Amor de verano (1)
Las jornadas estivales transcurrían con perezosa calma, una detrás de otra, en una rutina que se mantenía inalterable de lunes a viernes: se levantaba a las seis para hacer ejercicio con el frescor de la mañana, se daba una buena ducha, desayunaba leyendo el periódico y se ponía ropa informal para caminar hasta la casa del primer alumno del día.
Gracias a su merecida fama de profesor exigente pero concienzudo, podía dedicarse a dar clases particulares durante todo el verano a los vecinos de la urbanización donde pasaba esos tres meses. Era el trabajo ideal para no tener que aguantar horarios de oficina ni recorrer grandes distancias y le permitía pagarse sus caprichos y asistir a algunos festivales, así que se esforzaba en mantener esa imagen severa que encandilaba a los padres, que al fin y al cabo eran quienes le pagaban.
La urbanización constaba de sesenta viviendas distribuidas en diez conjuntos de seis adosados, ubicados alrededor de un gigantesco lago artificial. La abundancia de vegetación y de zonas recreativas era, junto a su privilegiada ubicación sobre la costa griega, el principal atractivo de aquellos apartamentos, utilizados como segunda residencia en su mayoría por familias con hijos en edad escolar. Saga recorrió a paso ligero la distancia que separaba su apartamento del de su alumna y pulsó el timbre después de atusarse el pelo con un movimiento mecánico.
- ¡Buenos días, Saga! Siempre tan puntual. Ismena te está esperando en su dormitorio -le saludó la madre de su alumna al abrirle la puerta-; ve subiendo, yo me marcho ya a la playa.
El joven se inclinó cortésmente, poniendo especial esmero en mirarla a la cara en todo momento, dado que la señora Metaxás, una mujer bella y coqueta, solía recibirle ataviada con tan solo un minúsculo bikini y un pareo que marcaban su bien definida silueta, esculpida a base de durísimos ejercicios con su entrenador personal y de todo tipo de modernos tratamientos de belleza, como la mayor parte de las damas que disfrutaban del verano en aquella zona.
Saga subió las escaleras de granito que conducían a la planta superior y golpeó la puerta con los nudillos, en una combinación característica que enseguida obtuvo respuesta:
- ¡Hola, Saga! ¡Entra, por favor!
- Hola, Ismena, ¿qué tal?
- Bien, hoy me ha dado tiempo a hacer todo antes de la hora -sonrió la interpelada, acomodándose un mechón de cabello rubio tras la oreja.
El profesor le devolvió la sonrisa. Ismena era apenas tres años menor que él, cursaba su segundo año de universidad y era un desastre total: más de una vez, le tocaba esperar en el salón, escuchando la charla insustancial de su madre, mientras terminaba de asearse u ordenaba un poco la leonera que tenía por dormitorio. Pero aquella vez, todo estaba relativamente recogido y ella llevaba unos shorts vaqueros de perneras deshilachadas y una camiseta tan escuetos que recordó, una vez más, por qué adoraba el verano y su trabajo.
- Entonces, comencemos con esos phrasal verbs, he traído unos ejercicios que te servirán para saber cuándo usar unos y otros.
- Estupendo, tengo aquí la tarea que me mandaste el lunes, mira.
Ismena dejó el chicle que estaba masticando sobre un papel, lo arrugó y lo arrojó a la papelera, encestando al primer intento; después, se sentó en su escritorio, bañado por la luz del sol, dejando espacio para que Saga ocupase la silla contigua y mostrándole los ejercicios que había ido resolviendo. Una sonrisa de aprobación se dibujó en los labios del chico: había mejorado bastante desde la primera sesión, por tanto, le iría bien en el examen, sus padres estarían contentos y él recibiría una interesante gratificación. Así solía ser. Se recogió la larga melena en un nudo bajo que sujetó con un bolígrafo y sacó de la carpeta unos folios con ejemplos y pruebas que explicó a su alumna, satisfecho con su actitud atenta y concentrada.
- Vale, creo que ya lo he pillado. De todos modos, es que esta gente coge un verbo y le pone ocho mil preposiciones para cambiarle el significado, se pasan... Que si give in, give out, give up...
- Bueno, sucede igual en nuestro idioma, salvo que nosotros colocamos prefijos: partir, repartir, impartir, compartir...
- Sí, supongo que tienes razón -admitió ella, con una sonrisa y el bolígrafo entre los dientes-; sueles tenerla... profe... -añadió, con un pícaro mohín y una peculiar caída de ojos.
Vaya, ¿aquello había sido un coqueteo? En realidad, para él no sería nada nuevo: era sabedor de su carisma y su enorme atractivo físico y más de una vez había tenido que parar los pies a un alumno o, incluso, a alguna madre desinhibida, pero jamás a alguien de su mismo vecindario con quien hubiese compartido tardes de juegos en la infancia, e Ismena siempre se había comportado como una estudiante jovial pero respetuosa. Mejor desterraba aquella extraña idea.
- Rellena estos huecos, a ver si has entendido bien, y luego charlaremos para poner todo en práctica.
- Vale, profe -accedió ella, volviendo a adoptar un tono formal.
A su pesar, Saga no pudo evitar observarla mientras ella anotaba preposiciones y las repasaba en silencio. Se conocían desde hacía quince años: la había visto desollarse las rodillas trepando a los altísimos pinos que rodeaban el parque comunitario y habían jugado juntos al escondite y a hacer bombas en la piscina. Y, con el tiempo, verano tras verano, había sido testigo de cómo aquella chiquilla de dientes mellados y mejillas pecosas se convertía poco a poco en una joven risueña de largas piernas tostadas por el sol y brillantes ojos color café. Por primera vez, Saga se dio cuenta de que no solo era simpática: a su manera, era muy bonita. Pero ahora debía centrarse y pensar en lo importante: los dichosos phrasal verbs.
- OK, so, let's practice this lesson. Please, make a sentence with "stand up" and another one with "stand out" and explain the meaning of both verbs.*
- Yes, teacher, please give me one second so I can think...** -respondió la chica, mordisqueando la capucha del bolígrafo.
Saga asintió, pensando a su vez en los ejemplos que podía darle para ayudarla y marcando en su bloc los temas que más le interesaba reforzar para preparar su examen. Sin embargo, la segunda mitad de la clase, dedicada a la conversación, transcurrió con rapidez y enseguida sonó la alarma en su teléfono que le avisaba de que debía ir terminando.
- Bueno, Ismena, tengo que marcharme -declaró, mientras comenzaba a recoger sus materiales-, en quince minutos tengo que estar en casa de Thiago. Seguimos el viernes y cuento con que durante el fin de semana eches un vistazo al vocabulario sobre finanzas que te dejo aquí, ¿de acuerdo?
- ¡Claro! Lo tendré más que aprendido, profe... Pero ¿no te veo el sábado por la noche?
- ¿A qué te refieres?
- ¡A la fiesta en la piscina! Lala y sus hermanos han pedido permiso a la comunidad para organizar una celebración por su cumpleaños y han invitado a todo el mundo...
- ¿Los trillizos van a hacer una fiesta? Sí que son persuasivos, sus padres me comentaron que estaban castigados a perpetuidad porque casi queman la casa la primavera pasada...
- Sí, bueno, no sé qué les habrán prometido, pero de una forma u otra, han conseguido convencerles -explicó ella, inclinándose hacia él-; ¿pasarás, aunque sea un ratito? Kanon ya ha confirmado que va...
El joven frunció el ceño con aire inquisitivo al tiempo que se soltaba la melena y guardaba el bolígrafo que había utilizado como horquilla. ¿O sea, que Kanon estaba al tanto y no le había comentado nada? Desde luego, a veces podía ser un capullo integral...
- No lo sé; he quedado para salir con unos amigos, pero quizá saque un rato -especuló-. Ahora me voy, no olvides repasar.
- ¡Cuenta con ello, no tendrás queja de mí!
- OK, so, let's practice this lesson. Please, make a sentence with "stand up" and another one with "stand out" and explain the meaning of both verbs: "de acuerdo, vamos a practicar esta lección. Por favor, haz una frase con stand up y otra con stand out y explica el significado de ambos verbos".
- Yes, teacher, please give me one second so I can think...: "Sí, profesor, por favor, dame un segundo para pensar..."
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