❤️Epílogo❤️ primera parte!
Estas últimas semanas han sido una total locura, los preparativos a la boda que ya era muy esperada por todos, estuvo consumiendo la mayor parte de mi tiempo. Pues digamos que mañana es el gran día, un día muy especial porque estaremos celebrando nuestro compromiso y el cumpleaños de mi futuro esposo. Miro al hombre acostado a mi lado, me acomodo para quedar frente a él observando cada detalle, mi vista recorre sus labios, sus pestañas y me imagino el azul de sus ojos los cuales no puedo ver en estos momentos pero ya están grabados en mi mente; ¿cómo poder olvidarlos?
Respiro profundo mientras mi vista se dirige al reloj de la mesita de noche, las once y cincuenta. Estoy esperando a que el reloj marque las doce para felicitar a Branly. Me levanto despacio, teniendo el máximo cuidado para que no se despierte.
Agarro de mi clóset una lencería que ya tenía guardada para la ocasión. Al colocarme lo elegido una sonrisa se asoma en mi rostro mientras me miró en el espejo, realmente estoy bien hermosa ¿quién no se fijaría en mi? Soy una diosa y esta lencería roja me queda de puta madre.
Desvío mi vista nuevamente al reloj y aún quedan unos cuatro minutos, busco en una de los cajones del armario las velas y comienzo a esparcirlas por el lugar y para terminar preparo en mi teléfono el playlist que quería escuchar. Listo ahora sí.
Cuando el número doce se presentó en la pantalla de mi móvil le di play a la música y me acerqué a él, comencé a besar desde su pecho, luego su cuello y más tarde susurré un feliz cumpleaños en su oído.
—Gracias preciosa—susurra al darse cuenta de la situación—No me esperaba esto.
Su amplia sonrisa me dice que está sorprendido y justo eso era lo qué quería.
—¿Te gusta?—señalo la habitación llena de pequeñas lucecitas provenientes de las velas y él asiente.
—Me encanta—sonrío mientras me alejo de él para colocarme justo al frente de la cama.
—Pues no es la única sorpresa de la noche—comento con un tono un tanto sensual mientras comienzo a quitarme la bata que cubría la lencería. —¿Y esto, te gusta?
Pasa su mano por su rostro y ríe a carcajadas.
—Eres perfecta—habló al notar que no me estaba haciendo mucha gracia que se riera justo cuando dejo mi cuerpo a su vista—Cada día que pasa estoy más seguro de que naciste para mi.
Esto último lo hizo acercándose a mí bruscamente y jalándome de la cintura haciendo que cayera sobre él. Comienza a besarme apasionadamente hasta que lo detengo.
—Con calma papi, que hoy es a mi ritmo—vuelvo a separarme de él y ya es notable el gran bulto que trae en su boxer.
Presto atención a la canción que estaba puesta de fondo y comienzo a moverme a su compás. De lado a lado mientras mis manos recorren todo mi cuerpo, luego hago un pequeño giro para quedar de espaldas a él y bajar al suelo, dejando ver mi hermoso trasero.
—Ada—intentó hablar pero lo callé colocando mi dedo en sus labios, aproveché para meterlo en su boca y ya cuando estaba húmedo llevarlo hasta mi vagina.
—¿Quieres hacer los honores?—el asiente inmediatamente, obtenemos la posición adecuada y comienza a lamer mi clítoris haciendo que me retuerza de placer.
Para que describir lo que sigue, basta con resumir que fue las mejores felicitaciones que podrán darle en su vida. Al terminar estuvimos hablando un poco de todo lo que estaba por pasar en nuestras vidas, el gran cambio que la boda implicaría pero decidimos irnos a dormir ya que tendríamos que madrugar y digamos que no queda mucho tiempo para dormir.
(...)
Apenas ni dejaron que sonara la alarma y ya Milena y mi madre estaban abriendo las cortinas y prendiendo las luces. Miro rápidamente a mi lado y Branly no está.
—Buenos días bella durmiente—mi madre besa mi frente y me alcanza una nota.
Buenos días bicha, es el gran día. Voy con Brian y mi sobrino a por unas cosas, nos vemos en el altar preciosa.
Besos, tu imbécil.
—¿Y esas ojeras?—pronuncia Mile acercándose para dejar otro beso en mi mejilla. —Fue una larga noche supongo.
Dios apenas ni me acabo de despertar bien.
—Vamos espabila que tenemos muchas cosas por hacer—me jala la colcha y yo gruño.
—¡Mamá deja de rebuscar mis cosas!—grito al verla rebuscado en mi clóset.
—¿Dónde pusiste el vestido?—pregunta alarmada.
—Esta en la habitación donde ella se arreglará—responde mi amiga por mi.
—Exacto, ¿pensaste que lo tendría aquí donde Branly podría verlo?
-Es cierto. Dios he perdido la cabeza—se deja caer en la cama.
—Todo saldrá perfecto, tranquila—trato de sonar confiada, pero en realidad trato de convencerme a mí misma.
Me pongo de pié y voy directo a darme una ducha.
—No te tardes la maquillista está esperándote en la otra habitación—respiro profundo y dejo que el agua caliente haga su trabajo, relajarme.
No tardé mucho y ya estoy caminando hacia la otra habitación cubriendo mi cuerpo con una bata. Ahí se encuentra todo lo relacionado conmigo, el vestido, la maquillista, la peluquera, y de seguro mi madre histérica.
—¡Hija mía!—suelta un chillido apenas me ve entrar por la puerta.
Me siento frente a la mesita y enseguida la maquillista se acerca y comienza con su trabajo. No tardó mucho y podía notar el gran cambio que esto daba en mí, no queda pizca de ojeras todo queda bajo el maquillaje.
—Mamá—se gira hacia mí y queda boba mirándome.—¿Dónde está Milena?
—Está en el jardín cuidando de que todo quede perfecto para la ceremonia—asiento y me levanto para observar por la ventana.
Puedo verla hablando con unos empleados, todo está quedando hermoso. Hay dos filas de bacanas una al lado de la otra dejado un gran pasillo en el medio, por ahí caminaré yo. Más adelante hay una plataforma supongo que ahí estará el juez y Branly esperándome.
—Señorita—desvío mi mirada a la otra chica presente en la habitación, la cual me indica que vuelva a mí haciendo para comenzar con mi peinado.
Mi vista fija en mi reflejo, realmente está pasando.
Me voy a casar.
El pelo me cae sobre los hombros y dos trenzas se entrelazan atrás. Algo sencillo pero hermoso.
—Dios mi niña estás hermosa, ya quiero verte con el vestido—su sonrisa hace que me contagie y sonrío también.
Holaaa! Espero que les halla gustado está primera parte, creo que era algo obvio que está historia terminaría con una boda. ¿O tal vez no?
PD: gracias por leer hasta aquí. Besos
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