ಇ. 𝓔⋮𝓽é𝓻𝓮𝓸.+ ⟢
⁺‧𝟐𝟎𝟏𝟗₊˚ ཐི⋆5 𝖆ñ𝖔𝖘 𝖆𝖙𝖗á𝖘⋆ཋྀ ˚₊‧⁺
Después de aquel día, todo era cada vez mejor.
Con Erick se aprovechaba cada momento a solas para amarnos con locura. En sus ojos podía verlo todo, mi cielo eterno, mi estrella soñada.
Las habitaciones rentadas para Erick no eran más que una excusa. Sus llaves eran tan inútiles ya que a cada hora, a cada minuto estaba a solas conmigo, enredándonos en mí habitación.
Procurábamos ser cuidados en público y frente a los demás en general. Erick siempre fue de estar conmigo, pero ahora, era de saber que algo pasaba porque dónde él estaba, yo estaba. En las historias de instagram mías vivía la cara de Erick y en las suyas mi rostro.
Los chicos nos miraban sospechosos y de a ratos nos pegaban algún que otro susto pero siempre terminaban por decír que era una broma y que solamente se veía que éramos hermanos ya, ¿Hermanos? Sí... claro.
—¿Pedimos helado? —levantó su cabeza para mirarme, bajé un poco mi mentón para verlo yo también.
Ladeó su cabeza y llevé mi mano a su mejilla para acariciarlo.
—Claro. —estiré mi mano hasta mi teléfono sobre la mesa de luz y llamé a la recepción.
—Vainilla, Frutilla y... —contó Erick los gustos para el cuarto. Me miró pensativo.
—Chocolate o americana?
—Mmm... chocolate. —decidió emocionado, friccionó las palmas de sus manos con una sonrisa malévola. Reí.
—Hola, quería un cuarto de helado. Sí, a la habitación 43 del segundo piso. Chocolate, frutilla y vainilla. Gracias a usted, buenas noches.
—Huujujuju —rió malvadamente.
—Tú ere un loqui, loqui, loquiiitoo —lo atraje hacia mí con un brazo alredor de su cuello y besé su mejilla, carcajeó.
—Qué lindo, no? Un heladito juntos, tapados por el frío, así calentitos. —jugueteó con sus pies reí y lo abracé.
—Todo es lindo contigo. —besé su mejilla, dulcemente acaricé su cabello al verlo sonrojar.
—Eres lindo, Christopher... mucho. —se acurrucucó en mí.
—Tú me ganas.
Continuamos mirando un video en su netbook abrazados hasta que llamaron a la puerta, recogimos el helado y seguimos con lo nuestro, era todo tan tranquilo y cómo con Erick, mirarlo era simplemente lo mejor de esta vida. Todavía mejor era que esos ojos verdes me mirasen y se achinaran con la sonrisa más bella sobre esta tierra, estaba loco por Erick, sabía que no era lo ideal este amor, menos esta relación pero cualquiera en mi lugar se perdería en ese universo que hay en él, todos perderían con un sólo roce de la yema de sus dedos.
Una hora después nos acomodamos ambos debajo de las sábanas y prendimos la televisión para poner algo de fondo.
Lo rodeé en un abrazo y me miró con cariño, aún no me acostumbraba a estas muestras de cariño tan delicadas y reconfortantes, íbamos un mes así.
—Te quiero, Christopherluchi. —reí.
—Te quiero mucho más, chamaquito. —besé su frente y nos acomodamos para descansar.
Las noches eran un ensueño estos días, puramente amor y compañía.
En medio de la noche nos solíamos mover mucho y terminábamos despatarrados fuera de los brazos del otro mas cuando nos despertabamos un segundo o en medio de los sueños sentíamos aquella lejanía volvíamos a abrazarnos con cariño.
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