Noche 12 - libros y amor
"... y soñaba con forjarte una cama con un gigantesco libro de algodón ; inundarte con una ola inmensa de libros en tu cama y en tu velador un libro de poemas escrito por mí , inspirado en ti... mi eterno amor"
Nunca pensé que podría resistir tanto tiempo sin verla, sin escribirle un mensaje de texto por la mañana, antes de dormir o que me escriba ella, aunque sea un "hola". Cuando estás enamorado hasta un insignificante y frío "hola" suena tan romántico.
Rememoro un poco para recordar qué es lo que me cautivó de ella, claro es común que se diga : "su forma de ser"; muchas veces sean varones o mujeres afirmamos eso, "me enamoré de su forma de ser". Otros reconocen que fue lo físico pero se centran en el rostro y por ahí salen los ojos generalmente y aunque soy uno de ellos , no admitimos que lo físico también atrae.
Nadie dice, que de una mujer, le atrajeron sus pechos, nalgas o quizá otra parte que no sea el rostro.
Bueno Mel no es una mujer exuberante físicamente, tampoco es alta o rubia pero lo físico no es de lo que voy a disertar esta vez sino una peculiaridad que a mí sí me fue enamorando porque además de ser muy peculiar para mí fue determinante.
Alguna vez lo dije : "una mujer que lee o ama los libros no atrae, sino, enamora".
Aún recuerdo con una sonrisa, cuando le mandé un mensaje de texto en horas de la mañana, me contó que estaba disfrutando de la naturaleza; inmediatamente me llamó la atención porque se supone que estaba en clases. Yo le estaba escribiendo calculando el cambio de hora, porque me sabía de memoria su horario.
Creí que no había asistido a clases y me dijo que el profesor no había asistido, pero igual no era motivo para que ella se vaya de paseo y además los celos comenzaron a carcomerme ... ¿con quién o quiénes se fue y adónde ?.
Era raro que no me esconda la información, entonces me dijo : "estoy en mi parque" , eso me desconcertó más aunque me dio cierta tranquilidad porque por lo menos no estaba fuera de la ciudad.
Luego me dijo que estaba leyendo al pie de un árbol, como conocía el parque la imaginé allí con su libro, que hasta me doy cuenta que nunca le pregunté si leía un libro por estudios, por entretenimiento o hábito.
Tengo varios recuerdos de este aspecto, ella tenía la pasión por leer; sin embargo, por factores económicos, como les pasa a muchas personas, no tenía acceso a libros a lo mucho lo que alguien le prestara. Leer, una pasión que a mí me enamoró.
Recuerdo que cuando alguna de las tantas tardes que nos vimos, hablábamos de libros y yo le dije : juguemos a imaginar y soñar... Imagínate que te llevo a una librería inmensa y te digo que escojas los libros que quieras y te los compro , sus ojitos brillaron y casi era una mezcla de emoción, incredulidad, súplica y no sé qué más, parecía una niña a la que le daban licencia de entrar en una tienda y escoger los dulces que quisiera.
Por un momento se extravió en su imaginación incluso creí oír su risa con una especie de grito agudo cuando le seguí con complicidad.
Eso me encantaba , que tanto ella como yo podíamos reír y ser auténticamente nosotros sin ningún tipo de temor o desconfianza.
Después de esto con cierta astucia, le saqué información de los libros que ansiaba tener incluso recuerdo que me contó que uno de los primeros libros que le había impactado era : "El perfume" de Patrick Suskind pero que no lo tenía porque lo había leído prestándose de su amiga, fue el primer libro que puse a mi lista para regalárselo, claro siempre fui muy sutil para averiguar sus preferencias pues sus deseos se convirtieron en mis metas más obsesivas.
Luego me mencionó a Dan Brown y claro le compré tres libros de Él.
Otro autor fue Stephen King "Misery" me costó mucho encontrar ese libro en ese tiempo pero lo hallé, claro le compré más libros sobre Él como "It" por ejemplo.
El que sigue fue más complicado encontrarlo el de John Katzenbach "Un final perfecto", pero más que este, hallar "La senda de los héroes "de Morgan Rice fue todo un reto, hice un viaje, pregunté por lo menos en 40 lugares y encargué a 15 vendedores para que me lo consigan a cualquier precio, claro no revelaré cómo lo conseguí pero cuando lo tuve en mis manos sentí una satisfacción inexplicable, nunca había buscando algo con tanta pasión o testarudez.
Sus lágrimas de emoción con cada libro y su mirada incrédula hasta ahora me emociona tanto, fueron el galardón suficiente, podría hacer lo que sea solo para verla sonreír, aunque la hice llorar muchas veces pero de alegría.
Ahora les dejo este decimosegundo poema solo tres más y llegaré al decimoquinto, la hora de la verdad mientras tanto disfruten de este pedazo de mi alma.
POEMA 12
Ven conmigo mi niña; toma mi mano y comencemos a esbozar una nueva historia.
Tu voz será el color que pinte nuestro fabuloso cuento.
Tu aliento será la melodía que llene de luz nuestro sendero.
El amor estará celoso de nuestro tierno beso.
Ven conmigo para ver el ocaso tomando un café.
Quiero rodear tu cintura con mis versos; y en tus ojos componer canciones que se mezan en mis sueños.
Ven conmigo esta noche que aún te espero; en el mismo lugar donde nuestros labios perdieron la cordura; ¿lo recuerdas?
En ese lecho de rosas donde nuestro pudor no se sonrojó y se fundieron nuestras pieles...
Mi sonrisa se viste de esperanza y avizora tus pasos lejanos.
Mis lágrimas oyen el aroma de tu caminar, tan peculiar, tan a tu ritmo.
Mi fe se empina para atisbar tu silueta que se asoma...
Ven conmigo niña mía, me quiero asir de tu alma;
Haré un pacto con tu corazón, me casaré con tu mirada, quien vestida de blanco, vivirá conmigo en un alcázar de cristal.
Ven conmigo amor mío, el tiempo no existe en nuestro abrazo.
No temas, cubriré tus miedos con mi piel; y tú vertirás el bálsamo de tus besos en mis heridas.
Ven conmigo ahora, nos sumergiremos en el rocío de las estivales madrugadas;
Dormiremos entre las hojas secas de aquel viejo árbol, nos cubriremos con la brisa otoñal de nuestra canción y de almohada muchos libros para soñar en el corcel de nuestra imaginación;
Siento el revoloteo de las mariposas de pasión; un par de luciérnagas de ternura y aún no despertaremos, hasta que el tiempo se canse de esperar y nuestros cuerpos envejezcan en el sueño eterno de cada crepúsculo.
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