39. ¿Antes, o después?
Pero no era así, ahora podía sonreír y tomar de la mano con propiedad al hombre que amaba y por el que había esperado muchos años a que regresara de sus cenizas. Allí, en el lago, Jeremy prometió traer de vuelta a quien era y cumplir su promesa de hacerme feliz el resto de nuestras vidas. No en aceptar en aceptar, porque es una promesa que nunca dejé que caducara y sigue vigente.
Después me pide que le cuente todo acerca de nosotros; así que empiezo con ese extraño día en que por primera vez hablamos. En que cruzamos palabra y yo estaba flipada porque el chico odioso con el que siempre discutía en clase de literatura y además, era el novio de la chica popular, me habló.
Jeremy escucha expectante, en algunas cosas está de acuerdo porque son propias de su personalidad que parecen haberse arraigado con los años; pero en otras discute, y así pasamos parte de la mañana hablando sentados en la hierba mientras observábamos hacia la inmensidad del lago. No le hablo de nadie más, solo de nosotros dos, y es tan liberador poder sacar de mi pecho todos esos recuerdos que llevaba años guardando. Repaso cada uno como si hubiese sido ayer, cuando éramos unos adolescentes con problemas e inseguridades que se enfrentaban a la vida.
Me detengo cuando mis tripas rugen y vamos a comer en Pete's burguer, no sé si cada cosa que le sigo contando le refrescan la memoria, pero sí sé que se entusiasma escuchándolos.
―Así que te follé en tu habitación y tu padre casi me pilla?
―¡Jeremy! ―chillo apretando los dientes porque no estamos solos en el restaurante.
Es hora de almuerzo y está lleno.
―¿¡Qué!? ―exclama poniendo cara de inocencia.
―Eso es grosero. Además, no follamos, pasaron cosas, pero no lo hicimos ―murmuro.
No pude evitar terminar diciendo eso con mucha vergüenza, y por qué de todo lo que le cuento siempre tiene que resaltar las cosas más morbosas.
―Vaya, ahora sé porque esa noche que me colé en tu ventana, fue un impulso y sentí que no era la primera vez. Tal vez me cuele esta noche.
―¡Olvídalo! No volverás a hacer eso, puedes usar la puerta.
―Dijiste que quemaría mi melena, pero ya me la he cortado.
―Podría quemarte las orejas ―bromeo.
―Que graciosa, igual, ya no es bombero. Y a propósito de eso, ¿por qué lo dejó? ―pregunta con curiosidad.
―No lo sé bien. ―Y es cierto―. Solo sé que después que sucedió todo el decidió dejarlo y hacer trabajo más burocrático.
―¿Crees que ahora si le caigo bien?
―No lo dudes, y si no es así. ¡Que remedios!
―¿Te vas a revelar a tu padre por mí?
―Tonto, eso lo hice desde que entraste en mi vida ―respondo y me mira engreído.
Toma mi mano y la besa. Salimos del restaurante después de que pague la cuenta y es hora de volver a casa. La verdad, ya quiero contarles a mis padres. Me detengo frente al auto y él me mira, estiro las llaves hacia él, y se muestra confuso.
―Toma, te las devuelvo.
―¿De qué hablas?
―Tu viejo Camaro. Nunca entendí por qué Natalie me lo dejó, pero ese es el único gesto que agradezco de ella.
―Tampoco lo sé, y no voy a preguntarle; pero es tuyo, Em.
―No, es tuyo. Al igual que yo, esperaba que volvieras y te sentaras al volante y me llevaras a la escuela.
―¿A la escuela? ―repara haciéndome reír―. Pensé que te agradaba conducirlo, lo hiciste aquella noche... ―prosigue y se detiene, de repente es como si eso hubiera sido un flash de un recuerdo en su cabeza―. La noche que fuimos a... verla... la noche de nuestra... primera vez.
Sus palabras me hacen tragar grueso.
―¿Lo... recordaste?
―No lo sé. A veces tengo esos pensamientos ―dice y sonríe incrédulo.
―Sí es así, no lo recordaste mal ―admito y también sonrío.
Me acerco y pongo las llaves en su mano y lo hago empuñarla.
―Estuve feliz de conducirlo todo este tiempo, aunque me dejara botada, gracias.
Jeremy asiente recibiéndolas y nos subimos al auto. Al llegar a casa ya es de tarde, mamá ya está de vuelta y Jacob no demora en volver. Ella informa que ha salido toda la tarde. Y yo espero que haya ido con Cheryl. Mamá nos mira espantada, como si no pudiera creer lo que ve. Después sus ojos se aguan. Se acerca y toma nuestras manos.
―No voy a oponerme a ninguno de sus planes.
―Ma, Jeremy no ha dicho nada ―murmuro.
―No tiene que hacerlo, cielo. De sobra conozco sus planes. Me parece estar uniendo un cuadro del pasado con uno del presente. Era lo que querían hacer... aquella noche.
Ahora soy yo a la que se le empañan los ojos, recordando que era así. Aquella fatídica noche había venido emocionada a casa, donde esperaría a Jeremy para contarle de nuestros planes, y parece como si esa noche se hubiera descongelado después de cuatro años.
Mi padre hace su entrada en casa justo en ese momento, y luego de dejar sus cosas en el sofá nos mira.
―¿Qué sucede aquí? ¿Por qué lloran?
―Jeremy viene a pedir la mano de tu hija ―mamá dice y papá se queda helado.
―¿Tan pronto? ―Reacciona.
―Bu-bueno, yo ―Jeremy dice y cierra los ojos―. No piense mal, en realidad estoy enamorado de Emily en cualquiera de mis dos versiones ―añade y todos incluyéndome nos quedamos boquiabiertos.
―¿Antes, o ahora?
Eso lo hace exhalar, y a mí sonreír.
―Sé que antes lo hice, y-y ahora también.
Papá nos mira ambos con cara de exagerada seriedad, inclusive levanta sus cejas haciendo que este momento se sienta estresante, e incómodo como la primera visita de tu novio a tu padre; aunque solo fuera por simple principios. Lo cierto es, que yo no tengo dudas, y a pesar de la falta de memoria de Jeremy, él tampoco.
―Bien, me sentiría tonto oponiéndome; además, Emily, ya sabes que hace mucho, cuentas con mi permiso
―Gracias, papá ―chillo y me lanzo a su cuello emocionada, feliz de que nada haya cambiado y todo solo volviera a su cauce.
―Bueno, voy a tener una boda que arreglar ―mamá comenta emocionada, y de paso lo invita a cenar.
Jacob llega después y como de costumbre, no hace más que burlarse como lo hizo aquella noche en que Jeremy pidió permiso a mis padres para ser mi novio. Un recuerdo bastante gracioso que no dudó en recordarle, lo bueno es que Jeremy se toma todo con humor.
Los días pasaron y llegó lo más difícil de la situación, el juicio de Natalie. Ella, a pesar de que quiso desligarse de todo declarándose inocente, las pruebas en su contra fueron contundentes y entonces se quedó sin más que apelar. Al final, aceptó todos los cargos en medio de una crisis de locura que cambió el rumbo de su condena, llevándola a un reclusorio psiquiátrico luego que Jeremy declaró en su contra.
Se que no quería, pero debió hacerlo; sin embargo, todo eso lo afectó. Su madre no solo había sido infiel a su padre, sino que también causó todos los focos de incendio que se formaron en el valle cerca a la casa de campo. Esa era su intención para que todo pasara como un accidente, y lo más triste es que Max fue quien le ayudó, vestía igual que Jeremy cuando lo hacía, y era por eso por lo que casi le inculpan.
Michelle también fue culpada dentro del proceso por cómplice de encubrimiento en conducta homicida, fue condenada a tres años de cárcel. Una pena menor porque no estuvo presente en el lugar de los hechos. Su abogado apeló la condena para que terminara en un arresto domiciliario y lo consiguió.
Ella no dijo nada el día de su juicio, lucía igual que la última vez que la vi, desenfocada. Al final, sentí pena por ella. Nat vino de Londres y se quedó a su lado, lo reprobaba y estaba avergonzado, pero no la dejó sola. Ian y Phi, formalizaron su relación y ahora son novios, e incluso van a casarse, y no me extraña, él adora a la pequeña Susy y se le nota que está loco por Phi. Lo que me hace pensar que eso no venía solo desde ahora. Y no los culparé por eso, me culparía más a mí si no pudieran ser felices.
En cuanto a Cheryl, el asunto es diferente, Jacob finalmente se fue a Europa, a jugar en una liga en Barcelona, España. No sé si quedaron en algo, Cher no dice nada, y me extraña mucho su excesiva tranquilidad con el tema. Se le nota más sosegada ahora que Jake se fue lejos, que cuando simplemente rompieron. No se somo sentirme al respecto, lo que sí sé es que se lo ha tomado mejor de lo que esperaba.
Después de dos largos meses de procesos y juicios, Jeremy y yo volvimos a la normalidad de nuestras vidas. Nos reincorporamos al trabajo con Barret quien estuvo feliz de tenernos de nuevo.
Ya no vivo con Cheryl, me mudé al ático de Jeremy. Lo compró y ahora es suyo, o nuestro. porque solo esperamos que llegue el día de la boda, y me encuentro muy emocionada por ello.
―Por qué no vienes a la cama de una buena vez ―refunfuña en lo que apago el teléfono luego de mirar los últimos diseños que me enviara Cheryl para mi vestido.
―¿Muy impaciente?
―Tú que crees ―se queja.
―Tonto ―digo y me subo a la cama.
Me acuesto pegándome a su costado y colocando mi cabeza sobre su pecho. Él me abraza.
―Sabes, me alegra que todo haya acabado.
―¿Estás bien con eso?
―Creía que no; pero ahora sí ―aduce.
Me doy la vuelta y me pongo a horcajadas sobre él.
―Eso es increíble.
―Ha sido gracias a ti.
―Tampoco exageres.
―Sabía que tenías algo especial cuando te vi la primera vez.
―¿Me estás adulando?
―Bueno, técnicamente no es la primera, pero es más que eso ―murmura inclinándose para rozar mis labios mientras pone sus manos en mi trasero―. Lo supe desde que te empecé a espiar cuando empezaste a esconderte para responder tu teléfono.
―¿¡Así que ese día me estabas espiando!? ―resoplo abriendo los ojos, y él aprovecha para llevarme debajo de él, abro mis piernas para acomodarlo―. No mentí a tus padres cuando dije que ya me gustabas de antes. Me di una bofetada a mí mismo cuando descubrí que eso que sentí en el pasado no era fácil de olvidar, es lo que siempre me llevó a ti.
Sus palabras me llenan y lo miro ensoñadora.
―Eso quiere decir que siempre me tuviste ganas y solo te aprovechaste de la situación.
―Algo así ―dice jocoso y junta nuestras narices―. Juntos por siempre, ¿lo recuerdas mi amor? ―añade haciendo que mis ojos brillen de inmensa felicidad y asienta muchas veces.
―¿Dónde estuviste todo este tiempo? ―pregunto sabedora de la respuesta.
―No los sé, solo sé, que renací de mis cenizas para estar contigo por siempre ―responde y luego sella esas palabras con un beso con sabor a fuego y una mezcla de esperanza.
Después del fuego, segunda parte.
Fin
∞∞∞
Bien, bien, como leen, este es el fin de esta historia que terminó de una manera trágica pero que ahora se redime. Espero les haya gustado esta loca y dramática aventura.
Gracias por leer!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro