Un día había despertado entre cálidas miradas y al otro, se preguntaba lo que había pasado con la continuación de la vida que dio por sentada como tranquila e interesante como Hechicero. 

Con el reciente cambio de vida en Tokio y con las maldiciones dueñas del mundo, Itadori había hecho el viaje que marcó parte de su existencia. En un intento de atesorar su pasado, viajó tanto para llegar al mar, ver su presente y orar por su futuro. 

Se observó cuando todo inició, estaba sonriente y emocionado. En en transcurso de la historia sus labios formaron al odio cuando perdió a los suyos y ahora, solo el llanto puede expresar lo que esconde dentro de sí. 

Esa noche, las sombras del pasado de sus amigos bailaron al rededor suyo y de Chōsō. Las voces se perdieron como el rugir del mar y todas esas palabras que Itadori meditó en el viaje, se le escribieron en la frente, recordándole el destierro que había escogido por el momento.

Un nuevo barco para él y Chōsō construyó con los retazos de su vida pasada, preparándose para los lamentos de su eternidad próxima. 

¡Gracias por leer! 

No te olvides de dejar tu comentario diciéndome qué te ha parecido la historia. También puedes pasar a leer mis otros libros de este anime. 

Lamento si la historia fue poco comprensible, solo quería ahondar más en Itadori después de lo que sucedió en Shibuya haciéndolo viajar a la playa a la que fue con sus amigos. Algo sí como para redescubrirse y también darle a Chōsō una imagen más profunda de hermano mayor. 

¡Gracias por seguir esta historia!