Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 22: Sin rendirse

Uno de los nuestros se acerca a mí y me lleva en una ambulancia hasta la habitación de uno de los pobres de otra comunidad. Mientras observo por la ventana el camino hasta la habitación, me asombro al ver el parecido con la comunidad en que vivo. La misma plaza y las mismas habitaciones, solo cambian los habitantes y las casas de los adinerados.

Me han estado untando alcohol en la herida desde que partimos, y las vendas que me ponen no detienen el sangrado. Finalmente llegamos a la habitación. Es obvio que no iríamos a un hospital, con esto deben de estar llenos, y teniendo a tantos pobres reunidos en un lugar, sería la oportunidad perfecta para matarnos a todos.

Nos bajan en sillas de ruedas y entramos. Dentro pasamos por un terrible tratamiento para las heridas: los puntos. Cada vez que pasa la aguja por mi piel, el dolor es increíble. Una de las personas que está ahí, un hombre que tiene aproximadamente mi edad, me permite apretarle el brazo para soportar el dolor. Le aprieto terriblemente, lo que hace que se arrepienta de inmediato.

Creo que estoy exagerando el dolor, pero es que no estoy acostumbrada a que pasen una aguja por mi piel y menos a que me entierren un cuchillo en la pierna. Finalmente, terminan con nosotros.

Me entregan un aparato que se adapta a la pierna, con unas ruedas por debajo. Según ellos es para que pueda caminar. Me veré ridícula con esto, lo sé, pero al menos podré caminar.

Salgo caminando con el aparato. De verdad es mucho más fácil. Le doy las gracias a quienes me ayudaron y voy dirigiéndome a la habitación en que estará mi hermano que, por desgracia, queda lejos de aquí.

Miro la hora en mi celular: las 3 pm. Ya tuvo que terminar la pelea, no creo que dure mucho. No se me ocurrió preguntarles a quienes me ayudaron ese detalle. Me resigno a no ir a preguntarles porque ellos no me abrirían la puerta. Todos están muy desconfiados.

Sigo los letreros que indican qué camino tomar para llegar hasta la comunidad más cercana. Evito pasar por el sitio vacío en que tuvo lugar la pelea, por si continua.

Todo aquí está muy silencioso. Eso me asusta. Empuño el cuchillo en caso de emergencia.

Después de unos minutos llego hasta la comunidad. Paso por la Plaza Principal, tratando de caminar normalmente. Desde aquí veo la casa de Willy y, aún más cerca, las habitaciones.

El silencio reina en el lugar. Llego hasta la habitación en que debo ir a buscar a mi hermano. La puerta está derribada, lo que me hace saber que Los Controladores en nuestra contra ya entraron. Sujeto fuerte el cuchillo, expectante, asomando la cabeza hacia el interior, observando todo, vigilando que no haya nadie. Dejo escapar un suspiro de alivio al ver que el lugar está vacío. Procedo a entrar.

En el lugar hay muchas cosas tiradas, todo está hecho un desorden. Los camarotes están derribados al igual que la puerta del baño y del armario. Voy hacia el baño a comprobar que no haya nadie ahí, y también está vacío el lugar.

Quito lo poco que queda de puerta del armario para buscar la escalera de cuerda. Sé que la dejamos debajo de unos tablones para que los Controladores no pudieran encontrarla. Al levantar el tablón veo la escalera de cuerda, pero también veo ropa de mi papá manchada de sangre, sobre todo en las mangas y en la polera. Debajo de la ropa hay un cuchillo ensangrentado.

Retrocedo asustada, casi como en shock. Me asombro demasiado. Observo a todos lados, todavía asustada. Me fijo en la cámara de vigilancia de la habitación rota, lo que me da un gran alivio sabiendo que Los Controladores no saben que estoy aquí.

Me vuelvo a acercar al armario. Las lágrimas comienzan a nublarme la vista mientras trato de observar con objetividad toda esa sangre.

¿Será posible que mi papá la haya matado? Estuve con él en todo momento, excepto cuando estábamos cavando los agujeros, y en el momento en que mi mamá fue asesinada, estaba conmigo excepto cuando fue al baño, pero esos fueron solo unos minutos. Aunque pudo contratar a alguien. No. Él no tiene el dinero para eso. Pero ¿por qué está su ropa junto a un cuchillo manchado de sangre? En un momento pienso que podría ser que él murió en la pelea y que trajeron su ropa aquí, pero desecho esa idea de inmediato. Él iba vestido de negro, como los que están de nuestro lado, y esa ropa es de otro color.

Ahora pienso, al ver la escalera de cuerda, que debo ir por mi hermano y mis primos. No pienso dejarlos desamparados. Trataré de fingir que no vi nada extraño en ese armario porque ellos están muy pequeños para ver esas cosas... igual que yo. Realmente no creo que sea la edad sino la madurez. Por eso mismo no tuve que ver esto. Ojalá lo hubiera visto mi tío o mi tía o alguien con mayor madurez o que no le cause tanto horror ver sangre, y que me lo hubiera ocultado.

Saco la escalera de cuerda y pongo encima el tablón, tapando lo incriminador.

Camino hasta el baño y abro las puertas del lavamanos. Veo el oscuro agujero y me estremezco.

—¿Están ahí? —grito. Nadie me responde— ¿Están ahí? —vuelvo a gritar, esta vez con todas mis fuerzas.

—¡Aquí estamos! —escucho gritar a unos niños. No saben de dónde viene la voz y, seguramente, todos esos niños piensan que los vienen a buscar.

—¡Soy Marcela y busco a mi hermano y a mis primos! —grito con todas mis fuerzas. Se escucha un silencio sepulcral— ¿Están ahí?

—¡Aquí estamos! —gritan unos niños. Reconozco en ellos la voz de mi hermano y algunos de mis primos. Sin esperar más, lanzo la escalera de cuerda. Espero a que se sienta tirante. Al sentirla así la sujeto con todas mis fuerzas para no dejarla caer. Se escucha una respiración agitada cada vez más cerca— ¿Ya están en la parte horizontal? —pregunto. No obtengo respuesta, pero, después de unos segundos, veo un poco a alguien gateando. Es mi hermano. Gatea con esfuerzo hasta llegar a mí. Al verme se lanza a mis brazos, tratando de contener las lágrimas.

—Cuando entraron creí que moriríamos, de verdad que lo creí, pero alcanzamos a entrar —dice abrazándome—. ¡Viviste!

—Claro. Tenía que volver por ti

—¿Qué es eso? —me pregunta señalando el aparato para caminar.

—Solo es un aparato que me dieron para caminar porque recibí un corte —le explico brevemente. Trato de evitar todos los temas sangrientos.

Él asiente sin despegar su cabeza de mi hombro.

—Ahora subiremos a tus primos ¿de acuerdo? —le digo hablando lo más blanda que puedo. Él entiende lo que le trato de decir por lo que despega la cabeza de mi hombro y me espera.

Él observa todo el lugar, asombrado, sus ojos lo delatan. Balbucea algo que no entiendo, pero creo que es una pregunta, seguramente de porqué el lugar está así.

Comienzo a subir a mis primos. Ellos son un poco miedosos por lo que tengo que estarles gritando todo el tiempo palabras que los tranquilicen. Van saliendo de a uno, lo que demora bastante.

Mi hermano, para no estar aburrido, da vueltas por la habitación una y otra vez. Me asusto ante la posibilidad de que saqué el tablón del armario y vea todo. Después de varios minutos saco a todos mis primos.

—Tenemos que buscar al papá. No sé si aún está en la pelea —les digo a mis primos y a mi hermano.

Ellos asienten y me siguen. Salimos de la habitación con un gran silencio por fuera. Miro a todos lados, nerviosa por si nos cruzamos con un controlador que no esté de nuestro lado.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro