8 -Fuego danzante
Era imposible explicar con palabras lo molesta e incómoda que se sentía justo en este momento. Dió un rápido vistazo a su alrededor, era irritante estar en la misma habitación con todas las personas que ahora mismo quería tener lo más lejos posible. Jor y Bryn estaban junto a la puerta sin mover un músculo, Kadir aunque mantenía su cara inexpresiva evitaba su mirada a propósito y Tione se mantenía de manera impasible, como si anteriormente no hubiese pasado absolutamente nada entre ellas. Respiró profundo, debía estar calmada, el mago iba a examinarla, eso era lo más importante en este momento.
La cara de Jens mostraba cansancio, pues sus hermosos rasgos estaban opacados por unas profundas ojeras, lo cual denotaba que llevaba mucho tiempo sin descansar apropiadamente. Aunque no le agradaba mucho, debía admitir que se estaba esforzando por encontrar una solución para evitar que los ataques que sufría continuaran. Por el cambio radical en la manera en la que el mago la trataba pudo darse cuenta de la gravedad de su estado, así que resolverlo era una prioridad.
Estaban en un lugar que tenía una extraña mezcla decorativa, era imposible saber si se trataba de un estudio, un laboratorio o una zona de pruebas. Había de todo un poco: estantes colmados de libros antiguos pulcramente ordenados, mesas llenas de gemas, piedras, esferas y todo tipo de frascos con extraños contenidos de colores en su interior, aparte de un enorme reguero de papeles por doquier. Un raro despliegue de caos y orden reinaba en perfecta armonía. En un espacio libre de la habitación, dibujado en el suelo, había un círculo de grandes proporciones. Lo suficientemente grande como para que al menos cinco personas se pararan dentro cómodamente y su centro estaba lleno de fórmulas, muy diferentes y más complejas de las que había visto en los libros de la biblioteca de la mansión.
Sin que se diera cuenta, guiada por la curiosidad se acercó al enorme dibujo. Su mente comenzó a analizar la enorme fórmula, dividiendo cada sección, descubriendo los patrones ocultos, entremezclados de manera perfecta para obtener un solo resultado. Algo no parecía estar bien, aunque no podía explicarlo con palabras, había un dibujo que resaltaba entre el resto, algo que no pertenecía, que estaba fuera de lugar. ¿El mago lo habría notado o simplemente habría cometido un error? ¿Debería decirle? No parecía muy buena idea, Jens seguía demasiado concentrado haciendo los ajustes finales.
—Creo que con eso será suficiente —murmuró el mago dando un último vistazo al círculo— ahora su alteza, por favor ¿Podría pararse en el centro? —preguntó mientras señalaba la fórmula dibujada en el suelo.
—Creo que con eso será suficiente —murmuró el mago dando un último vistazo al círculo— ahora su alteza, por favor ¿Podría pararse en el centro? —preguntó mientras señalaba la fórmula dibujada en el suelo.
Aylah se situó donde le había indicado, mientras el mago ponía en una de sus manos una esfera de cristal negro y luego se apartaba un poco. Apenas Jens activó el hechizo sobre el que estaba parada, una extraña pero positiva sensación se extendió por todo su cuerpo. De repente se sentía ligera, como si se hubiese quitado un gran peso de encima.
—Ahora necesito que intente activar este hechizo —añadió Jens mientras le mostraba un papel con una fórmula dibujada— busqué algo sencillo y compatible con su elemento.
—No sé como hacerlo —soltó Aylah, molesta ante la ridícula petición del hombre, ella era incapaz de usar magia. No poseía esa habilidad, ya se lo había dicho antes cuando él había sugerido que ella se había liberado por sí sola el día que la rescataron.
—Por favor, necesito que lo intente, es importante
Este mago estaba siendo realmente molesto. Su insistencia era demasiado irritante al igual que la mirada expectante que le dedicaba. Dió un largo suspiro mientras miraba la hoja, aunque fuera importante para saber lo que sucedía exactamente con su cuerpo, no le parecía que valiera la pena intentar algo que sería imposible de lograr. En todo el tiempo que había transcurrido desde su despertar, nunca había mostrado ninguna habilidad mágica. Si hubiera podido hacer algo como lo que el mago le pedía, no hubiera sufrido a manos de Ellies, hubiera podido defenderse por sí sola.
¿Defenderse? Un momento. Una serie deeventos pasados cruzaron fugazmente por su memoria. El día que había visitadola biblioteca de la mansión y los libros de manera inexplicable no la habíangolpeado. El momento en el que Ellies casi acaba con su vida, pero la dejó ircuando su cuerpo reaccionó elevando su temperatura. Lo mismo sucedió cuandoJelna la había atacado en el baño. ¿Acaso eso había sido magia? ¿Se habíaestado defendiendo de manera inconsciente cada vez que su vida estaba en riesgoinminente?
