Un día entero paso, en ningún momento Dayit salió de la habitación, en algún punto del día había caído dormido. Siendo despertado al día siguiente por el ácido en su boca, corrió hacía el baño, llegando a tiempo para vaciar su estómago en el retrete.

Una vez termino, se miró al espejo y se odio asi mismo ¿realmente era un alfa? Ni siguiera un omega sufriría como él lo estaba haciendo. Pero era su destinado quien lo rechazaba, asi que creía que era en parte valido su dolor.

Observo su cuello, siempre fantaseo con llevar la marca de Eithan, realmente no le molestaba doblegarse ante él. Pero Eithan nunca lo miraría, aunque era su destinado nunca lo aceptaría.

Algo cambio en su mirada, el rencor que el trato injustificado de su alma gemela le provocaba. Los destinados no eran comunes, ya no se valoraban esos lazos como en el pasado, si el suyo podía seguir con su vida como si nada ¿por qué no hacerlo él también? Debía de deshacerse de los sentimientos que aún albergaba, renunciar a todo rastro de esperanza.

Sintiéndose motivado, se metió a la ducha, dándose un largo y relajante baño. Con ropa limpia y peinado, su estado no era tan deprimente, aunque si lo mirabas a los ojos encontrarías que estos carecían de vida.

El departamento seguía oliendo a tristeza y enojo, por más que quisiera no podía controlar sus feromonas. Abrió las ventanas, y dio una rápida limpieza, para luego encender un ambientador. Se preparo un rápido y nutritivo desayuno mientras se mensajeaba con Oscar, a quien le pidió dos favores: traerle los apuntes, y ayudarle a conseguir un departamento.

Todavía no tenía el dinero suficiente, pero estaba seguro de que podría conseguir una habitación 'decente' con lo que tenía, no podía ni quería seguir bajo el mismo techo que Eithan.

Pensar en el alfa mayor hacía que sus ánimos bajaran aún más, pero debía ser fuerte, ya no podía seguir siendo débil.

Y haciéndose el fuerte se fue a trabajar, se esforzó el doble en despejar su mente en su jornada laboral, agradeció internamente que Eimy no apareciera en su hora de descanso, que evitando pensar la paso copiando parte de las clases que se había perdido, y cuyos apuntes Oscar había conseguido. Y no fue lo único que le consiguió.

—En mi casa hay una habitación disponible, mi madre se ha quedado sin empleo y la paga de mi papá no es mucho mejor que la mía. El otro día estábamos hablando sobre rentar la habitación, ya que siempre hay estudiantes buscando residencia y la casa no queda lejos de la universidad. No llegamos a un acuerdo pero sé que no se oponen, si quieres puedo hablar con ellos para que te la rentemos a ti.

Ya sus turnos habían terminado, pero ambos seguían en la cafetería.

—¿No sería incómodo para ti?

—Para nada, tú y yo somos amigos, mejor darte hospedaje a ti que a un desconocido que puede resultar un asesino serial —Oscar provoco la primera sonrisa de Dayit del día. Aunque fue pequeña, fue genuina

—No llevamos mucho tiempo conociéndonos, no deberías descartar la posibilidad de que sea uno, ¿o quizás tu familia lo es?

—Puede ser, pero sé que no eres mala persona, y tú también sabes que no lo soy. Por algo nos hicimos amigos

—¿De verdad harías eso por mí?

—Bueno, tampoco es que te esté haciendo un favor, pagaras alquiler

—Tienes razón. Y mejor vivir contigo que con un desconocido, asi que Oscar, por favor, habla con tus padres sobre esto.