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7

Publico otro capítulo hoy porque mañana no creo tener tiempo para subir uno, tengo algunos pendientes que quiero resolver antes de entrar de nuevo a la Universidad el miércoles. 

Pero les prometo nunca dejar de publicar... más que ya la tengo lista para subir.

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–Pero si te escuché claramente.

–Por eso mismo, Allet –me miró muy serio–. Parece que por fin compartí pensamientos contigo–. ¿Compartimos algo?–. Y lo mejor es... que los recibes.

– ¿Viste lo que hacían Caín y Andrea? –preguntó interesada Renover.

–Creo, ella dijo algo de que seguían siendo el uno para el otro –contesté.

–Eso significa que los dos piensan lo mismo...

–Y actúan igual –completó él.

–Esto es una señal realmente grande –me sentía cada vez más de acuerdo. ¿Estaba igual de enamorada que Bernan? ¿Él sabe lo confundida que estoy?

–No te precipites tanto –aconsejó–. A pesar de estar en este mundo donde no se siente dolor físico ni psicológico, aún hay sentimientos fuertes que no se pueden borrar en un humano, incluso estando aquí.

–Creo que me siento un poco mal –puse una mano sobre mi cabeza, mareada.

–Estás cansada es todo, era mi plan desde el principio que descansaras en cuanto conocieras a mis padres pero las circunstancias fueron otras. Ellos están de acuerdo con tener una segunda reunión mañana.

–Genial, realmente espero que no tengan una mala imagen de mí.

–Al contrario –Bernan parecía más animado–. Ellos se sintieron mal ya que al no darte atención, ninguno de los tres se pasó mucho tiempo contigo, decidiste salir con Renover–. Ella sonreía por su victoria.

–Tus padres son muy divertidos, seguro la pasaremos bien –dije.

Mientras caminábamos me desubicaba cada vez más, no podía ni siquiera recordar dónde quedaba la entrada, parecía realmente un laberinto creado para extraviar a las personas.

Por fin entramos a una habitación que tenía otro cuarto conectado sin una puerta, ambos estaban pintados de color verde menta, en la primera había una cama en medio, amplios y múltiples espejos en un rincón y el techo era realmente alto, en el otro había muchísimos roperos y una cama en una esquina. Era una habitación ventilada y por las ventanas se veía toda la ciudad. Creo que habíamos recorrido por casi todo el castillo, en las paredes también había muchos cuadros de flores y praderas.

Admiré cada detalle sin detenerme.

–Renover–. Ella volteó y comprendió una señal que él le hizo, así fue como comenzó a cerrar las ventanas de las habitaciones. Las cerró todas con seguro y corrió las cortinas–. Ahora, Allet –volteé a verlo–. Creo que ya conoces la hora oscura. ¿No?

–Sí, son dos horas de oscuridad sin límites –no es que odiara la oscuridad, pero tampoco algo que me encantara, y más si estaba sola... mi imaginación colocaba monstruos en ella.

–Además no sabemos que hay afuera en esos momentos, las personas que han salido en esas horas jamás han vuelto a aparecer –continuó él.

–Pero también hemos colocado piedras que tienen la capacidad de brillar a pesar de la falta de la atmósfera gris –las explicaciones de Renover solían ser más ¿científicas?

– ¿Te refieres a su cielo?

–Sí –obvió Renover–, la atmósfera gris hace que las cosas de este mundo resplandezcan, así como la luna de tu mundo con el reflejo del sol que la hace parecer brillar.

–Tengo algunas cosas que terminar –nos informó Bernan–. Regresaré más tarde; a nosotros nos avisa nuestro instinto demoníaco cuando la hora oscura está por llegar. No te preocupes por la falta de luz, Renover estará junto a ti durante todo el tiempo, a pesar de que podemos disfrutar del sueño realmente no lo necesitamos, así que te vigilara –luego miró a Renover–. Hermana, esta es tu segunda oportunidad, así que no la desperdicies. Y otra cosa, todas las casas tienen en los muros esa combinación de las piedras de una extraña cueva en la que encontramos a un anciano que daba profecías muy acertadas, darán la luz suficiente como para ver con claridad, hoy no me dio tiempo de eliminar la noche oscura ya que, como me imagino Renover te dijo, tengo la capacidad de mover las horas según me parezca. Nos vemos realmente debo irme ahora –terminó de manera atropellada.

