💙Capítulo 27💙
La noche fue realmente espectacular, después de terminar de follar Ada preparó unas galletas y vimos una película. Luego nos quedamos dormidos en mi incómodo sofá.
Yo he despertado primero así que puedo observar su sueño, no me he movido ya que temo despertarla. Estamos entrelazados y realmente incómodo, tengo un dolor muy fuerte en mi espalda.
<<Es tan hermosa>>
Al ver que sus ojos comienzan a moverse decido hacerme el dormido. Veo como abre completamente sus ojos y me mira de reojo. Yo tengo semicerrados mis ojos cualquiera pensaría que soy un zombie pero al parecer ella tiene una lucha consigo misma que no la deja ver que ya estoy despierto.
—Mierda.—maldice por lo bajo y tengo que contenerme para no soltar una carcajada.
Levanta mi brazo y se aleja despacio de mi. Abro mis ojos pero ya está de espaldas escribiendo algo en la mesita, al ver que se va a girar vuelvo a hacerme el dormido y oigo sus pasos alejarse.
Me levanto rápido sonríendo al estar seguro que ya no la tenía a la vista y agarro el papel.
Tuve que irme, me surgió algo. Has reposo, nos vemos luego.
Ada...
Arrugo el papel y me levanto directo a la cocina necesito mi café.
Me ha mentido, no le ha surgido nada solo está huyendo de mi. ¿A qué le teme?
Pienso mientras tomo mi taza de café sentado en la terraza. He mirado varias veces a su patio pero nada, no da señal de vida. Estamos autorizados por la empresa a faltar así que ella tiene que estar en casa.
¿Y si ha ido a hacer la compra?
No, ella es muy despistada para hacer las compras.—me autorespondo. —De eso se encarga Milena.
Dios mío ya me estoy volviendo loco, hablo conmigo mismo.
Me levanto dejando la taza en unas de las mesitas y cruzo a su terraza. Miro por el gran cristal y no la veo. Se que está mal que entre a una casa, eso se llama allanamiento pero ya no sería mi primera vez. Así que dejo de lado lo que está bien o mal y entro.
Esta casa siempre está muy limpia, vago por la sala y nada, tampoco en la cocina. Miro por el pasillo y su puerta está cerrada, me acerco suavemente sin hacer ruido y entonces la oigo.
¿Está cantando?
Dios mío es perfecta, canta muy bien; no sabía que lo hacía. Estoy medio embobado cuando siento que suena el timbre de la puerta principal.
¿Ahora qué hago? Miro hacia los costados y no se que hacer. El timbre vuelve a sonar al igual que su voz.
¡Mierda, mierda mierda!
Salí corriendo y me metí debajo de la cama de Milena. Era la otra habitación que me quedaba para escapar. Al tener que esconderme rápido dejé la puerta entreabierta.
Pasan unos minutos en lo que siento unas voces y luego la veo pasar de vuelta a su habitación.
Respiro profundo y salgo de abajo de la cama.
—¿Branly?—la puerta se abre nuevamente y me pilló. —Ahora hablamos.—me mira media enfadada y vuelve a dirigirse a la sala.
Me quedo en el pasillo y veo como le entrega el dinero al repartidor de pizza. Me hace seña con la mano y entonces voy a la sala.
—Ahora si, explicame que coño hacías en el cuarto de mi amiga.
—Es una larga historia.
—Quiero saberla.—sonríe mientras le da un mordisco a la pizza. —¿Quieres?
—Pues venía a buscarte y luego te escuché cantar y después no supe que hacer y...
—Toma calla.—me da un trozo de pizza.—Es una historia muy aburrida.
—Eso decía yo.—asiento alzando los hombros.
—¿No has hablado con tu padre? —niego.
—Lo haré ahora mismo. —ella asiente y saco mi teléfono.
Da varios timbres y cuando pensé que ya no respondería lo hizo.
—Hijo mío.
—Pare debo comentarte una cosa.
—Tu hermano me dijo que tuviste un accidente, muy mal de tu parte no avisarnos.—comienza a peliarme y está en altavoz.
—Papá.—lo corto.—He conocido a una mujer.
—Hijo mío, estoy escuchando bien.—Ada sonríe.
—Si papá, he conocido a muchas mujeres en mi vida pero nunca a ninguna como ella.—la miro y ya estaba mirándome.—Es inteligente, decidida, de carácter fuerte, no una cualquier. —dejo salir un suspiro que no tenía planeado y ella me mira aún más intrigada.—Con una belleza realmente hipnotizante.
—No sabes lo feliz que me haces al decir eso.—hace una pausa.—¡Te has enamorado!—grita del otro lado de la línea y realmente puede que sea cierto.
—Padre, me encantaría presentartela.—Ada garraspea y me hace una seña que no entiendo.
—No perdamos más el tiempo, hoy mismo haremos la cena.—vuelve a garraspear y niega señalándome que mañana.
—¡Hoy no!—grito.—Mañana sería mejor.—digo ya más calmado.
—Perfecto, nos vemos mañana. —me despido.—Estoy muy orgulloso de ti hijo mío.
Cuelga.
—¿Por qué no puede ser hoy?
—He quedado.—me suelta.
—¿Has quedado? ¿Con quién?—frunso el seño.
—Eso no es asunto tuyo.—me dice levantándose.—Aun no estamos casados no debo darte explicaciones y cuando lo estemos tampoco, recuerda que tenemos un contrato. —asiento y me levanto.
—Bien, que disfrutes.—dije pero sonó con un poco de falsedad. No se porqué dejo que me afecte, no me debería importar con quién sale.
—Deberías retirarte los puntos, ya tienes muy bien la herida no valla a ser que se te encajen.
—La enfermera viene mañana a retirarlos, no te preocupes demasiado por mi. —es lo último que dije antes de volver a mi casa.
Maldita camarera.
¿Con quién habrá quedado?
Me siento ridículo, yo diciendo cosas sobre ella que aunque era para impresionar a mi padre realmente es lo que creo de ella y pues me sale con que ha quedado con alguien.
¡Aquí el mujeriego soy yo, él que debería quedar con alguien soy yo y lo único que hago es quedarme en casa como ahora y estar piensa que te piensa en Ada Andrade.
Eso debe cambiar.
<<Branly Ruscher no caigas en tu propio juego>> Recuerda que eres el tigre y ella tu presa, no dejes que los papeles se intercambien.
—¡Callate maldita conciencia!
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