Nadie sabía qué casta serían los niños hasta la edad de cinco años. Todo porque la magia de luna, quien es la encargada de otorgarles una pista de la casta que podría ser el cachorro. Hay varios trucos para saber la casta dentro del mundo de los cuentos de Hadas, quitando la magia de luna, mayormente se basa en como se mira el cachorro, si es más afeminado o más robusto, su actitud, su altura o cosas realmente físicas, que al fin y al cabo son innecesarios al momento de una revelación real de casta que es a la edad reproductiva, pero a veces es bueno saber la casta por cosas médicas o políticas... otras veces es mejor no saberlo.

Era el día de la revelación de Casta de una generación entera. Dónde los padres llevan a los niños a un lugar llamado " El templo de Luna". Se cuenta la leyenda que es la misma Selene quien baja a darles un don a cada niño, un don único para todos. Ese día es un día importante para la sociedad en general. Todos se reunían en el templo para la presentación de sus cachorros.

Blancanieves estaba rebosando de orgullo por su pequeño nieto. Hawk era el más pequeño de la familia Blancanieves, todos creían que iba a hacer un alfa como toda su familia, eran una de las seis familias de los cuentos de hadas más poderosas, obviamente iban a hacer alfas.

No eran los únicos que esperaban, también estaba la familia Rapunzel con una niña discutiendo sobre la importancia de la privacidad sobre esos temas, luego la familia Lefrog donde los familiares estaban intentando atrapar a la pequeña que se habia convertido en rana y escapado. Luego estaba la familia Cenicienta donde la nieta de Ella, estaba asombrada con todo y soltaba grandes carcajadas. La familia abanico de hierro con un semblante serio miraban a su alrededor, incluso la más pequeña de la familia tenía una mirada neutral, casi considerada aburrida. La familia Bestia eran los que menos emocionados estaban por esa celebración, la mayoría estaban convertidos en grandes lobos gigantes por la maldición que había caído años atrás sobre la familia, todos ellos sabían que sus descendientes iban a hacer alfas puros pero iban a esa celebración por pura obligación social. Entre grandes lobos, uno viejo que estaba en el centro de todos ellos, se miraba a un niño pequeño temeroso de su alrededor.

A Blancanieves le causaba gracias sobre el pequeño nieto de la Bestia. Cómo puede ser un alfa un niño tan temeroso del mundo, tal vez hubo un error con la maldición y nació un beta o con mucha desgracia un Omega. Pero ella aún así vio a su nieto, quien tenía una mirada neutral pero se le notaba inquieto sobre la expectativa, será un gran alfa como su hermana Fala, que hace ocho años atrás fue presentada como una alfa, un orgullo para la familia.

— Buenas noches a todos — una chica de cabello albino, ojos negros como obsidiana y piel blanca como la nieve, se encontraba en el centro del lugar. — Ya es el momento oportuno de conocer la casta de los más pequeños, para los nuevos, soy Adularia, nieta de la diosa Selene. Si amigos, soy una semidiosa.

Los del público rieron, conocían la personalidad brillante de la nieta de la diosa de la Luna. Era agradable y relajante.

— Todos los chiquillos acercarse al centro del salón, donde la luz de luna los bañara y les dará sus dones — con un movimiento de su mano extendió su varita, una con varias referencias lunares e incluso brillaba más fuerte bajo la luna. Era blanca con mármol y mostraba cristales que brillaban entre tonos celestes y blancos. Lanzó al centro del lugar un rayo de luz donde una pequeña fuente se alzó entre todos. Todo aquel que se acercaba podía ver partes de su vida en esa agua de luna, desde su infancia hasta su adultez, eran un reflejo del futuro.

Los niños se acercaron, eran más de veinte, una cantidad considerable a la época.

— ¡¡ Estoy tan emocionada!! — la pequeña Cenicienta saltaba y sonreía ante la emoción.

— Cuidado que te puedes caer — advertía la nieta de Abanico de Hierro.  En el momento en que Rose volteo a ver la chica se tropezó pero el cabello de Astoria la sostuvo.

— Ella te lo advirtió, descuidada.

— Lo siento — se disculpó Rose.

— No seas grosera, lo que dijiste fue muy grosero, Astoria. — le advirtió el nieto de la Bestia, parecía tímido pero sabía sacar las garras cuando era necesario. Conoció a Astoria por el jardín de niños, sabía las mañas de su compañera.

— Pero es verdad.

— Pero no lo digas de una forma tan obscena — Astoria volteo y observó al nieto de Blancanieves que la había reprimido por sus palabras.

— Eres Hawk Blancanieves, el nieto de Blancanieves.

— Si, soy yo

— Qué emoción, siempre quise conocer a un príncipe de verdad. — habló Joy con mucha emoción — posiblemente serás un gran alfa como toda tu familia.

— Todos los Blancanieves son alfas, obvio que él también — soltó Astoria.

Todas comenzaron a discutir hasta que él nieto de la Bestia se acercó frunciendo el ceño.

— No me das buena espina, niño bonito.

— ¿A quién le dices niño bonito, perro pulgoso?

— Eso fue muy hipócrita por parte de los dos — les dice Ling Ling a los niños.

Todos se colocaron en un pequeño círculo observando la magia de la Luna de Adularia.

— Sentirán un pequeño cosquilleo, no se preocupen. — la chica soltó mientras susurraba — Magia de la luna.

El círculo de magia se extendía hasta cubrir a los niños. Fueron cinco minutos antes de que el círculo se disipará. Los menores brillaban ligeramente y en sus mejillas mostraban una marca  brillante mostrando su casta, los brillos brillaban según a la familia a la que pertenecían.

Astoria tenía una marca de "alfa" de un color púrpura, y con una sonrisa orgullosa fue con su familia, Ling Ling y Travis la tenían también. La chica fue de una manera solemne hasta su abuela para hacer una reverencia y el chico solo fue con su familia para irse del lugar, no necesitaban estar allí más tiempo.

Joy tenía una marca de Beta, le daba tranquilidad a sus padres saber que no tendrán problemas con ella en el futuro.

Y luego estaba Rose y Hawk quienes se vieron los dos fijamente.

— Tenemos la misma marca — sonríe Rose al chico para después correr a hablar con su mamá y abuela. Cenicienta abrazo a su nieta diciendo que estaba feliz por ella.

Hawk no sabía lo que estaba pasando pero fue caminando con su familia y observó como la sonrisa de su abuela decaía hasta formarse como una mueca.

— Omega — susurró Blancanieves observando a su nieto. Estaba asqueada por lo que formaron sus genes. — Tiene que ser un error.

— Madre, no es un error, Hawk es un Omega — le dijo su hijo. Blancanieves se negaba a ver a su nieto hasta que se le pasará el mal sabor de boca.

Hawk intentó buscar una aprobación en alguien de su familia. Todos le dieron la espalda y comenzaron a alejarse.

— ¿Hice algo mal?— preguntó Hawk tomando la falda de su hermana con una mano. Fala lo observó con duda y con una sonrisa segura le dijo.

— No hiciste nada mal, ellos son los que están mal. Eres alguien genial.

— ¿Estás segura, Fala?

— Nunca fallo en mis palabras, hermanito.