, y no sé nadar.- Anunció Taehyung con entusiasmo, su mirada chispeante se posó sobre ellos con picardía, mientras con gracia se dirigía hacia el jardín, como si estuviera invitándolos a un juego prohibido.
Mientras se acercaba a la piscina, el Omega dejó que su camisa se deslizara lentamente sobre sus hombros, como si quisiera acariciar la brisa del jardín antes de caer en algún rincón. El silencio de la sala fue interrumpido abruptamente por el resonar estridente del agua, como un llamado a la acción en medio de la quietud.
-¡Tae!.-Exclamaron a la par, sus corazones latiendo al unísono, mientras se levantaban apresuradamente del sofá, impulsados por la urgencia de la situación.
Al llegar al jardín, apenas pudieron distinguir al Omega bajo la luz tenue que se filtraba entre las hojas de los árboles. La piscina se extendía ante ellos como un espejo líquido, reflejando destellos de luna y estrellas. Sin dudarlo, se despojaron de sus prendas superiores, como si el deseo de proteger y cuidar al Omega fuera su única guía en ese momento de intimidad. Con la determinación ardiendo en sus miradas, Jungkook se lanzó primero al agua, seguido en un instante por Yoongi.
Jungkook envolvió su brazo musculoso alrededor de la cintura del Omega, y con la gracia de un nadador experto, los dos emergieron a la superficie con rapidez. Taehyung inhaló profundamente, agradecido por el aire fresco que llenaba sus pulmones. -Gracias, Kook.-susurró con una sonrisa seductora en los labios, y su mirada llena de brillo.
Jungkook devolvió la sonrisa, sintiendo cómo su corazón latía al compás de la complicidad entre ellos. En ese momento, comprendió el juego que Taehyung había planeado para atraerlos hacia su lado.
Yoongi se acercó a ellos, quedando detrás del rubio. Con delicadeza, posó su mano en el vientre de Taehyung, buscando captar su atención, y acercó su rostro a su oído para susurrarle con ternura: -¿Serás nuestro Omega?.
Taehyung se giró con una sonrisa seductora, recostándose en el pecho de Jungkook, quien lo abrazaba con pasión. -¿Serán mis Alfas?.-preguntó, como si estuviera invitándolos a un baile ardiente de amor y entrega. Su aroma se intensificó gracias al cálido vapor que los envolvía en la piscina.
Jungkook no pudo resistirse ante la tentación y llevó sus labios a aquella delicada curvatura que emanaba un aroma delicioso, como el néctar de una flor en plena primavera. Yoongi siguió su ejemplo, acercando su cuerpo al de Taehyung y dejando que sus labios rozaran el otro lado del cuello del Omega, enviando escalofríos de placer por su piel. Taehyung cerró sus ojos, entregándose al éxtasis del momento, y con un sutil jadeo, respondió con una voz cargada de deseo: -Sí... seré su Omega.
Sus cuerpos rozaban con pasión, una pasión incontenible que los consumía, como el fuego que arde sin control. Sus labios, sedientos de más, buscaban el contacto con avidez, ansiosos por explorar y saborear cada centímetro de piel. La luna, testigo silencioso de sus encuentros, presenciaba los jadeos ahogados cargados de anhelo, como un eco del deseo que inundaba el aire entre ellos.
El señor Jeon entró en la sala, encontrándola vacía y silenciosa. Avanzó con pasos firmes, el eco de sus pisadas resonando en el espacio tranquilo. Su mirada recorrió la habitación en busca de algún indicio de actividad, hasta que sus ojos se posaron en la puerta que daba al jardín. Al acercarse, vio a través del umbral a sus hijos, junto con el Omega, inmersos en un apasionado encuentro en la piscina.
-¡Ay carajo!.-Exclamó, sorprendido por la escena que se desenvolvía ante él. Observó cómo los tres se entregaban con pasión al ardor del momento, envueltos en un halo de deseo y complicidad. Decidido a no perturbar su intimidad, el señor Jeon cerró las cortinas con cuidado, proporcionándoles un velo de privacidad para que pudieran disfrutar de su momento sin distracciones.
Unos minutos atrás, Jin junto a la señora Jeon, intentaban persuadir a Namjoon.
-Son destinados, Nam.- explicó Jin con un deje de frustración, su tono reflejando la impotencia de no lograr que su novio entendiera la importancia de la situación.
-No importa, mi hermano no puede estar con dos Alfas, eso está mal.-dijo angustiado Namjoon, su voz temblorosa revelando la profunda preocupación que sentía por su hermano.
-Nam.-lo llamó la Omega con voz calmada y compasiva, tratando de transmitirle tranquilidad en medio de la tensión que los rodeaba. -En sus vidas pasadas sufrieron mucho. Tae perdió al amor de su vida dos veces...
El Alfa la interrumpió con un tono de voz elevado, su frustración y escepticismo palpables en cada palabra. -Solo son especulaciones. ¿Cómo saben que eso es verdad y no es un cuento de ese anciano loco?.-preguntó, dejando en evidencia su falta de creencia en el destino y en las palabras de los demás.
-¿Crees que son solo especulaciones, de verdad Nam?.- le espetó Jin, levantando la voz y con los brazos cruzados, su expresión mostraba una mezcla de frustración y preocupación. -¿Lo de anoche te parece una especulación?.
-¡Aaah! No lo sé.- dijo Namjoon, visiblemente frustrado. -No quiero que Tae sufra.-añadió con angustia, mientras sus ojos reflejaban la pesada responsabilidad que sentía de proteger a su hermano.
-Nam, si intentamos separarlos, Tae va a sufrir.- explicó la mujer con voz calmada pero firme.
-Esperen.-dijo Namjoon, su mente girando rápidamente en busca de respuestas. Se puso de pie repentinamente, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. -Ay no, ay no.-murmuró mientras salía de la habitación, Jin y AhRo lo siguieron, preocupados.
Mientras bajaba las escaleras, notó que su hermano y los Alfas no estaban en la sala. .-¿Dónde está Tae?.-le preguntó al señor Jeon, quien acababa de cerrar las cortinas.
-¿Qué?.-preguntó el señor Jeon, su gesto reflejaba nerviosismo y desconcierto, como si estuviera ocultando algo.
-Mi hermano. ¿Dónde está?.- volvió a preguntar Namjoon, su tono denotaba creciente preocupación y desesperación por encontrar a su hermano.
-Nam, cálmate.-le dijo Jin, tratando de sostener la mano de su novio para tranquilizarlo.
El señor Jeon se rascó la nuca nerviosamente, su actitud denotaba tensión y nerviosismo, como si estuviera ocultando algo importante que había presenciado.
-¿Están en el jardín?.- preguntó Namjoon con firmeza.
-Sí... ellos están divirtiéndose.-respondió el señor Jeon con la voz temblorosa, su gesto reflejaba nerviosismo y preocupación por la situación.
-¡Ah, no!, voy a matar a esos Alfas.- exclamó Namjoon, su voz llena de furia contenida y determinación, su cuerpo temblaba ligeramente por la tensión acumulada, mientras intentaba salir al jardín, pero el señor Jeon se colocó delante de él, tratando de contenerlo, su gesto reflejaba preocupación y precaución por la reacción de Namjoon.
Mientras tanto en la piscina...
Las manos de Jungkook trazaban senderos ardientes sobre la piel del Omega, cada caricia era un susurro de anhelo y pasión que encendía el fuego entre ellos. Sus labios exploraban con fervor cada rincón, dejando un rastro de besos lujuriosos que prometían placer sin límites.
Con una suavidad exquisita, Yoongi tomó el rostro de Taehyung entre sus manos, acariciando sus mejillas con ternura y devoción. Cuando los ojos del Omega se encontraron con los del Alfa, se perdieron en un mar de éxtasis compartido, reflejando la intensidad del deseo que sentían.
La mirada de Yoongi descendió hacia los labios de Taehyung, anhelando la dulce promesa de pasión que aguardaba en ellos. Como un amante ante el umbral del paraíso, su corazón clamaba por el éxtasis prohibido de entregarse a aquellos labios tentadores. Un leve asentimiento fue su consentimiento silencioso, pero sus labios, hambrientos de amor y deseo, suplicaban ser reclamados en un torbellino de pasión desenfrenada.
Min se acercó al Omega con una lentitud casi reverencial. El espacio entre ellos se redujo hasta desaparecer por completo, y en ese dulce momento, sus alientos se entrelazaron...
-Señor Jeon, déjeme pasar. - dijo Namjoon levantando su voz en tono demandante y nervioso.
El hombre, sin más excusas que ofrecer, se apartó de la puerta, cediendo ante la determinación de Namjoon. Con gesto decidido y su corazón latiendo erráticamente en su pecho.
Namjoon corrió las cortinas que cubrían la puerta, como si estuviera desvelando un oscuro secreto oculto tras ellas. Respiró profundo, sintiendo el peso de la incertidumbre en el aire, y se preparó para enfrentar lo que fuera que encontrara al otro lado...
🌸 Hola Dulces obsesionadas por el Taekook/KookV.
🌸Espero que les guste el capítulo 🫣 y esta nueva forma de narración.
🌸¿Que creen que va a pasar?🤭.
🌸 Los quiero mucho.
🌸 Nikki 🌸
💜💚💜.
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