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♡┆capítulo 14: besos sabor a cereza.


Jimin gruñe cuando la luz solar le hace imposible dormir, molesto consigo mismo por olvidar bajar los paneles de las ventanas, se sienta en la cama y parpadea rápidamente para adaptarse al brillo. Jimin mira hacia donde Yoongi está boquiabierto y roncando suavemente acurrucado alrededor del cuerpo del omega, sus pestañas haciendo sombra sobre sus mejillas, el maquillaje corrido en las esquinas de sus ojos y las hebras oscuras se derraman en la almohada en suaves ondas y es tan lindo.

Parpadeando nuevamente, deja de mirar al hombre dormido para no parecer un psicópata si llega a levantarse. Caminando al baño, se inclina frente al lavabo para beber agua una vez que tiene una pastilla para la jaqueca entre sus labios. Toma una ducha para quitarse todo el sudor de anoche y con eso vienen los recuerdos.

El cuerpo de su hyung pegado junto al de él, sus movimientos de caderas siguiendo los de Jimin y la erección que le provoco al hombre. Pero su favorito, fue el beso. Lo suave que se sintieron los labios de Yoongi, el compás lento y lo dulce de su lengua. Jimin sale de su trance en el momento en que escucha los pies del alfa arrastrándose por la alfombra.

—Saldré en un momento, hyung.

—No te preocupes, me levanté porque olvidé quitar la alarma.

Pese a que la puerta estaba cerrada y el agua corriendo amortiguan la voz, el modelo reconoce el tono ronco por el sueño del alfa y no puede evitar morderse el labio y sentir los vellos de su nuca erizándose. Saliendo de la ducha, Jimin pasa de su ropa deportiva y habitual cuando está en casa para tomar uno de sus bonitos camisones de seda y encaje.

¿Por qué no? Puede usar está oportunidad para seducir al alfa.

Y si Jimin había estado pensando desde el principio en que Yoongi era adorable, no estaba preparado para verlo justo ahora, cuando recién se despertaba.

El puchero, diez veces más pronunciado, las mejillas sonrosadas marcadas por las almohadas y la nariz arrugada cuando un pequeño rayo de sol le da en la cara. La suave maraña de cabello sobre su frente y los ojos, tan hinchados que apenas podían abrirse.

—¿Por qué me miras así? —pregunta Yoongi, una vez reconoce la presencia del omega en la habitación. Evitando que su mirada quede más de un segundo donde la suave tela se moldea al cuerpo de Jimin y sus muslos expuestos.

Bueno, Yoongi siempre había sido débil ante las cosas lindas y Jimin no era la excepción.

—Eres guapo recién despierto. Y te ves tan comestible como una bola de masa hervida. —mientras se acerca, Jimin toma asiento al lado.

—Me comparas con comida, eso no es muy halagador —Yoongi tímidamente agarra la mano del modelo, poniéndose a jugar con sus dedos—. Incluso, ¿no te has visto? Eres bonito hasta respirando, entiendo por qué todos parecen odiarte.

Jimin se recuesta riendo de las palabras del pelinegro, le da un apretón a la mano de Yoongi y cuando están frente a frente susurra.

—Oh, ¿me odian por ser bonito? —Yoongi menea la cabeza en acuerdo—. Entonces, ¿también me odias?

—Nunca lo haría. Soy tu fan, Park Jimin.

—Aprecio tu apoyo, hyung.

La mano libre del hombre joven pasa entre las suaves hebras del alfa, despejando su rostro y sonríe. Aunque el momento no parece incómodo, Yoongi no puede evitar morderse el interior de la mejilla con nerviosismo.

—Estaba revisando un artículo que me envió Taehyung y es sobre tu fiesta. También hay fotos de nosotros bailando y... besándonos.

—Oh, ¿salimos bien? —los ojos del omega parecen brillar, a lo que Yoongi parece confundido—. ¿Por qué me miras así?

—Te ves feliz, y siempre que publicaban un artículo sobre nosotros te enojabas.

