Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

5. ¿Y quién creen que es el culpable?

Al llegar a casa luego de pasar toda la tarde escuchando los gritos de Cheryl, mis padres no están; pero seguro no demoran en llegar. Subo a mi cuarto y me siento frente al computador, miro un poco en la red por la portada tan cuestionada y solo hay noticias relacionadas junto a una muestra de la portada, solo que no se logra ver mucho, el lente que sostiene es tan grande que tapa parte de su cara. Todavía no está publicada, pero esperaba encontrar algún anuncio pirata con más información. También busco más a fondo información sobre el tal Andrew Maxwell, y casi no hay nada de su vida privada. Lo que más resalta es que es de nacionalidad alemana, hijo único y actualmente tiene veintitrés años; también una nota donde explica que la revista pagó muy bien para que decidiera posar en ella, y que todo lo que se trató en la entrevista fue de corte laboral. Su vida privada es totalmente, hermética puesto que a él no le gusta ese tipo de publicidad. Me rindo, tendré que raptarle la revista a Cheryl cuando me mude con ella.

Mientras espero que mis padres lleguen, reviso los documentos que me había encargado el sr Barret. Al parecer es una especie de cronograma de actividades que procedo a abrir en el Excel para crear las listas. Me entretengo revisándolos y ordenándolos uno por uno. Me concentro tanto que el tiempo parece volar, la hora en mi teléfono que titila con varias notificaciones me trae a la realidad. Camino hacia la ventana y cierro las cortinas con mucha rapidez, ya oscurece. Han pasado los años, y a veces el recuerdo de esa noche y de ese sueño vuelven a mí cada que me asomo a la ventana. No es tan recurrente; pero aún, es difícil de sobrellevar...

Camino hacia la cama y me recuesto en ella pensativa, hasta que el pensamiento se pierde y mis ojos casi se cierran... Ha sido un largo día; pero escucho ruidos provenientes de la planta baja que me impiden tomar una pequeña siesta. Levanto la cabeza, esa debe ser mamá que ya llegó. Estiro un poco mis músculos, bajo rápido y la busco en la cocina.

―Hola, cielo ―mamá entorna un poco su mirada, sin rastros de ojeras desde que dejara su trabajo en el hospital.

Ahora que ella tiene su propio negocio y una socia, todo parece mejorar; e incluso puede regresar a casa para hacer la cena. Ella me sigue mirando con su misma expresión y su semblante preocupado me dice que quiere saber al fin como me fue en la entrevista, porque evité llamarla o responderle mensajes para darle personalmente la noticia.

―Me van a contratar ―digo un poco risueña y nerviosa.

Ella parece haber lanzado una larga e involuntaria aliviada exhalación.

―Cielo, esa es una excelente noticia ―celebra conmigo.

Me acerco a ella y me abraza.

―Si, por fin tendré un trabajo de verdad.

―Sabes que para tu padre y para mí eso es lo de menos, puedes permanecer con nosotros el tiempo que quieras. Pero, debes empezar a realizarte.

Mi padre y mi madre son dos bandos diferentes. Mientras ella me apoya para que avance, papá sigue empeñado en que nunca me vaya de casa.

―Lo sé mamá, y en cuanto a eso, hoy se lo diré a papá.

―Ya es definitivo.

―Sí, Cheryl, está impaciente porque me mude ya.

―Está bien. Por mi estoy feliz de que mi hija empiece su nueva etapa de chica independiente.

―Sí, aunque todo hubiera sido diferente si... Jeremy viviera.

―Cielo...

―No mamá, no te preocupes, no voy a llorar. Es seguro que él también se pondría feliz. Mañana le llevaré flores antes de marcharme.

―¡Tan pronto!

―Ya es hora, ya he estado estancada suficiente tiempo en casa.

―Emily, hablas como si no quisieras regresar nunca más.

―¿Quién no va a regresar nunca más?

―¡Greg! ―Mamá se espanta un poco al percibir sus palabras.

―¿Emily? ―Papá me mira solo a mí, esperando por su respuesta.

―No es del todo así, papá, y claro que voy a venir a casa. Solo tomaré un poco de distancia.

―De qué hablas, cariño, ¿acaso ya no te sientes bien aquí?

Observo la reacción en el rostro de papá y pienso que es normal. Los padres siempre serán padres, a veces pretenden que vivas por siempre con ellos, bueno, el mío es de esos, y más con todo lo que he pasado. Sé cuánto me ama, y es lo suficiente para nunca dejar que me vaya de su... lado. También lo amo, pero ya es hora de que ellos tengan su espacio y yo deje de ser una preocupación, tengo que hacer mi vida como Jacob.

Suspiro bajo y tomo impulso.

―Conseguí trabajo en una agencia y me mudaré con Cheryl, es en la ciudad ―expreso a papá mis planes y a él parece arrugársele el rostro y de paso, seguramente el corazón.

―Entonces ya llegó la hora de irte, mi pequeña.

¡Cielos! La reacción de papá me deja noqueada; pero me alegra y me da descanso.

―Si, papá ―esbozo una sonrisa aliviada―. Al igual que Jake, yo también necesito volar del nido.

―Tienes razón ―dice moviendo su cabeza―. Solo no te olvides del camino de vuelta a tu casa.

―¡Papá! ―chillo y me lanzo a su cuello.

Él me abraza, me acuna suavemente ante la contristada mirada de mamá, que a la vez luce muy sorprendida. Acaso el capitán apaga incendios, Gregory Barnes, se ablandó y por fin dejará volar sola a su pequeñita. Siempre estuvo renuente a que me fuera de casa. Papá, aunque no lo demuestre sale cabizbajo de la cocina, mientras mamá y yo digerimos su repentina aceptación y nos dedicamos a terminar de preparar la cena. Una hora después se nos une a la mesa cuando ya hemos servido el delicioso estofado que preparamos.

―¿Entonces es un hecho que te mudarás con Cheryl? ―pregunta extendiéndome el bol con la ensalada.

―Papá, claro que sí. ¿Eso te preocupa?

―No, solo me quiero asegurar que no te mudarás con Ian.

―¡Claro que no! Ian y yo... estamos llevándolo despacio, muy despacio ―resoplo espantada.

―Querido, aún si fuera así. Emily ya está en edad de decidir lo que quiere.

―Algún día dejarás de ser tan liberal, Lucille ―papá parece recriminar con agrio sarcasmo a mamá.

―¡Greg! ―Ella resopla abriendo sus ojos.

―Em, nunca dejará de ser mi pequeña, entiéndelo. Deseo lo mejor para ella.

―¡Papá! Me halagas, y no te preocupes, por ahora solo seguiremos saliendo. Con el tiempo veremos qué pasa.

Papá suspira con mi repuesta, y supongo que ese estado no cambiará por ahora. Solo espero que no siga pensándolo cuando cumpla treinta o más.

¡Santo cielo!

―Greg ―mamá llama la atención de papá, enseriando su semblante―, Emily se va, y creo que ya es tiempo que le cuentes lo que pasa con Jeremy.

―¡Jeremy! ¿Qué pasa con él? ―Me sobresalto al escuchar eso de mamá.

Sobre todo, porque él está muerto; ¿pero que podría estar pasando?

―Querida, no creo que sea el momento adecuado. La niña tiene planes, ¿comprendes?

―Lo sé; pero ya ha pasado mucho tiempo y es justo que ella sepa lo que estás haciendo.

―¡Lucille! ―Papá parece exaltarse un poco.

―Debes decírselo, has estado haciendo mucho. Emily lo entenderá.

Mamá me ha sembrado una duda del tamaño de una montaña. Será imposible que no obtenga una respuesta; aún si papá parece renuente a contarme lo que sea que signifiquen las palabras de mamá.

―Dime papá, que es lo que pasa. ¿Qué debo entender? ¿Qué es lo que pasa con Jeremy?

Papá me mira apenado, deja los cubiertos sobre el plato y se recuesta sobre el respaldar. Parece vacilar con la respuesta, como si jugara con las palabras a decir en la punta de su lengua.

―Emily debe saber la razón por la que dejaste el trabajo de campo que tanto te gustaba hacer. Ella es fuerte, ahora.

―¿De qué habla mamá? ¡Dímelo ya! ―Ahora exijo.

―Cariño, dejé de hacerlo para evitar qué se hiciera una injusticia con la memoria de Jeremy. Es todo. El muchacho no era malo ―papá por fin lo saca de su sistema.

―No entiendo.

―La aseguradora de John no estuvo muy feliz con todo el dinero reembolsado a Natalie. Y desde entonces, ellos han estado buscando la manera de probar su teoría.

―¿Que teoría?

―La del culpable de los incendios, y del que destruyó la casa.

―¿Y quién creen que es el culpable? ―pregunto, aunque por los antecedentes intuyo la respuesta.

―Jeremy ―papá responde sin tapujos, y exhala hondo.

¡Eso es imposible! ¡No es cierto!

Lo único que pienso con esa idea descabellada, es, que es increíble. Como se atreven a pensar eso.

―¿¡Por qué, papá!? ―Me exalto levantándome de la silla muy molesta.

En realidad, quiero llorar. No es justo.

―Cariño, es su negocio. Solo hacen su trabajo.

―¿Y qué razones tienen para pensar eso? Por qué quieren ensuciar la memoria de Jeremy, que no entienden que está muerto ―grito fuerte.

Me alejo de la mesa cruzándome de brazos. Esa acusación es horrible.

―Em, cálmate. Son solo indicios y suposiciones.

―Jeremy nunca hubiera hecho eso. ¡Nunca! ―gimoteo.

Papá se acerca y me rodea con sus fuertes y grandes brazos, a regañadientes me dejo caer en su pecho.

―Lo sé, cariño, por eso Nick y yo hemos estado haciendo lo necesario para probar lo contrario.

Papá habla del padre de Cheryl, quien ahora se encarga del bufete de abogados que antes dirigiera el padre de Jeremy.

―¿Qué es lo que ellos suponen? ―pregunto y la verdad no sé si quiero saber la respuesta; todo me parece absurdo.

―Que todo fue planeado por él y su madre, y que su muerte fue un accidente que se salió de control. Por lo que quieren acusar a Natalie de homicidio culposo, cosa que me resulta absurda ―mamá completa la información.

―Papá, eso no es cierto. ―Me retiro un poco de él y le miro―, Natalie adoraba a Jeremy, ellos se amaban como madre e hijo.

―Cariño, lastimosamente John murió y Natalie simplemente cobró todo y se marchó.

―¿Ya saben dónde está? ―Mamá pregunta.

―No, lo último que se supo es que se había regresado a Alemania, pero al parecer; aún de allí desapareció sin dejar rastro. Es por eso por lo que la aseguradora siguió adelante con sus investigaciones.

Suspiro. La cena empieza a caerme mal, muy mal; pero no puedo culpar a mi padre, él ya sabía que esto no me iba a caer muy bien, y era así.

∞∞∞


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro