Extra: Broken
No era una sorpresa que su memoria fallara de vez en cuando pues siempre, al menos después de conjurar su gran hechizo, su memoria había perdido la agilidad que alguna vez tuvo.
Nunca pensó que olvidar detalles tan insignificantes, como si había desayunado o si ya había lavado su cabello, fueran de gran importancia. Aún así, sabía que no era del todo normal no ser capaz de retener tan básica información en su memoria.
Sin embargo, aquel día lo ultimo que necesitaba era una mente entorpecida.
Mientras buscaba, en realidad no estaba muy segura de que, la habitación se convertía en un desastre similar al de los cajones en la sala de estar o las cajas en el sótano comunitario.
No estaba del todo segura si se trataba de una libreta con las coordenadas escritas, un mapa que marcara su siguiente destino o un post-it con alguna desordenada anotación que le diera su anhelada respuesta.
Aun así, algo deseaba encontrar.
-Deberías pedirle ayuda a Hisirdoux.-dijo Lilith mientras la observaba buscando entre el desorden.
-¿Y preocuparlo?- preguntó Peggy.-No gracias.-
Lilith gruñó con fastidio, acercándose a su familiar para poder hablar de una manera más fluida y evitar ser ignorada.
-La comunicación es esencial para asegurar el éxito en una relación.- dijo Lilith.
Peggy arqueó una ceja.
-¿Y tu que sabes de relaciones exitosas?- preguntó con un tono burlesco.
-Más que tu - respondió Lilith.- eso es obvio.
Peggy gruñó por lo bajo. Aun así, supuso que su familiar tenia la razón.
Resignada, dejó su desorden de lado, prometiéndose a si misma que luego volvería a ordenar todo, y caminó por el departamento hasta el pequeño comedor, donde estaba Douxie.
El pelinegro estaba sentado en una de las sillas del comedor, con Joy en sus brazos, mientras resolvían uno de los cientos de puzzles infantiles que habían adquirido. Era extraño, pero verlo, sosteniendo a su hijo, causaba que la castaña sintiera mariposas en el estomago. Aun así, no dejaba de ser una sensación agradable.
La bruja se sentó al lado contrario, observándoles con adoracion.
-Necesito ayuda.- dijo ella después de unos segundos.
Douxie sonrió, pero no volteó a verla.
-¿Tu, que?- preguntó, con una mezcla de burla y asombro en su voz.
La castaña rodó los ojos, sabiendo que había vencido su orgullo, aceptando pedir ayuda, y había recibido una burla inofensiva a cambio.
-No logro encontrar algo.- continuó ella, dejando cualquier broma de lado.-Algo que le prometí a Nari.-
El peli negro, quien ahora le prestaba toda su atención, de pronto sentía que ya no había espacio para bromear.
-¿Y que podría ser eso que no encuentras?- preguntó él.
Sabía lo que buscaba y sabía, o creía saber, donde buscarlo.
Era extraño pues, aún cuando su hechizo de memoria estaba roto, este singular recuerdo parecía no haber vuelto como todos los demás lo hicieron.
-Un libro.- respondió Peggy.- Un libro corrompido por Magia Prohibida.-
Hacia algunos días Nari le había visitado con el simple propósito de comunicarle que deseaba los conjuros de magia prohibida que Peggy había usado hacía tantos años. La semidiosa aseguraba que los dioses, al enterarse, habían ordenado que la bruja entregará sus hechizos prohibidos a menos que quisiera ser condenada por la eternidad.
Obviamente, Peggy no deseaba eso, así que había pasado los últimos dos días buscando hasta el cansancio aquel libro. Y su tiempo se agotaba.
-Creí que ese hechizo lo conocías desde antes de llegar a Camelot.- dijo Douxie.
-Es decir, si, lo había hecho algunas veces.- respondió ella.-Pero lo modifiqué un poco con ayuda de uno de los libros que Zoe me dio.-
Douxie asintió.
-¿Y crees saber dónde está?- preguntó el peli negro.
Lilith saltó a la mesa, logrando que esta tambaleara ante su peso, sacando una sonora carcajada de parte de Joy.
-Yo se donde está.- dijo Lilith.
Peggy frunció el ceño con irritación. Había pasado los últimos días buscando aquel libro, Lilith la había acompañado, y ahora decía saber dónde estaba.
-¿Y por qué no dijiste nada?- preguntó la castaña.
-Porque está en España.- respondió la felina.- No hubieras querido ir allá tu sola ¿O si?-
Un escalofrío recorrió si cuerpo.
No.
Era cierto que no quería volver a España, menos si era ir sola.
-No... - dijo ella, sus palabras no pasaron de ser más que un susurro.-¿Irías conmigo, Douxie?- preguntó con ojos brillantes y llenos de un nuevo ánimo.
Douxie sonrió e hizo un ademán con la cabeza.
-Claro que sí, amor mío.- exclamó el peli negro.- Pero ¿Que hay de Joy?-
El bebé, quien aún sostenía las enormes piezas del puzzle y se entretenía por sí mismo, soltó otra risilla al ver como Lilith se transformaba en un ratón frente a él.
-Llamaré a Marius.- respondió la castaña.
Peggy se levantó y tomó a Joy de los brazos de Douxie, mientras este iba y preparaba una pequeña maleta para el niño.
Mientras Peggy esperaba a que Marius respondiera, el niño en sus brazos intentaba tirar de su cabello y sollozaba cada vez que su madre se lo impedía.
El teléfono fue, al fin, respondido.
-Margaret.- se quejó Marius del otro lado.- ¿Por qué llamas tan temprano en la mañana?-
La bruja frunció el ceño ante tan mezquina respuesta.
-¿Creciste en un establo?- le reprochó.- Se dice 'Buenos días, Madre'... Y, segundo, son las dos de la tarde ¿Aún sigues en la cama?-
Marius se quejó desde la otra línea.
-Dieux, vous avez raison.- dijo después de unos segundos. Dioses, tienes razón.
La bruja rodó los ojos.
-¿Puedes cuidar a Joy unas horas?- preguntó ella al fin.
°°°°
El viaje en el auto había sido suficiente para que el bebé cayera dormido, lo que hacía, de alguna forma, que transportarlo fuera un poco más sencillo.
Cuando llegó a la puerta del departamento de su hijo mayor, este le recibió con poco entusiasmo.
Llevaba una pantalonera floja, una playera de Hora de Aventura demasiado arrugada, su cabello estaba desarreglado y unas oscuras ojeras decoraban su rostro.
-Buenos días, Solecito.- exclamó la castaña con entusiasmo, dándose pasó hacia el departamento.-¿Seguro que puedes cuidarlo? Puedo llamar a Olivia también.-
Marius soltó una risita y señaló a la mesa, donde estaba Olivia con sus codos sobre la mesa, sosteniendo su cabeza con las manos y sus ojos estaban cerrados.
-¿Pues en donde se metieron?- cuestionó Peggy.
-Fuimos a York.- dijo Marius después de un bostezo.- Y después estábamos en... ¿Alemania? No lo sé.-
Peggy soltó un suspiro, pensando que tal vez no era la mejor opción dejar a Joy en casa de Marius, menos cuando los únicos dos adultos sufrían de una resaca y se caían de sueño.
Aún así, supuso que sería mejor que dejarlo con Zoe, no después de la última vez en la que la peli rosada, completamente absorta en sus asuntos, dejó a Joy en el auto por accidente.
Tamopoco pensaba dejarlo con Nomura. Simplemente no era una opción.
-Llamame si necesitas algo.- dijo la castaña al fin, mientras entregaba al niño que dormía tranquilo.-¿Livi, quieres una aspirina?-
La más joven asintió, sin decir ni una palabra y aún con los ojos cerrados.
°°°°
Su portal se había abierto a las afueras de un pequeño poblado y, mientras se adentraban a la pequeña ciudad, con cada paso que daba, ella solo deseaba volver a casa.
No había estado en España desde 1920, era, simplemente, demasiado doloroso siquiera pensarlo.
Incluso ahora, cuando Marius estaba de vuelta, no hubiera pensado en volver a España.
La ciudad había cambiado, obviamente, y el camino se volvía cada vez más difícil de reconocer, obligándoles a pedir instrucciones.
Y, para su sorpresa, muchas personas les advirtieron que aquel lugar que buscaban estaba embrujado y les recomendaban volver por donde habían llegado.
Sin embargo, no fue hasta estar frente a la vieja casa, que pudieron corroborar aquel rumor.
La casa en la que alguna vez había vivido no se veía nada como lo que alguna vez fue. Las paredes se caían, las ventanas estaban rotas y no había ni una sola planta con vida en el jardín.
Y, aún cuando estaban afuera, lograban sentir una pesada energía emerger desde las profundidades de aquel hogar roto.
Lilith fue la primera en adentrarse a la casa, seguida por Douxie, quien sostenía la mano de Peggy.
Sin embargo, esta última se quedó inmóvil frente a la puerta de la entrada, pensando en la ultima vez que había estado ahí.
El lugar se sentía cada vez más triste y la pesada energía le aplastaba el pecho. Así que, muy en contra de sus deseos y alentada por Douxie, dio un paso hacia el frente.
Cada paso la hacia sentir débil y cada cosa en ese lugar, desde los reflejos de la luz hasta la madera gastada del suelo, la devolvían hasta el terrible y ultimo momento en aquella casa.
Volvió su vista hacia las paredes y, podía jurar, que lograba verlas sangrar.
Su vista, sin embargo, se detuvo en una de las habitaciones que cruzaba el pasillo. La puerta vieja estaba entreabierta, dejando ver una cama con una anticuada base de metal oxidado.
Dio un paso hacia adentro de la habitación y la reconoció de inmediato. Era su habitación.
El tiempo, siendo el cruel amigo que era, había deteriorado aquel lugar, dejándolo casi irreconocible a la vista de la bruja.
Su pie tocó algo en su camino que la hizo detenerse, un viejo periódico que no recordaba haber dejado ahí, con la fecha del día siguiente a su partida.
"Jefe militar muere en un incendio" se leía en primera plana.
Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo entero.
Y, al igual que muchos otros, un recuerdo borroso regresó a su memoria: la sensación del frio suelo que tocaba sus piernas, mientras su cabeza estaba recostada a los pies la cama. Su cuerpo a punto de desplomarse. El libro de hechizos estaba cerca de ella, a unos centímetros de distancia, parecía haberse quemado y una extraña energía emanaba de el.
Sin embargo, recordaba no estar sola.
Si, la presencia de Lilith siempre estaba con ella, pero esa vez se había sentido diferente.
De alguna forma, más humana.
-Es por aquí.- indicó Lilith, sacándola de aquel baúl de recuerdos.
La felina les guió hasta la cocina, o lo que alguna vez fue la cocina, la cual estaba destrozada por el tiempo.
Sin embargo, la gata no se detuvo, sino que siguió su elegante andar hasta una puerta trasera que llevaba al invernadero en el patio.
Peggy recordó como ella y Marius habían pasado días consteuyendolo y asegurándose que fuera apto para el uso que la bruja le daría. Sonrió ante aquel buen recuerdo.
-Es aquí.- anunció Lilith al sentarse en el suelo.
Los hechiceros buscaron con la mirada a sus alrededores.
-¿Justo donde estas?- preguntó Peggy al caer en cuenta.
La felina asintió.
-¿Cómo los sabes?- preguntó Douxie.
-Porque yo lo escondí.- respondió Lilith.
Peggy se acercó a Lilith, deseando tomar el libro que tanto había buscado, llevarlo con Nari y olvidarse para siempre del asunto.
Sin embargo, y muy para su sorpresa, Lilith no se movió, sino que soltó un horrible bufido, mostrando sus afilados colmillos hostiles, su pelaje se había erizado y sus grandes pupilas eran ahora tan sólo una delgada línea.
La bruja dio un paso atrás, con el corazón acelerado. Lilith jamás la había tratado así, ni siquiera en sus peores momentos.
-Lilith...- dijo Peggy con el más delgado de los alientos, casi al borde de las lágrimas.
La felina bajó las orejas al oír su nombre ser pronunciado con tanto temor.
-Lo siento, niña.- se disculpó.- Pero la última vez que estuviste cerca de este libro, perdiste el control.- dijo Lilith.-Ambas lo perdimos. No puedo dejar que pase de nuevo.-
Peggy no dijo nada, solo se limitó a sostener sus manos contra su pecho, mientras un sentimiento de culpa la volvía a invadir.
Era cierto que después de matar al hombre causante de la muerte de Marius, Peggy jamás se había sentido culpable al respecto.
A veces solía asustarle lo natural que aquel recuerdo le parecía y, sobre todo, lo correctas que sus acciones se habían sentido.
Sin una pizca de pesar en su corazón.
Ahora, sin embargo, si lograba sentir la culpa y el peso de sus acciones. Tal vez se debía a que Marius estaba de vuelta o, probablemente, simplemente era la horrible magia que esa casa vieja emanaba lo que la hacía sentir tan vulnerable.
No lo sabía y tampoco lograba entenderlo.
Las lágrimas amenazaban en caer por sus mejillas, eran oscuras como las sombras y estaban llenas de magia, como solía ocurrir cuando sus emociones negativas solían salir de control.
El nudo en su garganta también crecía, bloqueaba sus palabras y la dejaba sin voz.
Hasta que sintió el abrazo de Douxie, quien la rodeo por detrás. Y, fue entonces, que pudo llorar con tranquilidad, aún con el pesar quebrando su corazón.
Lilith anunció que sería Nari quién los encontraría y, después de algunas horas, así fue.
La semidiosa había llegado, su sola presencia había hecho que las flores crecieran al rededor de la casa, brindándole un poco de fecilidad a aquella abandonada morada rota.
Sin embargo, no venía sola, sino que con ella llegaron Haru y Adara, acompañadas de una densa niebla que las ocultaba de los ojos ajenos.
Lilith hizo una reverencia a ambas después de que Nari saludara a sus amigos hechiceros. Haru, por otro lado, se dispuso a sus asuntos.
La diosa tomó el libro entre sus manos, aún parecía estar quemado por el fuego y una oscura aura lo rodeaba.
-Y una vez más los dioses te perdonan- dijo Haru sin voltear a verla.
-Haru.- habló Adara.- Se amable.-
Haru soltó un quejido.
-No tengo por qué.- respondió mezquina.
La diosa de los Bosques ofreció el libro a Adara, quien lo tomó con delicadeza, y atentaron a irse.
-¿Qué harán con el libro?- preguntó Peggy.
Haru arqueó una ceja al dedicarle su atención.
-Ya no debes preocuparte por eso, bruja.- respondió Adara.-Solo debes saber que no volverá a estar al alcance de los humanos.-
Sin decir otra palabra, ambas diosas desaparecieron entre la neblina, la cual se dispersó segundos después.
Los hechiceros se quedaron de pie en sus lugares, sintiendo que ahora debían dormir por horas.
-¿Vamos a casa?- preguntó Douxie, extendiendo su mano hacia ella.
Peggy lo observó y sonrió, sintiendo como todos sus males desaparecían con rapidez.
-Si.- respondió simple y tomó la mano de Douxie, quien las guió fuera de aquel terrible lugar.
Antes de salir, Peggy dio un último vistazo a las paredes del pasillo. Aún sangraban... Tal vez, algún día, dejarían de hacerlo, pero ella no iba a volver para averiguarlo.
✨✨✨
No lograba conciliar el sueño y sabía que lo resentiria por la mañana. Lilith no había hablado desde que volvieron a Arcadia y eso la desconcertaba.
Ni siquiera había hablado cuando Marius y Olivia llegaron a cenar, contando todo sobre su visita a York y lo increíble que está había sido, describiendo a intenso detalle la antigua casa, abierta al público, que habían ido a ver.
-¡Me sentía como Elizabeth Bennet visitando Pemberley!- había dicho Olivia.
Peggy estaba segura que Lilith tenía mucho que decir en contra de la romantizacion del siglo XIX. Y, aún asi, no había dicho palabra alguna.
Sin hacer muchos movimientos y, con cuidado de no despertar a Douxie o a Archie, este último habiendo pasado su día con Marius y Olivia mientras estos cuidaban a Joy, y caminó hasta la habitación del bebé.
Ahí la encontró recostada sobre varios cojines en el suelo, bajo la luz de la luna que entraba por la ventana y le devolvía ese brillo celestial que le pertenecía.
La felina la sintió entrar, sus orejas se movieron con rapidez ante el sonido de sus pasos cautelosos.
Peggy se sentó en la mesedora que estaba junto a la cuna y no dijo nada.
No porque no quisiera, simplemente no lograba encontrar las palabras correctas.
-Lamento haberte gruñido.- dijo Lilith, ganando la palabra.
Peggy sonrió y se levantó de su lugar, solo para caminar hacia Lilith y recostarse a su lado. La felina comenzó a ronronear de inmediato.
-Está bien.- dijo Peggy con tranquilidad.
Ninguna de las dos dijo otra palabra y solo se dedicaron a guardar silencio, cayendo con delicadeza en los brazos de Morfeo.
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Ohh hola, tanto tiempo🤧💕
No miento, me tomó mes y medio terminar este capitulo oh por dios😭🙂 y ni siquiera es tan largo xd
Como sea, aquí esta su capitulo tenso con final feliz awww✨💕
Marius y Olivia (LaChicaEterea) hacen una aparición.
Si, están crudos y que? 😭
Si, fueron a York a ver la casa de Bernie (obviamente ellos no saben quien es Bernie ni su grado de importancia)
Lo sabrán en el futuro? No se
Escribiré su día siendo niñeros? Tampoco lo sé jsjs lo más probable es que si y será ✨un desastre✨
Lo que sí se es que el 4 de octubre es el cumpleaños de la Margarita y habrá un especial de cumpleaños pa ella uwu
Como sea les tqm baiiiiii💕
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