—¡No, Yoongi! No me enojaba por ese motivo, me gusta ser el centro de atención. Es solo que la gente puede ser cruel y lo sabes, decían cosas muy fuera de lugar y por eso era que te decía que no lo leyeras.

—Escuchara. —corrige el alfa con una sonrisa.

—Yah, ahora te comportas como un mocoso. —Jimin pellizca el antebrazo del mayor, a lo que Yoongi le saca la lengua.

—Tengo al mejor maestro.

—Enséñame ese artículo. —el alfa recoge su celular y se lo da. El modelo murmura mientras sus ojos repasan el titular de la noticia y la foto de primer plano es de ellos entrando al club, ignorando las letras, Jimin baja a la siguiente foto de ellos reuniéndose con sus amigos arriba, de ellos bailando y sonríe cuando ve la foto de ellos abrazados mientras sus bocas están juntas—. Son buenas fotos, es lo que importa.

Dejando el celular de lado, el omega se acomoda de lado y le sonríe a Yoongi mientras entrelaza sus manos y le da un apretón. La mirada del alfa estaba fija en los labios del omega, en lo suaves que se veían; y ahora tenía el conocimiento de que lo eran, en la forma en que su arco de cupido se curvaba tentadoramente. Quería volver a besarlo, se estaba volviendo loco, ¿no? Eso es lo que Yoongi sentía.

Sin embargo, el otro hombre tampoco tenía control de sí mismo. La mirada de Jimin oscila entre los ojos del alfa y sus labios entreabiertos.

Era como si todo fuera de ellos dejara de existir. Se encontraban en su propio mundo y lo único que Jimin podía oír, ver y sentir era Yoongi. Solo Yoongi. Y luego se inclinan, sus narices rozándose y las venas de Jimin se llenan de electricidad.

Pero Yoongi termina volteándose sobre su espalda, presa del pánico y mirando su reflejo en el espejo del techo. Yoongi luce como un desastre. Dios, él ni siquiera se ha cepillado ni bañado y está pensando en besar a Jimin.

—¿Sabes? Creo que debo ir a bañarme.

Jimin a su lado cierra los ojos mientras se muerde el labio, frustrado por no ser más rápido y luego asiente.

—C-claro. Iré a buscar algo que podamos desayunar.

—Está bien, no tardaré. —sale de la cama con movimientos tensos.

—Hyung —el mayor se voltea antes de entrar al baño y mira Jimin tendido en la cama—. ¿Tienes planes para hoy?

Yoongi menea la cabeza. —Sin planes.

—Pasa el día conmigo —pide el omega—, podemos tener un día tranquilo y en casa.

—Suena como un buen día.



→ ☆ ←



Jimin está sacando el último panqueque de kimchi y separando los huevos fritos cuando escucha pasos ligeros descender las escaleras hasta el primer piso. Se da la vuelta para echar un vistazo rápido y su corazón da un vuelco divertido cuando ve a Yoongi acercándose a él.

El cabello oscuro de Yoongi está húmedo, con gotas de agua cayendo de sus puntas mientras continúa secándose el cabello con una toalla. Lleva el mismo conjunto de ropa, pantalón gris y una camiseta sin mangas negra, que se estira en su amplio pecho y sus brazos pálidos y musculosos. La cintura del pantalón cuelga bajo alrededor de sus caderas, lo que le da a Jimin una vista burlona del bóxer negro que se esconden debajo, así como el suave rastro de vello oscuro que llega hasta su ombligo. Jimin va a tener un maldito aneurisma por su culpa.

Y no era como si ya no hubiese visto a Yoongi sin camisa, sabía que el hombre tenía un buen cuerpo. Una espalda ancha, brazos con suaves músculos y estómago plano. Sin embargo, había algo sobre que el alfa estuviera ahí, en su casa y vistiendo su ropa que hacía sentir al modelo tan posesivo. Su omega se retorcía al saber que estaba cuidando a su alfa, tal y como se lo merecía.