–Odioso –dije en forma de despedida, él salió apresurado de la habitación, escuché cómo giraba la llave del cuarto.

Cuando volviera lo esperaría despierta, no era tan débil, caminé por la habitación y miré por todos lados, Renover notó mi curiosidad.

–Esta es mi habitación –comentó ella–. Aunque hay dos conectadas me decidí por no sacar la cama de al lado, puedes dormir donde quieras.

–Ah... eh... gracias.

Ella se rió de mi respuesta.

–En tu mirada se ve claro lo que realmente quieres hacer.

– ¿De verdad lo crees? ¿Crees que se haya dado cuenta?

–No la verdad no, al parecer tu puedes sentir lo que él piensa, pero él todavía no sabe lo que piensas, creo que tendrás que esperar un poco más.

–Por lo menos...

–Así que, ¿todavía no quieres dormir?

–Él nunca dijo que no podía quedarme despierta, solo dijo que me vigilaras.

–Bien, y ¿qué quieres hacer?

– ¿Platicamos de cualquier cosa hasta que regrese?

– ¿Segura que no estas cansada? –arrugó un poco el rostro.

– ¿Lo suficiente como para desperdiciar la primera noche con mi nueva mejor amiga? No, creo que no –la verdad me sentía algo cansada, pero estaba segura que con un poco de reposo me compondría.

–Bueno si quieres también podemos probarnos unos cuanto vestidos –ella parecía más emocionada.

–Lo que quieras, pero empecemos rápido.

A pesar de estar (un poco) cansada, no sentía hambre y tampoco estaba sucia o sudada, por lo que no hubo necesidad de hacer más preparativo que extender un montón de vestidos sobre la cama de la primera habitación y ordenarlos, ella levantó dos biombos más altos que yo y los puso en ambos extremos de la habitación. Servirían de vestidores.

Escogí uno de los vestidos, ella otro y así comenzamos un interminable desfile de modas, ella tenía todo tipo de vestidos y ropa, en total creo que me puse como cincuenta prendas, si es que no me faltan contar más.

Las horas oscuras se habían hecho presentes en cuanto comenzamos pero no fue un buen motivo para detenernos.

Un dolor de cabeza potente se hizo presente en mí y comenzamos a ordenar todo para ahora si descansar. Dormiría en la habitación segunda y ella estaría sentada en uno de los sillones que estaban esparcidos dentro de ella. Me acomodé dentro de un pijama tan acogedor y suave que la cama me pareció de la misma consistencia, no me había dado cuenta que verdaderamente estaba agotada, hasta que sentí como el sueño acudía a mi rápidamente.

La cama era grande y tenía el mismo aroma que todas las demás cosas, que a pesar de ser muy marcado no era embriagador, sino refrescante. Como si fuera olor a nada, creo que así podría explicarlo... comencé a dormirme.

Entre sueños y la realidad pude escuchar que alguien entraba a la habitación, sería Bernan. Y no sé si era porque estaba caliente o la mano en que se posó en mi frente estaba fría, solo sé que me hizo sentir bien. Esta desapareció, pero solo fue ahí donde no sentía llegar el calor, me acurruqué en mi misma para dormir, soñé con... no recuerdo.

Cuando desperté sentí en mi espada algo frío, me levanté y vi a Bernan sentado en la cama mirándome fijamente, abrí mucho los ojos y me le quedé viendo también. Parecía más alto y grande, quise hablar pero de mi boca solo salió algo parecido a un maullido. ¿Estaba afónica? Cuando giré la cabeza para buscar a Renover, vi unos cabellos blancos bajo mis ojos, cuando levanté mis manos para tocarlos, noté mis manos más blancas y suaves, además de que el contacto con mi rostro era diferente.

Las separé y las observé, no sé qué expresión hice al notar que en vez de manos en realidad tenía ante mí unas patitas blancas, coronadas con cuatro minúsculas garritas, miré a Bernan y maullé. Claro él no me entendía, esto seguro era cosa suya.

–Lamento no haberte precavido a ti, ni a Renover, sobre que esto pasaría pero necesitaba salir inmediatamente y contaba con que el cansancio te llevara a que esto no ocurriera.

–Miau~ –entonces si tenía que ver con él.

–Parece ser, que tu energía todavía no se acomoda a este molde, por lo que tú misma alma transformó tu cuerpo para que pudieras estar más cómoda y sin cansarte. Un gato blanco.

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