Capítulo 60: El último demonio
- ¡Rápido atiendan a todos! ¡Esto no ha terminado, reaccionen y ayuden a los heridos!
Podía escuchar los gritos de varias personas por todo el lugar, deduzco que se tratan de los kakushin que finalmente habían llegado a ayudar. Yo, Himejima Gyomei, puedo finalmente descansar en paz.
- ¡Himejima san!
Escuché la voz de una persona a la que considero como una hija, pude sentir como Kocho Kanae se colocaba a mi lado.
- ¡Rápido, necesito gasas y antibióticos!
- Kocho sama, usted también debe...
- ¡No! ¡Primero necesitamos atender a Himejima san!
Kanae...
- Déjenme, no usen la medicina en mí – Les dije.
- Pero... Himejima san.
- Es demasiado tarde para mí, vas a terminar desperdiciando tu valiosa medicina.
- No, por favor no diga eso, yo...
- Por favor Kocho.
- ¡No! No se rinda Himejima san, yo... nosotras aún lo necesitamos.
- Ve a donde están los más jóvenes, ve con Tomioka, tanto tú como Shinobu deben de estar a su lado.
- *Snif* Pero... Himejima san...
Podía saber que Kanae estaba llorando.
- Lamento no poder entregarlas el día de su boda, pero ten por seguro que ahí estaré.
- Himejima san...
- Te lo ruego... Es mi última voluntad.
Podía sentir como alguien me tomaba de la mano, al principio pensé que era Kanae, pero de inmediato podía sentir más presencias a mi alrededor.
- Ohh... Chicos...
- ¡Sensei!
Puedo sentirlos, todos los niños a quien cuidaba en el pasado estaban aquí conmigo.
- Siempre quisimos disculparnos por lo que paso ese día. Terminaste lastimado por nuestra culpa ¿Verdad?
- Pero no estábamos tratando de desobedecerte y huir.
- ¡Sensei! Pensamos que teníamos que protegerte porque no podías ver. Yo intentaba conseguir armas, había herramientas de cultivo afuera.
- Y yo trataba de buscar a alguien para pedirle ayuda.
Podía sentir el dolor y el lamento en sus palabras.
- Ahh... Así que fue por eso – Les dije.
- Perdónanos por echar a Kaigaku, pero había una razón, por favor créanos.
- Si el mañana hubiese llegado como de costumbre, te lo hubiéramos explicado.
- ¡Por favor, perdónenos!
Es cierto... Si tan solo hubiese llegado el mañana.
- Yo también tuve la culpa – Les respondí – No pude protegerlos... discúlpenme.
- ¡No se disculpe! Todos lo amamos sensei. Por eso mismo hemos estado esperándote todo este tiempo.
- Entiendo... Muchas gracias... Vayamos todos juntos...
. . .
- Vayamos...
Himejima...
¿Por fin pudiste reencontrarte con todos tus niños?
- ¿Ko-Kocho sama...?
Mis lagrimas no paraban de salir de mis ojos, aun así, tenía que declarar el estado de Himejima como encargada del área médica.
- El pilar de la roca... Himejima Gyomei... Ha fallecido.
- *Snif*
- Himejima san...
Muchos de los kakushin y cazadores que estaban cerca de nosotros comenzaron a llorar. Yo solo tomé la mano de Himejima y comencé a rezar por su descanso eterno.
. . .
La batalla finalmente había terminado, el amanecer había llegado y con su luz nos mostraba el horrible panorama de lo que alguna vez fue un pueblo pacifico. Yo, Kocho Shinobu, estaba caminando a paso lento sin poderme creer lo que mis ojos estaban viendo.
Este pacifico pueblo fue completamente destruido en una sola noche, una noche dónde todos los demonios atacaron. Las incontables vidas que se perdieron en este lugar no podrán ser honradas como se merecen.
Este lugar se convirtió en un verdadero cementerio, y muchas de las lapidas no tendrán ni nombre ni cuerpos. Este lugar donde vivía Giyuu... A quien estoy observando mientras mis lagrimas salían de mis ojos.
- No... no tiene pulso.
- *Snif*
- El pilar del agua ha...
Aquel kakushin que iba a confirmar lo que yo no quería escuchar se calló al verme pasar por su lado, en cuanto estuve cerca de Giyuu me dejé caer sobre mis rodillas y comencé a llorar intensamente.
Él se veía en calma, estaba arrodillado con la cabeza agachada, sin embargo, se podía ver una ligera sonrisa en su rostro.
