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🌼 Capítulo 30 🍂

Cálida y acogedora, así se sentían esas paredes, comenzando por que la certidumbre lo había tratado bien desde el momento que ingresó a la mansión, la amabilidad de cada uno fue algo que le agrado y lo hizo sentir menos nervioso.

Segundo estaba una anciana de mirada oscura, todos adentro le obedecían, lo que le decía que tenía un puesto más importante dentro de aquella lujosa casa, su nombre era Minseok, pero le había dicho que podía decirle Nana como todos los demás.

Ella lo llevó a la cocina, donde los alimentos ya estaban servidos, tomó una bandeja y comenzó a darle indicaciones importantes, así que trato de poner toda su atención para que no se le pasará ningún dato importante.

─ Jin es muy delicado con sus alimentos, más ahora que come por dos, así que te pido de favor que al servirle el desayuno, almuerzo o cena seas muy, pero muy cuidadoso ─ indicó seriamente la omega de avanzada edad y jungkook asintió obedientemente.

La Nana comenzó a servir cada porción de comida en un plato, cada una en cantidades adecuadas.

─ El ama los vegetales, así que siempre puedes combinarlo con huevos, otra cosa que ama en las mañanas son los quesos y cremas, es importante que lo incluyas en su plato.

Después de decir aquellas palabras colocó un pequeño bol de frutas a un lado, acompañado de Yogurt y granola que realmente se miraba delicioso.

─ Serviremos café, hoy el día está nublado; pero cuando hay mucho sol le gusta tomar jugó de naranja en su lugar.

Anotó aquel dato en su mente para que nunca lo olvide, pues no quiere equivocarse cuando apenas está comenzando. Una servilleta de tela fue colocada junto con los cubiertos, terminando con esto el montaje del desayuno.

─ Harás esto mismo mañana nomas vengas ─ indicó levantando la bandeja y colocándola en las manos de Jungkook.

Noto como este la tomó con clara experiencia al cargarla, pues solo utilizó una mano y está no se tambaleo con nerviosismo o miedo por botar los alimentos. La verdad es que Jungkook ya había trabajado como mesero en aquella cafetería y aquella sencilla acción no era nada para el.

─ Sígueme, te mostraré la habitación de Jin, para que mañana no te pierdas al llevar el desayuno.

Seguido de aquellas palabras el omega fue tras la mujer quien caminaba con mucha calma.

En el camino se encontraron a más empleados, la mayoría de limpieza, todos y cada uno hacía una reverencia a la mayor, confirmando que aquella omega tenía más experiencia y poder en aquella mansión.

Y no por nada era la ama de llaves, alguien de gran confianza para Namjoon, pues está lo había criado y estuvo en toda su niñez.

Llegaron a la habitación, la puerta era color crema, con el cerrojo color dorado, un dorado tan pulcro y brillante que incluso podía ver su reflejo en él. Toco la puerta y el pelinegro suspiró profundamente esperando conocer la persona a la cual trabajaría a partir de ese momento.

Escucho los pasos, caminaba con mucha paciencia, una bastante tortuosa si contamos los nervios que comenzaba a sentir al pensar que a lo mejor ni siquiera cumplía con los exigentes requisitos del omega en cinta.

Pero Jungkook quería confiar en él, era parte de su trabajo en sí mismo, la confianza tenía que estar presente siempre en su mente para ya no ser castigado con aquellos pensamientos.

Al cabo de unos cortos segundos la puerta se abrió finalmente, revelando a un hermoso rubio de piel nívea, ojos avellana y labios tan carnosos como rojos. Era una belleza, a pesar de que sus facciones ya eran un tanto maduras no dejaba de ser hermoso, casi como un modelo de una revista cara.

─ Buenos días Seokjin, ¿qué tal amaneció? ─ preguntó la omega mayor con una sonrisa, quien en su interior miraba a Jin como su hijo debido al gran cariño que le tenía.

El nombrado esbozó una sonrisa y esta se mantuvo en sus labios aún cuando se percató de la presencia del menor.

─ Buenos días, estoy bien, solo un poco hambriento, esta bebé se despertó con mucha hambre hoy ─ soltó tocando su gran vientre.

Jungkook miró su abultado estómago y le agrado el aroma dulzón que aquel omega emanaba de su cuerpo producto al cachorro que descansaba dentro de él.

─ Justo le traemos su desayuno. Lo preparé junto a su nuevo empleado, su nombre es Jeon Jungkook ─ presentó.

Aun sosteniendo aquella bandeja el nombrado hizo una reverencia respetuosa. ─ Un gusto conocerlo y gracias por la oportunidad, espero que mi trabajo sea de su agrado ─ lo esperaba de corazón.

─ Me retiro, cualquier cosa estoy a la orden ─ se despidió la Nana dejando solos a los dos omegas.

Jin se había tomado el tiempo para observar al menor, vio que a diferencia de los anteriores empleados que habían llegado con la intención de tener el puesto Jungkook tenía una mirada más tierna y hasta tímida, se notaba su nerviosismo; sin embargo no tenía olor, algo que le agrado ya que anteriormente un omega había utilizado su aroma para querer seducir a su esposo, por lo que ya de entrada aquel detalle le sorprendió.

Sin embargo aquello no era porque Jungkook quisiera, literal él no controla su aroma, este se manifiesta sin pedir permiso cada vez que se siente asustado, triste o en algunos casos feliz; sin embargo no puede andarlo siempre sobre él como cualquier omega lo haría.

─ Entra, puedes dejar el desayuno en la mesita.

Se hizo a un lado para que el menor ingresara al interior de la habitación. Como lo había pedido Jungkook lo dejó sobre aquel pequeño mueble y luego sin saber que hacer se paró a un lado de la ventana con sus manos juntas sobre su regazo.

─ Hoy saldré después del mediodía porque tengo una cita con mi ginecólogo, tú irás conmigo ─ aviso tomando asiento para comer su desayuno.

─ Por supuesto ─ aceptó obediente.

El cuarto era muy bonito a pesar de ser bastante amplió, la cama matrimonial estaba en el centro, las sábanas se ven suaves y cálidas, las cortinas de la ventana son de un color celeste pálido, cerca de la puerta hay un ropero grande de madera pura y fuerte, colgado en el techo hay un pequeño candelabro con muchos cristales y en el piso hay una gran alfombra rojo vino, todo muy hermoso y ordenado.

─ Tu hora de salida es a las 6 pm, pero muchas veces Namjoon viene más temprano del trabajo y aprovecho de pasar más tiempo con él, cuando sea así tienes ni permiso de retirarte antes ─ indicó a lo que Jungkook volvió a asentir.

─ Por ahora puedes prepararme la tina, tengo ganas de relajarme un momento bajo el agua ─ apuntó a la puerta del baño ─ al momento de ingresar encontrarás un mueble color blanco, en la primer gaveta tengo el jabón y las fragancias que le vertirás al agua, que esta vez sea un aroma a rosas y que el agua esté caliente por favor.

Inmediatamente jungkook hizo caso, fue al interior del baño encontrando el mueble anteriormente mencionado, luego de eso siguió cada una de las indicaciones que el rubio le había dicho.



[•••]



Era un día nublado y frío, sin embargo no había nieve ni lluvia, aun así Jimin no olvidó su abrigo y ahora lo agradece pues gracias a eso se encuentra calentito y cómodo mientras toma aquel café con cremora en la cafetería de la empresa.

Yoongi tenía otro horario de trabajo y es algo que ahora le molesta, pues si tuvieran el mismo podría disfrutar de su hora libre en compañía de su alfa.

A pesar de vivir juntos debido a que Yoongi se había mudado con él, admite que siempre es agradable contar con su compañía, pues dentro de la empresa no tiene con quién más hablar y no es que eso le haga falta, simplemente cambiaría la soledad que antes amaba por estar a lado de su alfa.

Estaba sumido en sus pensamientos cuando la mesera que le estaba atendiendo se acerca con un pastel de fresa, lo que evidentemente llama su atención.

─ No pedí nada más ─ indicó amablemente pensando que la mujer se había equivocado de mesa y había llevado la orden donde él erróneamente.

─ Es un regalo del joven alfa que no dejaba de verlo, dijo que ama las fresas y me pidió que se lo trajera ─ dijo con una sonrisa a lo que Jimin arrugó el entrecejo extrañado.

¿Acaso Yoongi había salido?

No, era extraño porque el pelirrojo estaba en horas de trabajo y era casi imposible que hubiera salido en ese horario, ¿entonces quien?

─ Gracias por la orden, puedes retirarte ─ una tercera voz vino a provocar cierta irritación en Jimin quien al reconocerla hizo una mueca llena de disgusto.

Jaebeom se había acercado con la intención de hablar con Jimin y creyó que algo dulce haría que el omega no muestre aquella expresión a la que ya se había acostumbrado, pues era la expresión que siempre veía en aquel hermoso rostro cada vez que intentaba acercarse.

─ Compermiso ─ se despide la mujer ajena a la terrible relación de Jimin y el alfa de mirada dominante, al igual que toda su aura.

Jaebeom imponía mucho poder, lo que hacía que muchos lo respetaran, sumándole su alto puesto dentro de la empresa siendo uno de los más importantes socios, es obvio que lo verían como una figura superior; menos Jimin, el omega lo ve con ojos cargados de desprecio y molestia, no se limita al decir que no le agrada y mucho menos le habla con respeto cuando este jamás se lo ha ganado.

─ Ese color de cabello te queda hermoso ─ lo había notado anteriormente, pero solo hasta ahora había tenido la oportunidad de decírselo.

Jimin bufo con molestia, optando por ignorarlo y mirar hacia la ventana, comenzando a pensar en que aquel agradable momento había terminado.

Se sienta del otro lado, quedando de frente con Jimin notando como su piel lucía un tono más claro gracias a que el color negro resaltaba su palidez.

─ ¿Qué quieres? ─ pregunta hostilmente.

─ Simplemente felicitarte, el embarazo comienza a sentarte de maravilla.

La sonrisa molesta estaba en su rostro, pero Jimin juraría que aquellas palabras venían cargadas con el más puro sarcasmo.

Jaebeom se había enterado de aquello hace una semana, cuando unos empleados lo estaban platicando mientras tomaban agua;  el alfa no lo podía creer y al principio no lo hizo, pero lo había confirmado con sus propios méritos cuando en aquella junta importante había pasado a su lado y el asqueroso aroma a leche estaba en todo su cuerpo, luego lo siguió y evidentemente, lo vio salir de la clínica especializada en omegas en cinta.

Una lastima que haya optado por arruinar su hermoso cuerpo con un hijo antes de que él pudiera tocarlo con sus manos y obtener lo que tanto había querido.

Sin embargo su plan seguía en pie, había algo en mente; sin embargo aún no era el momento, dejaría que tanto Jimin como Yoongi disfrutarán de su felicidad pasajera.

─ Eso ya lo sé, me lo dice mi alfa todas los días, no necesito que alguien más me lo diga y menos tú ─ menciona alejando el pastel de fresas.

─ Que suerte la de Yoongi, no hay duda que hasta los más pobretones y salidos de las alcantarillas pueden comer como gente de clase alta.

Jimin elevó una ceja, no gustándole para nada el significado que le había encontrado a aquellas palabras.

─ Yoongi no es ningún pobretón, ha logrado más de lo que tu narcisismo pueda soportar y eso te duele ─ escupe tranquilamente pero con una mirada fría como el hielo.

Jaebeom no puede evitar la pequeña sonrisa burlona.

─ Lo único que me duele es que él pueda tenerte cada que quiera, pero lejos de eso siento lástima por él ─ se burló ─. Mira que peor vergüenza para un alfa es depender de su omega y tu alfa depende de tu techo para vivir, me sorprende que un omega de actitud fuerte como tú haya permitido algo así.

Jimin suspiro sintiendo como la vena en su frente palpitaba del enojo por aquellas tontas palabras.

No quiere imaginar lo que causarían en Yoongi si el las escuchara, ya de por sí el pelirrojo mostraba un poco de culpa al aceptar su ayuda, eso es lo que una sociedad alfista había logrado, hacerle creer que si no tienes un hogar para proveerle a tu omega te hace de menos valor.

Si supieran que el alfa cumple mejor que otros hombres su rol de proteger y cuidar de su omega, Yoongi sobrepasa por mucho a todos aquellos que dicen que su posición económica, su personalidad tranquila o su apariencia no tan ruda lo hace menos alfa que los demás.

─ Te equivocas, la peor vergüenza para un alfa es tener comportamientos inmaduros, como por ejemplo vivir del chisme o hablar de los demás, cosa que tu tienes y tal parece que vivieras de eso. Hazme un favor, deja de meterte en mi vida o en la de Yoongi ─ expresó.

─ Es difícil no estar al pendiente de tí Jimin, todo lo que tenga que ver contigo es de mi incumbencia, ¿no lo ves? Me interesas, incluso cargando el hijo de otro alfa no puedo dejarte ir.

Escuchar aquello fue la gota que derramó el vaso para el omega, se levantó de golpe mientras en su interior comenzaba a crecer el asco, con que clase de psicópata obsesivo estaba tratando?, Considera que la situación está llevando a un nivel alarmante.

─ ¿No logras entender que me repugnas? ─ espetó con el ceño arrugado ─. Déjame en paz si no quieres que vaya a la policía y te ponga una orden de alejamiento por acoso ─ expresó duramente.

No mentía, aquel hombre lo miraba de una manera que provocaba un escalofrío en su cuerpo, no le gustaba, le incomodaba.

─ Lo lamento, siento mucho si mi honestidad te enoja ─ extrañamente su rostro se puso serio lo que confundió más a Jimin, ¿a donde había ido aquella sonrisa?

─ Solo mantente alejado de mí y de Yoongi ─ repitió tomando sus cosas para después retirarse a caja con la intención de pagar y largarse de ahí.

Observándole en silencio y siempre con la expresión seria y calculadora el alfa tomó una fresa del pastel que Jimin había rechazado y la llevó a su boca masticando lentamente, y en voz baja un par de palabras escaparon entre dientes.

─ Haré que me pidas perdón de rodillas, y disfrutaré tanto humillándote, no tienes idea.





















¿Se habían olvidado del loquito cierto? 👁

Espero que les haya gustado el capítulo, agradecería si dejan su voto y comentario uwu.

Gracias por leer ♥


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