🌼 Capítulo 1 🍂
El suave y sutil toque de la puerta le indicó la llegada de cierto par de omegas, Misuk fue a abrirla y ante sus ojos parecieron Taehyung y Hoseok, quienes tenían una pinta de preocupación en sus ojos.
─ Buenas noches. Venimos tan pronto recibimos tu llamada ─ dijo Hoseok quien aún no soltaba la fría mano de su pareja y padre de su hijo, inconscientemente ambos las traían entrelazadas.
El mayor suspiró con alivio, la presencia de ellos dejaba un poco más tranquilo, sabía que no podía dejar a su hijo en mejores manos que las de ellos dos, por más inmaduros que parecieran tenían una amistad de más de 10 años, Jimin confiaba en ellos y eso era suficiente motivo para que él también lo hiciera.
Ambos ingresaron al interior, la imagen era deprimente. Misuk les había mencionado que Jimin había despertado, pero que no estaba en buenas condiciones y ellos lo comprobaban, su amigo siempre había sido una persona sería, era raro verle mostrar una sonrisa, te miraba con indiferencia y en ocasiones ni siquiera te notaba, nunca mostraba cómo se sentía realmente: triste, feliz, enojado, con pereza o sueño, era algo que nadie sabía con exactitud.
Pero ahora la tristeza era más que evidente, el aire estaba impregnado de sus feromonas, tan agrio y débil.
─ Hola amigo, ¿cómo te sientes?
No hubo respuesta, ambos omegas se miraron con angustia, Misuk volvió a suspirar, se le notaba agotado.
─ Jimin, tus amigos han venido a cuidar de tí ─ dijo suavemente, sin ninguna intención de fastidiarlo con el sonido de su voz, entiende perfectamente que su hijo en estos momentos no tiene ánimos de nada.
El nombrado aún tenía aquellas molestas vendas en sus ojos, por lo tanto nadie era capaz de apreciar lo irritada y decadente que estaría su mirada en estos momentos, porque las lágrimas habían sido absorbidas por la suave tela, aún así su padre lo había escuchado sollozar anteriormente y eso le partía el alma.
El no quería nada más que la presencia de su alfa con él, necesitaba saber la razón del porqué su pecho quemaba de esa forma, porque sentía que se ahogaba en un dolor ajeno y desgarrador, el cual lo sentía tan propio, Jimin no entendía nada; pero su mente trataba de prepararlo para lo que posiblemente haya ocurrido.
Hyebin tenía que ver, Jimin podría jurarlo, pero deseaba equivocarse de alguna manera.
Ahora las palabras que la omega le dijo anteriormente martillaban su mente, ella ya le había mencionado cómo se sentía y lo que pensaba, pero nunca imaginó que todo se cumpliría tan rápido, le duele pensar que Yoongi pueda estar pasando un momento tan doloroso solo.
─ Quiero estar solo… por favor ─ incluso su voz no era igual, no tenía ánimos, estaba cansado emocionalmente.
Pero no era el único, Musuk también lo estaba, se sentía impotente, un inútil que a pesar de todo sigue sin poder cuidar de su hijo, ni siquiera tiene la suficiente fuerza para revelar la noticia del embarazo, por temor a cómo fuera a ser tomado y era es una verdad que no cabe en su pecho.
Mentiría que la noticia no lo hizo sentirse feliz, su pecho se sintió cálido y las lágrimas fueron de felicidad, pero esta misma fue opacada cuando volvió a la realidad y supo que no tidoseria color de rosa.
El quiere hacer algo por Jimin y también por Yoongi, por eso tomó la decisión de abandonar a su hijo en estos momentos.
─ Jimin, saldré unos momentos, estarás en buenas manos ─ hizo una pausa y suspiro con mucha determinación ─ buscaré a Yoongi e intentaré averiguar lo que ocurrió.
Eso bastó para tener la atención de su hijo, quien como si pudiera verlo giró su cabeza en dirección de su padre.
El segundo par de omegas lo miró con asombro.
─ Yoongi no responde las llamadas, así que iré a su casa ─ habló decidido.
El alfa se fue sin darle explicaciones, la respuesta no llegará a ellos por arte de magia, el debe buscarla por su propia cuenta, lo que sea por su hijo y también por el mismo Yoongi a quien está de más decir que ya le tomó cariño.
