Capítulo 31✨
Después de todo lo que me había contado Hyun-Su me sentí tan mal por él, como puede un padre dañar a sus propios hijos; ese señor en realidad era malo, era un demonio disfrazado de hombre.
Esa noche Hyun-Su también se quedó a cuidarme, lo más raro era que él dormía mientras yo me desvelaba mirándolo dormir "menos mal que tengo a este cuidador que me cuida desde su sueño" pensé haciendo una pequeña sonrisa.
Se veía tan lindo dormido, tan tierno; no parecía que había sufrido tanto en su vida; espero que algún día su vida mejore y pueda ser feliz.
No pude resistir al verlo tan lindo que acerque mi cara a la suya, miro sus labios y me doy cuenta que esos labios son mi debilidad en ese momento; por más que trato de no hacer lo que mi cuerpo me pide no pude y le doy un suave beso. Pensé que el beso había sido tan delicado que no se iba a despertar, pero no fue así, el chico abre sus ojos quedando mi rostro al descubierto. Me alejo enseguida mirando la sonrisa tan tonta que tenía Hyun-Su.
— Helen, te aprovechaste de que me quedé dormido para abusar de mí — comienza a sonreír y yo con mi vergüenza al límite.
— No seas ridículo, que te pas... — Hyun-Su me interrumpe haciendome callar con un suave beso dejándome totalmente fuera de este mundo.
Después de terminar ese beso idiotizador él se vuelve a recostar en la almohada, pero esta vez me abraza; que cálido se sentía su cuerpo que provocaba quedarse abrazada a él toda la vida.
(...)
Por la mañana me despierto y no veo a Hyun-Su por ningún lado, la señora Choi entra a mi cuarto para limpiarme la herida.
— Señora choi ¿Donde esta Hyun-Su?.
— Él se fue hace rato, parece que tenía que hacer unas cosas temprano y no quiso despertarte.
Él se fue y no me di cuenta, me fuera gustado despedirlo y preguntarle para donde iba.
Ya me sentía mejor el día de hoy, ya el dolor había disminuido y me podía valer por mí misma, ya no necesitaba tanta ayuda; y eso era algo que me hacía sentir bien; ya que no me gustaba que estuvieran haciendo todo por mí. Pase casi todo ese día estudiando, no quería que ni Erick ni Hyun-Su me ayudaran, tenerlo a los dos juntos era algo con lo que me costaba lidiar, prefería hacerlo yo solita y en total paz y tranquilidad.
Llegó la noche y escucho tocar la puerta de mi cuarto, mi corazón se aceleró pensando que era Hyun-Su; luego se calmó al ver que no era él sino Alaia. Ya se veía como la hermosa chica que era, ya sus golpes habían desaparecido de su rostro.
— ¡Hola mi loquita!, ¿como te sientes? mi hermosa amiga — dice mi amiga mientras se sienta en la cama.
— ¡Hola!, ya estoy mejor y por lo visto tu también, ya regreso la hermosa Alaia.
— Si, se que te refieres a que ya no se nota los golpes — quería preguntarle que le había sucedido pero no quería ser imprudente, si ella no me contaba era por que le daba vergüenza.
— Helen, tu eres la mejor amiga que he tenido y tú sabes que te quiero mucho — me asombro al escucharla decir esas palabras, era como si me había leído la mente y antes que le preguntará ella me iba a contar lo que le había sucedido.
— Alaia tu sabes que yo también te quiero mucho, puedes contar conmigo para lo que sea amiga — ella se veía que estaba sufriendo se estaba ahogando con su mismo dolor y tenía que sacarlo.
— Me puedes contar si quieres lo que te sucedió.
— Vale, te contaré, pero prometeme que no se lo contarás a más nadie.
— ¡Te lo prometo!.
— Como ya te había contado a ti y a Eun-Jin el día que te lastimaron esos hombres. Yo estaba saliendo con un hombre mayor que yo y casado, ese hombre fue el mismo que me golpeó. Lo conocí en un club apenas unos días de haber llegado a este país. después de conocerlo me comenzó a aparecer por todos lados, un día él estaba en su auto y yo en la parada del bus; llovía a cántaros y yo estaba ahí esperando que dejara de llover. De un lujoso auto salió ese hombre, se me acercó con el paraguas en mano y me dice que si quiere me puede llevar a mi casa; ya era de noche y tenía miedo de quedarme parada hay sola, así que acepte su ayuda. Desde ese día me comenzó a visitar a mi departamento o salíamos a pasear, cuando me di cuenta de lo que hacía con él ya era muy tarde, ya estaba enamorada como una tonta de él.
Alaia hablaba y lágrimas caían de su rostro que limpiaba con sus manos tratando de esconderla con una pequeña sonrisa.
— Él era muy lindo conmigo, me trataba como una reina que me termine enamorando de ese hombre como una idiota. Él me contó que tenía muchos problemas con su familia, que su esposa y su hijo no lo comprendían. Al enterarme que era casado yo lo iba a dejar Helen, pero él me dijo que se iba a divorciar de ella; y caí otra vez en sus palabras de que me ama mucho que no lo dejara solo.
— ¡Y si tanto te amaba como dice él! ¿Porqué entonces te golpeó?
— Ese día el venía de su casa, estaba muy molesto, me contó que había tenido un problema con su hijo y lo había golpeado. Yo le dije que tratará de hacer las pases con él, a la final era su hijo y su única familia. Al parecer se molestó por lo que dije y comenzó a golpearme.
— ¡Que idiota es ese tipo! No lo conozco y ya me cae mal — ¿Qué piensas hacer con él?
— No lo puedo denunciar no quiero tener problema con mi beca. Desde ese día no lo he visto más, no le contesto las llamadas y le respondo los mensajes. No volvería con él jamás Helen, así esté enamorada — Alaia se veía decidida a olvidar a ese hombre.
— Eso espero amiga, que no vuelvas a ver a ese infeliz en tu vida — ella comienza a llorar y la abrazo para consolarla — Alaia, tu eres demasiado linda de seguro conseguirás a alguien que te valore. Ninguna mujer merece ser la víctima de un hombre maltratador, tu merece alguien mejor amiga.
— Gracias por escucharme Helen, tenía que contarle a alguien sobre él y poder cerrar ese ciclo de mi vida.
Me molestaba tanto que mi amiga sufriera por ese hombre, pero quien entiende a veces al corazón; se enamora sin pedirnos permiso y después sufre por ser lastimado ¿Por qué el corazón tiene que ser así?.
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