36. Es la realidad, que no lo olvide
Tratar de mantener la serenidad en medio de tantas contrariedades era realmente sobrecogedor. No me sorprende lo de Michelle, en el fondo solo me duele que haya sido tan egoísta para esconder un secreto de ese tamaño. Del tamaño de mi amor. Quisiera sentir rabia hacia ella por su crueldad al formar parte de todo esto, pero solo puedo sentir lástima y mucha pena porque en el fondo solo estaba tratando de tomar algo que nunca fue suyo, un amor no correspondido que por más que lo deseara jamás tendría.
Se que también sueno egoísta y un poco frívola al pensar así; pero a diferencia suya, he comprobado que Jeremy, aunque no recuerde como éramos antes, nunca ha dejado de amarme. Puedo sentirlo, como si en el fondo siempre supiera que soy parte de su vida. De él.
En este momento tengo la posibilidad en mis manos de volver a retomar todo lo que habíamos vivido, de renacer de las cenizas que quedaron cuando todas mis esperanzas parecían haberse consumido por completo en el fugo. Recuperar lo que era nuestro; sin embargo, parece todavía un camino difícil de transitar. Desde ya auguro que va a ser muy duro para él aceptar toda esta verdad, y para mí, si por el contrario... me rechaza.
Giro la llave para entrar en casa, llego un poco atareada por las cosas que compré para comer, en especial, helado. Dentro, la sala está casi en penumbras. Cheryl se encuentra hablando por teléfono caminando de aquí para allá. Seguro habla con una clienta, su tono se oye muy profesional y habla sobre medidas y encajes y esas cosas. Le hago muecas preguntándole por Phi, y bajando su aparato me señala hacia la habitación, y vuelve a su conversación.
Nunca se lo he dicho; pero siempre he admirado su templanza, aun para sobrellevar las situaciones más difíciles. En el fondo sé que está hecha pedacitos por su ruptura con Jacob; aún no hablo con él porque no he tenido cabeza para hacerlo, pero de seguro debe estar igual. Entro a la cocina para dejar las bolsas de pasabocas y llevo conmigo la tarrina de helado para la habitación de Cheryl donde está Phi. Le encuentro en el balcón recostada en la baranda, mientras mira hacia la inmensidad de la ciudad, ya abarrotada de luces abrazándose a sí misma. Dejo el tarro de helado sobre la mesita de noche y voy hacia ella.
―Phi ―llamo y ella se gira, limpiándose los ojos con el pañuelo de papel que trae en la mano.
―Hola, Em ―dice y su voz suena monótona. Casi sin ánimos.
―¿Que tal lo llevas? ―Sé que la pregunta sobra; pero nunca está demás.
―Es... difícil ―dice y su mirada se empaña de lágrimas, de inmediato vuelve a refregar el pañuelo por sus ojos―. Me duele ―añade con voz rota.
Me acerco y la abrazo sintiendo mucha compasión.
―¿Y qué hay de ti?
―No lo sé. Ahora que todo es real, se siente... extraño. Y no quiero reír, mientras tú lloras.
―No seas tonta, te mereces tu felicidad. Cher y yo somos testigos de lo mucho que has sufrido. Estuvimos allí cuando cada cosa sucedió, y siempre vamos a estar allí.
―No es justo Phi ―expreso con pesar―. Mientras yo recupero mi esperanza, la tuya se muere.
―Pero no es tu culpa, es de esa mi mujer. Ella fue quien asesinó a Max ―exclama con amargura.
―Phi, no...
―¡Fue su culpa!, porque estoy segura que él me amaba. Ella lo corrompió. Él nunca me dejaría, me lo había prometido.
―Phi...
―Íbamos a casarnos... ―prosigue y rompe en un llanto lastimero y desgarrador.
Le abrazo fuerte y la consuelo hasta que se calma. Cheryl llega y se une a nosotras.
―Pedí pizza, ya viene en camino ―dice con mucha serenidad―, qué tal si entramos, hace frío aquí afuera.
Phi y yo nos miramos y asentimos, volvemos a la habitación y nos subimos a la enorme cama después de deshacernos de los zapatos.
