RESUMEN: "Nunca hagas ayer lo que debiste hacer mañana. Si al final triunfaste, entonces no lo intentes de nuevo". Este es el caso del crononauta PJ-095.

EXTENSIÓN: 2943 palabras.

GÉNEROS: Acción, futurismo, viajes en el tiempo, ciencia ficción, romance, tragedia.

ADVERTENCIAS: Angustia, violencia, muerte.

NOTAS: Esta historia está inspirada (aunque no basada) en mi película favorita sobre viajes en el tiempo, "Predestinación". La versión original (namkook) está publicada en este perfil desde 2022.

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Jungkook se removió al sentir que alguien lo sacudía.

─ Kookie... Cariño...

No era un toque brusco, de hecho, el tacto de Jimin siempre lo hacía sentir seguro. Estaba demasiado acostumbrado a él como para asustarse; demasiado habituado a ese calor, a esas palmas rasposas y fuertes recorriendo su piel. Aquella voz llamándolo era aún más tranquilizadora, más familiar. Jungkook podía deslizarse fácilmente en dirección a esa voz, deshacerse, obedecer.

Incluso estando adormilado. Incluso con la mente en blanco, nublada por el sueño.

─ ¿Minnie...?

─ Sí, cariño. Aquí estoy. Abre esos lindos ojos, déjame verlos.

Jungkook seguía las órdenes con facilidad. En especial las de su novio, y en especial cuando lo llamaba con palabras dulces. Cuando eso pasaba, Jungkook se convertía en una masa maleable, se dejaba llevar y manejar sin importar qué.

─ Eso es... Ahí están esas dos estrellitas, esos bonitos ojitos de Bambi.

Jimin acarició la mejilla de Jungkook con adoración y dejó un beso en su frente. Después reclamó sus labios y se apoderó de ellos en un beso. Era costumbre suya dar besos rudos, feroces, que dejaban a Jungkook sin aliento, temblando.

Pero ese beso fue diferente: lento y tierno. Jungkook sintió que tocó el cielo. Adoraba cuando Jimin lo trataba así, con delicadeza, aunque era casi nunca.

─ Debo irme, cariño, vuelve a dormir.

Jungkook negó con la cabeza, los ojos se le cerraban solos debido al cansancio, pero no quería alejarse de su novio.

─ ¿A dónde vas?

─ Volveré. Te amo. Por favor, nunca olvides esto: eres el amor de mi vida.

Jungkook sostuvo entre sus manos el rostro de su novio, queriendo retenerlo consigo. Las mejillas de Jimin estaban mojadas de lágrimas y Jungkook no entendía qué estaba sucediendo ni por qué por qué su corazón tenía tanto miedo.

─ Minnie...

─ Duerme.

Y Jungkook, nuevamente, no pudo evitar obedecer.

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Jimin sabía que su trabajo era peligroso. Cuando entró a las Fuerzas Especiales le quedó más que claro que se arriesgaría, que la muerte lo vería cara a cara en más de una ocasión, y que se ensuciaría las manos de sangre inocente.

Pero cuando fue seleccionado en la AICVT (la Agencia Internacional de Control de Viajes en el Tiempo) nunca se imaginó que conocería al amor de su vida.

Jimin se convirtió en un "crononauta": un viajero del tiempo dedicado a la corrección de tragedias.

Jungkook, por su parte, era de la División "Drones": un soldado de apoyo firmemente capacitado para cumplir órdenes, que había sido sometido desde niño a rigurosos entrenamientos de obediencia y disociación de sus propios impulsos.

Jimin (o el agente PJ-095, como era conocido) fue el encargado estar al mando de Jungkook: era su brújula. Ambos emprendieron muchas misiones juntos y salieron victoriosos de cada una de ellas.

Pero sucedió lo inevitable: se enamoraron. Se volvieron amantes, a pesar de que una de las reglas más importantes de la agencia era no relacionarse sentimentalmente entre colegas.

Viajar en el tiempo era muy delicado, y las reglas de la AICVT estaban por algo: para evitar que se cometieran errores catastróficos.

Errores, por ejemplo, como en el conocido caso del "Fizzle Bomber": un terrorista proveniente del futuro que había trabajado en la AICVT, y que, enloquecido tras la muerte de su pareja (que fue un crononauta declarado "perdido"), se robó una máquina del tiempo para colocar mortales explosivos en momentos específicos de su pasado (es decir, nuestro presente) y cobrar miles de vidas, en forma de retorcida venganza contra la AICVT.

El Fizzle Bomber se convirtió, por culpa del amor y del dolor, en el criminal temporal más buscado de la historia. Sus motivos solo eran conocidos por los mensajes que él mismo dejaba a la AICVT en sus atentados, pero su identidad no estaba identificada ni se sabía de qué época provenía.

Todos en la agencia sabían lo peligroso que era el Fizzle Bomber, y todos sabían, gracias a él, lo arriesgado que era dejarse llevar por las emociones cuando se trabajaba a través del tiempo.

Ojalá Jimin y Jungkook se hubieran tomado las advertencias más en serio...

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Cuando Jimin despertó, Jungkook estaba hablando por teléfono con el servicio a la habitación del hotel, pidiendo el desayuno.

Todos sus encuentros pasionales eran en hoteles porque ellos literalmente vivían en la AICVT (donde eran observados siempre); no tenían un hogar, ni familia, y como medida de seguridad desde sus reclutamientos, sus registros civiles habían sido borrados; así que legalmente no existían.

─ ¡Muchas gracias! ─ finalizó Jungkook y colgó el teléfono. Jimin entonces se giró y lo tomó de la cintura para volverlo a acostar en la cama con algo de brusquedad ─ ¡Oh! N-Minnie...

─ Buenos días.

─ B-Buenos...

Jimin ni siquiera lo dejó terminar; comenzó de inmediato a darle un apasionado beso. Su lengua exploró casi obsenamente cada rincón de la boca ajena y al final mordió su labio inferior.

Jungkook suspiró cuando se separaron. Ahí estaba de nuevo esa rudeza que Jimin acostumbraba tener.

Entonces, Jungkook se preguntó si la delicadeza y dulzura con que le había hablado en la madrugada, como recordaba de forma difusa, no había sido un sueño.

"Seguramente fue un sueño", concluyó.

Jimin colocó sus manos en los muslos de Jungkook y los apretó posesivamente, queriendo aprovechar la desnudez con la que habían dormido para volver a apoderarse del cuerpo de su amado. Jungkook seguramente hubiera aceptado sin duda alguna, pero entonces el teléfono del hotel sonó.

─ Hay que contestar ─dijo Jungkook.

─ Déjalo ─contradijo Jimin─ Te medio escuché hace como una hora que contestaste el teléfono y nadie habló del otro lado. Dijiste "¿Bueno?" Al menos unas cinco veces. Seguro ahorita también es una broma de esas.

─ Pero...

─ Déjalo.

Sin embargo, pocos segundos después sonó también el intercomunicador especial de la AICVT. Jimin bufó con frustración, sabiendo que a ese no podían ignorarlo, pues solo significaba que tenían una nueva misión, así que se levantó a contestarlo.

─ Agente PJ-095 reportándose. ¿Cuáles son las órdenes?

─ Aquí el Oráculo. Encienda la televisión, agente. Ponga un canal de noticias.

Jimin frunció el seño y tomó el control remoto para acatar lo solicitado. Entonces leyó el encabezado de la nota que había.

«¡AL MOMENTO! MÁS DE 300 MUERTES: Explosión en la vieja fábrica de telas de Jane City ocasiona un incendio que se extiende a las viviendas aledañas»

La reportera del noticiero informaba que un hombre irrumpió en el estadio de la ciudad, a mitad de un partido de soccer, y amenazó con explotar una supuesta bomba que tenía escondida. Ese hombre vestía completamente de negro y llevaba una capucha y un pasamontañas para cubrir su rostro. En el pecho, escrito con aerosol azul, tenía las palabras: Fizzle Bomber [bombardero efervescente].

Misteriosamente, cuando se suponía que debía explotar la bomba en el estadio, ocurrió el incidente de la fábrica abandonada.

Esa era la razón del famoso apodo del terrorista: que sus bombas nunca explotaban dónde él decía, sino que se movían de lugar o simplemente no estallaban; desaparecían como espuma efervescente. Eso significaba que había interferido en sus planes algún crononauta.

─ Estoy viendo la nota. ¿Mi próxima misión es corregir este atentado del Fizzle Bomber?

─ En realidad ya lo hizo, agente. Por eso la bomba no explotó en el estadio. Preséntese en la agencia lo antes posible, por favor.

─ ¿Me pongo en contacto con el Drone JK-97?

─ No, no es necesario. Esta misión es solo de usted, agente.

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Jimin llegó a las instalaciones principales de la AICVT, luego de despedirse escuetamente de Jungkook con un beso en la mejilla.

Jungkook se quedó cabizbajo. Cuando estaba lejos de Jimin sentía que perdía el rumbo; pero no había nada que hacer. Si el Oráculo solo lo había solicitado a él, Jungkook simplemente no podía asistir.

A Jimin se le informaron de inmediato los detalles del caso. Al parecer, (aunque eso todavía no lo sabían los medios) el Fizzle Bomber apareció muerto poco después de la explosión. Su cuerpo tenía un disparo en la cabeza, y todo indicaba que había sido él, Jimin, el responsable de acabarlo.

Se consideraba una misión rotundamente exitosa porque finalmente ese terrorista fue derrotado. Por eso era necesario que Jimin hiciera exactamente lo mismo que había hecho su otro "yo" (el del futuro, que fue enviado al pasado); no podía arriesgarse a "intentar hacer las cosas mejor". Si no pudo evitar que la bomba estallara, al menos era un gran logro haber reducido la cantidad de muertes de manera considerable y además tener muerto al Fizzle Bomber.

En la AICVT tenían varios dichos trillados. Uno de los principales: "No hagas ayer lo que debiste hacer mañana. Si al final triunfaste, entonces no lo intentes de nuevo".

- ¿Oxígeno?.

- Listo.

- ¿Armas?

- Listas y cargadas.

- ¿Seguro del casco?

- Listo.

- ¿Detector de alteraciones riesgosas para la realidad?

- Listo.

- ¿Intercomunicador?

- Listo y en funcionamiento.

- ¿Arnés a nuestra línea temporal?

- Listo.

- ¿Inversor temporal de emergencia?

- Listo.

- Muy bien, entonces que inicie el conteo.

Y Jimin, con la cara completamente cubierta por el casco oscuro, sintió como la extraña máquina del tiempo que colgaba de su espalda cuál mochila lo hizo saltar un par de horas al pasado.

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Siempre que Jimin viajaba hacia atrás en el tiempo, sentía que su mente se partía en dos: podía ver, por un breve instante, lo que estaba viendo su otro "yo", el que había regresado al pasado antes que él.

Los viajes temporales retrógrados (al pasado) no tenían vuelta cunado eran tan cortos. El crononauta que retrocediera haría un solo viaje, y después solo esperaría que "corriera el tiempo" para volver a integrarse al "presente".

Cómo Jimin era un especialista en viajes retrógrados cortos, sabía a la perfección en qué momento debía sentir la presencia de su otro "yo". Era justo antes de dar el salto.

Pero en esa ocasión... Jimin no sintió nada, no vió nada. Solo lo invadió la más profunda soledad, un vacío devastador.

Eso solo podía significar una cosa: no había "Dos Jimins", estaba a punto de comenzar una misión sin retorno.

Él iba a morir. Él ya estaba muerto.

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En cuanto "aterrizó" en el pasado, el agente PJ-095 corrió y corrió a gran velocidad en dirección al estadio para cumplir con su misión. Y mientras lo hacía, llamó al teléfono de la habitación del hotel en que estaba Jungkook con su otro "yo", porque de verdad necesitaba escuchar su voz.

