43 - Desenlace inesperado (Continuación)
Sin previo aviso, la puerta fue derribada mientras una figura masculina aparecía de la nada. Aylah parpadeó varias veces atontada, se sentía adormecida. ¿Acaso estaba soñando? Esta era la única manera en la que podía estar viendo a Kadir parado en el umbral. Los ojos del general pasaron de Aylah a Ellies y viceversa. Era como si no comprendiera la situación o le pareciera demasiado irreal. A su vez, Ellies también lucía sorprendido ante la intrusión.
Ella se sentía totalmente avergonzada por haber sido descubierta en semejante situación, y al mismo tiempo totalmente feliz de verlo. ¿Acaso había venido a salvarla? El mismo calor que había sentido tantas veces antes se extendió por su cuerpo de golpe. Cerró los ojos con fuerza por un instante, solo quería salir de aquí, irse lejos. Uno de los dibujos que había visto en los libros de la biblioteca pasó fugazmente por su mente, mientras escuchaba el sonido de cristales al romperse, pasos agitados y un súbito jadeo.
Cuando abrió los ojos, la imagen que vio la dejó con la boca abierta. Kadir estaba a su lado, su enorme espada atravesaba el hombro de Ellies de manera implacable. Su expresión era feroz, como la de una bestia cegada por la ira, destruyendo a su enemigo sin piedad. Su aura era totalmente aterradora, inhumana. Aylah sintió de repente sus manos libres, solo entonces vio al mago y aun par de caballeros más que observaban la escena atónitos.
Kadir sacó la espada del hombro de Ellies, derramando una generosa cantidad de sangre en el proceso. Alzó el brazo, sus intenciones eran claras, iba a matarlo de un solo golpe. Aylah sin saber de donde había sacado la fuerza suficiente para pararse de la silla, lo abrazó de improvisto, haciendo que su mano se detuviera antes de dar el fatal corte. Ellies había caído de rodillas aún sorprendido por la rapidez de los eventos. En su cara se veía la incapacidad de comprender lo que estaba sucediendo, mientras con su mano ilesa cubría la profunda herida que sangraba generosamente.
—Por favor —suplicó Aylah mientras su voz temblaba aferrándose a Kadir, solo quería salir de este horrendo lugar de una vez por todas. No deseaba nada más. Miraba a su salvador con intensidad mientras su vista se nublaba y su cuerpo perdía totalmente las fuerzas.
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