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🌼 Capítulo 13 🍂

Jungkook siempre fue un omega muy unido a Yoongi, desde que eran niños ambos hicieron una coneccion muy fuerte, incluso desde antes de que Kook se presentara como un omega y Yoongi como alfa, el pelirrojo ya desempeñaba un papel sobreprotector con el menor, algo que con el tiempo se convirtió en el inicio de una dependencia enorme por parte del omega quien estando tan solo y desprotegido encontró una salida en el cariño que Yoongi le brindó.

Y a pesar que ambos crecieron y su mentalidad cambió, Yoongi seguía sintiendo ese deseo de proteger al omega, el alfa lo veía como un hermano, alguien a quien le tenía mucha confianza.

Confianza que se vio dañada desde la primera vez que ambos tuvieron relaciones debido al acuerdo mutuo de ayudarse en sus celos, pensando muy ingenuamente que eso no les traería consecuencias en el futuro.

Poco a poco un sentimiento de culpa fue tomando fuerza en el pecho de Yoongi, a pesar de las malas decisiones Jungkook sigue siendo ese omega triste y solo que conoció hace tantos años y pensar que con todo lo ocurrido ni siquiera se acordó de él o se puso a pensar en cómo la estaba pasando le hace sentir el peor amigo del mundo.

─ Contesta... contesta el maldito teléfono ─ Yoongi era una persona que pocas veces maldecía, pero en esa ocasión lo hizo sin pensar, solo se dejó de llevar por las nuevas sensaciones que sentía, estas crecían sin control y se convertían en una sola aflicción.

Es como si presintiera que algo malo estaba pasando.

Es que ahora que lo pensaba con la mente clara todo era muy raro.

El omega no llegó ni a la vela ni al entierro de su madre, no lo ha visto desde hace meses, no ha sabido de él, no se graduó, algo que él anhelaba y soñaba más que a nada, todo era muy raro.

Y a eso se le suma el hecho de que no recibe ni llamadas ni mensajes.

─ Estamos por llegar a nuestro destino, no nos toma ni diez minutos, pero conozco un pequeño atajo, si gusta puedo tomarlo, así llegaría en cinco minutos ─ propuso el taxista al ver a Yoongi tan preocupado.

El alfa no lo pensó dos veces para aceptar la propuesta del contrario, porque era una excelente idea, Yoongi necesitaba ver a Jungkook, hablar con él, algo que no hace en mucho tiempo.

─ Por favor.

La última vez que lo vio sintió un sentimiento extraño y se lamenta por que a pesar de darse cuenta simplemente lo dejó pasar, ahora se culpa y quiere regresar atrás, para así preguntarle, no alejarse de él hasta que le cuente cómo se sentía en ese momento, porque a pesar de que insistía en mantener esa sonrisa que lo acompañó en todo el momento su mirada parecía pérdida, vacía, el gris de sus ojos no brillaban como suele recordarlo, era un gris gélido, como el cielo cuando está a punto de llover y solo hay nubes oscuras y grises.

Sabía que dejarle mensajes era inútil, por eso recurrió a las llamadas, más de veinte llamadas y ninguna fue asistida.

El sentimiento de preocupación creció y creció, los cinco minutos mencionados no corrían, era como si se hubiera congelado el tiempo.

Porque no se dio cuenta, porque se tuvo que encerrar y dejar que la depresión se apoderara de él.

¿Dónde estaba aquel amigo que prometió estar ahí siempre?

Ahora comprende que el dolor de Jungkook fue igual al de él, Hyebin también fue una madre para el omega, también cocinaba para él, también lo aconsejaba, le sonreía y le daba las buenas noches antes de irse, le daba los buenos días al abrirle la puerta, lo abrazaba y reconfortaba.

Si el luto de Yoongi fue horrible no quiere ni imaginar el de Jungkook, no quiere pensar en lo que pudo haber hecho estando solo, al menos él tenía a Yugyeom quien siempre lo vigilaba para que no cometiera alguna tontería.

¿Pero y Jungkook?, ¿quien velaba por él?

─ ¿Podría acelerar por favor? ─ su pecho dolía y los pensamientos bordeaban su cabeza, era un sentimiento amargo; casi podía saborear el sentimiento de aflicción, de preocupación, su corazón volvió a revivir lo que sintió aquel día cuando le avisaron que su casa estaba en llamas, temía tanto encontrar un escenario igual.

Sacude su cabeza y cierra sus ojos tratando de tranquilizarse, el chofer puede ver como sus manos tiemblan y cubren su rostro.

─ No puedo excederme más de la velocidad permitida joven, le aseguro que en un minuto estaremos ahí.

Pero Yoongi no era capaz de escuchar, no, todo su cuerpo comenzó a temblar y trataba de evitar los flashback de ese día pero era inútil, sentía que se ahogaba.

Pide a la Diosa Luna que todo esté en orden, que Jungkook esté en casa y lo reciba para poder hablar, solo en ese momento la tranquilidad llegaría, mientras tanto solo puede mirar el reloj esperando que el minuto mencionado termine, y justo cuando estaba por hacerlo vio a lo lejos la casa del omega, imposible no reconocerla cuando estuvo ahí muchas veces para calmar el celo de su amigo.

A simple vista se ve normal y un suspiro escapa de sus labios pues esta vez no hay cintas y policías cubriendola, ni el horroroso aroma a quemado, olor que jamás podrá borrar de su memoria, porque le recuerda la forma tan cruel en la que su madre dejó este mundo.

Se baja del taxi y casi le avienta el dinero al chofer debido a la prisa, aunque se le pasó el enojo después que el pelirrojo salió corriendo sin esperar el cambio.

Ahora Yoongi estaba frente a la puerta, respiro hondo y sin esperar más la tocó.

No hubo respuesta a la primera, por lo que tocó una segunda vez, ahora más fuerte pero tampoco recibió una respuesta, el conocido "adelante Yoongi" que había escuchado tantas veces por lo que nuevamente se desesperó, cada toque era más fuerte que el otro.

─ ¡Jungkook!, ¡Abre la puerta!, ¡Soy Yoongi¡ ─ le grito, esperanzado aún en recibir una respuesta, pues en algunas ocasiones el omega demoraba en escucharlo.

En realidad tocar la puerta y hacerlo con cortesía era la primera opción, claro que Yoongi sabía qué hacer en caso de que esa primera opción no resultara.

Gracias a los caprichos y berrinches que Jungkook le hacía en el pasado, gracias a esas veces que se peleaban por tonterías y le cerraba la puerta en la cara con la intención de ignorarlo o hacerle la ley del hielo, Yoongi tomó una copia de la llave, siempre estuvo preparado porque conocía lo complicado que era el menor, más bien sabía lo consentido que lo tenía, siempre llegaba sin preguntar a la casa, solo entraba y lo buscaba, solo bastaba un par de atenciones y golosinas para contentarlo.

Ahora agradece haber hecho aquello, anda la llave de su casa junto a las de la oficina, su locker y las de su antigua casa.

Sin pensar mucho abre la puerta, camina un poco y puede ver el celular del omega en la mesa, esa fue una clara señal para saber que él debía estar dentro, pues no era de las personas que salían a la calle sin su celular, inmediatamente se dirige a la habitación del pelinegro, la puerta esta semi abierta lo que confirma sus sospechas.

─ Kook ─ lo llama, ahora ya un poco más tranquilo.

Jamás debió bajar la guardia y confiarse, de lo contrario el golpe psicológico no hubiera sido tan grande al ver la siguiente escena.

Su cuerpo retrocede golpeando la pared y sus manos van a su boca en un reflejo que el horror y shock acaban de causar.

Tal vez es injusto para el alfa, a veces la vida no trata de la misma forma a las personas, o se empeña en ponerle más pruebas a aquellos que no hacen ningún daño. Pues es triste saber que ahora que está tratando de levantarse y salir de aquella nube gris que le dejó la muerte de su madre sus ojos tengan que volver a presenciar una escena como esta.

Su corazón se volvió a quebrar, un sollozo acompañado de un grito de dolor.

─ ¡¿Kook que hiciste?!

Sus piernas se mueven solas, corre hacia la cama del menor y ahora puede presenciar aquella lamentable escena más de cerca, lastimándose en el acto, su vista no tardó en ponerse borrosa, las lágrimas están bañando todo su rostro deslizándose por sus mejillas o muriendo en su barbilla.

Miedo, pánico, angustia y desesperación hace que pierda fuerza en sus piernas y caiga de rodillas manchando su pantalón del líquido carmín que había caído al piso, pues la mano lastimada del menor se encontraba colgando de la cama.

Yoongi la toma sintiéndola tan fría como la de un muerto, él pensaba que lo estaba y había llegado tarde, lo que hace que se odie más que a nadie echándose la culpa de absolutamente todo lo que veía.

─ P-perdoname, perdoname... k-ook

Solloza con fuerza sintiéndose miserable, de nuevo se encontraba devastado sintiendo que su mundo se cae en pedazos, otra vez llegó tarde, otra vez está sosteniendo el cuerpo de uno de sus seres más queridos, por más que pidió y oró para no volver a vivir una experiencia como esta las peticiones fueron en vano, por segunda vez no pudo proteger a uno de sus seres queridos.

Por más que sostiene su mano fría se niega a creerlo, desea que todo sea un sueño, no quiere seguir durmiendo más, desea despertar y olvidar lo que ha visto.

Pero mientras pasan los minutos más se convence de la cruda y triste realidad.

─ L-lo lamento tanto ─ sorbe su nariz y piensa en todo lo que hubiera evitado si hubiera sido más atento.

Jamás soltó su mano, la aferró a él como si al hacerlo repusiera los meses que estuvo ausente y fue gracias a eso que por un momento su llanto se detuvo al mismo tiempo que su corazón.

Fue leve y casi inexistente, pero no se equivoca, Jungkook había hecho presión en su mano.

─ K-ook...

Sus sentidos se alertaron y sus ojos se abrieron sorpresivamente, incluso se acercó a él menor para convencerse que lo que estaba viendo no se trataba de una ilusión causada por el momento de debilidad.

Pero no lo era, no se trataba de una ilusión, entonces la esperanza brilló.

Con difícultad Jungkook trataba de levantar los párpados y su respiración se volvía errática, el menor había estado inconsciente, pero de alguna forma recobró el conocimiento al sentir la calidez que la mano del alfa le dió. Estaba tan débil, sentía mucho sueño y la vista no era clara, era difícil no ceder al deseo de dejarse vencer por aquella oscuridad que lo recibía con los brazos abiertos

Sus pupilas se movieron en un intento de mantenerse despierto, quería hablar, pero ya no tenía fuerza, estaba muy débil, ya ni siquiera le dolían sus muñecas, todo era tan tranquilo.

─ Aquí estoy, ¿me escuchas? ─ para Yoongi era un milagro, la cantidad de sangre ya sea en la cama y en el piso era exagerada, Jungkook estaba todo sudado, frío y pálido, Yoongi de verdad pensó que había muerto.

─ T-tengo... mucho frío... ─ dice antes de que sus ojos se vuelvan a cerrar de golpe.

Entonces Yoongi reaccionó.

─ ¡Hey, hey Jungkook! ¡No cierres los ojos! ─ dio sutiles golpes en su mejilla, quería mantenerlo despierto ─, ¡quédate conmigo!

Poco a poco la voz del alfa era más lejana, de verdad intento escucharlo, pero simplemente ya no pudo, se rindió. Pero Yoongi no lo hizo.

Al ver que su respiración no se había detenido maniobró el cuerpo del menor, cargandolo con mucha prisa pero siempre siendo cuidadoso con él; era muy, muy liviano, casi podía sentir sus huesos.

Con su pie abrió la puerta principal, pidiendo ayuda a gritos, ayuda que no tardó en llegar, pues verlo cargando al omega fue suficiente para llamar la atención de muchos vecinos quienes no tardaron en hacer preguntas que sólo alteraron más a Yoongi.

─ ¡No está muerto!, ¡Pero lo estará si no llaman a una ambulancia ahora mismo! ─ contestó estresado al ver que en lugar de pedir por ayuda se ponían a cuchichear entre ellos, Yoongi al tener ambas manos ocupadas no podía hacer mucho más que cargar a su amigo.

No hizo falta una ambulancia, porque al ver al primer taxi Yoongi lo detuvo con dificultad y con ayuda de un alfa mayor ingresaron a Kook dentro del auto. El taxista al ver la situación manejo lo más rápido posible al hospital más cercano.




[...]




Jimin miraba con ojos de decepción la comida que él mismo había preparado, la cual seguramente ya estaba fría, así mismo las velas que había escogido para decorar la mesa estaban casi derretidas, incluso él se había esforzado para verse lindo, se había puesto su mejor colonia y había pensado en cada detalle para que todo fuera especial.

Miro la hora que el reloj en su muñeca tenía e inconscientemente hizo un puchero.

─ Es inútil, ya pasó una hora ─ Yoongi era muy puntual, es obvio que si todavía no estaba ahí significaba que ya no lo haría.

Suspirando apagó las velas y recogió la mesa, él quería tener una noche especial con su alfa, lo había planeado tanto, sería la oportunidad perfecta para revelarle la espera de su bebé a su pareja, por eso se había esmerado tanto, pero ahora ve que solo perdió su tiempo y desperdicio comida.

Honestamente hubiera agradecido que le mencionara antes que no podría llegar, lo que le causa más molestia es que no le responde los mensajes.

Además se sentía inquieto, pero no entendía el motivo, aunque lo que Jimin sentía no se comparaba a lo que su parte lobuna estaba sintiendo en estos momentos, pues con la intención de proteger al bebé el lobo estaba recibiendo todas aquellas emociones ajenas que correspondían a Yoongi, el lobo estaba reteniendo todo eso para que su parte humana no sintiera ninguna aflicción o sentimiento que pusiera en riesgo el embarazo.

Algo que solo pueden lograr los omegas gestantes, es su mecanismo de defensa.

Por eso Jimin no fue capaz de sentir el sin fin de sentimientos y emociones negativas que pertenecían a Yoongi.










Holaaa.
Tengo más capítulos listos solo de publicar, pero las actualizaciones serán diarias y seguras.

Lamento la tardanza, muchos querían saber que había sido de Jungkook y aquí lo tienen, no se preocupen, no se va a morir ni nada por el estilo :3

Votar y comentar es gratis, además me ayudan a tomar en cuenta sus opiniones :))

Espero les haya gustado, besitos 💋






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