Despierto con los golpes que le propinan a mi puerta, y esa debe ser mamá. Ruego porque no venga a preguntarme si había metido a alguien en mi habitación, así que haciendo un gran esfuerzo salgo de la cama y aunque muero de ganas por contarle mi alegría como estaban las cosas, era mejor esperar. Abro la puerta tratando de parecer recién levantada y allí está ella.

―Buenos días, cielo ―dice y entra, se sienta en mi cama y su semblante luce preocupado.

Eso me da mala espina, y solo espero que no se hayan dado cuenta.

―¿Pasa algo, mamá? ―pregunto con mucha cautela.

―Estoy preocupada por ti cariño ―expresa y me alivio un poco.

Que diga eso me da un poco de tranquilidad.

―No tienes que hacerlo, estoy bien.

Trato de tranquilizarla.

―Ese chico... cuando lo vea tu padre ―habla en lo referente a la aparición de Jeremy y yo solo recuerdo que le he metido en mi cuarto como en el pasado.

―¿Y si es él? ¿Qué pensarías? ―indago, me gustaría saber si se alegraría igual que yo lo estoy.

Me arrodillo frente a ella y agarro sus manos esperando su respuesta.

―No lo sé, sería increíble de creer. Se supone que está muerto.

Sonríe incrédula. Me acerco a ella y la abrazo fuerte.

―La verdad es que eso sí sería muy increíble.

―Cariño, pero ¿qué hay de ti?

―Yo estoy bien.

―Pero no es él ―me dice angustiada―, no quiero que te hagas ilusiones y vuelvas deprimirte.

Debería decirle que es tarde para eso.

―Natalie está en el pueblo, eso debe significar algo ―digo encarándola.

―Sí, y ya era hora que diera la cara, pero por qué ha esperado tanto.

―Quizás lo diga y también la verdad ―emito recriminadora al recordar nuestra conversación donde no tuvo reparos en aceptar que yo había descubierto la verdad.

Eso me hace pensar en algo que he estado evadiendo. Michelle.

¿Ella también lo sabrá?

No te dejaría tenerlo, lo haría mío y solo mío.

Eso había dicho y recordarlo me desalienta un poco.

―Bueno, dejemos de pensar en ello y ahora báñate y baja, es hora de desayunar ―mamá exclama espantando mis pensamientos y poniéndose en pie como si aun fuera su chiquilla.

―Sí, la verdad muero de hambre.

Ella besa mi frente y sale de mi habitación y yo aprovecho para bañarme y ponerme ropa cómoda, luego me cambiaría para viajar. Mi teléfono vibra con una notificación y yo me apresuro a leerla, es de él.

"Acabo de dejarte y ya me haces falta. No escapes de mí, Em.

Andrew".

Un que me causa desazón la situación con Michelle, no puedo evitar ponerme feliz recordando lo que é también dijo que nuestro amor era eterno. Eso me hace bajar las escaleras con una gran sonrisa en mi cara.

―Vaya, parece que por lo menos alguien se levantó feliz en esta casa ―Jake murmura pasando por mi lado con un maletín en su hombro.

Eso me recuerda que terminó peleado con Cheryl.

―¿Te irás?

―Tengo cosas importantes que hacer.

―Jake...

―Olvídalo Emily ―masculla de mal humor y prosigue caminando.

Suspiro bajo, ojalá y pudiera hacer algo por los dos. Mamá se pone a mi lado viendo como Jake se marcha sin que podamos detenerlos, aunque creo que desde la primera vez que cruzó esa puerta para marcharse a la universidad eso es imposible.

―¿Te ha dicho algo? ―Mamá pregunta y yo niego.

Ambas caminamos cabizbajas hacia la cocina, yo tomo asiento en el comedor mientras mamá coloca delante de mí un plato para que coma los deliciosos panqueques que ha preparado. Jake debe estar pasándola tan mal que ni siquiera se quedó a desayunar, los panqueques son sus preferidos. Luego de servir mamá se sienta a la mesa y no deja de mirarme.

―No sé si esto que pasa sea bueno o malo, pero lo cierto es que te ves feliz ―expresa con algo de agobio en su voz.

―Mamá...

―No quiero verte sufrir de nuevo, cielo.

―No sucederá, te lo prometo.

―¿Y qué piensas hacer?

―Descubrir que fue lo que realmente pasó.

Mamá se queda pensativa por un momento.

―Ahora que lo mencionas... ―comienza y se queda callada.

―¿Que mamá? ―instigo para que continúe.

―No lo sé, cielo. No quiero darte falsas esperanzas con todo esto.

―¡Dilo mamá!, no quiero que me guarden más secretos.

―Bien, ―dice suspirando―, luego de recoger el cuerpo, Natalie no permitió que nadie lo tocara y se encargó de llevárselo y hacer lo del funeral.

Miro a mamá consternada.

―¿Y el juez lo permitió?

―No lo sabemos. Ella se hizo cargo de todo.

―¿Mamá? ―llamo su atención―, y si Jeremy no está muerto, ¿Quién es la persona que enterraron?

―Cielo...

―Mamá, lo está y Natalie tiene que aclararlo ―expongo convencida y ella solo toma mi mano conmocionada, como si se resistiera a creer mis palabras.

Papá hace entrada en ese momento y ambas nos sobresaltamos. Me apuro en empezar a comer mis panqueques que casi se enfrían. Lo miro de reojo, está sudado porque viene de trotar. Desde que dejó el trabajo de campo lo hace para mantenerse en forma.

―¿Sucede algo? Por qué están tan calladas.

―No es nada cariño, es solo que Jake se fue temprano ―mamá habla y yo le agradezco con un gesto que no mencione nada todavía.

―Bueno, ya es adulto y tiene cosas que hacer ―repone papá encaminándose a la heladera. Saca una botella de agua y toma de ella―. Igual que tú, Emily ―se dirige hacia mí.

―Así es ―digo, y sigo comiendo mi desayuno.

Papá se une y en silencio desayunamos los tres. Luego de ayudar a mamá con la loza, me retiro a mi habitación. Busco la caja rápidamente y con ella en la mano le escribo un mensaje a Coleen.

"La caja, está abierta. ¿Cuándo nos vemos?".

Lo envío y cierro mis ojos pensando nuevamente en la pregunta que le hice a mamá, si Jeremy no está muerto, ¿a quién enterraron en su lugar?

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