Ahora que sabía que iba a morir, que no volvería a verlo porque esa sería su última misión, la desesperación lo estaba consumiendo.

─ ¿Bueno?... ¿Diga?... Ah... ¿Bueno? ¿Hay alguien ahí?

Jimin quiso llorar, sabía que no debía decir nada porque interferir con el pasado para temas fuera de la misión podía tener severas consecuencias. Y escuchar esa dulce voz que tanto amaba sin poder decirle una palabra era inmensamente doloroso.

Jungkook le colgó, y Jimin supo que su novio se había vuelto a dormir. Era muy temprano.

Siguió corriendo.

Se infiltró en el estadio, aún con todo su traje y el casco puestos. Era necesario quedarse así primeramente para proteger su identidad y, además, para estar preparado en caso de tener que hacer un viaje de emergencia.

No le fue difícil perseguir al Fizzle Bomber luego de que este hiciera la amenaza de la bomba, porque él también lo estaba esperando.

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El tiempo es cruel. Pero el amor es peor.

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El Fizzle Bomber tomó por sorpresa al crononauta y, antes de que Jimin pudiera hacer algo para defenderse, atacó la máquina del tiempo de su espalda, dejándola inútil, y lo hirió en el pecho con algo filoso y delgado. Era una especie de aguja fina y estaba enterrada justo en su corazón.

Se encontraban en los vestuarios de uno de los equipos. Ahí también se hallaba la dichosa bomba.

El Fizzle Bomber se rió de forma cruel al ver a Jimin de rodillas, quejándose por el dolor y la frustración. Las voces de ambos sonaban tétricas e inhumanas debido a que tenían distorsionadores de sonidos para no ser identificados.

─ Los voy a cazar a todos ustedes, crononautas. Si hago una amenaza, sé que vendrán. Supongo que pueden o podrán oírme, porque cada uno de sus soldados tiene una cámara en el casco que lo graba todo.

Jimin quiso tocar su herida. No entendía cómo es que seguía vivo si tenía una puñalada en el corazón. Quizá era porque la aguja era verdaderamente delgada, lo que le permitía seguir teniendo pulso. Podía sentir el filo enterrarse más y más con cada latido, y su músculo contraerse alrededor del helado metal.

Era una sensación horrible.

El Fizzle Bomber volvió a reír al ver sus manos temblorosas tantearse el pecho. Entonces habló de nuevo:

─ Eso que tienes ahí te desangrará si intentas sacarlo. De hecho, justo ahora te estás desangrando lentamente. Y cuando mueras, la bomba estallará: activé la aguja justo antes de clavártela, y ahora está sincronizada con tus latidos... porque es un medidor. Tu pulso es la cuenta regresiva de mi bomba.

Jimin no podía creer lo que escuchaba. Sentía mucha impotencia y mucha rabia. Mucho dolor, tanto físico como emocional.

Entonces, aprovechando que su oponente parecía muy distraído burlándose... Desenfundó hábilmente una de sus armas de fuego y trató de disparar, pero el Fizzle Bomber esquivó el tiro.

Volvieron a enfrascarse cuerpo a cuerpo. El combate era reñido a pesar de la herida del crononauta.

Y de pronto, lo realmente terrible sucedió: Jimin le quitó la capucha al terrorista y pudo ver su rostro.

─ ¿J-Jungkook?

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Después de enterarse de la muerte de su amado, Jungkook sintió que su mundo se desmoronó. Lo más doloroso fue que no recibió su cuerpo porque este, al parecer, se había "perdido" en el tiempo.

Lo único que lo detuvo de quitarse la vida fue que su alma se llenó de deseos de venganza contra la AICVT.

Jungkook perdió todo: perdió la razón, perdió el rumbo, perdió el corazón y se perdió a sí mismo...

Pasaron varios años, y el agente Drone JK-97 se convirtió en el temido Fizzle Bomber.

