Escucho a lo lejos unas voces que me hacen despertar. Abro muy despacio mis ojos y puedo ver a Eun-Jin, Alaia y a la señora Choi sentadas cerca de mi.

— ¡Helen, ya despertaste! ¿Cómo te sientes? — dice la señora Choi tocando mi rostros con su mano.

— Ya estoy mejor, ya no tienen por que preocuparse. Señora Choi quería pedirle un favor.

— Dime Helen, ¿Cual es ese favor?.

— No le diga nada a mi madre de lo que me pasó, no la quiero preocupar; conociéndola es capaz de venir corriendo hasta aca si se entera de lo que me pasó — le hago una pequeña sonrisa y arrugó mi nariz.

— tranquila Helen no le diré nada a tu madre — me alegré mucho de que la señora Choi me comprendiera y no le dijera nada a mamá.

— Ya se a quien saliste amiga — dice Alaia algo sarcástica y todas comienzan a sonreír.

— ¡Me alegro que estés bien Helen, estaba muy preocupada por ti. También, Hyun-Su, estaba mal al verte que no despertabas —  dice Eun-Jin con cara de asombro.

— ¡Yo también me alegro de que estés bien!, esos hombres te golpearon fuerte y me asusté mucho ver toda esa sangre que salía de tu cabeza — soy interrumpida por Alaia que tapa su boca con sus manos haciendo gestos de asombro.

— ¡No puede ser!, ahora va a quedar más loca después de ese golpe — Alaia se echa a reir y Eun-Jin le pega por el hombro.

— Me sorprendió lo preocupado que estaba, Hyun-Su por ti, hasta dijo algo que me pareció extraño cuando veníamos en la ambulancia.

— ¿Qué dijo, dime Eun-Jin? — ya me estaba poniendo curiosa con lo que contaba mi amiga o era en la forma en que lo estaba contando con asombro.

— Cuando te pusistes mal en la ambulancia, Hyun-Su estaba llorando.  Se acercó a ti y te llamo mi amor, lo pude escuchar muy claramente cuando te dijo ¡mi amor! — Eun-Jin suspiro como si eso fuera sido algo muy romántico.

Nos miramos unas con otras ¡no podía ser que ese chico me llamará ¡mi amor!, al parecer a Eun-Jin le afecto el golpe en la cabeza más de lo que pensamos.

El día fue algo cansado, todo el día llegaron compañeros a verme en el hospital; hasta los profesores fueron y me dieron una buena noticia. Como tenía que durar varias semanas de reposo, ellos me dieron oportunidad de entregar mis tareas pendientes para cuando volviera a la universidad. Saber que tenía más tiempo para entregar la tarea hizo que me pudiera relajar un poco y estar más tranquila.

Ya llegó la noche, ya todos se habían ido a sus casas ¡por fin estaba sola! ya podía intentar descansar un poco. El sonido de la puerta hace que vuelva a abrir mis ojos para ver a Erick entrar al cuarto.

— ¡Helen, qué alivio que ya estés bien! No podía creer lo que te había pasado cuando Eun-Jin me contó — él se acerca a mi con un pequeño ramo de rosas rosadas y me da un beso en la mejilla.

— ¡Gracias por las flores Erick! están hermosas, es la primera vez que me regalan flores — las rosas olían muy bien, miro a, Erick, emocionada y le doy una pequeña sonrisa.

— ¡De verdad es la primera vez que te dan rosas! Voy a tener que hacer una lista de las cosas que quiero hacer por primera vez con Helen — Erick, suena divertido haciendo que me de risa sus locuras.

Estaba muy entretenida hablando con Erick que no me había fijado que en la puerta estaba, Hyun-Su,i con un ramo de flores también  en sus manos.

— ¡Hola Hyun-Su! —  le digo algo nerviosa me acordé de lo que me había contado, Eun-Jin, el chico entro y me da el ramo de flores. Se le queda mirando a, Erick, fijamente y con mala cara.

— No sabía que estabas con tan buena compañía — dice sin quitarle la mirada de asesino a, Erick,  que también se le queda mirando.

Ya el ambiente había cambiado, no sabía que hacer con estos dos chamos que se veían con ganas de matarse.

— Helen, vendré todo los días a cuidarte mientras estés aquí. Te traeré comida deliciosa preparada por mí mismo. Todo lo que pida mi princesa se lo daré — dice Erick acariciando mi cabello.

— Ella no necesita que tu la cuides, para eso me tiene a mí que la puedo cuidar y ella no es tu princesa — dice Hyun-Su acariciándome el cabello también.

— ¿Porqué hablas por ella?, si Helen quiere me puedo quedar toda el día y noche con ella — sigue Erick a la defensiva.

— Ella no quiere quedarse contigo, ella se va a quedar conmigo, ya te dije que yo la cuidare — la mirada de, Hyun-Su, daba miedo hoy como que estaba en 100% su nivel esquizofrénico.

Ya no soportaba a este par con su pelea, era incómodo tener que lidiar con esto.

— ¡Ya basta! Que les pasa a los dos, parecen niños peleando; ninguno me va a cuidar y ya se terminó la discusión ok — les digo alterada.

— ¡Cálmate, Helen! no te alteres, aunque te ves muy linda cuando te enojas recuerda que estás enfermita — Erick sigue con sus ganas de molestar a Hyun-Su.

— Que molesto eres, no estás viendo que estorbas aqui — seguía, Hyun-Su en su modo pelea.

— ¿Porqué estorbo yo y no tu? Que diga ella quien está estorbando aquí.

Este par ya estaban insoportables tenía que pelear encima de mí que estaba convaleciente todavía. En eso entra una enfermera y les pide a los dos que bajen las voz o se vayan del cuarto.

Erick se me acerca y me regala una linda sonrisa, él siempre era tan amable conmigo y eso me gustaba mucho.

— Mejor me voy,  ya se ve que con este tipo no se puede hablar. No te alteres y descansa, vendré mañana a verte — Erick me da un beso en la frente le dan una mirada fuerte a Hyun-Su mientras pasa y por su lado para salir del cuarto e irse del hospital.

Suspiro más tranquila, ya por lo menos uno de los dos se fue; lo malo fue que se quedó el peor, se quedó, Hyun-Su.

— ¿Porqué dejas que ese tipo te bese? — dice él con una mirada fría que si las miradas mataran esa mirada de Hyun-Su ya me fuera matado.

— Es solo un beso en la frente, lo hace por qué es mi amigo.

— Es solo un beso de amigos dices tú, pero que hay con el beso que te dio en la mejilla — Hyun-Su frunce su ceño al hablar.

— Ese beso también fue de amistad, además que hago yo dándote explicaciones. Tú no eres nada mío para que yo te tenga que decir todo lo que hago y, si lo fueras tampoco te tendría que decir todo.

— ¿Y mis besos también son de amistad para ti? — de verdad, tenía que decir eso, por que siempre me ponía en una situación tan vergonzosa —  ¡Olvídalo!, no me respondas si no quieres — Hyun-Su se levanta de la silla y se para frente a la ventana.

— Hyun-Su, gracias por ayudarme. Gracias por no dejarme ni un momento sola ayer, no pensé que fueras tan buena persona — él se voltea y se me queda mirando.

—Tu piensas que soy malo, que soy un mostró verdad.

— ¡Claro que no pienso eso de ti! ¡Bueno! La verdad, si lo pienso, pero no es culpa mía que yo piense así de ti Hyun-Su, todo el tiempo te estás metiendo conmigo. Eso me molesta mucho.

Hyun-Su se me acerca y me sujeta de la mano, se queda en silencio y me da una sonrisa que lo hizo ver tan tierno. Era la primera vez que su sonrisa no era irónica si no tierna, ¿Será que el demonio se estaba convirtiendo en un ángel?