Estaba confundida, pero aún así intentó concentrarse en el dibujo que el mago sostenía frente a ella mientras la familiar sensación de calor comenzaba a ebullir en su interior. Mientras el dolor iba subiendo de nivel, también su determinación por lograrlo. Algo comenzó a salir de su cuerpo, parecían hilos dorados que se dirigían hacia la esfera en su mano, que parecía absorberlos por completo mientras su color iba cambiando lentamente y comenzaba a brillar. Mientras más se esforzaba, más fuerte era su dolor y más brillante se volvía la esfera.
Aylah gimió mientras las caras de los presentes comenzaban a presentar sinceros síntomas de preocupación. Solo Jens permanecía impasible, concentrado en la escena que se desarrollaba frente a sus ojos. La esfera cada vez brillaba más y más a la vez que la expresión en la cara de Aylah se torcía mostrando cuanto estaba sufriendo. Pero no se movió, no salió del círculo, si esta era la manera de averiguar lo que estaba mal con su cuerpo, lo haría sin dudarlo.
—Detente Jens, es suficiente —intervino Kadir bruscamente adelantándose hasta donde estaba el mago que le lanzó una fría mirada ante la interrupción.
—Solo lo haré si la princesa lo decide —lo enfrentó Jens con gélida voz.
Un fuerte sonido hizo que ambos detuvieran la incipiente discusión. Un estruendo que captó la atención de todos, la esfera se estaba agrietando de manera peligrosa. La cara de Jens mostró por un instante una rara expresión, como si hubiera comprendido algo de repente. Se acercó a la princesa y colocó el papel en su mano libre. Aylah pudo sentir el resultado inmediato de esta acción, el dolor comenzó a desaparecer gradualmente mientras unas llamas azules brotaban de la mano donde sostenía el papel y los hilos dorados desaparecían de improvisto. El cálido fuego acariciaba su piel sin hacerle daño y parecía aliviar su molestia a medida que sus proporciones crecían.
Aylah solo miraba extasiada las hermosas llamas que danzaban en su mano sin hacerle daño a su piel. Era tan extraño y a la vez demasiado satisfactorio. Una sensación de alegría, de ligereza inundaban su ser de manera deliciosa, olvidando incluso por un instante al resto de las personas presentes. ¿Qué pasaría si dejara que el fuego siguiera creciendo hasta envolverla por completo?
Como si se tratara de un golpe de adrenalina, Aylah solo se dejó llevar mientras las llamas comenzaban a crecer de manera peligrosa. Su respiración comenzó a agitarse por la desbordante emoción mientras el color del fuego comenzaba a cambiar de manera sutil hasta llegar al rojo intenso. No quería detenerse, deseaba más de esta sensación adictiva, no le importaba en absoluto si la habitación donde estaba ardía en llamas hasta convertirse en cenizas. En este momento solo estaban ella y este hermoso fuego danzante que la obedecía de manera absoluta, efectuando una magnífica actuación mientras desplegaba su destructivo calor.
De improvisto todo se detuvo, el fuego se apagó y una fuerte opresión en el pecho, similar a lo que había sentido al entrar al palacio, le indicó que algo había pasado. Miró hacia el suelo, la fórmula dibujada en el suelo había desaparecido. Jens la había desactivado. Alzó la vista, para encontrarse con los profundos ojos azules del mago, aunque su cara estaba totalmente inexpresiva se notaba que algo le molestaba por la manera en la que la veía fijamente, como si esperara que algo más sucediera de un momento a otro. Tras él el resto de los presentes la miraban sorprendidos, como si hubieran visto algo demasiado asombroso. ¿Acaso la magia no era algo normal en este mundo?
Mientras la molestia se le pasaba, Aylah se sentía emocionada. Si podía usar magia de esta manera, por fin podría ser libre. Si tan solo aprendiera como usar este poder, sería algo a su favor. Una manera de defenderse por si misma sin necesidad de depender de alguien más, y sin tener que temer que nadie intentara ponerle un dedo encima. Nuevos horizontes se abrirían y podría aprovechar las oportunidades que se le presentaran.
Tosió, y de inmediato se tuvo que cubrir la boca con ambas manos, mientras la esfera caía al suelo de forma estrepitosa, pues algo comenzó a escurrir por sus labios de manera desagradable. Un horrible sabor metalico se extendió por su paladar, mientras el líquido escapaba entre sus dedos, goteando y mojando su ropa: era sangre. Sorprendida y asustada miró sus manos. No se sentía mal, no le dolía nada, entonces ¿Qué significaba esto?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro