Capítulo 18: Regresar al pasado.
JOE
Eithan se fue hace unas dos horas. Nuestro plan, mediante pequeñas notas que guardo conmigo hasta el momento por cuestiones de seguridad, consiste en qué él volverá y me ayudará a buscarlos. No puedo mentir y decir que no estoy preocupado por su paradero, y qué sucederá una vez que hayan dejado la base. Si algo aprendí hasta el momento es no confiar en nadie de aquí. Si bien Cameron no tiene muchos de nosotros a su lado, su pequeño grupito es leal y despiadado. Espero que no le hagan nada.
Stella me observa con curiosidad. Sonrío quitando mi nerviosismo que al parecer se ha hecho evidente.
—¿Qué ocurre? —le pregunto.
—Haz cambiado —me dice frunciendo el ceño— No eres el mismo Joe con quién solía salir.
—¿Otra vez con lo mismo? —pregunto con un poco de diversión, pero en realidad ya me fastidia el tema.
—Ahora eres capaz de cualquier cosa por obtener lo que quieres —su tono de voz se hizo más débil, casi inocente, como la Stella que conocía y de la que una vez estuve enamorado.
—¿Eso está mal? —arqueo una ceja.
—Claro que está mal —dice bajando la mirada. Mi ceño se frunce, confundido por su repentino cambio de actitud. Entonces, cuando logro ver algo de humanidad en ella, eleva la mirada nuevamente y sus ojos se convirtieron otra vez en dos muros inexpresivos— Pero son cosas que debemos hacer para llegar a nuestros objetivos.
—¿Y cuál es tu objetivo?
Sé que estoy entrando en algo muy importante para Stella, quizás algo que desconozca completamente. Porque, siendo sincero, siento que jamás la conocí en realidad. Esto, secuestrar, atentar contra las autoridades y quién sabe qué más, no es propio de quién creía conocer.
Mi pregunta no parece sorprenderle, es más, apostaría que la esperaba. Sus ojos me observan de una forma despiadada, casi amenazante. Me cruzo de brazos mirándola con curiosidad.
—Destruir al gobierno —dice tras unos segundos de silencio, quizás, pensando en sus palabras.
—¿Trabajando con el gobierno? —cuestiono soltando una risa.
Asiente con la cabeza.
—Nosotros —supongo que se refiere a todo el grupito de Cameron— No estamos con el gobierno. El estar aquí no significa apoyar las atrocidades que hacen. Son asesinos...
Suelto un bufido.
—Wow. Qué sorpresa —digo con sarcasmo.
Que el gobierno hace cosas ilegales no es ninguna novedad para nadie. Inclusive hasta la misma población debe saberlo, pero cómo no hay pruebas nadie cuestiona nada. Nosotros buscamos el bien del país y a veces, hay que obedecer órdenes aunque no estés de acuerdo, porque quizás de esa orden dependan varias cosas. No me tocó asesinar a nadie, pero sabemos a quiénes el gobierno ha mandado a eliminar por razones de seguridad nacional. Hay secretos que sólo deben permanecer aquí o el mundo sería un desastre.
—Ellos asesinaron a mi madre, Joe —me dice con ira. Puedo ver en sus ojos el dolor que le causó pronunciar esas palabras. Mi semblante se endurece y un escalofrío me recorre la espina dorsal. No era ninguna sorpresa para mí la muerte de su madre, pero jamás supe que fue por el gobierno.
—¿Qué? —pregunto y ella aprieta sus labios.
—Se llamaba Stella —dice esbozando una sonrisa forzada y se encoje de hombros— Básicamente se crio en el área 51. Ellos experimentan con personas allí. Luego... la sacaron de allí porque su padre así lo quiso. Él fue un hombre importante aquí y decidía todo. Años después, se quedó embarazada de mí. Quisieron... llevarme a ese mismo lugar para experimentar conmigo. Se negó. No dejaría que pase lo mismo. ¿Y sabes qué pasó? —baja la mirada y vuelve a apretar sus labios, tomando una profunda respiración— Él la asesinó. Asesino a su propia hija.
Me quedo sin saber que decirle. Las cosas que me dijo... desconocía completamente lo que sucedía en el área 51, más que lo necesario y obvio que se comenta en todos lados. Ellos experimentan con personas. Eso resuena en mi mente, haciendo eco y no me siento sorprendido por ello. Sólo no esperaba eso, aunque los veo muy capaces. Ahora, el tema de la madre de Stella es realmente alarmante. Cobrará venganza por su madre, pero Cameron... ¿qué quiere?