El peligris arrugó la sabana con su puño, el dolor punzante en su pecho no había disminuido, y no es capaz de negar la realidad, algo que le carcome y lo provoca ganas de llorar, él quiere saber qué fue de su alfa, aunque duela quiere afrontarla de una vez por todas.
Detesta la situación en la que esta, no quiere estar postrado en esa cama sin poder ver nada, quiere tomar su auto e ir con Yoongi, abrazarlo y estar con él sin importar la gravedad del asunto, quiere la fortaleza y valentía que siempre lo ha caracterizado y no ser cuidado por sus amigos y sentirse un inútil.
─ Buscalo y ayudalo en todo lo que puedas ─ pidió, desearía ser él quien lo haga, pero las circunstancias ahora son otras.
Misuk tomó sus cosas, listo para salir, el par de omegas se acomodó en uno de los cojines de la habitación, mientras que Jimin permanecía perdido en sus pensamientos.
─ Vuelvo en unas horas ─ mencionó antes de marcharse y dejar un profundo silencio dentro de aquella habitación de hospital.
Es curiosa la manera tan brusca en la que tu vida puede cambiar en unas cuantas horas.
Esta mañana su madre lo despidió con una gran sonrisa agitando su mano de un lado a otro, el aroma del café era fuerte y agradable, las avecillas cantaban alegremente sobre las ramas de aquel viejo árbol ubicado a un lado de su casa, el sol era brillante y hermoso, Yoongi no le prestó atención a ese momento hasta ahora, cuando por azares del destino está recibiendo el cuerpo de la misma mujer y realiza el procedimiento para poder llevarla a casa y velarla como es debido.
Bueno, eso si tuviera una, la desgracia de Yoongi es igual de grande que la angustia que se ha apoderado de él.
Su mano tiembla, su pulso no es normal y siente que el piso se le mueve.
Lee aquella hoja de papel, con todos los datos de la mujer que todas las mañanas le preparaba el desayuno y gracias a su compañía no conoció jamás la soledad, a Yoongi se le eriza la piel y siente que no puede seguir de pie.
Nombre: Min Hyebin.
Género: Femenino.
Jerarquía: Omega.
Edad: 63 años.
Causa de muerte: intoxicación.
Su pulso falla, se sostiene de la mesa y respira con dificultad, siente que el aire escapa de sus pulmones y la vista se le nubla. No puede, aún le cuesta creerlo, es difícil asimilar todo lo ocurrido.
¿A dónde irá? Las imágenes no lo dejan vivir, se han penetrado en su mente y siente que lo atormentan como demonios que buscan su perdición. Su casa ya no existe, su madre ya no lo espera, está solo, el recuerdo de su padre se volvió cenizas, las llamas le arrebataron todo.
─ N-no p-puedo ─ habló a duras penas, sintiendo como su cuerpo perdía toda movilidad y la pluma en su mano caía al suelo creando un sonido adormecedor que hizo eco en la silenciosa morgue.
─ Quiere sentarse… ¡está bien! ─ de pronto sintió que lo sostenían y su cuerpo era maniobrado a una superficie blanda.
Por suerte no estaba solo ahí, el médico forense se dio cuenta a tiempo que el pelirrojo no estaba bien, era demasiado obvio, Yoongi estaba pálido y parecía que se desvanecía en cualquier momento.
El celular del pelirrojo había sonado en varias ocasiones y todas habían sido ignoradas, pero al ver el estado del menor el médico no lo pudo dejar pasar, bastó unos cortos segundos para que el móvil volviera a interrumpir el silencio y esta vez la llamada si fue recibida, pero no a manos de su dueño.
─ ¡Yoongi!, ¡oh gracias diosa!, ¡hijo que bueno que contestas! ─ el omega no pudo ocultar su emoción al creer que se trataba del joven alfa.
El médico lanzó una mirada a Yoongi quien se mantenía con los ojos cerrados y arrugaba el entrecejo, mostrando una expresión dolorosa y sufrida.
─ Disculpe, no soy el propietario del móvil, mi nombre es Choi Siwon, médico forense del hospital Inha ─ contestó.
A Misuk se le cortó la respiración al escuchar esas declaraciones, imaginandose lo peor y sintiendo como su sangre comenzaba a congelarse y su pulso a descontrolarse.