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Cuando Jimin llamó a su nombre y se quitó el casco, el Fizzle Bomber, es decir Jungkook, ahogó una exclamación dolorosa y asfixiante.

─ N-No... No es posible...

Pasó por su mente el sufrimiento de todos esos años en los que había llorado la muerte de Jimin. Y darse cuenta de la cruda verdad fue demasiado para su atrofiada cabeza. No pudo manejar aquella impresion, no pudo pensar en alternativas que fuera posible tomar para cambiar el destino y prevenir aquel catastrófico evento que lo había causado todo.

En el fondo, sabía que nada iba a servir, porque la revelación que tenía ante los ojos era solo una prueba de que nunca fue libre: siempre fue un prisionero del tiempo.

Jungkook ya había perdido la cordura, pero ver a Jimin nuevamente después de todo lo que había hecho fue lo que terminó por destrozar su mente. Quería que todos los pensamientos se apagaran, que la culpa dejara de atormentarlo. No podía más, así que tomó su propia arma de fuego y se disparó a sí mismo en la cabeza.

─ ¡No! ¡Jungkook!

Jimin lloró amargamente, maldiciendo mil veces a su destino, al tiempo, al amor.

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Jimin robó la máquina del tiempo con la que Jungkook se había convertido en el Fizzle Bomber: era más avanzada que las qué él solía usar, tenía un sistema muy superior.

No le quedaba mucho tiempo, seguía desangrandose. Pero aunque no hubiera estado herido para ese momento, la verdad era que no tenía la fuerza suficiente como para intentar hacer un viaje que pudiera evitar todas sus desgracias.

No quería arriesgarse a crear una paradoja, no quería interferir con la realidad, ni destruir la línea temporal.

Usó la máquina para viajar solamente alrededor de doce horas al pasado. Y sosteniéndose la herida con mucho cuidado, consiguió caminar hasta el hotel.

Quería despedirse de Jungkook, de su verdadero Jungkook... Quería tocarlo una última vez, besarlo como nunca lo había besado. Ahora se arrepentía tanto de no haber sabido aprovechar su tiempo con él.

Al llegar a la habitación (luego de burlar a los guardias de la recepción con un enorme abrigo robado que cubría la sangre), consiguió arrodillarse junto a la cama, al lado de Jungkook; evitando en todo momento ver a su otro "yo" (no quería causar una paradoja, pero el "detector de alteraciones riesgosas a la realidad" que tenía en el cinturón no emitió ninguna alerta, así que todo estaba bien).

─ Kookie... Cariño... ─sacudió a su novio suavemente, tocando su espalda desnuda en caricias llenas de amor.

Jungkook se removió satisfecho con el contacto, igual que un gatito.

─ ¿Minnie...?

─ Sí, cariño. Aquí estoy. Abre esos lindos ojos, déjame verlos.

Y cuando Jungkook obedeció, a Jimin se le derritió el corazón: ese corazón que estaba a punto de detenerse.

─ Eso es... Ahí están esas dos estrellitas, esos bonitos ojitos de Bambi.

Lo besó en la frente y lo besó en los labios; con ternura, con amor, queriendo capturar ese momento en su memoria por el resto de los minutos que le quedaban de vida. Quería que en su sueño eterno ese recuerdo se reprodujera en bucle para siempre.

La muerte le respiraba cerca, lo tenía claro. Tenía la bomba dentro del bolsillo del pantalón, y debía regresarla a donde ya sabía que debía estallar. ¿Qué caso tenía intentar dejarla en otro sitio? Ya que no podía desactivarla, lo más seguro para conservar la realidad intacta era hacer lo que ya estaba hecho.

─ Debo irme, cariño, vuelve a dormir.

Para ese momento, las lágrimas ya eran incontrolables. Lloraba y lloraba, lamentándose que a Jungkook le esperaran años terribles por delante.

─ ¿A dónde vas?

─ Volveré. Te amo. Por favor, nunca olvides esto: eres el amor de mi vida.