—Stell, yo... —ella me abrazaba y me quedo unos segundos sorprendido por ello, luego dejo mis brazos posarse alrededor de su cuerpo, sintiendo lastima por ella— Lo siento.
—No tienes la culpa de nada. Tú y yo estamos aquí... —respira— Lejos de ese lugar...
SOPHIE
Okay. Mi paciencia llegó a su límite. Ni siquiera ha pasado un día —supongo— desde que hablé con Joe pero no tengo mucha paciencia. No sé qué diablos esté haciendo o si está viniendo, o si en realidad no avanzó ni un poco. Lo que tengo muy en claro es que tengo que salir de aquí no solo por mi vida, sino porque mi madre llegará pronto de sus vacaciones y al no verme allí... Oh no, amigos. Eso no será lindo.
Me acerco a Olivia quién esta acostada mirando el techo. No sé porque esta tan tranquila, como si supiera lo que en realidad está pasando y sabe que terminará pronto. Yo no estoy dispuesta a esperar a que ese momento llegue así que yo buscare la forma de ponerle punto final a esta historia.
—¿Qué es este lugar? —pregunto mirándole desde arriba. Ella me mira neutral.
—El área 51 —responde con tranquilidad.
Bien. Eso me sorprendió pero el punto es buscar una salida.
—¿Cómo salimos de aquí? —vuelvo a preguntar.
—Si Dean no quiere que salgamos de aquí, no podremos —me dice incorporándose y viéndome frustrada— Si intentas conseguir que cambie de opinión, avísame.
—¿A qué te refieres? —pregunto.
—A lo que acabo de decirte —responde encogiéndose de hombros— Es en vano hacer algo.
—Entonces, ¿Prefieres sentarte y esperar? —ella no responde, se queda en silencio con la mirada en el piso. Suelto un suspiro, indignada y decepcionada— Pues, sigue haciendo lo que sea que hacías. Yo buscaré una salida.
—Sophie... —dice en voz baja— Nosotras podemos salir de aquí pero Dean es el problema. Básicamente en esta casa ejercen control mental y fuera de esta habitación nosotras no podemos pensar con claridad. No pensaremos en salir, pensaremos en qué es en vano buscar una salida, porque eso fue lo que nos hizo creer Dean.
—¿Y por qué estoy sintiendo más ganas de buscar una salida que nunca? —pregunto entrecerrando mis ojos.
—Porque aquí no pueden controlarte. Ese es el punto de por qué elegí esta habitación.
Suelto un suspiro frustrada. Olivia se cuida mucho en las palabras que utiliza y eso no me sirve. Necesito la información completa para poder trabajar, aunque viendo que no es capaz de corroborar con más, tendré que adaptarme a sus reglas.
—Quieres decir que... aquí somos nosotras mismas, sin control mental ni nada raro —arqueo una ceja. Ella asiente con la cabeza— ¿Cómo demonios hacen eso y cómo hacemos que no lo hagan más?
Olivia aprieta sus labios mirándome con desconfianza. No se si esta reaccionando a sus propios pensamientos o su expresión es hacía mi persona. Antes de que pueda volver a cuestionarme algo más, dice:
—Debemos dejar inconsciente a Dean —pronuncia las palabras con lentitud, remarcando cada una de ellas, sumándole demasiada gravedad a eso, es decir, mucha más. Asiento con la cabeza.
—Pues hay que hacerlo —digo segura de mis palabras. Sintiendo algo de inseguridad sobre el resultado, pero aceptando que debemos buscar una salida como sea.
La mirada de Olivia sigue siendo de desconfianza pura. También se siente insegura ante el plan ir contra Dean. Pero manteniendo la misma expresión, asiente aceptando que es lo que haremos. No hay tiempo para temer.
—Quiero que llames su atención de alguna forma, estás triste o muriendo —eleva las cejas y utiliza un tono serio— Vendrá y lo distraes. Supuestamente estoy durmiendo. Cuando lo vea preciso, lo dejo inconsistente.
—¿Por qué a Dean le importaría que yo esté bien? —pregunto confundida.
—Escuche una conversación. Supongo que hablaba con Cameron. Dean mencionó que estaríamos vivas, pase lo que pase —se encoge de hombros— Espero que sea verdad.
—Yo también —Olivia me sonríe nerviosa— Ahora, andando...
Olivia se acuesta en un rincón de la habitación lejos de la puerta, me hace una seña con su mano, elevando su pulgar dándome ánimos de que todo saldrá bien. Aunque siento que también intenta convencerse a ella misma con eso.
Me acerco a la puerta y me doy ánimos internamente. Saldrá bien porque sí, no hay otra opción. Tengo que encontrar a Derek.
—¡Dean! —le llamo elevando la voz y golpeo la puerta con las palmas de mis manos— ¡Dean, por favor, no puedo respirar!
Una vez, cuando tenía diez años y estaba en una fiesta de cumpleaños, en forma de broma encerraron a mi ex mejor amiga Dinah en un armario, sin saber que tenía claustrofobia. Se alteró demasiado y se puso a llorar, la respiración se le cortaba y terminó desmayándose. Yo no estuve en ese momento, estaba jugando o algo así, pero así lo relataron. Pero cuando fui a buscarla, todos estaban tan sorprendidos y se sentían horribles. Cuando despertó su madre la buscó y se fue enojada.
Usaré ese recuerdo para llamar la atención de Dean en este momento. Aunque sólo espero que me crea.
—¡Dean! ¡Por favor! ¡No respiro! —exclamo bajando lentamente hasta el suelo, deslizando mis manos contra la puerta en el proceso— De... an...
Las puertas en ese momento se abre, sorprendiéndome y moviéndome hacia atrás con lentitud. Cuando los ojos de Dean vuelven a encontrarse con los míos y mi expresión de desesperación es la misma. Me felicito mentalmente por mi buena actuación.
—¿Qué sucede ? —me pregunta frunciendo el ceño con preocupación. Mira por toda la habitación buscando a Olivia con la mirada y cuando la ve "dormida" en un rincón, se preocupa aún más.
—No podía... respirar... —digo asomándome por la puerta totalmente abierta. Dean automáticamente entrecierra sus ojos— Tengo claustrofobia, Einstein. Estoy sudando.
—No pareces estarlo.
—Oh, te prometo que lo estoy —digo usando mi mano como abanico mientras respiro con dificultad.
Dean frunce el ceño ante eso y sale de la habitación con rapidez. Me incorporo un poco, pensando en qué él volverá y tengo que seguir pareciendo asustada. Olivia no se mueve tampoco.
Al cabo de unos minutos vuelve a aparecer con una botella de agua y una manzana. Me las tiende sentándose frente a mí, dentro de la habitación, dándole la espalda a Olivia.
—Gracias —digo aceptando la manzana y la botella. Dejó la fruta a un lado mío y abro la botella para beber el agua. De pronto mi garganta se sintió seca— De verdad sentía que no podía respirar.
—Te creo —es lo único que dice tras dar un asentimiento de cabeza.
Me quedo mirando el suelo mientras siento su mirada sobre mí. ¿Cómo puedo hacer que se distraiga? Obviamente sigue alerta por la forma en la que está sentado. Recto y con sus manos casi sin tocar el suelo, sólo rozándolo. Luego de unos minutos, la respuesta aparece en mi mente.
Me dejo caer en el suelo. Acordándome sin estirar las piernas y con la vista en el techo, estando completamente indefensa si alguien desea atacarme. Si no molestas al León no te muerde, ¿O sí?
—No es necesario que respondas. Necesito desahogarme y Olivia no es buena para ello —digo con rapidez. Puedo ver por el rabillo de mi ojo como frunce el ceño— Tengo miedo. No sé dónde demonios esta mi padre, tampoco en qué anda Joe, si mi madre llegó a Los Ángeles o no. Este verano era mi último verano libre antes de preocuparme por la Universidad. Mi último año de secundaria, se supone que la pasaría de fiesta en fiesta y luego estudiando con resaca. Pero lo arruine viniendo aquí. Lo único que quería era estar con mi padre en las vacaciones. Jamás imaginé que pasaría todo esto. Ahora no sé si saldré viva de esto o no, y me molesta tanto porque no puedo hacer nada para cambiarlo. ¡Y me siento tan bien diciéndote esto! Porque estaba tan cansada de fingir que no tenía miedo, de que no sentía presión y me siento como un maldito conejito indefenso en medio de una manada de leones.
Me sorprendo de mis propias palabras. La habitación queda en un rotundo silencio y entonces me doy cuenta de que estaba gritando en las últimas oraciones. Lo que comenzó siendo un resumen de lo que pasaba terminó siendo mi descargo luego de todo lo que pasó. Mi respiración se encuentra acelerada y puedo escuchar mi corazón latir en mis oídos.
La mirada de Dean está en el suelo también impactado por mi vómito verbal. Este sería un buen momento para que Olivia reaccione y lo deje inconsistente, pero seguramente debe estar igual que él. La sorpresa para y la vergüenza se hace presente en mi interior. Abro la boca para disculparme por mi descargo, pero soy interrumpida.
—Vas a estar bien.
Es lo único que me dice. No esperaba que respondiera tampoco pero sus palabras me alivian tanto que ahora vuelvo a estar sorprendida. Mis emociones se encuentran como un tornado, tanto que me preocupa.
—Me siento tan avergonzada —digo en un susurro aunque por el silencio del ambiente, se escucha.
—No tienes que sentir vergüenza por sentir —eso que dice es tan cierto, aún el sentimiento no se va.
—Normalmente la única persona con quién hablo con tanta profundidad es mi psicóloga —digo olvidándome del importante papel que Lauren cumple aquí, así que aprovecho eso para continuar— ¿Cómo la conoces?
Ahora se queda en silencio y el ambiente se vuelve tenso. Demonios creo que fui demasiado directa y obvia. No desvío la mirada, observo mis uñas como si no me interesara para nada su respuesta.
—Un amigo —dice de pronto— Es la novia de un amigo.
—¿Ah sí? ¿Qué amigo? —pregunto interesada. Que yo sepa Lauren terminó con su último novio hace unos tres meses.
—Un amigo —responde con recelo. Sólo asiento con la cabeza— ¿Cómo está?
Bingo. Lauren es su punto débil, puedo ver por el rabillo de mi ojo como se acomoda y dejar de estar tenso. Hasta su voz cambio de tono, ahora utiliza uno más cálido y humano.
—Bien. Ella por lo general es una mujer muy alegre y cariñosa —digo recordándola.
—Lo era —asiente con un tono raro que me obliga a mirarlo.
¡Está sonriendo! Dean está sonriendo. No es ninguna sonrisa sarcástica y maliciosa, las cuales también fueron escasas. Esta es una sonrisa cargada de melancolía y amor. Claramente ese amigo no existe y es él mismo quién está enamorado de Lauren.
—Puedo llevarte con ella —digo en un susurro.
Dean niega con la cabeza. Lo que me sorprende. Creí que cambiaría el tema o me ignoraria.
—No puedes.
—Me subestimas —digo entrecerrando mis ojos— Soy capaz de muchas cosas.
Vamos. Es organizar un reencuentro con mi psicóloga Lauren. No es muy difícil que digamos.
—Es más complicado de lo que parece —responde— Yo le debo algo al Gobierno. Sólo ellos pueden hacer posible ese reencuentro. Por eso hago todo esto. Pero puedes estar tranquila. No te lastimaré. No soy así.
Me quedo viéndolo. El Dean que conozco hace poco se esfumo. Ahora parece ser un simple hombre triste, luchando por encontrarse con la mujer que ama. Dijo que no me hará daño. Quizás lo esté fingiendo, pero yo le creo. Prácticamente el robot malicioso del Gobierno se esfumo, dejando lo que verdaderamente es; una persona triste.
—¡Agh!
Olivia le parte una silla en la cabeza, haciendo que caiga inconsciente en el suelo. Me levanto de la sorpresa. Al ver el cuerpo de Dean tirado, frunzo el ceño y siento pena por él.
—Oh, espero que no hayas caído en su cuentito barato —me dice Olivia con los ojos entrecerrados— Si le ordenan matarnos, lo hará.
—Parecía sincero... —me encojo de hombros.
Olivia ignora mis palabras y se inclina para tomar la manzana que Dean me trajo hace unos minutos. Le da un mordisco.
—Ahora, andando.
Miro a Dean inconsciente una vez más. Me siento mal por haberle hecho esto. El se abrió, muy poco, pero su expresión, esa sonrisa triste y melancólica queda en mi mente. Aprieto mis labios y sigo a Olivia.
Debo ser la única persona en el mundo que actualiza minutos antes de su cumpleaños, pero bueno.
HOLAAAAA! Sé que pasó algo de tiempo, pero tuve problemas para escribir y problemas personales. Espero que me sepan disculpar. Intentaré mejorar. Lo prometo <3
FALTAN DOS CAPÍTULOS AAAAA. ¿Qué opinan de todo?
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