Estaba amaneciendo en la casa Kim luego de pasar juntos toda la noche, la joven le había pedido ayuda a una de sus amigas para que cuidara de su abuela mientras ella tomaba libre para estar con él, estaban sobre la gran cama, cubiertos hasta un poco abajo de la cintura por la sábana, aunque Taehyung estaba más sentado apoyado sobre el respaldo de la cama que Hansen que seguía refugiada en su pecho sonriente y hablando de muchas cosas, parecían tan felices en esa mañana, era como si estuvieran hechos para amanecer así siempre.

─ ¿Desde cuándo espías a la ciudad? ─ preguntó Hansen pensando en lo mucho que el rubio pudo ver y quizá algunas cosas no muy gratas.

─ Hace un par de años, no podría decir que es la ciudad en sí, aunque tengo acceso hay lugares que no me dan curiosidad y no me provocan interés alguno, al principio fue una necesidad porque quería saber cómo era todo afuera y salir en la camioneta una vez al mes no sería suficiente para saber ─ respondió el joven mientras acariciaba el brazo de su novia.

─ hiciste imágenes de mis amigos con mucha fidelidad, también mía y eso me hace pensar que nos estuviste espiando más tiempo del que pienso, ¿acaso me equivoco? ─ volvió a cuestionar Hansen que ahora sentía mucha curiosidad.

─ La verdad no es espiarlos, más bien es que en una película vi como un grupo de amigos se iban a una excursión en la que todos se divertían y me dio mucha envidia porque yo no puedo hacerlo, entonces pensé en saber si esos grupos de amigos así existían en esta ciudad y fue así que se me ocurrió intervenir las cámaras para conocer más el entorno porque en los paseos en coche nunca vi nada igual ─ explicaba el rubio recordando cada detalle de lo que había hecho tiempo atrás.

─ Es que todo esto del encierro debe ser algo tan difícil que por más que yo trato de ponerme en tu lugar no hay forma de que yo sienta lo mismo o que tenga la idea de lo que pasas, es algo que no puedo ni siquiera imaginar ─ expresó Hansen que de verdad no sabía cómo darse a entender, porque como lo había dicho, era un sentimiento muy complicado para que las personas lo comprendan.

─ No quiero que conozcas ese sentimiento, la verdad es algo que no debería sentir nadie pero ahora ya no tiene importancia, solo sé que en mi búsqueda de un grupo de amigos me encontré contigo y tus amigos, eran geniales y por eso los adopte para mi proyecto y luego estabas tú, hermosa y luchadora, me impresionaba como cada día luchabas por encontrar la mejor forma de sacar adelante a tu abuela ─ insistió Taehyung que seguía creyendo que ella es lo más bello que la vida le pudo dar, era la manera más bonita que el destino tuvo para decirle que vivir era hermoso.

─ Te llevaré a la costa, te lo prometo, en un momento en el que sea prudente voy a llevarte y entonces conocerás cómo huele el mar, como se siente la arena bajo tus pies y tocar el agua, quiero ver tu sonrisa cuando estés ahí, cuando tu cabello este mojado y juegues y rías porque sentirás lo que es la verdadera felicidad ─ aquellas palabras eran tan agradables como la mejor de las poesías, algo que en sus mentes deseaban que fuera profético pero que estaba difícil de volver realidad porque no era solo lo que uno anhela en la vida, también lo que se nos ha preparado.

─ Te esperé por tanto tiempo y llegaste en el momento en que las cosas se estaban poniendo peor para alegrar mis días, si no llego a conocer el mar, quiero que sepas que conocí la verdadera felicidad contigo, ahora eres eso que me hace sonreír con plenitud, me has enseñado tanto que no sabría cómo agradecerte, quiero que me recuerdes siendo feliz y que nunca olvides que tú eras el motivo de mi felicidad ─ Taehyung tomó delicadamente el mentón de Hansen para que esta lo viera, tenía una sonrisa tan amable que removió cada fibra del cuerpo de la chica, él definitivamente estaba sintiendo lo que estaba diciendo.

Pronto se pusieron en pie para empezar con su día, era pasar el mayor tiempo juntos y Hansen había pedido sus vacaciones adelantadas para poder pasar tiempo con Taehyung sin que esto afectara su trabajo, ella como siempre estaba pensando en lo que prepararía para que comieran, mientras que él se dispuso poner el alimento de Tan, por un momento la joven pensó que sería hermoso una vida juntos, ambos se entendían y se amaban pero nada estaba escrito en piedra y menos para esa pareja.

Pero ese bonito hogar era revisado por los mayores Kim y en esta ocasión Namjoon que estaba al otro lado del monitor, por un momento pensó que no estaba bien robarle la privacidad a su joven sobrino porque estaba viviendo una aventura que lo hacía feliz, pero era suya, algo que tenía que vivir el solo y que al final nadie sabía si eso sería lo último que le iba quedar, si no habría mañana para él porque la situación se estaba poniendo demasiado grave, ¿era acaso que esta era la señal que necesitaba para darle un poco de lo que siempre había anhelado?

Namjoon pensó que era el momento de hablar con su hermano porque su mente se estaba volviendo una revolución, sus ideas lo estaban consumiendo pero era necesario hablar con más calma y tener otra opinión respecto a lo que estaba pensando, sentía esa necesidad inmensa de hacer algo que le hiciera tan feliz que no pensara al menos por un momento en que su vida corría peligro, que le hiciera olvidar lo que tanto daño le estaba haciendo y aunque para eso tendría que correr riesgos, quería intentarlo, porque al final del día solo eso le quedaría en el peor de los casos.