Su omega quiere demostrar que era capaz de mantener a su alfa.

—¿Puedo ayudarte en algo?

—No —Jimin parpadea para espabilarse mientras niega—. Ya terminé y te advierto que no soy muy buen cocinero, pero nos hice panqueques de kimchi y huevos fritos. —Jimin se encoge de hombros.

—Si no eres buen cocinero, ¿vives de comida para llevar o restaurantes?

—¿A veces? No es como si mi carrera me lo permitiera porque aún debo seguir una dieta y —explica colocando los platos en la mesa—, mi madre contrató a unas personas que vienen tres veces a la semana para asear la casa y me dejan guarniciones en la nevera o Jungkook me da porciones extras que prepara.

—Entiendo, tienes suerte que no soy quisquilloso con la comida. —Yoongi bromea con una sonrisa.

Jimin frunce los labios en un puchero mientras se sienta al lado del alfa. Yoongi le da un mordisco a la comida humeante, soltando un gemido de alegría ante el sabor y apunta con sus palillos a la comida, culpando al culpable de su reacción. El alfa continúa comiendo, haciendo ruidos similares con cada bocado. Hace que parezca que es lo mejor que ha tenido. Jimin prueba la comida él mismo, es buena, pero no es la mejor.

—Vamos, no puede ser tan bueno. —argumenta Jimin.

—El mejor desayuno de todos los tiempos— dice Yoongi simplemente.

El cumplido hace que Jimin se sienta un poco tímido. Él sonríe mientras terminan su desayuno en una charla sobre que podrían hacer durante el día, Jimin propone tantas cosas con voz emocionada y aunque Yoongi no cree que un día alcance para hacer todo eso, no dice nada al respecto. Complacerá al omega en lo que pueda.

De repente, Jimin guarda silencio y mira al hombre silencioso frente a él.

—Hyung, estoy sugiriendo todo y no quiero aburrirte —señala el modelo—. Ayer hicimos lo que quise; así que, si tú quieres hacer algo, puedes decirme.

Yoongi se encoge de hombros cuando termina de secar el plato recién lavado, lo deja en la rejilla de secado y se acerca a Jimin.

—Estoy bien haciendo lo que tú quieras.

—¿Seguro?

—En serio. Lo mejor que podría proponer es ver una película.

El omega le regala una sonrisa abierta mientras lo agarra de las manos y lo lleva a la sala.

—Podemos hacer eso mientras nos ponemos mascarillas.

Jimin coloca cada producto en la mesa, explica su función rápidamente y ante la cara confundida del hombre, el omega comienza a reír y solo le pide que lo siga en cada paso.

Por supuesto, que Yoongi sigue al pie de la letra cada palabra.

—Esto pone la piel suave, te gustará el resultado. —afirma Jimin mientras se acomoda a su lado en el sofá luego de apagar las luces en la habitación. Extendiendo la cobija en sus piernas, le hace una seña a Yoongi para que se acerque y cubra junto a él.

Cuando la película comienza a reproducirse, el omega recuesta su cabeza en el hombro de Yoongi, entrelaza sus brazos y en el momento en que escucha resoplar al alfa, lo mira de reojo.

—¿Agarrarnos de manos también es parte del proceso?

Pregunta Yoongi.

—Por supuesto, compartimos nuestras vibras a través del contacto y el resultado será mejor.

—Un poco más y me la creo. —Yoongi ríe. Sin embargo, entrelaza sus dedos con los del modelo y sonríe cuando siente el aroma de Jimin endulzarse.

Yoongi aborrece las películas de zombis. Aun así, es parte de su estrategia para estar acurrucado al omega. Y el alfa se siente orgulloso de que haya resultado.

Pasado el rato, ambos se encuentra tan ensimismados en la trama de la película; uno más que otro, que cuando suena la alarma de Jimin, ambos jadean mientras se acurrucan más cerca. Yoongi chista al darse cuenta de que es solo el celular avisando que es momento de quitarse las mascarillas.

