Capítulo 14: Descubrimientos inquietantes
Cuando se va, las preguntas no se detienen.
—¿Cómo los mataron? —pregunta mi papá.
—Les entierran un cuchillo —contesta el jefe de mi mamá, sin inmutarse ni nada.
—¿Dónde los dejan? —les vuelve a preguntar mi papá.
Desde aquí veo la expresión de la niña, una expresión de asombro. De seguro no se esperaba eso de su padre.
—Los enterramos en el jardín —nos contesta.
La niña comienza a sollozar de manera silenciosa. Creo que soy la única que lo nota.
—¿En el jardín de quién? —pregunta Nancy.
—De cualquiera. Nos turnábamos. En el nuestro fue hace unos años. Este año era el turno del Superior.
—Les volveré a preguntar y más vale que respondan con la verdad. ¿Por qué? —les vuelve a preguntar Nancy.
—Porque... no queremos que los pobres salgan al exterior... solo nosotros
—¿Por qué no quieren que salgamos?
—Porque... no
—Esa no es una respuesta
—Ya son muchas preguntas
—Digan por qué
—Ese privilegio es nuestro
—Entonces, ¿por qué mentían con La Salida?
—Lo mejor para controlar las masas es la ignorancia
—Así que, ese trabajo en que se hacían trajes antirradiación, ¿de qué servía?
Sé que al formular esa pregunta va a pensar en el trabajo que mi papá y yo hacíamos. Ahora sabré si dedique mi vida a una farsa o a una buena causa.
—Para que lo creyeran. Si había un trabajo de eso, tenían razones para creernos
Toda la vida dedicándome a una mentira.
—Bueno... ahora que saben la verdad... tendrán que dejarnos ir
No contestamos.
—Señor... Ricardo —dice mi papá tomando la carta que encontramos—, aquí dice que llegará un 50% de provisiones por la tempestad que azota la superficie.
» La carta está firmada por... Jessica —vuelve a ver la carta y se la muestra al jefe de mi mamá y a su esposa, sin soltarla—. ¿Quién es ella y como es que consiguen verduras mientras que a nosotros nos dan insectos? —les pregunta finalmente. No sé cómo ha hecho para leer los nombres, si es que realmente los leyó y no lo memorizo y fingió leer.
—Ella es una descendiente de... uno de los adinerados que han salido —contesta el jefe de mi mamá.
—Explíquenos cómo es que los adinerados han salido —le pregunta mi papá, en un tono muy serio.
—Pues... llevamos aquí abajo miles de años, y todos los años salía por lo menos una familia de adinerados. Eso comenzó hace 20 mil años y no pararon de hacerlo hasta que a los pobres les extrañó que desaparecieran tantos adinerados en tan poco tiempo, por lo que se empezó a ser cada 5 años. Allá afuera la tierra está plagada de ellos, pero no tantos porque los primeros que salieron... murieron por no saber cómo sobrevivir. Después fueron sobreviviendo así que empezamos a tener comunicación con ellos por medio de un pequeño agujero. Así supimos que ya no hay radiación.
» A ustedes, los pobres, les contamos siempre la misma historia de que hace unos 10 años hubo una guerra nuclear y que estamos aquí refugiados esperando a que se vaya la radiación. Es una mentira descarada.
» En fin. Ellos comenzaron a hacer cultivos cuando descubrieron árboles frutales y verduras. Así fueron sobreviviendo y cuando tuvieron cultivos de sobra, fueron dándonos verduras, y así ha continuado
—¿Dónde está ese agujero? —pregunta Nancy. Todos escuchamos expectantes, hasta la niña se ha tranquilizado.
—Eso no deben saberlo —contesta la mujer, enojada.
—¡Tendrá que decirlo! —le grita mi papá golpeando la silla.
Estamos sumidos en un momento de tensión total.
El jefe de mi mamá mira a su hija y luego habla.
—Está en la casa del Superior... en el segundo piso. En el armario vacío de su habitación. El agujero está por arriba
En este momento podría pensar en ir allá, pero quiero saber más. Además, no creo que nos dejen salir tan fácilmente, y puede ser que nos estén mintiendo, o que haya alguien cuidando el lugar.
—¿Cómo es que llegamos a vivir aquí, debajo de la tierra? —le pregunta Nancy.
—¿Quieren toda la historia? —nos pregunta el jefe de mi mamá.
Todos asentimos.
—Todo esto comenzó el año 2098 en la tercera guerra mundial. Todo el mundo estaba asustado porque ya veían venir la guerra nuclear que destruiría el mundo, y no se equivocaban. La guerra nuclear fue el año 2099, antes solo habían tensiones como en otras guerras, pero el 2100 comenzó la guerra de verdad. En esa guerra nadie salió ganando. Se tiraron bombas nucleares por todo el mundo, incluso a los países que fueron declarados neutros. Sobrevivieron muy pocas personas, muchos creían que morirían, pero la radiación no los mató a todos. Al principio, fueron a los búnker, pero eso no les parecía suficiente, por lo que, a finales del 2101 cavaron lo más profundo que pudieron buscando refugio. Así crearon nuestro mundo.
» Sobrevivieron miles de años comiendo lo mismo que ustedes hasta que al fin pudieron salir.
Estoy asombrada por lo que acabo de escuchar. Todo coincide. Aún así, se me hace difícil de creer.
—Cuéntenos. ¿Cómo es allá afuera? —pregunto.
—Es muy helado. Hace un frío glacial —nos contesta.
Todos miramos a Nancy. Ella decía la verdad, ella sí salió. Por suerte, ellos no pueden saber que uno de nosotros salió.
—Entonces, ese color celeste en el techo, no era una simulación ¿verdad? —pregunto.
—No. Era un agujero que se hizo, seguramente por la erosión. Fue buena la excusa del Superior, pero no lo suficiente.
» Creímos que no verían el agujero por ser muy pequeño, pero alguien arruinó nuestros planes
—Por último, ¿cuánto tiempo llevamos aquí? ¿qué año es? —pregunta Nancy.
—40 mil años desde que ocurrió, eso quiere decir que estamos en el año 42 100
Todos lo miramos, asombrados.
—Bien. Ya sabemos lo que queríamos saber —dice Nancy mientras papá desactiva la grabadora de voz—. Pero no podemos dejarlos libres mientras nos vamos así que dejaremos libre a su hija para que ella le quite las cuerdas a cada uno, lo que le llevara tiempo —termina diciendo Nancy cuando le quitamos las cuerdas a la niña. Ella no se va hacia nosotros ni nada, solo abraza a sus padres.
—Creí que estaban muertos —le escucho decir a la niña mientras nos vamos.
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