Capítulo 38
Logan
Sé que no paro de hacer putadas, y necesito recuperar a Noah. Me pone de un humor de perros verla a mi lado y no poder tenerla como quiero. Sé que yo solito he causado todo, y estas son las consecuencias. Me mata ver como impone tanta distancia entre nosotros; como sus ojos han dejado de ser los felices de siempre. Están dolidos, e incluso perdidos.
—¿De verdad siempre me has elegido a mí? — pregunto con tono más calmado. La competencia de gritos que hemos tenido me ha despejado la cabeza y estoy empezando a reaccionar que nunca paro de joder todo con Noah.
—Siempre te elijo a ti— afirma aun gritando. Tiene todo el rostro rojo y sus ojos chispean de ira en todo su esplendor — aunque eso signifique terminar en mil pedazos
Quiero decirle que no tiene por qué ser así; no tiene por qué terminar en mil pedazos, que voy a cambiar por ella, pero ninguna palabra sale de mi boca. Es como si mi voz se hubiese marchado a un lugar recóndito de mi cuerpo del cual desconozco su ubicación.
—Lo siento— murmuro sintiéndome más mareado por unos segundos. Sé que he vuelto a joderla.
—Vete— grita señalando la puerta
El corazón se me desboca porque con el hecho que le dé espacio, lo único que voy a conseguir es que no pare de ver todas las putadas que hago. Que quiera alejarse de mi definitivamente, y ya ni siquiera desee avanzar a pasos lentos, qué ya no quiera otorgarme ni la más pequeñita oportunidad por regresar a su vida, echándome a patadas como merezco que lo haga.
¡No quiero eso, joder!
—¿Vas a dejar que me marche borracho? — arrastro más las palabras con la esperanza que me permita quedarme.
Sé que he dado justo en el clavo, cuando resopla. Me da calidez saber que le importo lo suficiente para no permitir que me marche borracho.
—Vas a dormir en el suelo— gruñe lanzándome una manta y una almohada. Asiento tal cual niño esperanzado, que le levanten el castigo.
Sale de la habitación unos segundos, sin decir una palabra. Está cabreada y me resulta cómico verla así, aun sabiendo que si no hubiese hecho todo este espectáculo, probablemente estuviese durmiendo a su lado.
Cuando regresa lleva un pantalón de chándal y un polo que deja entrever su sujetador negro. Se tumba en la cama sin decir una palabra y se arropa con la manta. Tengo ganas de platicar con ella, o tocarle las narices hasta que me perdone. Luego de unos minutos en los que nadie ha dicho nada, me da la espalda y oigo como su respiración se hace lenta.
Después de unos minutos siendo su olor frutal llenando toda la habitación. Inhalo tantas veces como me es posible su olor. En la posición que estoy puedo ver su cuerpo completamente, aunque se encuentre de espaldas. No sé cuánto tiempo pasa hasta que gira para encararme en sueños.
Me apoyo en un codo y observo su bonito rostro y lo perfecta que es. Me deleito observando con la poquísima luz que se filtra por las ventanas, como sus largas pestañas acarician sus parpados y la paz en la que duerme. Con cuidado acaricio su mejilla.
Mientras más la observo, más noto las diferencias en ella. Tiene siquiera once kilos menos de como la conocí. Me maldigo porque sé que dejo de comer por mi culpa; Matt me decía todo el tiempo; que no se encontraba bien, pero era tan cabrón como para solo darme cuenta de mi dolor. Y es evidente. No sé cómo coño no lo he notado antes. Ha recuperado un poco de peso desde la última vez que la vi en la fiesta de graduación, pero no es suficiente. Sé que siempre le molesto llevar unas libras demás, -aunque a mí me gusta como esté- pero ahora, se le nota lo demacrada y pálida. La ropa que usa es tres tallas más grandes. Su muñeca es tan pequeña que queda volando al cerrarse mi mano sobre ella.
Quiero darme de collejas por ser tan cabrón y causarle esto. Pero siendo el egoísta de siempre, no estoy dispuesto a alejarme de Noah por segunda vez.
—No sabes cuánto te quiero Noah— murmuro acariciándole el rostro, siendo completamente franco. Continua completamente dormida, ajena a toda la lucha en mi foro interno.
Quiero ser bueno para ella, ser merecedor de todo lo que incumba con Noah. Sé que he dado el primer paso abriéndome a ella, pero me ha costado; perderla por casi cinco meses dónde deje de vivir y tocar fondo para comprobar una vez más que es mi salvación.
Perderla ha sido como bajar al infierno y castigarme todos los días sin su presencia. Ser encarcelado como la jodida bestia que soy, viendo como alejan a mi ángel.
Sabiéndome más desgraciado que lo que me he sentido alguna vez.
Daría lo que fuese por borrar todo el daño que le he hecho. Quiero que vuelta a confiar en mí, que vuelva a lanzarse al vacío confiando que yo estaré al final para atraparla. Y no importa cuanto tenga que intentar para lograrlo. Noah vale la pena, vale cada jodido intento.
Acaricio su mejilla por última vez, y beso la comisura de sus labios.
Abrazo la almohada a sabiendas que ya es tarde y mañana nos espera un día largo. Lucho para mantener los ojos cerrados mientras espero que el sueño me inunde. Trato de no darle muchas vueltas a todo lo que se me arremolina en la cabeza, sin embargo, de todas las cosas graves que tengo que resolver, el asunto de la mala alimentación de Noah se me hace el más importante.
En las pocas horas que paso a su lado, no le he visto comer más de dos veces, y en ellas no es más que un sándwich de pollo o una barra de cereales por desayuno.
Cuandoel sueño al fin llega, ruego para que la presencia de Noah, suerte el efectoque siempre ha surtido; alejando todos mis demonios y volviendo a ser mi luz.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro