13
El día de trabajo de Hansen había sido pesado, pero sabía que vería al amor de su vida después y eso le daba fuerzas para seguir, esperaba que el episodio del día anterior por fin hubiera pasado para Taehyung o que al menos fuera más abierto y pudiera expresar lo que siente, así terminó sus labores, cansada de ir y venir, tomó algunos alimentos y pasó a pagarlos a la caja antes de retirarse y salió, solía caminar por la calle para despejar su mente, esa soledad le daba el espacio para disfrutar de la tarde, la brisa y el sol suave.
Al llegar a la puerta digitó la contraseña como siempre pero esta vez la puerta no se abrió, lo intentó de nuevo pero fue igual, levantó la mirada hasta la cámara, sabía que él la estaba observando ─ No hagas esto Taehyung, podemos hablarlo, por favor no me hagas esto, sabes que todo estará bien, por favor déjame entrar ─ suplicó la joven desde afuera.
Adentro todo estaba oscuro, no había corrido las cortinas y Taehyung estaba frente al monitor viendo la imagen de la chica que amaba, su rostro estaba húmedo por las lágrimas, sentado abrazando sus rodillas en la silla.
Estuvo tentado a hablarle por el micrófono pero se resistió, dolió tanto escucharla rogar que se movió de lugar, fue hasta ese rincón el laboratorio, quería ver el agua del mar, sentir que estaba ahí y lo hizo, encendió su sistema de realidad virtual pero solo con las imágenes del mar, se sentó en la playa y entonces pudo sacar sus sentimientos de pena, sabía que eso iba pasar tarde o temprano por eso trató de llevar bien su vida, de disfrutar de su encierro pero ya no podía, porque sabía lo dolorosa que fue la muerte de sus padres.
Namjoon estaba en su despacho, también veía la escena, de alguna manera notaba que había demasiada pena y tristeza en su sobrino pero entendía esos bajones, solo que dolía verlo así porque estaba joven, no había vivido nada de lo que hijo disfrutaba y por desgracia estaba llegando al final de sus días, eso sí la organización no se daba prisa en aprobar o rechazar el suero beta, inhaló profundo y salió del despacho, tenía tantas cosas por hacer ese día aunque moría de ganas de pasar a casa de su sobrino pero no tenía mucho tiempo.
Por su parte Hansen se rindió ese día, siguió su camino a su casa, pero le enviaba mensajes, se disculpaba si había dicho o hecho algo que lo ofendiera, su mente le estaba dando tantas opciones y todas se las transmitía a él porque no entendía cómo es que el estaba haciendo aquello de manera tan repentina y sin explicación alguna, había sido sincero todo el tiempo pero ahora no lo estaba siendo, era agotador, bajó su mano en la sostenía el teléfono móvil en señal de cansancio porque no había respuesta alguna por parte del rubio, solo vacío y soledad.
─ Hansen ─ dijo la voz de Jimin detrás de ella.
─ ¿Ustedes? ─ se dio cuenta que al estar solo pendiente del teléfono no se había dado cuenta que estaba siendo perseguida por los primos de Taehyung.
─ Por favor escúchanos, tenemos algo importante de que hablar ─ suplicó Jungkook que según Hansen era el más orgulloso.
La chica decidió llevarlos a su hogar porque ya era tarde y su abuela tenía que cenar, los dos jóvenes accedieron porque tenían algo muy importante que hablar, ella sentía que siendo de Taehyung todo era importante, lo amaba tanto que quería saber todo lo que le afectara.
─ Mi padre le hizo unos análisis que son de rutina a Taehyung hace unos días, pero los resultados no fueron alentadores, nuestro primo a estado sano todo este tiempo, evitamos a toda costa que una infección o bacteria lo atacará pero al no haber nada de eso el lupus mutó de una manera en que ha creado su propio virus y a empezado a consumirlo ─ explicó Jimin, sabiendo que las palabras que dijera y por más bellas qué sonarán no iban a doler menos, Hansen tenía que saber la verdad para entenderlo, para Taehyung debería ser peor aún.
─ Lo van a salvar, ¿verdad? ─ les preguntó ─ él confía en que sus tíos encontraran la cura, él tiene fe que va vivir muchos años ─ prosiguió, su voz ya se empezaba a escuchar ahogada, la garganta le dolía y no le importaba qué sus lágrimas fueran evidentes para los tres que estaban ahí ─ quiero verlo sonreir con esa paz por siempre, quiero que me contagie esa tranquilidad que solo él tiene y que un día pueda salir de esa mansión sin miedo a nada ─ Hansen se abrazó a si misma, aquello le estaba doliendo demasiado, como no pensó que iba doler.
─ Él quiere conocer el mar... ─ dijo JK qué sin poder controlarse estaba derramando una lagrima, misma que rodaba por su mejilla ─ lo he visto en su mundo se realidad virtual, permanece ahí, como si estuviera en el agua, programa hermosos atardeceres y fantásticos cielos estrellados con lluvia de estrellas sobre el océano, sonríe con tristeza cuando los mira y recuerda que no son reales... ─ resumió el menor se los primos sintiendo pena por los recuerdos que rondaban en su cabeza, tenían mucho pesar pero no podían hacer nada para cambiar la situación, solo esperar al igual que los mayores, qué la organización aprobara.
En aquel humilde hogar, desde la abuela hasta el mismo JK estaban con un nudo en la garganta, la señora se estaba dando cuenta que el causante de la sonrisa y felicidad de su nieta en los últimos días estaba condenado y no podían hacer nada, eso le dolió mucho porque vería a su nieta no solo sufrir por amor, si no que también pasar por un duelo, entendía que nada era seguro, tener dinero no te vuelve feliz o inmune, ser pobre muchas veces nos enseña lecciones para que no nos quejemos de lo que tenemos, nunca sabemos quien va estar peor.
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