Sus manos temblaron y sus ojos se abrieron de manera casi imposible, detuvo el auto de golpe, no lo podía creer, debía ser una broma o un engaño de su mente traicionera.
─ ¿Q-que? ─ la inestabilidad en su voz fue suficiente para que Choi se diera cuenta de su confusión.
─ Min Yoongi está bien… ─ hizo una pausa y lo volvió a mirar ─, bueno, dentro de lo que cabe.
Y definitivamente eso no sirvió para que Misuk se tranquilizara.
─ Necesito saber qué está pasando, por favor sea claro ─ exigió al borde de la desesperación, sentía que su cordura ya estaba en un hilo y se volvería loco en cualquier momento, no sólo por lo del pelirrojo, si no por toda esta situación en general.
─ El joven Yoongi se encontraba recibiendo el cuerpo de su madre, pero al parecer fue demasiado para él y no creo que pueda hacerlo solo, ¿es usted alguien cercano a él?
─ Soy su suegro ─ respondió con evidente intranquilidad al escuchar lo que Choi le decía, ¿cómo que recibir el cuerpo de su madre? ¿Qué había ocurrido?
Misuk ni siquiera era consciente que el semáforo cambio de color y debía de avanzar, tampoco se molesto en prestarle atención al sonido de los otros autos pitandole para que retomará el camino.
─ ¿Conoce nuestro hospital?
─ Si, no está muy lejos de donde me encuentro ─ respondió atento, tomando el volante y comenzando a avanzar.
─ Bien, mantendré a Yoongi bajo mis cuidados en lo que usted llega, intente no demorarse mucho por favor ─ dijo antes de colgar el celular.
Una fría ventisca aparta los oscuros cabellos de aquel par de ojos adornados por ojeras mientras incapaz de moverse se mantiene inmobil, como una estatua en medio de un lugar oscuro y sombrío, donde el frío le sirve como manto y la luna como guía.
La realidad no está tan lejos, escombros y cenizas son las únicas que forman parte de ese lugar, las cintas amarillas son batidas por la brisa fresca de la noche y el olor del humo aún está penetrado en lo poco que queda, sus ojos llenos de espanto y confusión, sus pupila son enormes, los demonios que lo atormentan se alimentan más que nunca.
Cuando por fin tomó la fuerza de buscar ayuda en los brazos de ella, refugiarse en sus brazos y encontrar el rumbo que perdió hace días en sus sabias palabras y consejos se encuentra con tan horrorosa imágen.
Ya no hay lágrimas, a pesar de lo que sus ojos miran estas simplemente se rehúsan a salir y es entendible, ha derramado tantas que pareciera haber llegado a un límite.
A paso torpe camina sobre las cenizas, las cuales también están en el aire, parece un alma en pena y cualquiera que lo viera pensaría de esa forma.
Sus piernas pierden fuerza y cae al suelo, metiendo sus manos para apaciguar el impacto, entonces su mano derecha toca algo que hace que su corazón se apriete tan fuerte y dolorosamente que quiera gritar, hacerlo con tanta fuerza que su garganta llegue a sangrar, hasta que su realidad ya no duela tanto o simplemente dejar de sentir.
Su mano temblorosa y gélida la sostiene a la altura de su cabeza, la locura y desesperación de su mirada es escalofriante, mientras su garganta emite sonidos preocupantes y de lamento que combinados con aquel inmenso silencio le pondría los pelos de punta a cualquiera.
Una fotografía a medio quemar.
La recuerda muy bien porque fue él mismo quien la tomó, recuerda sus sonrisas, sus gestos y palabras, las cuales quedaron grabadas en ese pedazo de papel, momento mágico del cual él fue partícipe y de ese recuerdo solo quedaba una parte, porque el resto había sido desvanecido por el fuego.
Y era justo la sonrisa de Hyebin la que había sido borrada para siempre.
Holis.
Ya se que pasó mucho tiempo y es injustificable 😩 pero enserio no he tenido los mejores días.
Hace poco me detectaron gastritis y no me sentía con animos ni inspiración de escribir algo, el trabajo también absorbe mucho tiempo y el único día de descanso que tengo se me va demasiado rápido, ¡de verdad lo siento!
De igual manera, gracias por leer y por su paciencia, espero algún día poder recompensarla 💓
Aún no tengo banners y una portada bonita, por el momento seguirá así :)
Cuídense mucho!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro