―¿Crees que soy una novia terrible? ―Cheryl se queja llevando su frente al volante, tengo que poner mi mano sobre su hombro para tranquilizarla o no llegaremos vivas a casa. Conduce a buen ritmo, pero su inestabilidad me preocupa.

Desde que salimos del pueblo no ha hecho más que quejarse. Y aunque la entiendo completamente, no puedo hacer nada para ayudarla. Se perfectamente lo que se siente tener un corazón roto. Ya he pasado por ahí muchas veces y por mucho tiempo.

―Jacob va a dejarme por esa mujer.

―Cher, cálmate. Jake no va a dejarte.

―Si lo va a hacer, está con ella. Y es solo que no se atreve a decírmelo a la cara. ―Su rostro palidece al soltar eso.

―No lo hará, no dudo que te quiere lo suficiente como para arreglar las cosas.

Y no lo decía por animarla, era la verdad. Conozco a mi hermano y sé que sus sentimientos por Cheryl son sinceros. Y no creo que el problema sea otra mujer, algo me dice que es algo más; solo que es tan testarudo como para decirlo.

―¡No lo hará! Y si no lo hace me voy a morir.

La fatalidad en las palabras de Cheryl me estaba desesperando, pero no podía decirle nada, sería peor. Era igual de testaruda que Jake para entrar en razón. Tenía que cambiar el rumbo de la conversación o íbamos a terminar derrapando por el asfalto.

―Jeremy está vivo ―suelto de repente y eso causa que frene estrepitosamente y nos ganemos varias pitadas.

Le toma varios segundos reaccionar.

―¿¡Que dijiste qué!? ―El escándalo en su cara era evidente.

―Lo que escuchaste.

Me mantuve en mi posición. Sé que fue temerario de mi parte, pero eso logrará que por un momento deje de pensar en su pelea con Jake y se concentre en el camino.

―¡Te volviste loca! ―grita histérica.

―Por supuesto que no.

―Pues yo si lo creo. Vamos Em, Jeremy está muerto, supéralo de una puta vez.

Y ahí la tenemos de vuelta. Aunque la dureza en sus palabras pega duro, y en vez de echarme a llorar, me pongo a reír. Cheryl me mira como si fuera la cosa más extraña del planeta.

Medito en que solo debo dejar a un lado la tristeza que me causan sus palabras y continuar con mi objetivo. Sacarla de su depresión.

―Es broma ―digo cuando me calmo―, solo quería hacerte callar y que dejaras de revolcarte en tu propia pena.

―No es gracioso, Em.

―Para mí si lo es. Deberías ver tu cara.

―Te odio ―masculla intentando tranquilizarse y volviendo a poner el auto en marcha.

―Y yo te quiero a montones.

Ella suspira negando varias veces risueña captando mi intención, sin llegar a pensar que en realidad no estaba bromeando del todo. En silencio volvemos a la autopista y continuamos el recorrido.

―¿Y si fuera cierto, que pensarías?

Tantee nuevamente.

―Prefiero no pensarlo, y con ese tipo por allí pareciéndose a él. Lo mejor es que no te involucres. ―Corta de tajo la conversación.

Mi teléfono vibra en mi bolsillo y lo tomo para mirarlo. Es un mensaje de Coleen, y eso me emociona. Lo miro de inmediato.

"Veámonos lo más pronto posible en mi casa, y trae la caja contigo".

Tecleo la respuesta de vuelta ante la mirada curiosa de Cheryl.

―No me digas que es Jeremy mensajeándote desde el más allá.

―Muy graciosa.

Ella sonríe y eso es suficiente para que volvamos a retomar el camino en más calma, a casa. Pone algo de música y mis oídos chillan con algo que suena sumamente melancólico y corta venas. Solo falta una botella de licor para completar la situación.

Lanzo un largo suspiro cuando por fin llegamos a casa, y digo por fin porque antes de arribar pasamos por el súper a comprar un tarro de helado. Está noche iba a hacerse larga.

