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Capítulo XXIII

Hello there! Acá otro capítulo ya saben que esta novela está lista porque es una novela original, así que por eso publico más seguido de repente cuando los voy adaptando.

La enfermedad que se refleja en el personaje de Obi- Wan es el trastorno por estrés post traumático, lo hice leve comparado con lo que es en la realidad algunas veces.

Recuerden dejar comentarios y votar por favor, me ayudan bastante. 

Clovis no tardó en descubrir que Satine solía salir todas las mañanas a pasear al parque con su hija. 

No había nada malo desde luego con eso, pero Kenobi enloquecería si sabía que ella salía a escondidas.

Sujetos en su condición no tardaban en enloquecer debido a eso.

Tomó fotos de ella paseando en el parque, y le pagó a algunas personas para que hablaran con ella.

Eran personas de las que nadie sospecharía, una mujer que paseaba con su perro y se acercó a la niña. Un hombre que leía el periódico y le comentaba alguna alguna noticia, y sin que ella se diera cuenta, posaban de manera sospechosa para la foto que tomaba un fotógrafo privado.

Uno de ellos incluso apunto a Satine con un arma falsa sin que ella lo notara, solo para la fotografía. 

Fotografías así enloquecerían más a Kenobi.

Clovis se sentía enfermo de saber que Skywalker y su familia estaban bien, Padmé no merecía ser feliz, esa zorra no merecía ser feliz. 

Clovis miraba a los hijos de Skywalker y Padmé, Leia era su hija, su hija y sin embargo Leia amaba a Skywalker. No era justo, Skywalker le había quitado todo, incluso su derecho a caminar libre sin que quisieran encarcelarlo. Él había tenido que morir para seguir siendo libre nuevamente y aún así no era libre del todo.

Skywalker no había muerto en la guerra, la inútil de Teckla no fue capaz de quedarse con la custodia de Luke Skywalker, nada le salía bien, pero usar a Kenobi, le saldría bien.

Si Skywalker era demasiado fuerte para jugar con él, entonces el jugaría de forma indirecta, lo que fuera que lo hiciera sufrir estaría bien.

Matar a Shmi Skywalker sería fácil, pero por alguna razón Lord Sidious se lo había prohibido, al igual que le había prohibido hacerle daño directo a Padmé.

¿Acaso el cobarde de Lord Sidious le tenía miedo a Skywalker y Padmé? Si, ellos habían casi ganado la guerra solos, pero ¿Podía un hombre como Sidious temerle a ellos?

No era algo que sonara lógico y al menos la familia de Padmé opinaba lo mismo que él. Al menos la familia de Padmé lo apoyarían de forma incondicional. Algo que sin duda él agradecía.

Una semana después de eso, mientras Satine estaba en el parque sola porque Ayra estaba con Ahsoka dado a que Ahsoka disfrutaba de pasar tiempo con ella y su hija en la sala cuna del hospital, Obi- Wan caminaba molesto hacia el parque.

Obi- Wan encontró a su esposa acariciando a un perrito abandonado y cuando ella se puso de pie y lo vio se congeló.

- Amor- dijo ella abrazándolo inmediatamente- ¿Viniste a dar una vuelta? ¿Quieres que vayamos al lago?- preguntó ella intentando contagiarlo de un poco de alegría aunque su mirada molesta le decía que él no había ido a pasear.

Él la tomó fuertemente del brazo, disimulando para que los demás no lo vieran, y le mostró las fotografías que habían enviado a su celular.

- ¿Te parece bien? Mira, todas esas personas, el peligro en que te pusiste ¿No ves como te amenazan? ¿Ves esa arma? ¿Y si el maniaco te hubiera  disparado? ¿Habrías dejado a Ayra sola?- preguntó él.

Ella estaba conmocionada mirando las fotografías. ¿Quién le había tomado esas fotografías?

- ¿Contrataste un detective privado?- preguntó ella horrorizada- ¿Para qué me vigile? - preguntó tan molesta porque él la había estado espiando que ni siquiera se preguntó por qué un sujeto la amenazaba con un arma en la fotografía.

-Claro que no, pero alguien me envio esto ¿No te das cuenta? Lo hicieron para amenazarme, para decirme que te vigilan- dijo el mostrando el mensaje- ¿No te das cuenta que tenía razón? No estás segura, lo siento, pero no me dejas otra opción, no saldrás más de casa- dijo él y ella lo miró asustada.

- ¿De qué hablas? ¿Te volviste loco?- preguntó ella y él la apretó con fuerza.

- Tal vez lo esté- dijo Obi- Wan arrastrándola disimuladamente hacia el automovil para que la gente no notara que estaban forcejeando.

- Obi- Wan, no me encerrarás en casa, no sé que demonios estás pensando, pero esto tiene que parar- dijo Satine mirándolo a los ojos cuando él la obligó a entrar al asiento del copiloto.

- Te dejaré allí y allí te quedarás- dijo él seriamente.

- Ahsoka ya vio los morados en mis muñecas ¿Crees que no sospecharán?- preguntó ella intentando hacerlo entrar en razón.

- No estarían allí si no lucharas contra mi- dijo él molesto sin entender lo que pasaba- ¿Acaso no lo entiendes? Yo puedo protegerte, pelee en la guerra, vi gente morir, no estás a salvo, mira estas fotografías, no lo estás, no entiendo como fuiste tan irresponsable, podría haberles pasado algo- dijo Obi- Wan y Satine comenzó a sacar su teléfono rápidamente.

Necesitaba llamar a Padmé, Obi- Wan no haría nada loco si Padmé estaba allí, o Anakin, quien fuera, sentía que ahora si necesitaba ayuda. 

Sin embargo, su esposo era un militar estratega que había peleado en la guerra, claro que lo notaría.

Él le quitó el teléfono y lo apagó guardándolo en el bolsillo.

Ella sintió lágrimas en sus ojos, pero se negó a llorar. No quería llorar, porque no podía rendirse.

No quería aceptar que Obi- Wan estaba mal, no quería aceptarlo, porque no sabía que hacer.

¿A ella le ocurriría lo mismo que a Shmi? No, eso no pasaría, no podía. No podía ser que su matrimonio se destruyera así.

¿Cómo él tenía esas fotografías?

Satine entró a la casa cuando él se lo indicó y se sentó molesta en el sofá para conversar con él, no era la primera vez que pasaba algo así, pero fue la primera vez que el tomó todas las llaves de la casa, y que le quitó su teléfono.

Ella se quedó allí evitando llorar y lo vio salir por la puerta. Él había dicho que iría por Ayra. 

Satine no sabía que hacer, estaba encerrada en su casa, sin comunicación, sin nadie que la ayudara.

¿Cómo había terminado así?

Eso no podía empeorar, no podía. No le pasaría lo que le había pasado a Shmi.

No podía.

Ahogó un sollozo y decidió que no lloraría, no quería porque hacerlo, sería aceptarlo y ella no quería aceptarlo.

Obi- Wan fue por Ayra y Ahsoka se la entregó alegremente. Ahsoka pensó comentarle lo del examen de Satine, porque ella no había llegado a la cita médica, pero él ya se había ido cuando ella salió con la carpeta.

Ahsoka se encogió de hombros y fue a buscar a Rex para que junto con su hija se fueran a casa.

Anakin y Padmé estaban con Shmi que ya había sido operada pues el donante apareció rápidamente y ellos tenían el dinero para pagar la operación por suerte, ahora Shmi se recuperaba en el hospital, y Luke y Leia la visitaban constantemente.

Ella se recuperaba rápido y eso los hacía felices, porque por un minuto habían pensado que ella no lo lograría.

Sin embargo, Shmi era fuerte, y era como si ella tuviera una motivación extra para lograrlo. 

Shmi era fuerte, la mujer más fuerte que Anakin y Padme habían conocido, y ahora ella tenía otro motivo para seguir viviendo.

Qui- Gon jamás habría abandonado a Obi- Wan y Satine, y ahora ellos también la necesitaban.

Satine abrazó a Ayra cuando llegó a casa, y a pesar de que Obi- Wan parecía de buen humor y quería hablar y cenar todos juntos, ella le cerró la puerta de la habitación en la cara y él se resignó a dormir en el sofá.

Obi- Wan no comprendía como era que Satine no quería entender que eso era por su bien.

¿Acaso no se daba cuenta de lo peligroso que era para ella salir a la calle y abandonar la seguridad de su hogar? Podían dispararle, ya lo había visto en esa fotografía, seguramente eran separatistas que estaban tras de ella y querían hacerle daño a ella y a su hija.

Pero él no lo permitiría, nadie le haría daño a su familia, por eso él las protegería. Satine tal vez estaba molesta porque él la dejaba allí encerrada, pero no había otra manera de protegerla, tarde o temprano ella lo comprendería, y él podría protegerlas tranquilamente.





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