―¿Y qué hay con Ian, ahora? ―Cheryl pregunta a Phi.
No sé si es oportuno hablar de ello, no porque me moleste, y de algún modo Ian se ha desvinculado de mí. Es por Phi
―No lo sé ―Phi suspira acongojada―. No puedo evitar sentir como si estuviera traicionando a Max.
―¡De eso, nada! ―Cheryl se exalta―. Sí, está muerto; pero no olvides que te engañó con esa mujer. Coleen corroboró que él era la persona con quien engañaba al juez. Era su amante y él lo sabía.
―¡Cher! ―La atajo y le hago un gesto para que calle.
―Es la realidad, que no lo olvide. No le debe ni una lágrima ―masculla defendiéndose.
―Como puedes ser tan insensible.
―Soy práctica, otra cosa hubiera sido, si eso no fuese cierto.
―Aun así...
―No deberías decir nada, Jeremy ha estado todo este tiempo con Michelle, y te aseguro que muchas cosas pasaron entre ellos. ¿Eso no te molesta? ―me increpa, y la verdad es que no me moleta.
Me duele porque ella ha tenido la oportunidad de vivir junto a él los sueños que un día me confió a mí.
―¡Ya basta Cher! ―Phi exclama trayendo la atención de ambas―, tal vez tienes razón, y esa tal vez sea la realidad; pero, jamás habría deseado que muriera de ese modo.
―Eres muy cruel ―digo a Cher con desazón―, porque al final quien tiene la culpa de las dos cosas es esa Natalie.
―Y va a pagar por eso ―Cher determina―. Mi padre ya tiene todo preparado con la policía para que la detengan cuando intente salir de la ciudad. Y a Jeremy también ―agrega mirándome.
―¿Eso es necesario? ―Me acongojo con la idea.
Nick ya me había dicho, entonces lo puse al tanto con el plan de Jeremy. Me sugirió que siguiera adelante con ellos para que no sospecharan nada, ni él ni Natalie; porque el viaje a nuestra nueva vida, la incluía a ella.
―No lo dudes, así que actúa lo mejor que puedas. Es por el bien de Jeremy si lo quieres recuperar.
―Tengo la sensación de que va a terminar odiándome ―comento con preocupación.
―Te ama, no lo dudes. Así que no te sientas mal por nada ―Phi pone su mano sobre la mía.
―¿Y si jamás me recuerda? ¿Y si me odia por intentar convertirlo en lo que él ya no es? ―Sigo pensando con agonía.
―Eso no va a pasar. Aunque no me creas le tengo fe ―Cheryl responde, y sé por qué lo dice.
Después de lo que hizo por ella ayudándonos en vez de ponerse de lado de sus amigos, sé que le quedó totalmente agradecida. Las tres nos abrazamos, y somos interrumpidas por el sonido del timbre.
―Yo voy, debe ser la pizza ―Cheryl se ofrece y salta de la cama para salir de la habitación, mientras Phi y yo aguardamos.
Esperamos a que regrese, pero somos sorprendidas al llamarnos insistentemente. No nos queda más remedio que salir. Ambas, Phi y yo nos detenemos al encontrar a Ian en la sala sosteniendo la caja de pizza.
Me hace suponer que Cher lo planeó. La miro con recelo y ella se encoje de hombros.
―Hola.
―¿Qué haces aquí? ―Phi le cuestiona.
―Vine a verte, necesitamos hablar.
No puedo decir que se sintió muy agradable que se dirigiera principalmente a ella y me obviara; pero acepto que me alegra que ambos se den una oportunidad. También lo merecen, no era justo que Ian siguiera anclado a un amor que jamás sería correspondido por mí. Eso... siempre fue injusto de mi parte.
―No... lo creo ―Phi dice retrayéndose.
―Ni lo pienses ―intervengo y los miro a ambos―. Y no me miren así, por mi parte deseo que esto no los detenga de estar juntos ―añado mirando a Ian y este me da un leve asentimiento.
―Emily tiene razón ―Cher toma la caja y la carga caminando hacia mí―. Tranquilos, les guardaremos un pedazo ―añade empujándome para que regresemos a la habitación.
Le hago caso y nos volvemos dejando a Phi quien nos mira con cara de querer fulminarnos y a Ian, agradecido.
―Estarán bien, no te preocupes ―dice Cheryl luego que se sienta y coloca la caja sobre la moqueta.
Cierro la puerta y me uno a ella.
―¿Y qué hay de ti?
―Lo mío con Jake no tiene remedio. No insistas.
―Cheryl...
―Yo estoy dispuesta a todo por él, Em. Es él quien debe hacer eso por mí también.
―Jake es un tonto, entonces.
―Sí que lo es ―aduce abriendo la caja que todavía está humeante.
Toma un pedazo de pizza lo muerde y lo come con mucha satisfacción.
Voy a hacer lo mismo; pero mi teléfono suena inundando el espacio con la melodía de Poison. Me disculpo y voy por el hasta mi bolso. Es una llamada de Jeremy. Le señalo a Cher y ella me hace señas de que hable. Le doy contestar y llevándolo a mi oído salgo al balcón.
―Hola ―digo, evitando tener que decirle algún nombre.
―¿Como estás, Em?
―Bien.
―¿Me has extrañado?
―Mucho, ¿y tú?
―Como no creí que llegaría a extrañar a alguien.
―Eso suena lindo, ya quiero verte.
―Yo también, y a propósito, ¿ya arreglaste todo? ―Trago grueso, la verdad esa parte de mentir se me daba fatal―, ¿tus padres como lo tomaron?
Definitivamente, fatal.
―No les he dicho, supongo que lo haré después cuando pase un poco de tiempo.
―Em, sé que será difícil; pero es lo mejor para los dos. Después lo entenderán.
―¿Tanto quieres llevarme contigo?
―Es toda una locura, ¿no?
―Sí que lo es ―admito porque es real.
―¿Y Barret que te dijo? ―Muy buena pregunta.
―Un poco triste.
―Era de esperar. Creo que está encariñado contigo.
―Si ―admito.
―Ya muero por verte mañana. Espero que no te moleste que tía Natalie nos acompañe. Tengo algunos desacuerdos con ella, pero estoy de acuerdo en que tenemos que alejarnos de todo esto.
Y alejarte de mí, pienso con molestia; porque al final siempre se trató de ella y su ambición. Ya no me extraña pensar que siempre manipuló a Jeremy a su conveniencia con todas sus aparentes crisis nerviosas. Sin duda, es la culpable de todo.
―No, por supuesto que no ―digo, y espero que no note el deje de rabia impregnado en mi tono.
―Te quiero Emily Barnes ―pronuncia y mi corazón se encoge, por un instante se siente como si escuchara la confesión del Jeremy de antaño. El chico del que me enamoré y sigo estándolo como si fuera la primera vez―, te has quedado muda, y te entiendo, solo no pienses que quiero confundirte. Te veo mañana a las nueve en el aeropuerto. Ya me he encargado de todo, bueno, tía Natalie lo hizo.
El sentimiento primero se esfuma con su añadidura después de todo, ya no confiaba en su supuesta tía Natalie. Solo tenía presente con ello que enterarse de la verdad sobre su madre iba a ser un duro golpe para él.
―Ah, bien ―repongo sin más nada que agregar a eso.
Espero que cuelgue, pero no lo hace.
―Emily... ―pronuncia y luego se detiene.
―¿Sí?
―Nada. Solo quiero que ya sea mañana ―dice, y un extraño presentimiento me indica que quería decirme otra cosa. Yo también; pero no debo hacerlo por su bien.
Finalmente cuelga y yo llevo el teléfono a mi pecho, agitado por la excitación de solo pensar que Jeremy descubrirá todo mañana, y quizás resulte muy abrupto para él. Muy dentro de mí espero y anhelo con desespero que no me odie.
Regreso a la habitación y me uno a Cheryl quien a empezado a comer el helado. Phi no ha regresado lo que indica que por ese lado las cosa pueden mejorar. Miro a Cheryl y pienso que también deseo que todo mejore para ella, como también deseo tener mucho valor para afrontar lo que viene.
∞∞∞
Gracias por leer!!
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