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Capítulo 09: ¿Qué Es El Destino?

Capítulo dedicado a: Ashal_Kageyama910, por seguir esta historia. ¡Muchas gracias!

Si pudieras preguntar abiertamente a cualquier persona, ¿qué sería el destino? En un mundo donde esa palabra era alabada, donde se expresa muy a menudo la idea de que sólo unos cuantos eran realmente dueños de su destino. Shoyo se preguntó de cuánta era la veracidad de esas palabras.

Un mundo en el que el ámbito romántico ya estaba decidido no era algo que le gustara experimentar demasiado. Porque si no era Kageyama, en algún lado del mundo había una persona un año mayor que él que era su verdadera alma gemela. A pesar de eso y de lo que debería de creer, no le emocionaba mucho.

—Pueden salir a su descanso. —La voz de la maestra a cargo del aula, una bella mujer azabache y de rostro apacible dio la noticia que la gran mayoría de chicos querían escuchar.

La campana sonó y la mujer salió a su debido tiempo, ante la mirada expectante de los alumnos que sólo esperaron a que su profesora saliera del aula y se alejara prudentemente de la localización del aula, para que por fin los chicos pudieran armar un escándalo moderado.

—Acchan, ¿qué harás? —Y Hinata claramente no fue la excepción, con la alegría al límite se giró con emoción para atrás, logrando chocar miradas con uno de sus pocos amigos de secundaria que le había tocado en el mismo instituto. El chico de cabellos negros y enormes gafas cuadradas le sonrió débilmente y asomó con su mano su bento.

¿Quieres que comamos juntos? —Se le adelantó el otro chico, completamente feliz por eso. Shoyo, como un pequeño cachorro hambriento sacudió su cabeza violentamente de arriba a abajo.

—¡Sí, sí! ¡Yo también traje mi bento! —presumió a su manera y sin notarlo, sacando su almuerzo con una envoltura muy tierna, con jirafas y elefantes caricaturizados. Acchan se ruborizó apenas la vio.

—Lindo... —Se le escapó de sus labios. Hinata enrojeció de golpe, apartando su vista y tratando de calmar los temblores ante el halago de su amigo.

—No es para tanto, ¡olvídalo! —asimiló el chico, un poco agitado y teniendo un extraño golpe en el pecho, apurándose lo más que pudo para deshacer el nudo de su comida y dejarlo caer, mostrando su modesta comida en su bento. Es de mi hermana Natsu, ella insistió en que quería que lo usara...

—No creo que debas de avergonzarte —apuntó Acchan con una sonrisa, sólo logrando que Hinata asintiera, todavía retraído y avergonzado. Sus manos seguían agitadas, incluso cuando intentó destapar el recipiente donde guardaba su alimento y tomó los palillos.

A su vez, una silueta rápida de aspecto masculino se acercaba a ellos.

—¡Acchan! —proclamó un chico de cabellos albinos, tirándose arriba de su amigo al rodear con sus brazos al mencionado. Acchan frunció su ceño, no muy feliz por la forma tan inquieta en la que su amigo se mostraba con él desde que supo que su pareja destinada era una chica Beta, la más bella de primer año de la clase vecina.

—Tan temprano y ya estás molestando, Teru —protestó en un suspiro su pena que orbitaba por ahí, sólo generando que ese chico ignorara sus quejas y lo apretara más contra su pecho. Hinata los miraba sin decir palabra, y Teruki Matsukawa, su compañero de clase, no tardó en mirarlo, y cuando sus pupilas cafés chocaron con las azules, éste le sonrió.

—Buenos días, Hinata-kun.

—Hola, Matsukawa-san —saludó con amabilidad y entusiasmo el mencionado en el saludo mañanero.

—Y me ignoraste. —Rio herido Acchan, sólo logrando que Teruki negara rápidamente y lo apretara más en su abrazo. Oh, no, Acchan ahora estaba rodeado de dos personas animadas: un Omega y un Beta con exceso de alegría. Él como persona seria creía no poder con ellos.

—¿Por qué no vas a almorzar hoy con tu pareja? Es un Omega de la otra clase, ¿no? —sostuvo conversación Matsukawa, aun sin soltarlo, aprovechando el tacto que tenía todavía más para pellizcar su mejilla. Acchan ante la pregunta se ruborizó y apartó la vista, inquieto. No le gustaba mucho hablar de romance.

—No vendrá por tres días —dijo sutilmente la razón, siendo algo obvio para Shoyo del por qué no estaba ese Omega del cual desconocía su apariencia: probablemente estaba en celo. Acchan era hasta cierto punto un Alfa muy tierno, dándole una mirada era muy sereno y tranquilo, pero también era ese tipo de persona que se alcanzaba a burlar de alguien cuando tomaba la oportunidad para regresar una acción verbalmente. De cierta forma le recordaba a cierta persona de lengua filosa del club de voleibol—. ¿Por qué no estás con Ami hoy?

Teruki soltó un gruñido instintivo al oír esas palabras y quiso llorar fuertemente como una persona dramática (que de por si sí lo era).

—Prefirió a sus amigas antes que a mí...

—¿Por qué no me extraña? —Ahí estaba, la lengua afilada y el corazón insensible de Acchan.

—Qué cruel —comentó, tomando con más fuerza sus propias fuerzas antes de que con su mano subiera sobre los cabellos azabaches de Acchan y los empezara a alborotar. Teruki era ése que no muchos soportarían. Para suerte, Acchan estaba a su lado, sin embargo, Shoyo prefirió no involucrarse mucho con él, así que ingresó un pedazo de carne a su boca, porque aunque no se veía como una mala persona, tampoco creía tener el talento para soportarlo—. Hinata-kun, ¿tu pareja es Kageyama Tobio-kun? —soltó de repente y de improviso apenas le dio un breve vistazo. Hinata dilató sus pupilas y se atragantó apenas Teruki le dirigió la palabra por segunda vez; queriendo escupir lo que estaba comiendo se aguantó las ganas al apretar sus dientes y tragando con esfuerzo, luchando con la comida que por poco lo ahogaba exitosamente.

—¿Cómo sabes? —preguntó con un miedo sincero en su rostro, colocando la manga de su uniforme sobre sus labios para limpiarse, buscando a tientas abajo de su butaca para ver donde había dejado su botella de agua.

Lo que menos quería era que alguien supiera la identidad de su destinado, no le entusiasmaba la idea ni un poco, que lo demostró al no contárselo a Acchan, quien se mostró curioso ante el tema de conversación.

—¿Así se llama tu pareja, Shoyo? —susurró su amigo, sólo logrando que Hinata se mostrara un poco avergonzado y bajara su mirada hacia abajo.

—Sí.

—¿Y tú cómo sabes? —regañó Acchan a Matsukawa, sólo generó que éste riera con suavidad y rascó su nuca con nerviosismo.

—Los vi esta mañana: vivo cerca de la casa de Hinata-kun, por lo que lo vi cuando estaba en el umbral de la puerta de su casa. Parecía un criminal —notificó, siendo honesto en todo momento. Shoyo sólo pudo odiar que hablaran tan deliberadamente de él—. ¿Se van juntos siempre?

—Apenas hoy iniciamos, pero tampoco le veo mucho atractivo —señaló sus propias dudas el menor, un poco nervioso ante la actitud que estaba tomando el Beta, como si una caminata a casa o de camino a la escuela fuera muy raro entre una pareja—. Aunque tampoco está tan mal.

—¿Qué dices, Hinata-kun? —explicó Teruki con una enorme sonrisa en sus labios, como si buscara reírse de la ingenuidad de Shoyo—. La semana pasada Ami y otros tres chicos tuvieron que ir a la casa de Kageyama-kun para un trabajo escolar, considerando lo que ella me contó, su casa está como a cuarenta minutos de la tuya a pie. Debe amarte demasiado, qué envidia —confesó, colocando sus dos manos sobre sus mejillas, por fin soltando a Acchan y permitiendo que éste respirara, más tranquilo.

A pesar de eso, lo único que no podía estar tranquilo era el corazón de Hinata. Sabía que esa afirmación era una tontería, debido a que la razón por la que Tobio debía de tomar el camino más largo era por insistencia de sus madres. Hinata sabía que Kageyama no era una mala persona...

—¿Por qué sacas conclusiones tan rápido? ¿Qué tal si sólo eran amigos? Hubieras incomodado a mi Shoyo. —Sí, a Acchan se le escapaba de vez en cuando un lado paternal sólo con Shoyo.

—Imposible, Kageyama-kun no tiene amigos —admitió sin una pizca de tacto.

Hinata oyó esas palabras siendo expresadas tan sinceramente por un chico que sabía demasiado de la clase donde estaba Tobio porque ahí estaba su pareja asignada. Sus pupilas temblaron y no pudo evitar sentirse terriblemente mal.

—¡Oye-...! —riñó Acchan a Teruki por su impertinencia.

—Pero es la verdad, dicen que es aterrador, ¡a mí también me da miedo!

Hinata sabía que Kageyama no era una mala persona. Incluso se había disculpado con él al momento de marcarlo.

Su mirada se dirigió directamente hacia su bento, notando como estaba completamente lleno a excepción del pedazo de carne con el que por poco se ahogaba. Y se puso de pie, tomó su comida entre sus manos y lo acomodó rápidamente alrededor del envoltorio tierno que le dio su hermana, ante la mirada curiosa de los dos jóvenes.

—Shoyo... —llamó preocupado su amigo.

El menor respondió a su llamado positivamente, mirándolo a la cara y dándole una sonrisa, antes de partir directo afuera del aula.

—Lo siento, Acchan, Matsukawa-san, tengo algo que hacer.

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