—Es hora de quitarnos esto.

—Quiero saber si logran cruzar hasta el octavo piso.

—Ponla pausa y lo ves ahorita. —Jimin agarra el control y pausa la película de zombis cuando la protagonista corre hacia la ventana, Yoongi abre los ojos con sorpresa y luego mira al modelo.

—Eres cruel, lo dejas en la peor parte. —lloriquea, levantándose y siguiendo al omega hasta el baño del primer piso.

—No sabía que te ponías hacer berrinche cuando no consigues salirte con la tuya. —se burla.

Yoongi observa a Jimin a través del espejo y arquea sus cejas.

—No estoy haciendo berrinches.

—Yo creo que sí, alfa. Lloriquear por no obtener lo que quieres es hacer berrinches —explica Jimin mientras se voltea a verlo—. Pero no te preocupes porque aunque no me gusten los alfas mimados, tú eres la excepción.

—Yah.

—¿Qué? —Jimin bate las pestañas, poniendo su mejor cara de inocente y mira al hombre frente a él.

Yoongi se aclara la garganta, un poco afectado con la dualidad del más joven.

—Realmente eres un mocoso —Yoongi lo señala con el dedo, haciendo que Jimin recuerde a una persona mayor regañando a un adolescente—, hablándome tan informal.

—Hyung, solo eres dos años mayor. No cincuenta y además, pensé que ya habíamos saltado esa etapa de ser formales.

Abriendo el grifo de lavabo, Jimin se inclina para quitarse el producto mientras le dice a Yoongi que debe seguir sus pasos. El alfa mira la figura del omega, baja por su columna y ante de que sus ojos se posen en la curva de su trasero, Yoongi cierra los ojos y razona en que esa es una línea que no debería de cruzar.

Que se hayan besado, no significa que deba de fantasear de más. Las palabras del omega no eran una confesión de amor.

De vuelta en el sofá, Jimin vuelve a reproducir la película y le explica lo siguiente que van a hacer. Cuando el alfa a su lado suelta un grito ahogado por lo que se reproduce en la pantalla, el más joven suspira resignado, sabiendo que Yoongi no le está prestando la atención que merece.

—Pareces un niño viendo su programa favorito —exclama el modelo hacia el hombre a su lado, Yoongi frunce la nariz mientras siente sus mejillas sonrojarse—. Déjame hacerlo por ti.

—No tienes por qué hacerlo. Lo siento, no sabía que iba a gustarme tanto una película de zombis.

—No pasa nada, alfa. Acuéstate y así puedes seguir viendo la pantalla.

—Lo voy a hacer yo.

—No. Ahora deseo hacerlo yo —jala el hombro del alfa hasta tenerlo recostado en el sofá, dejando la cabeza del alfa apoyada de sus muslos—. ¿Cómodo?

El alfa asiente mirándolo desde abajo y vaya, que Jimin es guapo desde ángulo en que lo mire. El más joven le sonríe mientras recoge la crema hidratante sin aroma y frota sus manos para activar el producto antes de tocar las mejillas rellenas del alfa, comienza a dar toquecitos el área y luego sube a su frente, baja por el puente de la nariz y seguido baja a la barbilla, la afilada mandíbula y por último el cuello. Todo bajo la atenta mirada de Yoongi.

Y si las feromonas de Yoongi se endulza de más, ninguno lo menciona.

—También hay que cuidar el cuerpo, no solo la cara —Jimin tararea y continúa pasando sus dedos por la cara del alfa—. Pero podemos concentrarnos en eso otro día.

—Lo que tú quieras —Yoongi se estira para tomar una de las manos de Jimin y la acaricia—. Gracias.

—¿Por qué me agradeces?

—Siempre estás pendiente de mí y cuidándome.

—No tienes que agradecer eso, haces lo mismo por mí —los dedos de Jimin se deslizan entre el cabello oscuro, Yoongi cierra los ojos para concentrarse en los movimientos relajantes hasta que el modelo vuelve hablar—. Pensé que querías ver la película.

