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Capítulo 63: Viene la calma

N/A: Quiero agradecer a Mafer-chan por la imagen de este capítulo, muchas gracias por tu apoyo. Si les gustó su dibujo y quieren ver más de su trabajo, les dejo su perfil de FB - https://www.facebook.com/MaferKirkland

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Un año ha pasado desde que Muzan fue derrotado, en ese tiempo ha reinado la paz y muchas personas comenzaron a hacer sus vidas.

Los primeros en anunciar sus intenciones de casarse fueron Makomo y Sabito, su boda fue en el monte Sagiri, muy cerca de la cabaña que antes le pertenecía al antiguo pilar del agua y maestro Urokodaki.

En la ceremonia, del lado de Makomo se encontraban Kanae, Shinobu, Mitsuri. Kanao y Tusnami. Por el otro lado, de parte de Sabito estábamos Murata, Tanjiro, Nezuko, mi hermana Tsutako y yo.

Al terminar, todos felicitamos a la nueva familia Urokodaki y le deseamos lo mejor del mundo. Después de la ceremonia, la fiesta fue bastante agradable y divertida, incluso la competencia de comida entre Mitsuri, Rengoku e Inosuke fue bastante vistosa.

Inouske fue el primero en caer y tuvo que ser consolado por Aoi. Al final la batalla fue bastante reñida, pero Mitsuri salió victoriosa y por alguna razón, Rengoku se fue a hablar con mi hermana algo que llamó mucho mi atención.

Por otro lado, a parte de la nueva pareja, las que estaban más emocionadas eran Tsunami y Hanako. Algo chistoso de ver fue la reacción de Tanjiro y Takeo al ver como Hanako se divertía mucho hablando con Tokito.

A los tres meses después, la siguiente pareja en decidirse casarse fueron Mitsuri e Iguro, sinceramente me sorprendí mucho cuando el mismo Iguro me pidió asistir a su ceremonia como parte de sus amistades más cercanas.

La familia Rengoku, Shinazugawa y yo estábamos del lado de Iguro, mientras que del lado de Mitsuri estaban sus padres y sus hermanos menores. Al principio fue algo tenso e incómodo por la intensidad en la mirada de la madre de Mitsuri, pero al final todo el ambiente se relajó cuando los ahora esposos habían bebido de su sake.

La ceremonia y celebración se llevaron a cabo en la aldea natal de Mitsuri, los pobladores al enterarse de nuestra profesión y de la hazaña que habíamos logrado nos recibieron con los brazos abiertos.

Mitsuri realmente se veía contenta, varias veces la vi llorando de felicidad y en cuanto a Iguro, debo admitir que era algo extraño verlo sin sus vendas en el rostro, pero creo que me acostumbrare a verlo así de ahora en adelante.

"Giyuu san, cuando tenga a mis hijos, me gustaría que me ayudes a elegir un nombre por favor"

Esas fueron las palabras de Mitsuri antes de retirarse para cambiarse de ropa.

Mientras los esposos Iguro atendían a todos sus invitados, en esa noche me enteré, gracias a Uzui, que Shinazugawa y Yae habían comenzado una relación. Me sentí feliz por ellos y le regalé un ohagi a Shinazugawa para felicitarlo, este me vio con mala cara, pero Yae lo pudo tranquilizar.

Otra pareja que anunció su relación a los pocos días después de la boda de Mitsuri y Obanai fueron Tamayo y Yuichiro, muchos los felicitaron en especial Kanae y Shinobu, ellas realmente se veían felices por Tamayo.

Es bueno verlos como humanos a ambos y con esto oficialmente los demonios han dejado de existir en el mundo.

Los días pasaban convirtiéndose en semanas, y las semanas en meses hasta llegar hoy en día. Un día que he estado esperando con ansias, pero ahora me están ganando los nervios.

Y es que hoy yo...

- Giyuu, ¿Estas listo?

Al escuchar a mi hermana llamarme, me giré completamente para verla a los ojos.

- Si – Respondí.

- ¡Wow tío Giyuu! ¡Te vez muy bien!

- Gracias Tsunami.

Me giré nuevamente y me vi en el espejo, llevaba puesto un montsuki negro con las cinco crestas familiares. En la cintura llevaba puesto un kaku obi para sujetar mi hakama. Todo el conjunto fue hecho con la más fina seda que la familia Ubuyashiki pudo conseguir.

Aunque yo me oponía a pedirles algo como esto, la familia Ubuyashiki insistió tanto que no pude negarme, Kiriya me dijo que era su forma de agradecerme todo lo que había hecho por su familia.

Ahora giré mi rostro hacia la ventana para poder ver el jardín y escuchar a los pájaros cantando, al hacer está acción no pude evitar sentir cierta nostalgia porque está acción era algo que hacía en mis últimos días de vida cuando solo podía estar recostado en mi futón.

- ¿Nos vamos?

Nuevamente al escuchar la voz de mi hermana me hizo salir de mis pensamientos y solo le asentí para responderle. Los tres salimos de la finca del agua y en las afueras ya nos estaban esperando.

- Ya era hora, creí que te ibas a escapar.

- Vamos Sabito, no seas así.

Al acercarme a la familia Urokodaki, no pude evitar ver el vientre de Makomo.

- ¿Estás segura? ¿No quieres quedarte en la finca y descansar? – Le pregunté.

- Y aquí vamos de nuevo – Suspira Makomo – El que esté embarazada no significa que no pueda moverme.

- Pero...

- No me voy a perder de esto Guyuu nii – Me interrumpe Makomo – Solo tengo 4 meses de embarazo, ni que fuera a dar a luz en plena boda.

Al cruzar miradas con Sabito este solo sonríe ligeramente y me dice.

- Solo va por los aperitivos.

- ¡Sabito!

- ¡Auch!

Makomo le había dado un golpe en su hombro al escuchar esa broma de Sabito, no pude evitar sonreír al ver que no han cambiado en lo absoluto. Los tres hemos pasado por muchas cosas y prácticamente hemos estado juntos toda nuestra vida.

Aún recuerdo la primera vez que vi a Makomo, cuando la conocí el maestro Urokodaki nos había obligado a entrenar y vivir juntos, después llegó Sabito y desde ese momento nos volvimos inseparables.

Hemos tenido momentos agradables, momentos tristes e incluso una que otra pelea, pero de verdad agradezco mucho el que ahora estemos los tres en estas circunstancias.

- Muchas gracias – Les dije.

- ¿Mmm?

Ambos se veían confundidos ante mi agradecimiento.

- Les agradezco mucho que estén a mi lado, que sigan vivos y que sean felices. Tal vez el nombre de las tres gotas de agua de la corporación haya desaparecido, pero me alegro mucho de que sigamos estando juntos.

- Giyuu...

- Giyuu nii – Makomo se acercó a mí y me abrazó – Nunca nos separaremos de ti, siempre estaremos juntos.

Sabito también se acercó a nosotros y él puso su mano en mi hombro, después, sentí que alguien me abrazaba por la espalda y al girar levemente mi cabeza me di cuenta de que era Tsunami. Por último, mi hermana también se acercó y los cinco permanecimos unidos por unos minutos.

Al separarnos del abrazo grupal decidimos empezar a caminar para dirigirnos a nuestro destino, mientras caminábamos nos contábamos anécdotas y le dábamos consejos a Tsunami cuando preguntaba por curiosidad o por algo que no entendía.

A mitad de camino, me detuve al visualizar a una familia que se nos estaba acercando. No pude evitar sentirme feliz por ver a toda la familia Kamado junta. Todos llevaban puesto kimonos y yukatas para la ocasión.

- ¡Giyuu nii!

Nezuko venia corriendo hacia mí con la mano derecha levantada, mientras me saludaba, ella estaba sonriendo. Al principio creí que cuando estuviera cerca de nosotros ella se detendría, pero para mi sorpresa ella literalmente se aventó hacia mí para que la atrapara.

- ¡Nezuko!

La madre de Nezuko, Kie, que estaba algunos metros detrás de ella con toda su familia le llamó la atención. Nezuko se separó de mí no antes de mirar hacia arriba y sonreírme, en cuanto su familia se acercó a nosotros, ella se colocó a mi lado.

- Lamento lo que hizo mi hija – Me dice Kie.

- No se preocupe, está bien.

- Giyuu san.

En eso Tanjiro dio un paso al frente y me llamó.

- Muchas felicidades.

- Gracias Tanjiro.

- Giyuu nii san – Ahora fue Hanako quien me llamó – Le deseo mucha facilidad.

- Nosotros también – Shigeru y Rokuta dijeron casi al unísono.

- Gracias.

Toda la familia Kamado me estaba felicitando, pero por alguna razón Takeo me estaba evitando la mirada, él se veía algo sonrojado y nervioso. Por alguna razón Sabito se acercó a él y le susurró algo, pero sí quiso ser discreto lo hizo muy mal, porque alcancé a escucharlo.

- Vamos, si quieres su aprobación tienes que ser un hombre y decirle.

Me imagino que con lo que quiso decir Sabito con aprobación es sobre Tsunami y él. Aun sigo pensando que son demasiado jóvenes, pero tanto mi hermana como Makomo me han reprochado mi actitud.

- Takeo.

Le llamé y podía jurar que él dio un brinco por el susto, tal parece que no se esperaba que yo le dirigiera la palabra o quizás como estaba hablando con Sabito mi llamado lo espantó un poco.

- S-sí.

Él se veía demasiado nervioso y hasta su cuerpo estaba demasiado tensado, me di cuenta de que todos nos estaban observando y eso puede perjudicar un poco al chico.

- Ven, acompáñame.

- ¿Eh?

Tanto Takeo como mi hermana se escucharon sorprendidos.

- ¿Giyuu...?

Mi hermana trato de hablarme, pero yo comencé a caminar hacia un árbol no tan alejado de donde estábamos.

- No tardaré nee san.

Al pasar por un lado de Takeo, lo vi por el rabillo del ojo y eso pareció intimidarlo un poco. Después de un segundo, pude escuchar como comenzó a caminar por detrás de mí.

Al llegar al árbol, me detuve y di media vuelta. Por enfrente de mi estaba Takeo con la mirada agachada y detrás de él, algo distanciados, estaba toda nuestra familia observándonos.

- Takeo – Le llamé – Levanta la mirada.

Takeo me hizo caso y poco a poco comenzó a levantarla. Al ya poder verlo a los ojos le pregunté.

- ¿Qué intenciones tienes con Tsunami?

- ¿Eh? N-no, yo no tengo pensado h-hacerle nada malo.

- Entonces, ¿Por qué estas tan nervioso?

- Bueno, es que... Nee san me dijo que...

Yo estaba esperando su respuesta.

- Que usted es muy fuerte y que no dudaría en matar a cualquiera que le haga daño a su familia.

En ese momento levanté la mirada por arriba de Takeo para observar a Nezuko y al verla, ella se estaba riendo. Me di cuenta de que le jugó una broma a su hermano menor.

- Es verdad que yo defenderé a mi familia de cualquiera que quiera hacerle daño – Le dije.

- S-si...

- Y eso te incluye a ti.

- ¿Eh?

Takeo abrió un poco más los ojos, ahora parece más espantado que antes, tal vez no utilicé bien mis palabras.

- Sabes que considero a Nezuko y Tanjiro como mis hermanos, ¿No?

- Si.

- Pero también a ustedes, toda tu familia son mi familia.

- G-Gracias.

- Y si algún día te llegas a casar con mi sobrina, serás un familiar más cercano.

- S-sí, yo... ¿Eh?

Nuevamente Takeo se sorprendió y yo me incliné para estar a su altura y coloqué mi mano derecha en su hombro derecho.

- No estoy en contra de que quieran estar juntos, aun consideró que son demasiado jóvenes, pero si ella... ustedes quieren pasarla juntos no me opondré.

- Tomio... – Al verme a los ojos se corrigió – Giyuu san.

- Como dije, aun son muy jóvenes, diviértanse, jueguen, estudien y ya después, cuando sean más grandes, platiquen y decidan.

- Muchas gracias.

Ahora Takeo se veía bastante feliz y estaba a punto de darse media vuelta, pero antes de hacerlo, sujeté con más fuerza su hombro y me acerqué más a él.

- Eso si – Le miré duramente – Si te atreves a hacerla llorar, desearas no haber nacido.

- S-Si.

Al ver a Takeo tan espantado, coloqué mi mano sobre su cabeza y le revolví un poco el cabello. Después le sonreí y al estar más relajados los dos regresamos con nuestra familia.

Al estar todos juntos reanudamos nuestro andar, mientras caminábamos no pude evitar escuchar como los hermanos Kamado le preguntaban a Takeo sobre lo que platicamos a solas. Takeo solo evadía las preguntas.

Sentí que alguien se colocó a mi lado y al voltear me di cuenta de que era Nezuko, al estar hasta adelante, aproveché para preguntarle algo.

- ¿Por qué le dijiste a Takeo eso de mí?

- Solo quería espantarlo un poco, toda la semana se veía preocupado por hablar contigo.

- Pudiste apoyarlo – Le dije.

- Era divertido verlo así. Sabes... Nunca lo había visto así y te agradezco mucho darme esta oportunidad de ver nuevas facetas de mi familia.

Comprendo perfectamente a lo que dijo Nezuko, ya que ambos tenemos la oportunidad de experimentar y observar otras caras de nuestras familias.

- También tengo que agradecerte a ti y a Kanao.

- ¡Ah! ¿Te refieres cuando les dijiste la verdad a Shinobu y Kanae? Pff~

- ¿De qué te ríes? – Le pregunté.

- Es que fuiste tan malo explicando que ambas pensaron que estabas enfermo.

- ...

No pude responderle a Nezuko porque lo que dijo era verdad, las hermanas Kocho creyeron que me había golpeado la cabeza o estaba tan enfermo que la fiebre me hacía decir cosas sin sentido.

En esa noche, tanto Kanao como Nezuko me habían seguido al claro donde descienden las estrellas, de hecho, ellas fueron quienes aventaron una piedra para que las luciérnagas emprendieran vuelo.

Cuando Shinobu quería llevarme a la finca para poder examinarme, las dos salieron de su escondite y comenzaron a hablar con ellas. Ahí fue cuando las hermanas Kocho entendieron el cambio de personalidad por parte de Kanao.

Después de que las hermanas Kocho aceptaran nuestra historia vino una serie de preguntas y respuestas. Al final, Kanao y Nezuko nos felicitaron por el inicio de nuestra relación y nos dejaron solos para poder disfrutar del momento.

- Aun así, agradezco que me hayan ayudado aquella noche.

- Es lo que hacen las hermanas menores.

Continuamos con nuestras charlas mientras caminábamos, de repente, Nezuko vio a alguien a la distancia y levantó la mano para empezar a correr. Al ver a donde se dirigía Nezuko, me di cuenta de que Kanao estaba parada por enfrente de la puerta de la finca mariposa.

Kanao llevaba puesto un kimono morado con decoraciones de flores, su Obi era de color rosa y tenía puesto su pasador de mariposa en el lugar de siempre, lo único distinto es el pasador en si, por lo que escuché ella perdió el suyo y ahora está utilizando el que le pertenecía a su amiga y compañera de entrenamiento.

Al acercarme, ellas estaban teniendo una plática de lo más normal, ya que se estaban riendo mientras platicaban. En cuanto me detuve cerca de ellas, Kanao me miró y se acercó a mí.

- Bienvenido a la finca mariposa, Giyuu nii.

Yo asentí ante las palabras de Kanao y ella comenzó a saludar a los demás. En cuanto terminó, Kanao me pidió algo que nunca me había pedido.

- Este... Giyuu nii, me puede hacer un favor.

- Si.

- ¿Puede expandir sus brazos?

No entendía porque Kanao me pidió eso, pero al final le hice caso.

- ¿Así?

Extendí mis brazos.

- Un poco más.

Amplie la distancia de mis brazos y ahora los tenía totalmente abiertos, en cuanto lo hice, Kanao se lanzó hacia mí y me abrazó.

- Gracias, gracias... Estoy tan feliz.

Yo estaba sorprendido, por lo que cerré mis brazos lentamente para devolverle el abrazo.

- No me tienes que agradecer – Le dije.

- Claro que si – Levantó el rostro para responderme – No solo salvó a mis hermanas de su fatídico destino, sino que también las ama y está viendo por ellas.

- Yo...

- Por eso te quiero pedir un favor más, Giyuu nii.

- Por supuesto.

Kanao apretó con más fuerza su abrazo y me dijo.

- Por favor, hágalas felices.

- Si.

- Las dejo a tu cuidado.

Kanao se separó de mí y dio un par de pasos hacia atrás para señalarme con su mano derecha la entrada de la finca mariposa.

- Mis hermanas lo están esperando.

Yo solo asentí ante lo mencionado por Kanao y comencé a caminar a través del jardín de la finca. En esta ocasión nadie me acompañaba, ya que se supone que debo de ir yo solo. Al llegar a la entrada, Aoi me estaba esperando.

Aoi lleva puesto un kimono azul con degradado más oscuro en la parte de los pies, su kimono tenía patrones de flores de cerezos y su obi era un color pastel.

- Tomioka sama, por aquí por favor.

Nuevamente volví a asentir y comencé a seguir a Aoi, el trayecto por el pasillo fue silencioso mas no incomodo, por alguna razón se podía sentir cierta alegría emanar del cuerpo de Aoi.

Al llegar a una puerta, las tres niñas de la finca mariposa nos estaban esperando. Sumi, Kiyo y Naho me saludaron amablemente mientras Aoi tocaba la puerta, todas las niñas llevan puesto un kimono de un color similar a sus pasadores de mariposas.

Al cabo de unos segundos después de que Aoi tocara la puerta, se pudo escuchar un adelante desde dentro de la habitación y las niñas abrieron la puerta.

Cuando entré en la habitación, vi algo que hizo que mi corazón comenzara a latir más rápido, y es que en medio de la habitación estaban Shinobu y Kanae vestidas de novias.

Ambas llevan puestas el tradicional shiromuku, un kimono blanco con algunas líneas rojas y algunas grullas y flores bordados en plateado. También tienen puesto sobre sus cabezas sus wataboshi.

Ambas al verme me sonrieron y no pude evitar hacer lo mismo. Por detrás de ellas apareció Tamayo y a las dos les entregó un pequeño abanico blanco.

- ¿Listas?

Tamayo les había preguntado y las dos solo asintieron, ellas comenzaron a caminar hacia donde estaba parado esperando y al tenerlas cerca me di cuenta de que sus rostros lucían un poco distinto a lo habitual, y es que las dos se habían maquillado suavemente.

Sus mejillas tenían un tono carmín, creo que usaron un maquillaje en polvo o algo así me había dicho mi hermana que se llama. En sus parpados y la parte entre los ojos y la ceja, tienen una ligera sombra, en Kanae se ve de un color rosa mientras que en Shinobu era de un color morado.

Por último, ambas tenían un labial rojo en sus labios que hacía que resaltaran. Yo no decía nada, estaba embobado observándolas y ellas también solo me observaban. Después de un tiempo Tamayo se aclaró la garganta sacándonos de nuestros pensamientos.

- Tomioka san, ¿No les va a decir algo a las novias?

- ¿Eh? Sí

Nuevamente coloqué mi mirada en ellas y les dije.

- Están hermosas.

- Ara ara.

- ¿Nada más? – Me pregunta Shinobu.

¿Qué más les puedo decir? Tendré que utilizar una de las frases que me enseñó Koinatsu.

- Les podría regalar una flor, aunque no sabría cual elegir porque ninguna es tan hermosa como ustedes.

Pude ver como los rostros de las hermanas Kocho se sonrojaban mucho más que su maquillaje no podía ocultarlo. Realmente agradezco a Koinatsu por sus enseñanzas y el haberme regalado ese libro sobre piropos y frases de amor.

Y también...

- Eso fue muy bonito Tomioka san, pero ya debemos irnos, se nos hace tarde.

Tamayo nuevamente me había vuelto a la realidad con sus palabras por lo que le asentí y todos comenzamos a salir de la habitación. Al estar nuevamente en el pasillo Aoi era la única que nos estaba esperando, por alguna razón las niñas ya no estaban.

Al salir de la finca, vimos que todos nos estaban esperando y ahora supe porque las niñas mariposas ya no estaban en el pasillo, ahora ellas están por delante de mi familia sosteniendo cada una de ellas una sombrilla de diferentes colores.

Ahora que todos nos reunimos, hubo felicitaciones y abrazos para las hermanas Kocho. Después de eso comenzamos a caminar rumbo a la ceremonia que se llevará a cabo en la habitación principal de la familia Ubuyashiki.

Caminamos por varios minutos y en el transcurso varios kakushis y ex cazadores de bajo rango hicieron acto de presencia y comenzaron a felicitarnos, incluso los cuervos kasugai comenzaron a volar por encima de nosotros.

Finalmente llegamos a la entrada principal de la finca Ubuyashiki y ahí nos estaban esperando las hermanas del antiguo patrón Kiriya. Las cuatro nos hicieron una reverencia y nos comenzaron a guiar hacia la habitación principal.

Al doblar por una esquina llegamos a un amplio jardín y ahí nos estaban esperando todos nuestros amigos.

- ¡Vivan los novios! – Uzui gritó.

- ¡Vivan! – Sus esposas respondieron.

Algunos los veían mal por el escándalo que estaban haciendo, pero a la familia Uzui les importó poco y siguieron con lo suyo, incluso Tokito estaba haciendo fiesta algo que me sorprendió demasiado.

- ¡Tomioka, mi amigo! – Rengoku me llamó – ¡Que las llamas de su amor jamás se extingan!

Atrás de él, su padre y hermano nos saludaron con las manos.

- ¡Kya! – Ese grito fue de Mitsuri – ¡Que hermosas se ven, Kanae, Shinobu!

- Ara ara, muchas gracias – Responde Kanae.

- ¡Felicidades!

Iguro no expresaba mucho, pero podía sentir que sus palabras eran honestas.

- Oi.

De repente Shinazugawa se había colocado a mi lado, todos se le quedaron viendo como si se estuvieran preparando para lo peor.

- Mas te vale hacerlas feliz.

- Si.

Y sin previo aviso, Shinazugawa levantó su puño y lo dejó suspendido en el aire, yo solo imité su gesto y choqué puños con él. Debo admitir que fue un poco raro, pero me siento feliz por llevarme bien con Shinazugawa.

- ¡Felicidades a los tres! – Yae también se había acercado.

- Maldito suertudo – Ese susurro era de Zenitsu – Aun así, muchas felicidades.

- ¡Pelea conmigo! – Si, ese era Inosuke.

- ¡Nada de eso!

Ante el grito de Inosuke, Aoi se acercó a él y le jaló la oreja. Todos nos reímos un poco ante tal acción y reanudamos nuestro andar.

- ¡Felicidades!

Hice un ligero movimiento de cabeza para responderle a Murata, él estaba al lado de una mujer, creo que su nombre era Ozaki.

- Tomioka san, muchas felicidades – Era Genya – Y también a ustedes, Kocho Kanae san, Kocho Shinobu san.

- Muchas gracias Genya kun – Le responde Shinobu.

Antes de llegar al engawa de la finca cruce miradas con Yushiro, él no me dijo nada, pero me hizo una reverencia en señal de respeto, yo solo le respondí con un movimiento de mi cabeza y comencé a subir las pequeñas escaleras para entrar a la mansión.

Ahora que caminábamos por los pasillos, muy pocas personas eran las que nos estaban acompañando, son nuestros amigos y familiares más cercanos. Al llegar a una gran puerta de tatami, las hermanas menores Ubuyashiki, Kuina y Kanata, se arrodillaron en cada extremo de la puerta y la comenzaron a abrir.

En el interior, pude ver que Kiriya y su madre estaban sentados en estilo seiza al final de la habitación, por los costados había varios cojines donde se acercaron nuestros familiares que nos acompañaban.

Tsunami, Tsutako, Makomo, Nezuko y Tanjiro estaban del lado derecho de la habitación. Por el otro lado se encontraban Kanao, Aoi, Mitsuri, Sumi, Kiyo y Naho.

- Andando.

Sabito me había dicho eso y entré junto con él a la habitación no sin antes mirar a Kanae y a Shinobu. Se supone que yo debería entrar con mi padre, pero al no tener uno, Sabito fue quien lo sustituyo, ya que yo hice lo mismo durante su ceremonia.

Cuando estuvimos frente a Kiriya, lo saludé discretamente antes de voltearme y ver como las hermanas Kocho entraban a la habitación de la mano de Tamayo. La tradición dicta que las novias deben de entrar al santuario de la mano de su madre y saldrán, ya casadas, de la mano de su suegra, aunque en esta ocasión lo harán de la mano de mi hermana Tsutako.

Mientras las veía caminando lentamente hacia aquí, sentí como mis labios se curvearon en una ligera sonrisa. Al estar los tres frente a Kiriya le hicimos una reverencia porque el fungirá como el sacerdote de esta ceremonia.

Kiriya se giró sobre su eje y reverencio al artefacto purificador para iniciar con el shubatsu, el rito purificador. Cuando terminó con el rito, todos nos sentamos. Kiriya nos recitó un canto shintoista y después de eso nos pidió levantarnos nuevamente.

Cuando estábamos de pie, Kiriya nos entrega un pergamino el cual los tres comenzamos a leer, este pergamino son las palabras de compromiso y el agradecimiento a los dioses.

Terminando de leer el pergamino, se lo regresamos a Kiriya y él lo colocó en el altar, en cuanto lo hizo todos reverenciamos al altar para honrar a los dioses. Tamayo y Tsutako se levantaron de sus asientos para entregarnos nuestros juzos, prácticamente son rosarios que intercambiamos entre los tres para demostrarle a los dioses nuestros deseos de unirnos.

La madre de Kiriya, Amane, se acercó a su hijo con una charola de plata. Encima de esta había tres vasos de diferentes tamaños y una botella de sake, esto solo significaba el inicio del san san kudo.

Primero le entregaron el vaso más pequeño a Shinobu, ella lo recibió con ambas manos y lo llenaron de sake, después hizo dos movimientos con las manos de arriba hacia abajo para que en el tercer intento se bebiera el sake.

Al regresarle el vaso pequeño a Kiriya, el joven ex patrón le entrego el vaso a Kanae y repitieron la acción echa por su hermana menor, al final yo recibí el vaso pequeño e hice los dos intentos para al tercero tomarme mi porción de sake.

Este primer vaso con sake representa el cielo.

El segundo vaso, el mediano, me lo entregaron primero a mí y repetimos las mismas acciones que con el vaso pequeño.

Este segundo vaso representa la tierra.

El tercer vaso, el más grande, primero se lo entregaron a Kanae y al terminar con su ritual se lo entregaron a Shinobu, al final yo recibí este vaso y al tercer intento me bebí el sake.

Este último vaso representa al ser humano.

Amane se llevó los vasos y el sake y Kiriya nos hizo la invitación de levantarnos para acercarnos al altar. Al estar los tres parados frente al altar, hicimos una reverencia y nos dimos media vuelta para comenzar a leer nuestros votos.

Cuando leía mis votos, podía ver las lágrimas salir de los ojos de mi hermana, así como de Kanao, Mitsuri, Aoi y Nezuko, los demás solo nos estaban sonriendo. Finalizando nuestros votos comenzamos a agradecer a todos por estar aquí presentes con nosotros.

- Les agradezco a todos por estar en este día importante para nosotros – Les hice una reverencia – Ahora andando, los demás nos deben estar esperando.

- Si.

Algunos me contestaron, otros simplemente hicieron un movimiento de cabeza. En cuanto salimos de la mansión de los Ubuyashiki, los gritos comenzaron a escucharse y la familia Uzui comenzó a arrojar arroz al cielo.

Kanae y Shinobu salían de la mano de Tsutako como dicta la tradición, después mi hermana las guio hacia mí para entregarme sus manos. Yo las recibí y los tres nos sonreímos entre nosotros.

Los tres estábamos metidos en nuestro mundo, cuando el grito de Uzui se hizo presente.

- ¡Ya pensaran en su noche de bodas, primero vayamos a la extravagante fiesta!

- ¡Oi! ¡Uzui bastardo! – Shinazugawa se veía molesto – ¡Deja de decir esas cosas!

- ¡Ja ja ja!

Entre risas y quejas poco a poco todos comenzaron a ir al patio donde antes teníamos nuestras reuniones de pilares, ahí se llevará a cabo la fiesta de la boda. Antes de siquiera dar un paso al frente le hablé a mis ahora esposas.

- ¿Nos vamos?

- ¡Si!

Ambas en verdad se veían felices y emocionadas. Dado que el lugar de la fiesta no estaba tan lejos de donde se llevó a cabo la ceremonia, no tuvimos que caminar mucho para alcanzarlo a todos.

Había mesas por todo el jardín, algunos kakushis estaban tocando instrumentos musicales tradicionales y otros estaban ejerciendo la labor de meseros.

Al llegar a nuestra mesa, que estaba en el centro de todo, nuevamente agradecimos a nuestros invitados por acompañarnos en este día tan especial para nosotros. Después los tres nos fuimos del jardín para ingresar a la finca y poder cambiarnos.

Tamayo y Kanao acompañaron a Shinobu y Kanae, mientras que a mí me estaba acompañando mi hermana y Tsunami. Al entrar a una habitación, me coloqué un yukata más cómodo y no pude sonreír al tener en mis manos mi nuevo haori.

Aunque llamarlo nuevo no sé si sea lo correcto, ya que es el haori que utilizaba en mi antigua vida como pilar. Tanto mi hermana como Sabito me regalaron las mitades de sus haoris para que pudieran hacerme de nueva cuenta este haori de dos piezas.

Antes portaba este haori como recuerdo de mis seres queridos que no pude proteger, pero ahora portaré este haori como símbolo de unión, honor y satisfacción. Satisfacción de haberlos podido proteger esta vez.

En cuanto terminé de cambiarme, salí de la habitación para poder regresar con los demás en compañía de mi hermana y sobrina. No pude evitar sonreírles sobre todo cuando mi hermana toco ligeramente el haori que ahora estoy portando.

- Tal vez antes este haori representaba el pasado que no pudiste proteger – Me dice mi hermana – Pero ahora me gustaría que este haori represente el futuro que te puedes construir con la ayuda de tus seres queridos.

- Gracias – Le respondí.

- ¡Vamos! – Tsunami me empieza a jalar de la manga del haori – ¡Nos están esperando!

- Hija, tranquila. Ya vamos.

Tsunami seguía jalando y yo solo le asentí a mi sobrina para comenzar a caminar junto a ella. Mi hermana hizo un pequeño suspiro y negó con la cabeza antes de caminar con nosotros.

- En verdad, no es bueno que consientas a los niños – Me dice.

- Recordaré esas palabras por si acaso.

Creo que mi hermana entendió lo que le quise decir porque infló sus mejillas e hizo un pequeño quejido.

- ¡Ah no! ¡Cuando tenga a mis sobrinos los malcriaré para que entiendas por lo que yo pasé!

Después de ese comentario, hubo un pequeño silencio antes de que los dos nos comenzáramos a reír. Nuevamente Tsunami nos llamó y ambos le dijimos que ya iríamos.

Yo fui el primero en salir y nuevamente varios de mis amigos comenzaron a acercarse para hablar conmigo. Los antiguos pilares, tsugukos y demás teníamos una plática de lo más normal, hasta Uzui se guardaba ciertos comentarios ante los pellizcos de Hinatsuru o Suma.

Todo estaba yendo muy tranquilamente hasta que se hizo un silencio y todos comenzamos a dirigir nuestras miradas hacia el engawa de la finca, de ahí comenzaron a salir Tamayo y Kanao y por detrás de ellas estaban Shinobu y Kanae.

Ellas se pusieron un kimono más casual y sus respectivos haoris de mariposas, pero había un pequeño cambio en el haori de Shinobu, el color rosa que estaba cerca de la manga del haori era reemplazado por un color morado parecido a los ojos de Shinobu.

Al estar nuevamente los tres juntos, Kiriya se acercó pare decirnos algo.

- Kanae, Shinobu y Giyuu. Ahora empezarán una nueva etapa en sus vidas, a partir de ahora tendrán que cuidarse en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad.

- Si – Les respondimos los tres.

- Que sus días sean bienaventurados. Muchas felicidades, familia Tomioka.

- Si.

- Gracias.

Shinobu y Kanae le respondieron al joven Kiriya mientras que yo repetía una y otra vez las últimas palabras que nos dijo; Familia Tomioka, realmente se escucha muy bien.

- Entonces...

Las llamé y ambas me voltearon a ver.

- ¿Continuamos, Tomioka Shinobu, Tomioka Kanae?

- ¡Si!

Ambas me respondieron muy felices y a las dos les ofrecí mis manos para dirigirnos hacia nuestra mesa, ellas las aceptaron y en cuanto nos tomamos de las manos, nuevas felicitaciones y gritos de nuestros amigos y familia se empezaron a escuchar.

Finalmente me siento en paz y en calma, de haber pasado toda una vida de soledad y tristeza, de tener un complejo de inferioridad, ahora me puedo decir que me siento verdaderamente feliz y en dicha.

Con todo lo que pasamos, todas esas experiencias buenas y malas, nos forjaron para ser lo que ahora somos. Con todas las pérdidas que sufrimos, por todos los que se adelantaron y se fueron primero, viviremos esta vida que ellos se esmeraron en entregarnos, jamás los olvidaremos y siempre los recordaremos.

Ahora miro hacia adelante con confianza, sé que no todo será fácil, pero seguiremos esforzándonos para así, seguir caminando junto a mis amadas esposas.

Ya que como se dice coloquialmente...

Después de la tormenta, viene la calma.

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