Helery

Todo empezaba a marchar bien; la bruja había desaparecido por completo, Mónica estaba encerrada en un manicomio, nadie le quería creer que una bruja se había apoderado de ella y aunque realmente haya pasado todo eso, solo las mentes más abiertas, podrían darle crédito a lo que ella decía, también, los padres de Carolyn, se habían dado al dolor y habían dejado a su hija irse en paz, Kurt seguía con sus aventuras con novias pasajeras, ya  que según él, aún no había llegado aquella mujer que lo enloquecida a tal punto de quedarse solo con ella.

Todos habían encontrado el lugar que tanto degustaban y es increíble como la vida podía cambiar en un segundo, hace algunos años estaba destrozada por todo lo que había pasado con Lecuim, para ahora me daba cuenta de algo y tal vez lo vuelva a repetir, pero es verdad, hay amores que nacen para quedarse un par de años y luego marcharse, dejándonos una madurez irreconocible, habían otros amores que llegan a nuestra vida para quedarse el resto de esta con nosotros, acompañándonos hasta la vejez y aunque todo duela, así es la vida y nada ni nada la cambiara ¿Tú ya encontraste esos dos amores? Si no es así, procura llevar todo con calma.

—¿En qué tanto piensas? —preguntó Lance acercándose a mi escritorio.

—Pienso en todo lo que nos ha pasado últimamente. —respondí sin levantar mi mirada del computador.

—No deberías matarte la cabeza pensando en eso —propuso—. Recuerda que ya todo eso pasó.

—Lo sé. —dije sin más.

Lance besó mi frente, me dijo cuanto me amaba y luego se marchó a una reunión de negocios, ya que el señor Worthington había aconsejado a Lance, expandir sus vienes hasta otro país. Yo me había quedado con él puesto de Mónica, ayudándole a Lance en todo lo legal y lo financiero, dejando brillar mis dones como empresaria, también quería escribir un libro sobre mi vida, más bien, sería como una biografía, así tendría por siempre un recuerdo de mi gato dulce, de mi candy Cat y más que eso, tendría el cuerdo de mi vida después del amor de un gato.

Las horas seguían pasando y cada vez faltaba menos para volver a casa, pero por alguna extraña razón, empezaba a sentirme mal nuevamente, ya que desde hacía algunos meses atrás, había sentido mareos, vomito y mucho cansancio. Nuevamente me encontraba en el baño vomitando, sintiéndome muy mal, como si cada milésima de mi vida se estuviera yendo en el baño cada vomitaba.

—¿Estás bien? —preguntó una voz masculina tras de mí.

—¡Idiota! Este es el baño de mujeres. —exclamé reconociendo aquella voz.

—Vamos Helery, no será la primera vez que vea una mujer desnuda, además, eres mi amiga y quiero ayudarte. —dijo— ¿Hace cuánto estás así?

—Como uno o dos meses. —respondí sin darle importancia.

—¿Has notado que has subido de peso? —cuestionó mientras acariciaba mi cabello.

—¿He subido de peso? —dudé para luego levantarme y mirarme en el espejo—. Dios ¡Es verdad! Estoy gorda.

—No hermosa, no estás gorda, creo que estabas embarazada.

—¡¿Qué?! 

Mis manos temblaban mientras me encontraba sentada en el baño, esperando a que la prueba diera el resultado, debía ser sincera, me estaba muriendo por dentro mientras miraba con atención como las líneas empezaban a pintarse en aquella misteriosa prueba de embarazo. Una línea roja, dos líneas rojas y un signo positivo en un pequeño agujero cerca de las líneas, mis ojos se abrieron grandemente mientras observaba la prueba, mi mandíbula cayó al suelo y pegué un grito que probablemente se escuchó en toda la empresa, rápidamente Kurt entró para saber lo que estaba pasando.

—Dime. —dijo una vez que entro, rápidamente le entregué la prueba— ¡Estás embarazada! 

—Sí. —susurré sin emoción alguna.

—¿Ocurre algo? —indagó con preocupación—. Creí que estarías feliz.

—Lo estoy, pero tengo miedo que mi hijo no sea de Lance, si no de aquella trágica noche en la que me violaron. —murmuré apunto de quebrarme.

—¡No! No llores. —exclamó Kurt abrazándome fuertemente— no saques conclusiones, verás que todo estará bien.

Abracé a Kurt de vuelta, aferrándome a él como si mi vida dependiera de ello, dándome cuenta de algo más, ahora sabía que no siempre las amistades sinceras venían de una mujer igual que uno, los hombres también podían ser amigos maravillosos, sin envidia, sin rencor, apoyándonos en los momentos más crueles y difíciles, tal cual como lo estaba haciendo Kurt en este momento.

Mis pensamientos negativos fueron desaparecido, prefería atraer todo lo bueno y pensando que realmente este bebé era de Lance y que todo estaría bien. Lance cumplía años el 19 de marzo, así que ese mismo día le daría la noticia, después de todo ¿Qué podría salir mal? Todo lo malo había acabado, así que estaba segura que de ahora en adelante todo marcharía sobre ruedas.

Gracias por leer mis amores
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