Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

27 - Decisiones difíciles

El rey miraba las caras de los nobles reunidos en el salón del trono. Todos y cada uno de ellos estaban defendiendo sus argumentos sin sentido solo por una razón: poder. Mientras las grandes guerras se habían librado en el campo de batalla a kilómetros de allí, las disputas internas de la aristocracia ocurrían a puertas cerradas. Cada uno defendía su posición usando cualquier argumento, trampa o carta escondida que dejara en evidencia a su adversario, exponiendo cualquier debilidad de su oponente que pudieran usar en su beneficio.

Duveandell estaba perdiendo la paciencia. Si hubiera sido veinte años más joven, ya habría sacado su espada y le habría cortado la cabeza, al menos a alguno de los presentes. Una malvada sonrisa de satisfacción se extendió por su rostro, solo de imaginar ver a estos hombres suplicando por sus insignificantes vidas. Parásitos que solo sabían vivir de manera lujosa y extravagante mientras otros arriesgaban sus vidas en el campo de batalla. Las constantes quejas y acusaciones lo tenían harto. Había cosas más importantes que hacer, no tenía tiempo para estar de niñera de estos hombres que actuaban como niños egoístas peleando en el patio de una escuela.

Las puertas del salón del trono se abrieron de repente mientras un grupo de hombres entraban sin anunciarse, sorprendiendo a los presentes por su rudeza. El rey los miró sin inmutarse, como si ya estuviera acostumbrado a este tipo de intromisión. Todos se veían imponentes usando enormes armaduras de color negro brillante que llenaban el lugar con un rítmico, pero amenazante sonido metálico cada vez que caminaban, haciendo a los presentes enmudecer de golpe.

—¡Todos retírense! – ordenó el rey con voz autoritaria, haciendo un gesto con su mano para que salieran. Todos los nobles presentes parecían bastante molestos por ser expulsados de esta manera. Pero al ver la intimidante cara de Kadir con su armadura rojo brillante y la postura inespresiva de Jens con los brazos cruzados, la molestia era transformada en incomodidad. Muchos bajaban la cabeza al pasar por su lado o caminaban muy rápido para salir lo antes posible. Nadie dijo una palabra hasta que no se quedaron totalmente solos.

- Si siguen apareciendo de esta manera, los nobles van a poner mi autoridad en tela de juicio – dijo el rey Duveandell con voz de cansancio

- Sabes que no somos muy amantes de los protocolos – dijo Jens encogiéndose de hombros restándole importancia

- Sí, lo sé – dijo el rey con un suspiro irritado – me lo recuerdan con su manera de actuar cada vez que vienen a palacio – negó con la cabeza como si la situación fuera irremediable.

- Ocurrió otro incidente, esta vez fue en el bosque de Leannhes —dijo Kadir sin dar rodeos—. Ya con este vamos por ocho en menos de siete meses

—¿Sobrevivientes? – preguntó el rey con expresión sombría

- No quedó nadie, todos nuestros soldados fueron aniquilados de forma brutal

—Demasiados ataques como para ser coincidencia – dijo el rey con aire pensativo

- Hasta ahora hemos encontrado los puntos en común entre los ataques — intervino Jens—. Ocurren en zonas Zhentrell, aparentan ser ataques de monstruos y no dejan sobrevivientes.

- Muchas cosas no tienen sentido —dijo Kadir caminando hacia una mesa que tenía desplegado un enorme mapa encima—. Los caballeros del ejército real están más que preparados para luchar contra cualquier amenaza. Han demostrado su valía más de una vez, tanto en batallas como en otras labores igual de peligrosas, así que solo una emboscada preparada especialmente para ellos sería la única explicación. Pero los monstruos no son tan inteligentes como para planificar ataques a esta escala en las zonas donde hay restricción de maná – lo miró con atención como si buscara algo en particular - pero el hecho de que no quede ningún sobreviviente indica que tampoco hay un testigo que diga que fue lo que pasó con exactitud – entornó los ojos como si algo en el mapa hubiera llamado su atención - es demasiado perfecto para ser una casualidad

- También me preocupa que los atacantes de los caballeros supieran exactamente cuál era su recorrido —dijo Jens con voz seria – podríamos tener un espía entre nosotros, si es así, se trata de alguien con habilidades muy peligrosas

- Entonces estamos de acuerdo en que no son ataques de monstruos – dijo el rey golpeando su frente con el dedo índice

- Al parecer alguien está enmascarando un ataque al reino —dijo Kadir trazando una línea con su dedo en el mapa mientras fruncía las cejas— y lo está haciendo de manera muy inteligente

- Aunque estos no han sido los primeros incidentes – dijo Jens mientras el rey se levantaba del trono asombrado

- ¿A qué te refieres?

- Investigué en los archivos del ejército real y habían ocurrido otros ataques anteriormente – dijo Jens acercándose a Kadir y señalándole algo en el mapa mientras este solo asentía – pero han sido esporádicos, al menos una vez al año desde al menos cinco años atrás, nada que pudiera levantar sospechas.

- Pero se han intensificado de repente sin un motivo aparente y causando más preguntas que respuestas – añadió Kadir dando un largo suspiro mientras se cruzaba de brazos – todo esto se ve como un enorme rompecabezas con las piezas colocadas de manera aparentemente desordenada, como si la llave para resolverlo estuviera oculta ante nuestros ojos

- Dices que los ataques se intensificaron de golpe apenas unos meses atrás — el rey avanzó hacia Kadir — como si hubiera sucedido algo que lo provocara

- ¿Qué sucedió de importancia en el reino en ese entonces?

Los tres hombres se miraron de repente, como si la respuesta hubiera estado frente a sus caras todo el tiempo. Los golpeó de lleno, como si les hubieran volcado encima un balde de agua fría. Las miradas sombrías que intercambiaron fueron suficientes para denotar que pensaban, de igual manera, que habían encontrado la respuesta a la vez.

- La princesa despertó en ese entonces – sentenció Jens














Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro