Capítulo 2
Me despierto con todo el cuerpo dolorido. Anoche, a penas toque las sabanas cuando intente tumbarme en la cama, una sarta de recuerdos de Logan abrazándome, besándome, pegando su cuerpo al mío... durmiendo conmigo, o su cuerpo desnudo... no me permitieron recostarme. La cama, mi cama fue como una ráfaga de recuerdos.
El suelo en ese momento parecía ser buena opción, aunque en este momento ya no tanto. Suspirando me incorporo y camino hasta la ducha. El agua no hace su milagro, ya que mi aspecto continúa siendo el de una llorona sin remedio. Claro, y a eso le sumamos que tengo un hematoma que rodea mi ojo derecho, y uno similar en la comisura del labio. Mis brazos están más que rasguñados. Pero toda la hinchazón en los parpados, ni el color rojo de mi esclerótica se han marchado, pero me lo tengo merecido. He llorado toda la noche, y gran parte de la madrugada. Ni siquiera recuerdo cuando en medio de mi llanto empecé a dormir.
Por un momento tengo la intención de quedarme en casa, y no volver nunca más a St. Marie. La idea parece más prometedora de lo que quiero aceptar, pero de todas formas me visto y bajo a la cocina arrastrando los pies. En un intento por hacer mi rutina normal, trato de beber zumo, pero simplemente no puedo siquiera ingerir alimento. Cuando subo a mi auto, y observo mi aspecto, reconozco que realmente doy pena. Mis ojos no brillan, y solo están rodeados por dos medias lunas, y un color rojo sangre. Mi atuendo tampoco ayuda mucho si lo que trato de hacer es disimular mi post-traumática ruptura. He cogido lo primero que he visto, y nada más.
—Puedo hacerlo
<<No, no puedo hacerlo>>
<<Pero ¡Qué positivismo!>>
Respiro hondo, y regreso a casa. Si algo he aprendido de la nueva actitud y "mejorada" forma de ser de mi madre es aparentar bienestar. Y necesito que Logan y Wendy sepan que estoy bien, y más que convencerlos a ellos, convencerme a mí misma. O siquiera que me pondré bien en un futuro. Entro a la habitación de mi madre y agradezco encontrar sus cosméticos. Literalmente me baño en maquillaje, y corrector, aplico más en los hematomas, y no puedo evitar hacer muecas por el dolor que me causa hacer contacto y presión en ellos. Me echo un poco de color en mis mejillas pálidas. Puedo decir que ya no tengo un aspecto tan jodido, y que los moratones no están tan visibles, aunque siguen notándose, y mis ojos siguen inyectados en sangre. En un intento de disimular mis parpados hinchados, me pongo rímel y me retiro los lentes de contacto para volver a mis gafas comunes. Me saco la goma del cabello, y dejo que mis rizos tomen libertad. Ya de por sí maquillarme es mucho, no pienso mudarme de ropa.
Sonrío a mi reflejo, pero es la sonrisa más fingida que he hecho en la vida. Regreso a mi auto y arranco, pero a medida que me acerco a St. Marie mi corazón amenaza con salir. Dos que tres lagrimas resbalan por mis mejillas, y me maldigo por ser tan débil. Y esta es una de las razones por las que odio maquillarme. Cuando el contorno de mis ojos se mancha de color negro, me restriego con odio, y me saco toda la máscara de pestañas con un paño húmedo.
En cuanto me deshago de las estúpidas manchas, me doy cuenta que me he llevado gran parte del maquillaje. Respiro hondo, y con paciencia me quito los kilos de maquillaje que llevo. Lastimosamente me he fregado demasiado fuerte, y ahora tengo toda la cara roja, y el contorno de los ojos completamente irritado. Como si hubiese llorado sin cesar desde ayer. Algo que sí hice, pero el maquillaje ocultaba. Y para rematar el color amoratado de mi pómulo se ve claramente, junto al de la comisura de mis labios.
<<¡Bien hecho Noah!>>
Salgo dando un portazo, y trato de cubrirme con el cabello lo más que puedo. A medida que camino hasta la puerta de St. Marie, siento como miradas se clavan en mi nuca. No sé si son impresiones mías, pero no giro para comprobarlo, y continúo caminando en dirección a la entrada. Aunque quiera salir huyendo de este sitio y no volver jamás, ingreso y sin pensar dos veces me meto en el baño de mujeres, y me apoyo sobre el lavamanos. Mis ojos se empiezan a cristalizar y hago lo que puedo para no derrumbarme en este momento. No aquí, no ahora.
Tomo grandes bocanadas de aire, y cierro los ojos para evitar que lágrimas resbalen por mis mejillas. La puerta del baño se abre, y por unos segundos supongo que es Wendy y viene por la revancha. Sin embargo, en este momento le agradecería que me mande a dormir. Cuando abro los ojos encuentro a Gaby, que se ha quedado estática cerca de los lavamanos.
—Hey— saludo tratando de que mi voz no se quiebre
—¿Qué coño te ha pasado?— contesta después de unos segundos en silencio
—Nada— y rompo en llanto
<<¡¿Cómo narices se puede sentir tanto dolor!>>
Se acerca y se posiciona junto a mí en las baldosas del piso del baño. Ni siquiera he sentido cuando he caído.
—¿Quieres hablar de ello?
—Yo... él...—lo único que consigo hacer es gimotear. No soy capaz de hacer algo que no sea llorar. Mis sollozos inundan el baño, y quiero que la tierra se abra en dos y me trague.
Me abraza, pero nada me sirve de consuelo en este momento. Ni siquiera cuando me dice que está para mí.
—Todo pasa ¿vale?
Y realmente me pregunto si todo pasa. Si todo el dolor que siento dentro alguna vez será capaz de marcharse, y dejarme continuar con mi vida. Asiento y me trato de convencer que todo volverá a retomar su sentido, todo volverá a estar bien...
Yo volveré a estar bien.
Respiro hondo, y recojo las piernas. Cierro los ojos y carraspeo para tratar que mi voz se aclare. O siquiera no parezca tan rota.
—Se acostó con Wendy, una noche antes de acostarse conmigo y perder mi virginidad con él.— el rostro de Gaby se pone blanco, y luego se contorsiona de ira. —Ese mismo día Jake llegó a casa, y Logan me impidió que me acercara a él. Al principio imagine que era para protegerme, pero Jake sabía que Logan me traiciono. Intento comprar su silencio ofreciéndole dinero— suena peor de lo que es, o aun no soy capaz de digerir que tan espantoso es lo que ha hecho. —él no lo tomo, y amenazó con decirme si Logan no lo hacía pronto. Pero Wendy si tomo su dinero— siento como todo en mi interior se revuelve solo con pronunciar su asqueroso nombre de puta.
—No puedo creerlo— sus palabras salen como susurros. Es como si ni ella se lo creyera
—Ayer como todos los días Wendy empezó a buscarme las cosquillas, pero cuando me arranco el collar que Logan me había regalado, perdí el control y fui a por ella. La golpee, y no sé qué me paso, lo juro. Para cuando nos separaron Logan me sostenía a mí, y Matt a ella. Pero las cosas no quedaron ahí, ella obligó a Logan a decir lo que me había hecho frente a algunos chicos que aun rondaban por St. Marie
—¡Que hijos de puta!
En otra ocasión hubiera defendido a Logan a capa y espada, pero a estas alturas solo soy capaz de quedarme en silencio, y asentir en modo de respuesta.
—Esa maldita puta la va a pagar— chilla con enojo. Su ceño está más que fruncido, y es la primera vez que la miro así. Siempre he conocido a la Gaby feliz, e indiferente a las cosas que pasan a su alrededor, pero ahora incluso a mí me causa cierto temor.
—¡Hey! — grito cuando observo que se dirige a la puerta del baño—¿Qué vas hacer?
—Primero traer maquillaje, segundo mejorar tu apariencia, y tercero... bueno eso podemos discutirlo luego
Me rio, y dejo que se marche. Trato de incorporarme, y me remojo el rostro. Me detengo a examinarme los moratones de mi rostro, y me doy cuenta que mi pómulo no está solo morado, también tiene un corte. Va a demorarse en sanar. Con lo masoquista que soy, me toco y hago una mueca de dolor. Duele, duele y mucho.
Debí alejarme cuando aún tenía oportunidad. Pude haber evitado tantas cosas...
Un corazón despedazado, por ejemplo.
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