Tecleo un mensaje a Ian avisándole que ya estaba en casa. Desde lo acontecido no hemos podido hablar, y lo cierto es que por ahora tampoco quiero hacerlo. Es cierto que ahora estaba claro que por mucho que lo hubiera intentado, las cosas entre los dos nunca iban a funcionar, así como no puedo dejar de pensar en que estoy siendo una perra con él que siempre ha estado a mi lado todo este tiempo esperando paciente por mí y por mi decisión de algún día... corresponderle.

Hago una mental sobre sentarme a hablar con el largo y tendido sobre el tema. Me asusta un poco que tenga la misma reacción de cuando se enteró que salía con Jeremy. Sé que sueno egoísta, pero no me gustaría perderlo como amigo.

―¿Entramos? ―La voz de Cheryl me saca de mi ensoñación, y me apuro en bajar y tomar mi maleta.

El silencio que se forma entre las dos mientras subimos hasta el apartamento no es incómodo, Cheryl está tan abrumada como yo por infinidad de pensamientos. El descubrir que Jeremy está vivo y que está de vuelta en mi vida es algo que, aunque lo desee es difícil de digerir.

"Voy a amarte por siempre". Recordar sus palabras me llenan de una férrea emoción; porque nunca la realidad es que nunca se fue. No mintió. Suspiro. Se siente tan irreal.

Entramos y todo está oscuro. Encendemos la luz de la sala iluminando el impecable espacio vació. Ella va a su habitación y yo hasta la cocina a poner el helado en la heladera. Un sonido de notificación suena y me fijo en el teléfono, mi rostro se ilumina de inmediato. Es un mensaje de Andrew. Con prisa le doy ver.

"Muero por verte de nuevo".

Eso me hace esbozar una sonrisa de oreja a oreja, porque yo también muero por verlo, por tocarlo otra vez, por aferrarlo a mi piel y sentirlo vivo sobre mí; y muy a mi pesar va a estar difícil que salga y deje a Cheryl sola. Por lo menos no esta noche. Me recuesto sobre la encimera y empiezo a teclear la respuesta.

"También quiero verte, pero no se va a poder".

"¿Por qué? ¿Estás con tu novio?

Dejo de lado que la pregunta es un tanto sarcástica para él, pero incómoda para mí. Omito eso, y sigo respondiendo.

"Para nada. Cheryl está depre y no puedo dejarla sola".

"¿Seguro?".

"¡Claro que sí!".

Mentalmente resoplo.

"Está bien, nena, te creo. Pero nos vemos sin falta mañana. Tú y yo tendremos una reunión muy importante que atender".

"Vale".

"Así no más".

"Sí, así no más". Le bromeo.

"Que tacaña".

"Sueña conmigo". Me atrevo a escribir.

"Ya, sueño contigo, Emily Barnes y no te imaginas cuanto".

¡Dios! No puedo contener la alegría, tampoco el ardor en mi cara, sobre todo cuando los recuerdos de nuestro reciente encuentro vuelven a mi cabeza desplegándose gráficamente. Me abochorno sin remedio; aunque la sensación sigue siendo agridulce en mi pecho, y solo será completa en el momento en que Andrew recupere su memoria y vuelva a ser quien era, el hombre de mi vida; porque después de todo lo que hemos pasado, no tenía duda de eso. Ninguna.

La voz de Cheryl llamándome desesperada me saca de mi momentánea ensoñación y tengo que espabilarme. Llevo mis cosas rápidamente a mi habitación y luego de ponerme el pijama salgo para encontrarla arrellanada en el sofá de la sala con varias mantas encima. Voy por el helado mientras ella pone la película triste de turno, Titanic, solo esperaba dormirme, porque en si la historia tenía sus buenos momentos, pero al final, resultaba un tanto desoladora y triste porque Jack nunca regresa.

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