Yoongi menea la cabeza frunciendo el ceño.

—Hmp, la vista que tengo justo ahora es más interesante y bonita.

Las mejillas del modelo se encienden y desvía la mirada, el omega en él acicalándose. Y no es como si no supiera lo bonito que es. Jimin lo sabe, pero era diferente si te lo decía la persona que te gusta.

Yoongi relame sus labios cuando el olor de las feromonas de Jimin aumenta, volviéndose empalagoso y afrutado. Tentador.

—Hyung, ¿me permites volver a besarte?

Yoongi mira los ojos brillantes de Jimin y asiente sin siquiera pensarlo, no había manera de negarse ante el modelo. Si el hombre más joven quería besarlo, entonces lo haría. No es como si fuera un sacrificio para él, no podía descifrar si era porque le gustaba el chico. Pero parecía que el alfa siempre estaba dispuesto a complacerlo en lo que quisiera el omega.

Yoongi no tiene oportunidad de dar una respuesta, lo único que siente son los labios regordetes chocando con los suyos de forma suave, el alfa no se encontraba preparado para ese movimiento. Sin embargo, tampoco estaba sorprendido, ya que Jimin era un omega que siempre daba el primer movimiento. Por lo tanto, Yoongi no se opone a recibir aquel beso y posa una mano en la nuca del omega para atraerlo.

Se besan con fervor, sus lenguas rozándose con sutileza, provocando que el corazón del alfa se agite en su pecho. Estaba seguro de que Jimin podía escucharlo desde donde estaba. Cuando consiguen separarse por falta de aire, Jimin sonríe, reanudando las caricias en el cabello del alfa y mirando los créditos en la pantalla. Por su parte, Yoongi siente sus orejas calientes y aprovecha su estado avergonzado para esconder su cara en el estómago del omega, donde el aroma Jimin también se concentra.

—Quería hacer esto temprano. —declara Jimin.

—Lo sé, yo también quería. —asiente Yoongi, igualando el tono bajo de Jimin.

—¿Si lo querías por qué huiste esta mañana?

—Jimin, estaba recién despertando con mal aliento, hecho un desastre y no quería que las cosas entre nosotros se pongan incómodas.

—Eso no me importa. Siempre que quieras besarme, puedes hacerlo. Sin preguntas de por medio.

—¿Y... eso en que nos convierte?

—Mhm, ¿Qué quieres que sea?

—Quiero que sepas que no ando besando a las personas sin una razón de por medio, me gustas y creo que te gusto. Así que tenía pensado en... tal vez formalizar esto. Ponerle un nombre, sí.

—Bueno, tienes razón. Me gustas, chico guapo —se aclara la garganta—. Entonces, ¿quieres que seamos novios?

Yoongi asiente. —Si estás bien con ello.

—Por supuesto. Quiero eso, hyung.

Jimin asiente energéticamente y vuelve a unir sus labios en un suave beso.

—Primero déjame llevarte a una cita.



→ ☆ ←



Entonces, esta cosa nueva que están haciendo con los besos es definitivamente agradable.

Como muy agradable.

Han comenzado a hacer esta cosas de los besos, nunca escalando más haya de un pequeño pico en los labios o un ligero roce de lenguas, ahora Yoongi siempre está empezando a esperar el momento en que pueda sentir los labios de Jimin correctamente contra los suyos.

Siendo bastante honesto, se esfuerza por ser un alfa atento; solo para poder recibir un beso. Ya que los obtendrá antes y después del trabajo, cuando le va bien en un examen con Minseok o cuando ayude a limpiar el pintalabios de los dientes de Jimin, cuando le ayude a quitarse los zapatos después de un largo día, cuando le lleve una taza de café o un dulce a su oficina.

Yoongi siente que su corazón late con fuerza cada vez que lo hace, siempre queriendo perseguir los labios con sabor a cereza de Jimin, queriendo probarlos adecuadamente.

Jimin toma su mano con una sonrisa y en el momento en que se abren las puertas del ascensor arrastra afuera a Yoongi, mira hacia ambos lados del pasillo y luego se inclina a besar su boca.

—Te extrañé, alfa. Anoche debiste quedarte conmigo.

—Dormí dos noches contigo, ¿y ya eres adicto?

—Eres más cómodo que mis almohadas.

—Me alegra ser de tu gusto, pero no puedo quedarme todos los días contigo.

—¿Por qué no? —sus labios se abultan en un puchero.

—Porque ya viste los artículos que sacan, retorciendo toda la información y digamos que a penas empiezo a cortejarte. No hemos tenido nuestra primera cita oficial.

—Primero, no me importa que diga la prensa y segundo, nuestra cita será hoy y, ya que mañana es un día libre, puedes quedarte, si quieres.

—Puedo quedarme esta noche, sí.

—Bien. Si no te convecía así iba hacer por las malas por qué siempre consigo lo que quiero.

El omega levanta una ceja de manera desafiante y Yoongi asiente de acuerdo. Porque él está bien complaciéndolo en pequeñas cosas así. Mientras el alfa pueda hacerlo, estará feliz de cumplirlo. Acercándose para poder seguir besándose, Jimin gruñe cuando alguien se aclara la garganta a su lado.

—Oh, Minseok —saluda Jimin una vez que nota al beta en la mitad del pasillo, quien los miras con los ojos tan abiertos como los de un buho—. ¿Qué te trae tan temprano por aquí?

—Buenos días, Jimin-ah, Yoongi-ssi —dice el beta recuperandose y sus comisuras se estiran en una sonrisa cerrada—. Ah, tengo una excelente noticia para Yoongi y como estaba de pasada, vine a decirle y entregarle esto. No creo que sea una noticia que deba esperar.

Muestra un sobre tamaño carta de color amarillo opaco. Jimin arquea una ceja y luego asiente, se voltea hacia el alfa.

—Bueno, los dejaré solos para que hablen. No salgas a trabajar sin la chaqueta ha comenzado hacer frío y nos vemos más tarde, alfa —acomoda un mechón de cabello que cae sobre la frente del mayor y seguido deja un beso en sus labios—. Fue bueno verte, Minseok hyung.

—Lo mismo digo.

Yoongi mueve la mano despidiéndose de Jimin y luego hace pasar al beta, que se detiene al ver la habitación renovada.

—Quedó muy linda. —mira el azul claro en las paredes y el nuevo juego de muebles.

—Sí, Jimin ha elegido renovarlo a pesar de que no era necesario.

—Entre más cómodo se esté, es mejor estudiar y hablando de ello —mueve el sobre mientras sonríe—. ¿Recuerdas sobre la oportunidad de obtener un título de estudios básicos?

—Sí.

—Conseguí la información y pronto se abrirán las inscripciones, así que si lo deseas puedo ayudarte a entrar. Hay una amiga que puede asesorarte, decirte el papeleo necesario y nada, estudiarías para obtener un título e ir a la universidad en menos de cinco años.

Yoongi parpadea un poco desconcertado y mira al beta con una sonrisa gingival.

—¿Esto es en serio?

—Sí, Yoongi nunca bromearía con algo así. Si de verdad lo quieres, puedo ayudarte.

—¡Sí quiero! Por supuesto que sí —grita, yendo a abrazar al hombre—. Muchas gracias por lo que has hecho por mí.

—No es nada —murmura el beta—. Te lo mereces, te lo has ganado con esfuerzo.






Sé que dije que iba a publicarlo hace dos días, lo siento. Pero no planifique mi tiempo y todo se volvió un desastre.

Espero que les guste el capítulo y lo hayan disfrutado, a pesar que no quedó como quería, la confesión fue espontanea y aburrida, pero a partir de aquí las cosas se ponen interesantes, también espero que no les parezca que las relación avanza a mil por horas y sin contexto.

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