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Cap. VII (L)


Se mantiene quieto, deliberadamente deseoso, anonado por lo que está pasando. Nezuko le acaricia el rostro así como él lo hizo con ella aquella vez. Parecía un poco desubicada, pero hacía a la perfección sus actos. El rubio la mira, sabe en el lío que está por adentrarse, en las fauces que lo están por desgarrar, pero esa mujer que suspira sobre su rostro, que lo observa con ojos encantadores y desesperados lo desconcierta. La gustaría tocarla, besarla y un fin de cosas más.

Sin pena delicadamente sube ambas manos por las piernas de la joven. Ella al sentir el tacto tan sutil se le eriza la piel y suelta un pequeño quejido, casi inaudible pero agudo para el cazador. Zenitsu al escucharla se detiene y vuelve a mantener la cordura, no puede seguir.

-E-esto no está bien, Nezuko. Si alguien se llegase a enterar se hará un caos. Aún no estás consciente y... -niega con la cabeza-. Lo siento, soy un idiota.

Zenitsu retira sus manos y desvía la mirada avergonzado junto a su creciente sonrojo. Ella no lo comprende del todo y sus instintos la hacen enloquecer. La mezcla de emociones que siente es a causa de él. Era maravilloso cuando la miraba, cuando besó sus labios y su cercanía era una condena la cual estaba dispuesta a soportar, porque era genuina.

Y por qué juzgarlos si sólo son dos adolecentes.

Nezuko ladea el rostro incomprensible, soltó un pequeño suspiro y se acercó a su rostro, buscando una respuesta que le dijera "no está bien", pero en los preciosa ojos ámbar de Zenitsu no había nada. Era incrédula igual que él, pero sabía que lo hace. Sabe lo que hace, sabe que hacer con él.

Se sentó sobre su regazo, tomándolo por los hombros para estar cómoda, una última vez le dio un vistazo y él mantenía el ceño levemente fruncido. No sabe lo que hace pero tampoco la quería detener. Estaba enfadado consigo mismo por ser tan débil ante ella. La Kamado movió su cadera poco a poco, la presión que iba aumentando en esa parte era adictiva, no estaba mal. Zenitsu la mira con un gesto extraño, era incomprensible leer sus gestos.

-N-nezuko... no sabes lo que haces, detente, por favor.

Las palabras quedan en el aire, ella no le hace el menor caso. Zenitsu lo entiende y no se cohíbe más. Vuelve a subir sus manos por las piernas desnudas de la Kamado, hasta llegar a su trasero, aprieta un poco y provoca que la pelinegra suelte un gemido más agudo.

-Te escuchas tan bien... Hazlo para mí una vez más, Nezuko.

La besa nuevamente tomándola bruscamente por detrás de la cabeza para evitar que pueda retroceder, ambos abren sus bocas para tomar aire a lo que él aprovecha para introducir su lengua cuidadosamente en su boca. el vigor con que lo hacen es precioso con esos movimientos al comoaz del otro. Al abrir su boca, este empieza a explorar sin temor a lo que pueda ocasionar. Si esos afilados colmillos le desgarran no le importaría, porque es Nezuko.

Ella al sentir la delicia, hace lo mismo, imitando los movimientos de Zenitsu, pasando igualmente su lengua por la boca de él hasta llegar a tener una danza excitante para los seres de ambos. Sus respiraciones son agitadas y un ambiente sensual llena la habitación.

Se separan para tomar aire y él usufructa para seguido posicionarse por arriba de ella.

Se despoja la parte superior de su ropa dejando ver su cuerpo decentemente trabajado, con algunas cicatrices pequeñas. Simplemente una vista sexy.

Nezuko se ruboriza involuntariamente. Jamás había mirado a nadie de esta manera, admite inconscientemente que ese rubio es antojable. Una aglomeración de emociones la invade mientras una electricidad satisfactoria le recorre el cuerpo. ¿A eso le llaman estar excitada?

-No me odies por esto, pero ya no lo soporto más...

Fueron las últimas palabras para empezar a desvestirla con su grato consentimiento. Por suerte Nezuko iba descalza, eso le ahorró un trabajo al espadachín.

Ya al tenerla totalmente desnuda se queda admirando las curvas de su cuerpo; su cintura, caderas, piernas, esos perfectos y grandes pechos.

Sin duda está muy bien desarrollada a pesar de no ser adulta.

Nezuko, es perfecta.

Zenitsu mira directamente los ojos de su compañera y nota que posee un evidentemente sonrojo sobre sus pómulos. Ella extiende su mano derecha y le acaricia el rostro. Este suspira y se quita las últimas prendas dejando ver su erecto miembro. Nezuko abre sus piernas posicionándolas a los costados de Zenitsu con lo que se definiría como vergüenza que la come viva. Este le besa los labios y empieza a recórrela bajando sus besos por su cuello, pecho, abdomen hasta llegar a su pelvis. Ella reacciona estremeciendose y le es inevitable gemir y, aunque sus gemidos son tenues a él le causa miedo que los puedan oír. Aparte de que la puerta no tiene seguro y cualquiera podría entrar y ver su teatro en pleno inicio.

Le levanta los brazos a la altura su cabeza y con una mano sujeta fuerte sus muñecas para así tomar su hombría y llevarla hasta la entrada de Nezuko. La feminidad de la chica está lo suficientemente mojada para que él pueda entrar sin ningún problema.

-¿Lista?

Ella asiente turbada mirándolo con deseo, al parecer ahora está más conciente que nunca.

La besa con dulzor y lentamente va entrando en ella. Nezuko al sentirlo se separa del beso.

-¡Agh! ¡Humm! -Cierra los ojos

Nezuko intenta zafarse del agarre de Zenitsu pero le es imposible. Cuando el rubio va penetrando más a fondo la pelinegra se queja con verdadero suplicio.

-T-tranquila, prometo que en unos instantes no dolerá más...

La voz se le quiebra por el regocijo ostensible que vive.

Cuando se encuentra totalmente dentro besa su frente. Le especula el rostro mientras comienza a moverse, realiza las embestidas lentas debido que puede ver el tormento de las expresiones de Nezuko. Después de unos momentos la chica empieza a gemir y por ello este hace sus acometidas más rápidas, fuertes y profundas provocando que la joven ahora suelte un gemido lleno de placer, un quejido extremadamente erótico para el buen oído de Zenitsu.

-N-nezuko...

-Agh...

La pelinegra empieza a mover su cadera de manera gratificante, este gustoso se apega más al cuerpo de su amada y sobre su oído empieza a jadear y gemir al igual que Nezuko en el oído de él. Eso enciende más el deseo de Zenitsu. Saber que está tocando, besando, haciendo suyo el cuerpo de la mujer que le gusta y que algún día va a hacer su esposa lo hace feliz.

-Ah... Humm... ¡Agh!
-Se queja la pelinegra ladeando la cabeza.

-Tranquila, nos oirán...
-intuye suavemente.

-¡Ugh! ¡Ah!

-Calma, mi Nezuko.

Ella nuevamente intenta salir del agarre. El placer la está volviendo loca, quiere abrazarlo con fuerza y esconder su rostro sobre su pecho para apaciguar su excitación, pero al no poder se aferra con sus piernas abrazándolo desde el torso.

-Se siente bien, ¿cierto?

Nezuko arquea su espalda al sentir el placer más exquisito de la vida. Zenitsu totalmente eufórico le besa el cuello y al darse cuenta que ella ha llegado al límite se le dibuja una pequeña sonrisa de logro. Le parece totalmente maravilloso ver a su amada de esa manera. Ella mueve nuevamente su cadera provocándo que Zenitsu junte sus labios a los de ella en un beso más que erótico para ahogar sus suspiros.

A los cuantos segundos Zenitsu se siente apunto de llegar al clímax, por lo que suelta a Nezuko para salir de ella y venirse fuera sin ningún problema.

El chico resopla totalmente agotado y satisfecho. Nezuko se estremece entre las sábanas y mira a Zenitsu con los ojos más brillantes que nunca.

Él se recuesta a su lado dedicándole una cálida sonrisa mientras cubre a ambos con la sábana.

-Fue increíble... -le suspira entre el cuello-. Te amo, Nezuko...

La de ojos rosados no cavila bien las palabras que el chico le acaba de murmurar "te Amo" es un término desconocido para ella, al menos como demonio.

No lo quiere dejar así y por ello corresponde abrazándolo y escondiendo su cara sobre su pecho.

-Fue mi primera vez y sé que la tuya igual, ¿sabés? me siento afortunado -susurra.

A Nezuko no le quedan energías. Se siente igual de satisfecha, exhausta y le duele un poco el cuerpo por estar en una sola posición todo el acto.

-Me gustas. Eres perfecta, espero y nunca lo olvides.

-Mmm...

-Te quiero, y juro que siempre te lo voy a recordar mientras esté vivo.

Zenitsu toma el rostro de la chica y con el pulgar roza la comisura de sus labios para unirlos a los suyos en un beso lento pero profundo. Este aprovecha para morderle levemente el labio inferior. No la hace sangrar pero le deja una leve marca que, lo más probable es que se desvanezca en unos segundos.

Nezuko no es una experta en el tema o para besar pero, Zenitsu se siente morir con sentirla y saber ella igual lo desea. Tal vez esto sea un comienzo para definir su futuro.

















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