⋮ ࿔›𝓔ᡣ𝓷 𝓢♱𝓵𝓮𝓷𝓬𝓲𝓸๋࣭ ࿐ :・゚
⁺‧𝟐𝟎𝟏𝟗₊˚ ཐི⋆5 𝖆ñ𝖔𝖘 𝖆𝖙𝖗á𝖘⋆ཋྀ ˚₊‧⁺
—Erick, ya. —extendí mi mano y antes de llegar a la suya la corrió fugazmente, regalándome una mirada amenazante, con un zic zac en sus ojos volvió a recordarme que no estábamos solos.
Suspiré y miré a mi costado, desviando la mirada a las demás personas del equipo que caminábamos hasta la salida del hotel, iríamos a hacer promo todo el día, de aquí para allá, completamente agotador.
—No había necesidad... —dije y Erick se volteó a verme ya en la ban para ir a nuestro primer destino, sentados juntos al fondo.
—Perdón, pero sabes lo que pienso de que los demás nos puedan ver, aunque sean del equipo —habló sólo para mí, asentí y tomé su mano. Me sonrió.
—Lo sé. Tampoco está bien que de la nada haya contacto cero entre nosotros frente a quien sea, después de todo, se supone que somos buenos amigos. —aclaré. Entendía su miedo porque nos descubran, mas, el llegar a que no haya ni una milésima de afecto entre nosotros sería un cambio brusco para el público considerando que en este momento éramos la "Amistad" más fuerte de CNCO.
—Lo siento, Chris. —miró a los lados, seguro del alredor se inclinó y dejó un besito en mis labios.
A veces las cosas eran así de sencillas, un torpe malentendido, un corto mal momento y las cosas seguían sin más rodeos, pero en otras ocasiones estas disputas se volvían tema serio y doloroso entre nosotros:
—¿A dónde vas?
—A mí cuarto, ¿Dónde más? —perplejo, sumamente molesto veía cómo Erick recogía sus ropas ahora colgando en su brazo —. Ni una palabra de esto, tú y yo nunca fuimos nada. —apuntó enojado, bufeó y guardó su celular en su bolsillo dispuesto a marchar —. Sabía que esto era un error. Míranos, Christopher, esto no es nada dulce ni nada romántico, no es amor andar a escondidas todo el tiempo. No puedo con esto, tú tampoco, no quieras mentirme.
—¿¡De qué hablas!? Erick, con qué cara dices eso sabiendo que tú eres quien más horrorizado está de la idea de que te de un simple abrazo frente al mundo, ¿No te causa nada reclamarme así? Tú sabes que yo no tengo problema en enseñarme, en mostrar mi amor por ti, tú eres el que se averguenza de esto. —reclamé ofendido, su expresión cambió de pronto, mordió su labio inferior sin apartarme la mirada sin decír nada.
—¿Y qué esperas, eh?¿Quiéres que vayamos de melosos por ahí, Christopher? Esto no es cosa tuya y mía solamente, nosotros nos revolcamos, claro, pero no somos los únicos en CNCO para andar expresándonos así, los chicos no tienen por qué pagar por lo nuestro.
—¿Revolcarmos? —repetí disgustado. Llevó una mano a su frente negando, suspiró.
—No es lo que quise decír, no... sabes que no hacemos eso, Chris.
—Tienes razón, Erick, solamente nos revolcamos así que no hay razón para hablar de amor entre nosotros, ¿Por qué tanto drama, entonces? Qué importa si nos ve la gente o no dándonos un abrazo si no hay nada más que eso, eh.
—Christoph-
—Nada, no te atrevas. Vete ahora si esto tanto mal te hace, estas "Revolcadas".
—Por dios, Christopher. Te dije que no quise decír eso. Lo siento.
—Es lo que sientes, no tienes por qué mentír más, yo tampoco siento nada si oír eso te saca peso. —negó indiferente, harto.
—No tiene caso intentar hablar contigo, ¿Sabes? —caminó a la entrada —. Buenas noches.
Y se fue, sin más.
—Es un... —bufeé, rendido —. Dios, ¿Por qué tan soberbio, tanto asco le doy? —me dejé caer en la cama. Estiré mi mano a mi teléfono y divicé en la esquina de mi habitación un zapato de Erick —. Ilúminame o elimíname...
Caminaba por el pasillo buscando la habitación de Erick, una vez que la hallé golpeé exhausto.
—Genial. ¿Ahora qué? —alcé su zapato como respuesta —. Oh... —soltó una risa tímida, no pude evitar esbozar una sonrisa. Es un idiota, claro, pero no puedo negarme a Erick, por más enojo que tenga siempre caeré ante él.
Nos miramos silenciosos, pensativos.
Suspiré y me adentré a su cuarto, cerré la puerta detrás de mí y se relajó en la pared. Lentamente alcé mis manos a su cintura, frente a frente, acerqué nuestros labios y nos besamos despacio con delicadeza y dulzura.
Nos alejamos y me miró sonriente de extremo a extremo, lo miré sin decír nada y levantó su mano a mi mejilla dejando suaves caricias.
—Te adoro, mí Chris.
Dejó un beso en mi mejilla y caí embobado, lo alcé y lo llevé a la cama, lo dejé caer y comencé a hacerle cosquillas y besarlo con euforia por diferentes partes mientras él carcajeaba.
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