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Capítulo Décimo Cuarto

Helery

No diré cómo sucedieron las cosas, porque no lo sé, tampoco diré que fue suerte, porque aunque esta existe, tampoco es tan maravillosa como lo que acababa de suceder, entonces ¿Qué estaba ocurriendo? Realmente no lo sabía, pero de algo estaba segura, una parte de mí me decía a gritos que había recuperado mis poderes, mientras que la otra parte, me decía que si los había recuperado, era porque algo malo iba a pasar y probablemente los iba a necesitar.

En tan solo unos segundos, había acabado con los hombres que estaban atacando a Lance, el cual yacía en el suelo casi inconsciente, lo que me favoreció, ya que así no preguntaría después sobre cómo había acabado con los tipos. Después de todo lo sucedido, ayudé a Lance a subirse a mi auto, para luego empezar a conducir hacia mi casa, donde curaría todas sus heridas y hablaríamos sobre muchas cosas más.

—¿Cómo supiste dónde estaba? —preguntó con voz suave.

—No lo sabía, solo salí a dar una vuelta y te vi. —mentí para no recibir más interrogatorios.

—Eres mi Ángel guardián. —susurró con una sonrisa.

—Y tú un demonio problemático. —dije sin más.

Después de conducir por unos minutos, al fin llegamos a mi casa, así que ayude a Lance a entrar en ella para luego sentarlo en el sofá para ir por un botiquín. Luego de que lo encontré, regresé con Lance y empecé a curar sus heridas, las cuales eran leves, pero estaba segura que dolían más de lo que aparentaban, ya que cada que pasaba el algodón con un poco de alcohol, Lance fruncía su ceño mientras hacía una mueca de dolor.

Después de que terminé de cursar sus heridas, decidí preguntar por la razón que lo había llevado a ese lugar, ya que era uno de los barrios más peligrosos de los Estados Unidos y un hombre como él, solo llamaría la atención de los ladrones, los cuales enloquecerian por sus objetos valiosos y caros. Lance guardó silencio por un momento y tras un suspiro, empezó a contarme todo; las peleas que había tenido con Mónica, la repentina llegada de una mujer la cual no recordaba su nombre y el intento fallido de Mónica por intimar con él.

—Despues de todo eso, realmente no quería regresar a casa. —confesó sobando su frente— vivir con Mónica es un infierno.

—¿Haz pensado en cancelar el compromiso? —pregunté sintiendo cosquillas en mi estómago.

—No, no es algo que se pueda considerar —informó—. Si no me caso con Mónica, la empresa Worthington quedará en quiebra y muchos empleados perderán su trabajo.

Suspiré frustrada mientras me recostaba en el sofá, la situación de Lance era delicada y solo me preguntaba cómo lo podría ayudar, ya que terminar su relación no era una opción. Cerré mis ojos mientras calmaba mis pensamientos, cuando de repente sentí un peso sobre mi cuerpo, rápidamente abrí mis ojos y me encontré con unos ojos color avellana mirándome fijamente.

—Eres tan hermosa. —susurró acercándose a mí.

Lance rápidamente unió sus labios con los míos, haciéndome olvidar todo lo sucedido, estar con él era sencillamente fascinante. El beso cada vez iba más rápido, haciéndonos sentir que la ropa empezaba a estorbar, así que sin pensarlo dos veces, empecé a quitar su corbata, seguido de su camisa y pantalón, él hizo lo mismo conmigo, sin dejar morir el beso que nos envolvía en un momento lujurioso y placentero.

Lance tomó su corbata y la puso sobre mis ojos, tapandome la vista, ahora no sabría lo que sucedería después, haciendo que mi deseo se incrementará. Me recosté completamente en el sofá y jadee al sentir los labios de Lance sobre mi cuello, dando pequeños besos húmedos y mordidas suaves, después lo sentí bajar hacia mis pequeños dejando un camino de besos, su boca fue directamente hacia mi pecho derecho, mientras que su mano acariciaba el izquierdo. Podía sentir su lengua húmeda jugar con mi pezón, mientras chupaba y mordía, no pude evitar gemir al sentir como los pezones se endurecían debido a la sensación de placer.

Después de jugar un poco con mis pechos, bajo hacia mi abdomen, donde dejó un casto beso, luego tomó mis piernas y las puso una a cada lado de sus hombros, para después empezar a lamer mi parte íntima. Podía sentir como su lengua viajaba de un lado a otro sobre mi intimidad, dejándome cegada con el placer que me estaba ofreciendo.

—¿Uno o dos? —preguntó de la nada, sintiendo su aliento chocar contra mí.

—D-dos. —dije sin saber a lo que se refería.

Lance siguió lamiendo mi clitoris, cuando de repente sentí como introdujo dos dedos en mi intimidad sin previo aviso, rápidamente solté un grito de dolor y placer. Éste empezó a moverlos de adentro hacia afuera con brusquedad, mientras mordía y chupaba mi clitoris, haciéndolo volver hinchado y sensible, yo solo podía gemir mientras me aferraba al sofá enterrando las uñas sobre él. Después de unos minutos, pude sentir como mi intimidad empezaba a contraerse, lo que significaba que estaba a punto de venirme, pero antes de que lo hiciera, Lance dejó de penetrarme. Rápidamente fruncí el ceño al no sentirlo cerca de mí, traté de quitarme la corbata de mis ojos, pero Lance tomó mis manos impidiéndome hacerlo y cuando más confundida estaba, Lance me penetró de una sola estocada haciendo que todo su pene entrara en mí de una sola vez.

—¡Ah! —grité mientras mi cuerpo se retorcía.

—Haré que nunca olvides mi nombre Helery. —susurró cerca en mi oído.

Éste empezó a moverse rápidamente haciendo que mi cuerpo se sacudiera de arriba a abajo, mis gemidos estaban combinados con mis sollozos, los cuales venían acompañados de pequeñas lágrimas que eran secadas por la corbata. Lance sostenía mis manos arriba de mi cabeza, mientras me hacía suya, mi cuerpo se veía indefenso ante sus estocadas fuertes y precisas. Lance quitó la corbata que cubría mis ojos, pero yo seguía con estos cerrados, tratando de aguantar lo más que pudiera.

—¡Mírame! —exclamó en un susurro.

Rápidamente abrí mis ojos y lo miré fijamente, su frente tenía pequeñas gotas de sudor, sus ojos se habían vuelto casi negros de la lujuria, mientras que su boca estaba semi abierta soltando pequeños jadeos y aire caliente. Mis ojos estaban llorosos, mis mejillas estaban sonrojadas y mordía levemente mi labio inferior impidiéndome gemir más de la cuenta, aunque realmente era algo inútil. Lance siguió penetrandome con velocidad y fuerza, mi cuerpo se estaba partiendo en mil pedazos, sintiendo que perdía las fuerzas para continuar.

Lance empezó a besarme con brusquedad, mientras liberaba mis manos para tomar mi mentón y profundizar el beso, mi vagina empezó a contraerse seguido de un orgasmo escándaloso, Lancé gimió al sentir como su pene era apretado entre mis paredes, para luego venirse junto a mí. Después de eso, éste salió de mi interior y se dejó caer sobre mí, dejando su cabeza recostada en mi pecho, mientras me abrazaba con suavidad.

—Prometeme una cosa. —susurró aferrándose más a mí.

—¿Qué cosa? —pregunté mientras acariciaba su cabello.

—Que siempre estaremos juntos, sin importar lo que suceda. —murmuró.

—Lo prometo. —respondí sin pensarlo.

—Te quiero mucho, Helery.

—Y yo a ti, Lance.

Capítulo largo porque sí jajaj

Gracias por leer mis amores, nos veremos nuevamente el lunes con una nueva actualización.

El 25 de este mes de Diciembre completo 5 años en la plataforma.

Gracias a todos los que me han apoyado en estos años.

Nos leemos pronto.

Besos de gatito 💜💜😘😘

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