- ¡Tonto! ¡¡Tonto!! ¡¿No me dijiste que nada te iba a pasar?!
No dejaba de llorar mientras golpeaba el suelo con todas mis fuerzas.
- ¡Eres un mentiroso! ¡¿Por qué tienes que hacer esto siempre?! ¡¡Tú...!!
¡¿Por qué?! ¡¿POR QUÉ?!
- ¡AHHHHH!
Di un grito lo más fuerte que pude al cielo y después me desplomé en el suelo, mis lagrimas salían con más fuerza, mi cuerpo comenzó a temblar y sentía que me estaba hiperventilando.
- Pilar del insecto, por favor tranquilícese.
- ¡¿Cómo quieres que me tranquilice?! – Le grité – ¡¿Cómo quieres que...?!
- Shinobu...
Escuché la voz de Sabito y eso hizo que levantara un poco el rostro, lo vi a él acercándose junto a Makomo y Tsutako.
- A Giyuu no le hubiese gustado verte así.
Ante esas palabras de parte de Sabito, no pude evitar enojarme con él.
- ¡¿Cómo sabes eso?! ¡¿Cómo puedes decir eso?! ¡¿Acaso no te afecta en lo más mínimo?! ¡Acaso te da igual que...?!
No pude continuar con mi reproche porque Tsutako se había arrodillado a mi lado y me abrazó, por un momento intenté alejarla de mí, pero ella aplicó más fuerza en su abrazo por lo que al final desistí y la terminé por abrazar también.
- Lo siento... *snif*... Es solo... Giyuu...
Pude sentir como Tsutako colocó su mano sobre mi cabeza y me comenzó a acercar más a ella.
- Tsutako... Lo... *snif* yo... ¡Ahhhh!
Nuevamente comencé a llorar sobre el hombro de Tsutako y ella con su otra mano me daba palmaditas en la espalda, pero también podía sentir como ella lloraba de igual manera.
- Giyuu...
Esa era la voz de Sabito y por el rabillo del ojo pude ver como se acercaba a Giyuu.
- Fuiste un verdadero hombre hasta el final, nadie dirá lo contrario y quien se atreva, lo golpearé hasta dejarlo irreconocible.
Sabito también se dejó caer sobre sus rodillas y Makomo se acercó a él para colocarle su mano sobre su hombro.
- Muchas gracias por lo que hiciste por todos nosotros, por mucho tiempo sufriste tú solo y ahora te mereces un gran descanso. Hasta que nos volvamos a encontrar, mi único y verdadero hermano.
Tanto Sabito como Makomo estaban llorando por Giyuu, al verlos en ese estado hizo que reflexionara y ahora me odio a mí misma por haberle dicho esas cosas a Sabito.
Me despegué un poco de Tsutako y me giré para poder disculparme, Sabito también estaba sufriendo y él no se merecía esas palabras de mi parte, pero antes de poder decirle algo, el grito de Tanjiro nos alertó de algo...
. . .
Finalmente, todo había terminado, yo Kamado Tanjiro, estaba cerca de mis amigos, los kakushin los estaban asistiendo hasta que...
- ¡ME MORDIÓ! ¡EL JABALI ME MORDIÓ!
- ¡Este tipo es demasiado energético!
- *Cof*
- ¡Mierda! ¡Está tosiendo sangre!
Me preocupe al escuchar esas palabras, pero lo que dijo Inosuke a continuación me tranquilizaron un poco.
- Soy el... rey de la montaña. No... moriré tan... fácil.
Y estoy más que seguro que eso no pasará, Inosuke no es de las personas que se rindan tan fácil. Por otro lado...
- Si... si llego a morir, díganle a mi esposa Nezuko que la amo.
- No es tu esposa ¿Verdad? – Un kakushin le preguntó mientras sentía un poco de enojo en mi interior.
- También que fui valiente y que hasta el final siempre la he amado.
- Zenitsu – Le hablé.
- Tanjiro, por... por favor dile que...
- Ella te está escuchando.
Le dije eso mientras señalaba hacia un costado de él. Zenitsu giró su rostro y pude jurar que palideció al ver a Nezuko a su lado.
- ¡Nezuko! ¡Yo...! Bueno... ¡Espera! ¡Estas parada bajo el sol! ¡NEZU...!
- Zenitsu – Mi hermana le habló – Bu-buen trabajo.
- ¿Eh? ¿Nezuko...? ¡Hiiii! ¡Nezuko chan!
Zenitsu comenzó a llorar mientras Nezuko le daba palmaditas en la cabeza, mi hermana en verdad sonreía diferente cuando está con Zenitsu, incluso su olor cambia súbitamente.
Al principio no quería aceptarlo, pero al paso del tiempo me he dado cuenta de que en verdad mi hermana ama a...
- ¿Uh?
De repente y sin previo aviso, Nezuko se había levantado y miraba muy asustada a algo que está detrás de mí, yo también me levanté sin entender que le sucedía a mi hermana.
- ¿Nezuko, qué sucede?
- N-no... No...
- ¿Uh? ¿Este sonido...?
- ¿Qué ocurre Zenitsu? – Le pregunté.
- Este sonido, es el de un demonio.
¿Un demonio? ¿Estará hablando de Tamayo? No, no lo creo, el olor que emana Zenitsu es el olor del miedo, entonces ¿A qué demonio se estará refiriendo?
Nezuko comenzó a correr sin decirme nada, al ver su acción intenté seguirla aún con la dificultad que eso suponía para mi cuerpo. Al observar hacia donde se dirigía mi hermana, por un momento pensé que quería estar al lado de Giyuu.
Sin embargo, el olor que desprende Giyuu no era el olor de siempre, este olor es de muerte e ira, es un olor desagradable, este olor es de...
. . .
La sombra de la muerte siempre me asechó firmemente. Mi corazón se detuvo varias veces dentro del vientre de mi madre. Cuando nací me declararon muerto, no tenía pulso y ni siquiera respiraba.
Cuando estaba a punto de ser cremando, luché y luché para finalmente comenzar a llorar.
Puedo decir que, sin lugar dudas, el deseo que tanto anhelaba se hizo realidad... no, yo lo hice realidad, pero solo fui capaz de hacerlo con un solo cuerpo, ese fue mi límite.
Me duele decir esto, no quería admitirlo, pero todas las criaturas vivas se encontrarán con la muerte sin excepción. Los humanos siempre decían que los sentimientos son indestructibles y eternos.
Sin embargo, yo no recuerdo a ni una sola persona que asesiné, una vez el cuerpo muere todo termina.
¿Pero entonces, qué?
"Los sentimientos son heredados y nunca serán destruidos" ¿En verdad perdí contra eso?
Estaba siendo testigo de esa realidad, hasta temblaba de la emoción. Lo más probable es que mi cuerpo sea destruido por la luz del sol en solo unos instantes, sin embargo, mis sentimientos seguirán siendo indestructibles y eternos.
Así que he decidido confiarte todo a ti, Giyuu.
Tenías razón, mientras tengas la confianza de los demás en tu espalda, estos te impulsaran a seguir adelante, a crear un milagro.
Tal vez tu corazón ya se haya detenido y ya no estes respirando, pero tus células no han sido destruidas, aun sigues con vida.
Todavía estoy a tiempo.
Quizás la medicina de Tamayo te haya ayudado para no convertirte en demonio anteriormente, pero ha pasado bastante tiempo cuando te aplicó ese medicamento, por lo que sus efectos ya no deben ser tan fuertes.
Además, en esta ocasión bombardearé toda mi sangre en ti. Estoy seguro de que crearas un milagro, ya lo has hecho. Si logras escapar de una muerte súbita y consigues mantenerte con vida...
Tomioka Giyuu, tú... Volverás a crear un milagro, conquistaras al sol y te convertirás en el rey demonio más fuerte. Después de todo, me has demostrado que los milagros existen.
Tu no morirás... Yo creo en ti... Haz mi sueño realidad Giyuu.
¡Tu destruirás a los cazadores de demonios en mi lugar!
. . .
- ¡ALEJENSE! ¡El olor de Muzan no ha desaparecido!
No entendí que quiso decir con eso Tanjiro, pero de repente, Nezuko nos había tomado por nuestras cinturas a Tsutako y a mí y nos alejó de Giyuu de un solo salto.
- ¿Nezu...?
*Trash*
Pude escuchar un gran golpe en el suelo y al voltearme para saber qué había pasado, me di cuenta de que había un enorme cráter por donde estábamos arrodilladas, pero lo que más me impacto fue ver a Giyuu de pie.
Sin embargo, había algo raro en él, cuando le vi el rostro, una especie de humo o vapor salía de su ojo izquierdo y de un momento a otro abrió sus dos ojos, dejándome ver como sus pupilas se habían rasgado como felino.
- No... No por favor... ¡No!
Al estar algo alejado de Giyuu, vi como su brazo izquierdo había aparecido nuevamente, su rostro tenía su marca de cazador, pero ahora ya no se limitaba a solo su mejilla izquierda, también se encontraba rodeando todo su brazo izquierdo.
Esto solo me confirmó lo que yo no quería aceptar. Giyuu, el hombre de quien me enamoré se había convertido en demonio.
. . .
El aviso oportuno de Tanjiro hizo que sujetara a Makomo para que ambos nos alejáramos del lugar, apenas y escuché ese grito sentí la presencia demoniaca emanar del cuerpo de Giyuu.
Yo, Sabito, me había alejado junto a Makomo lo que mis piernas me dieron de fuerza, también logré patear a un kakushin para alejarlo, pero al disiparse la cortina de polvo, me di cuenta de que ese lugar se había convertido en un cráter.
Si hubiese tardado un segundo más, estoy seguro de que ni Makomo ni yo estaríamos más en este mundo. Al darme cuenta de quien había sido la persona que ocasionó este desastre, hacia que se me partiera el corazón.
- ¡Gahh!
Giyuu... El hombre quien había derrotado a Muzan, ahora se ha convertido en un demonio. Yo no quería creerlo, pero estoy siendo testigo de la cruda realidad.
- Guh...
Unos de los kakushin que también estaban cerca de nosotros, se quejaba del dolor mientras intentaba ponerse de pie, pero esto fue notado por Giyuu que intentó atacarlo.
Por un momento me debatí el que debería hacer, podía ser que dejara a Giyuu a sus anchas, hacerme de la vista gorda, pero luego pensé en él y sé lo destrozado que se sentiría si él mata a un ser humano con sus propias manos.
- ¡Levántense! ¡A todo cazador que aun pueda luchar, levántense y decapiten a Giyuu!
Dejé a Makomo y pude sentir como intentó detenerme antes de salir corriendo hacia Giyuu. No puedo permitir que mi hermano haga una atrocidad, por eso me interpuse entre él y el kakushin.
De repente, Giyuu observó hacia el horizonte y sus ojos se abrieron de más al ver el sol en el cielo, su cuerpo comenzó a quemarse e intentó a alejarse del lugar.
- ¡No lo permitiré!
Giyuu se dirigía hacia una casa en ruinas, era claro que trataba de protegerse de los rayos del sol escondiéndose bajo la sombra, por lo que intenté taclearlo para mantenerlo debajo del sol.
- Por favor Giyuu, no te conviertas en un demonio asesino y muere siendo humano.
Ambos estábamos forcejeando mientras Giyuu seguía quemándose.
- Muere siendo un hombre.
Sin embargo, las quemaduras en su piel dejaron de aumentar y todo su cuerpo empezó a curarse.
- No puede...
Sentí un golpe en mis costillas izquierdas y salí volando por los aires. Al caer al suelo, lentamente levanté la mirada solo para ver como Giyuu se incorporaba sin ningún problema bajo el sol.
Giyuu comenzó a sonreír mientras me miraba fijamente, después extendió su mano derecha y una gran bola de agua comenzó a crearse de la nada. Esta esfera estaba girando sobre su eje y de un momento a otro salió disparada hacia mi dirección.
La bola de agua estuvo a punto de darme en la cabeza, pero una espada se interpuso en su camino y la partió por la mitad, las dos mitades pasaron muy cerca de mí.
Al mirar de nuevo hacia al frente, me di cuenta de que Makomo se había colocado un paso por delante de mí y también me di cuenta de que ella me había salvado la vida.
- Gi-Giyuu...nii.
Makomo se había quitado las vendas de su boca para intentar hablar con Giyuu, pero...
- ¡Rahhh!
Giyuu dio un rugido como si fuese una gran bestia y se abalanzó en contra de Makomo, ella no reaccionaba ni se movía de su lugar, podía saber que estaba llorando porque veía caer algunas lágrimas al suelo.
- No... no p-pueedo... hacerlo.
Makomo había bajado su espada y su cuerpo comenzó a temblar. Giyuu ya estaba cerca de Makomo y parecía que no iba a detenerse.
- ¡No lo hagas, Giyuu san!
En un instante, Kanae se había colocado en la espalda de Giyuu y con la saya de su espada estaba tratando de detenerlo. La funda estaba en la boca de Giyuu y este se movía fuertemente para intentar separarse de Kanae.
- ¡Por favor! ¡Reacciona, Giyuu san!
De repente, del cuerpo de Giyuu comenzó a salir agua y esta estaba funcionando como una especie de capa que logró separar a Kanae de su espalda. Kanae cayó de espaldas y cuando levantó la mirada, Giyuu ya estaba enfrente de ella.
Giyuu levantó su brazo izquierdo al cielo y el agua se fue acumulando alrededor de su brazo para crear una especia de lanza. Giyuu descendió su brazo para golpear a Kanae, pero de repente este se detuvo.
Podía ver como Kanae estaba llorando, pero su rostro se mostraba sorprendido, después Giyuu volvió a gritar y nuevamente se preparaba para atacar a Kanae.
- ¡Giyuu san!
Tanjiro había aparecido y se puso en medio de los dos para detener el ataque de Giyuu con su katana, mientras tanto, Nezuko se colocó en la espada de mi amigo y lo abrazó para bajarle los brazos.
- Nii-san
Tanjiro, dejo caer su espada y también se fue a abrazar a Giyuu.
- ¡Por favor! No te dejes derrotar, tú puedes superarlo.
Tanto Tanjiro como Nezuko estaban llorando mientras se aferraban a Giyuu, él por su parte trataba de separarse de ellos.
- Por favor, sé que tú puedes hacerlo, y cuando lo hagas, vayamos juntos a comer salmón con rábanos, ¿Sí?
- Gi-Giyuu-nii.
De nueva cuenta el agua comenzó a rodear el cuerpo de Giyuu y esto obligó a los hermanos Kamado a separarse de él, fue lo mismo que con Kanae, pero a diferencia de ella, en esta ocasión el agua no se disipó y en su lugar se creó una cúpula de agua que lo rodeaba completamente.
Giyuu comenzó a dar unos pasos en dirección de Tanjiro, la cúpula de agua estaba girando a gran velocidad con Giyuu como su eje. El fuerte movimiento del agua destrozará por completo a quien se acerque a él, lo sé porque se parecen a las corrientes de un rio desenfrenado.
Tanjiro veía con miedo y tristeza como Giyuu se acercaba a él, sin embargo, Giyuu detuvo su paso al verse rodeado de una espada altamente flexible.
- Respiración del amor. Segunda postura: Amor angustiante.
Mitsuri logró destruir esa cúpula de agua, pero su espada pago un alto precio al hacerlo, ya que está terminó por romperse en varios fragmentos.
- ¡Giyuu san!
Mitsuri se había colocado por enfrente de Tanjiro y le estaba gritando a Giyuu mientras extendía sus brazos. Al verla de perfil, me di cuenta de que estaba sangrando bastante de su costado izquierdo y una parte de su oreja izquierda ya no estaba.
- ¡No dijiste que todos viviríamos felices! ¡No me prometiste ser el padrino de mis hijos!
Giyuu se detuvo de repente.
- ¡Si sigues actuando así, no te lo perdonaré!
- ¡Mitsuri!
Iguro estaba corriendo para socorrer a Mitsuri, porque de la espalda de Giyuu salieron unas especies de látigos de agua y todas estaban apuntando a Mitsuri.
- ¡Tomioka, mi amigo, detente!
Poco a poco los demás pilares comenzar a acercarse, al ver esto yo me puse de pie para ayudar con esto, pero mi voluntad se detuvo por unos momentos al ver lo que estaba ocurriendo.
Los seis látigos de Giyuu seguían apuntando a Mitsuri, al principio creí que los iba a arrojar como lo hacía Muzan, pero estos estaban suspendidos en el aire y entre las seis puntas creaban un círculo, y en medio de este círculo, se estaba creando una gran esfera de agua.
Si esa cosa sale disparada, no solo Mitusri y Tanjiro terminaran muertos, todo lo que esté detrás de ellos será destruido. Ambos se veían pálidos ante lo que estaba por delante de ellos.
- ¡No hay más opción, respiración de la serpiente...!
- ¡Espera!
Rengoku intentó detener a Iguro, pero este ya había comenzado a correr para decapitar a Giyuu. Sin embargo, Iguro se detuvo al ver como alguien había aparecido por enfrente de Giyuu y lo abrazaba por su cuello.
- ¡Tsutako san!
Shinobu había gritado el nombre de nee sama y es que ella era la que se había acercado a Giyuu y literalmente se había colgado de su cuello.
- D-detent-te...
- ¡Tsutako san, aléjese! ¡No es seguro que este ahí!
Ahora había sido Kanae quien le gritaba nee sama.
- Tr-tranquilo...
Giyuu no se movía, solo hacia ruidos con la boca como si se tratase de un animal, pero a diferencia de Kanae y de los hermanos Kamado, el agua que aparecía alrededor de Giyuu para liberarse del agarre no apareció en esta ocasión.
- T-todo... est-tara b-bien...
Tsutako colocó su mano derecha en la mejilla de Giyuu y este miraba furioso a nee sama, pero por alguna razón no le hacía nada, a pesar de que nee sama está cubierta de sangre, no se ve intención en Giyuu de atacarla.
- ♪ D-Donguri korokoro... donb-buriko. Oike ni... hamatte, sā taihen ♫
Nee... Nee sama comenzó a cantar una canción infantil y aunque eso pareciera una locura, parece que está funcionando, ya que el rostro de Giyuu comenzó a relajarse. Quizás... Quizás con esto Giyuu pueda...
. . .
Al principio estaba preocupada por Tustako, pero ahora al verla cantando, y lo más importante, verla calmando a Giyuu hace que la esperanza vuelva a mi corazón.
- Nee san... Aún no te relajes.
- ¿Eh?
Escuché a Shinobu decirme eso mientras se acercaba a mí, pero su vista seguía en Giyuu y Tusako.
- ¿Por qué dices eso, Shinobu? Tsutako san está...
- La técnica demoniaca de Giyuu no ha desaparecido – Shinobu me interrumpió.
- ¿Qué?
Al observar mejor el panorama, me di cuenta de que mi hermana tenía razón, esa gran esfera de agua seguía girando sobre su eje y lo peor era que seguía creciendo. Esto significa que, aunque Tsutako parece tener la situación bajo control, en realidad solo está retrasando lo inevitable.
- Shinobu... ¿Acaso la única solución es...?
- No... No lo sé nee san. Por primera vez no se me ocurre nada, nee san... tú no tienes algún plan o...
Shinobu se calló al verme negar con la cabeza, pude ver como las lágrimas amenazaban con salir de sus ojos por la tristeza de tener que acabar con Giyuu con nuestras propias manos, pero era algo que yo tampoco quería hacer, por lo que también sentía las ganas de llorar.
Si tan solo fuera más inteligente, si tan solo fuera más perspicaz, si tan solo...
- Aun no es tarde.
De la nada, Kanao se había colocado a nuestro lado y nos dijo esas palabras, ambas volteamos en su dirección al mismo tiempo para verla con un rostro decidido mientras sujetaba una jeringa en su mano derecha.
- ¿Kanao, dónde estabas? – Le pregunta Shinobu.
- Fui a dejar a Tamayo san en una casa para ocultarla del sol y le pedí esto.
Kanao nos muestra la jeringa.
- ¿Eso es...?
Si no mal recuerdo, esa jeringa contiene...
- Si nee san. Es la medicina para convertir demonios a humanos, le pregunté a Tamayo san si aún tenía más y me entregó está medicina.
Kanao camino por en medio de nosotras y sin quitarle la mirada a Giyuu nos dijo...
- Aún podemos regresar a la normalidad a Giyuu nii.
Con esas palabras mis esperanzas se volvieron más fuertes, si logramos administrarle esa medicina a Giyuu, es posible que podamos hacer regresar a la persona que se robó nuestro corazón.
- Bien – Shinobu nos habló – Tenemos que ser rápidas, todo segundo desperdiciado es un segundo más para perderlo.
- Si – Kanao le respondió mientras yo me acercaba a ella – Quizás Giyuu nii nos ataque, por lo que tenemos que crear una abertura.
- Pero en nuestro estado...
Shinobu iba a decir algo, pero lo que nos dijo Kanao a continuación nos dejó sin palabras.
- Utilizaré la postura final para acercarme.
- ¡¿Qué?! ¡¿Sabes lo que eso significaría?! – Le pregunta Shinobu.
- Si, pero si es para regresar a Giyuu nii a la normalidad, es un precio muy peque... ¿Eh?
Kanao se había sorprendido de que le había quitado la medicina de sus manos al estar cerca de ella. Y es que, aunque estoy de acuerdo de que la última postura de la respiración de la flor es ideal para este escenario, debo ser yo quien la implemente.
Al no poder usar más la marca de cazador, esto era lo último que me quedaba.
- ¿Nee san?
Tanto Shinobu como Kanao me miraban sorprendidas mientras que yo les sonreía.
- Kanao, esto es algo que debo hacer.
- Pero...
- Necesito que me ayuden, por favor.
- Nee san, si utilizas esa técnica, tu visión...
- Lo sé Shinobu, pero si lo hacemos rápido quizás no sea tan grave.
Shinobu seguía mirándome preocupada, pero el ruido de la tierra siendo partida en dos hizo que todas volteáramos hacia Giyuu y vimos como su esfera de agua ya era de un tamaño considerable.
- Bien, no podemos perder más tiempo – Nos dice Shinobu – ¡Andando!
- ¡Sí!
Shinobu y Kanao se adelantaron mientras yo me quede por unos segundos atrás.
Esto es por ti... Giyuu san.
- Respiración de la flor. Postura final: Ojo bermellón equinoccial.
Sentí una gran tensión en mis globos oculares, por un momento creí que mis ojos explotarían, pero después de que paso esa pequeña sensación comencé a correr detrás de mis hermanas menores.
- ¡Graaah!
Giyuu dio un fuerte grito al aire y giró su cuerpo para que ahora la técnica demoniaca nos apuntara a nosotras, al paso de dos segundos, esa esfera de agua fue lanzada hacia nuestra dirección. Las tres tuvimos que desviarnos mucho de nuestra trayectoria para poder esquivar ese ataque.
La esfera de agua dejó una gran marca en el suelo por donde pasaba, esta siguió de largo destruyendo todo lo que se encontraba en su camino, afortunadamente no hubo pérdidas humanas gracias al tiempo que nos consiguió Tsutako al calmar a Giyuu un poco.
Giyuu se preparaba para atacarnos y Tsutako seguía tratando de detenerlo, aunque ella detuvo sus brazos no pudo hacer lo mismo con esos látigos de agua y los seis fueron lanzados en nuestra contra.
- Respiración del insecto. Danza de la libélula - Ojo hexagonal compuesto.
Shinobu realizó una serie de estocadas para poder frenar dos de los látigos.
- Respiración de la flor. Segunda postura: Sombra honorable de la ciruela.
Kanao por su parte había dado giros para detener tres de esos látigos de agua. Ambas tuvieron que detenerse para bloquear en total cinco látigos mientras que yo las pasaba dejándolas atrás.
- ¡Tú puedes!
- ¡Adelante, nee san!
Podía ver todo mucho más lento que antes, sentía que no me movía tan rápido por la lentitud del entorno. Mientras tenía esta visión y ver a Giyuu parado por enfrente de mí, no pude evitar recordad todos los momentos que pasamos junto a él.
Recordé la primera vez que nos conocimos, recordé nuestra primera misión juntos, recordé cuando le pregunté si podía entrenarnos. También cuando lo acompañamos a esta aldea para conocer a su familia.
Las citas, las comidas, el entrenamiento. Incluso nuestra misión al distrito rojo y la terrible misión de Nagasaki, sin embargo, el recuerdo más hermoso que tengo fue cuando me rescató de las garras de Douma y me llevó entre sus brazos de regreso a la corporación.
Mis recuerdos fueron interrumpidos ante el último látigo de agua que se acercaba a mí, a poca distancia de que la filosa punta golpeara mi rostro yo ejercí un fuerte salto para pasar por arriba a los hermanos Tomioka.
Pude ver cómo tanto Giyuu como Tsutako voltearon hacia arriba para verme, mientras que yo daba un giro en el aire para poder acercar mi mano derecha al cuello de Giyuu.
Giyuu, sé que ya lo sabes, pero yo... nosotras... mi hermana y yo en verdad te amamos, es por eso qué...
- ¡Regresa con nosotras, Giyuu san!
. . .
Sentía que alguien me llamaba, lo que parecían susurros se alcanzaban a escuchar, yo, Tomioka Giyuu, me siento como si estuviera atrapado.
"Giyuu san"
Se que alguien me llama, esta sensación me es familiar. Quiero regresar a casa, quiero estar con todos, pero estoy muy cansado. Como quisiera regresar y comer salmón con rábanos con todos.
Estiré mi mano para regresar, en verdad yo quiero...
- Regresar no hará ninguna diferencia.
Una masa de carne se creaba alrededor de mi brazo y de esta salió un ojo.
- De que sirve regresar si ya todos están muertos.
¿Qué?
- ¡Así es! Tú los mataste a todos, ya no tiene sentido regresar.
"Giyuu"
No... Estas mintiendo, ellos me están llamando.
- No lo comprendes, tú eres el elegido, no solo superaste al sol, también regresaste en el tiempo.
¿Cómo sabes eso?
- Lo vi en tus recuerdos, ahora comprendo como sabias del lirio, también de Nezuko quien conquisto al sol, ¡Tú ya lo sabias porque lo habías vivido anteriormente!
¿Así que ya lo sabes?
- No todo, necesito más tiempo, pero... En verdad fuiste inteligente, esconder las dos cosas que más quería de mí.
Muzan...
- Por eso no puedes regresar, ¡Quédate aquí, hereda mi voluntad y conviértete en un Dios!
No puedo hacer eso.
- ¡No! ¡No te dejaré ir!
Muzan apareció de esa masa y comenzó a aprisionarme para impedir que me fuera. Detrás de Muzan, por arriba de mi campo de visión, unas glicinas aparecieron y en medio de estas había una luz.
Yo seguía estirando mi mano tratando de alcanzar esas flores.
- Si ese es caso, ¡Entonces me llevaré el secreto para viajar en el tiempo!
¿Qué?
- Si yo hago lo mismo que tú hiciste, entonces cambiaré este destino y yo me convertiré en un Dios.
Muzan hizo crecer su brazo derecho y estiro sus dedos para perforarme la cabeza.
- ¡Yo seré...! ¡Gah!
Muzan se detuvo a medio camino en su intento de reventarme el cráneo, al ver mejor lo que había pasado, me di cuenta de que un obi le había cortado el brazo derecho.
Era un obi que ya había visto con anterioridad, era de un color rosa fuerte y tenía unos patrones de flores negras de cuatro pétalos, también tenía unas pequeñas divisiones y líneas de color dorado opaco.
Este obi era el de...
- ¡¿Qué significa esto?!
- Vaya Muzan, que desagradable apariencia tienes.
Detrás de Muzan estaba apareciendo Ume, no puedo equivocarme, aunque ahora ella tiene la apariencia de una chica joven con cabello blanco, largo y despeinado, con flequillo desordenado y ojos de color azul hielo.
- ¡Daki!
- ¿Daki? Ese no es el nombre de mi linda hermanita ¿Eh?
Otra masa más salía detrás de Muzan y ahora esta tomaba la apariencia de Gyuutaro.
- ¡Ustedes! ¡¿Qué hacen aquí?! – Preguntaba Muzan.
- ¿Qué no es obvio? – Le responde Ume – Venimos a llevarte al infierno.
En cuanto Ume mencionó eso, Gyuutaro utilizó sus guadañas para cortar un poco de Muzan y separarlo de mí. Muzan se horrorizo al ver esto e intentó nuevamente agarrarme con fuerza.
- No te resistas, allá abajo es muy divertido ¿Eh?
- No ¡No! ¡Yo no pertenezco a ese lugar! ¡Yo me convertiré en un ser perfecto! ¡Yo...!
Muzan estuvo a punto de sujetarme nuevamente, pero ahora una mano lo tomó de su brazo y lo detuvo.
- No podemos dejarte hacer eso.
- ¿Akaza? – Muzan lo miraba sorprendido.
- ¿Akaza? ¿Quién es Akaza? Mi nombre es Hakuji.
La apariencia de Aka... digo de Hakuji también había cambiado, su cabello era completamente negro y corto. Sus ojos eran azules y sus pestañas eran casi del mismo tono de color cuando era demonio.
Hakuji dio un golpe a la masa que me rodeaba y eso me liberó aún más de Muzan.
- ¡Deténganse! ¡Ustedes me eran leales! ¡¿Por qué están haciendo esto?!
- ¿Lealtad?
Ahora apareció una joven de cabellos negros y ojos del mismo color.
- Tú nos gobernabas a base de miedo y nos desechabas a la menor oportunidad.
- ¿Mukago, tú también?
Muzan le pregunta a esta joven, mientras que ella solo le sonreía de una forma desafiante.
- Sabes – Ume se dirige a Muzan – Ahí abajo he hecho grandes amistades, y todos coincidimos en una cosa...
Ume tomó el rostro de Muzan entre sus manos mientras que con su obi seguía cortándolo para liberarme.
- Qué todos te odiamos.
Con eso ultimo que le dijo Ume, todos lograron finalmente liberarme de Muzan, mientras yo flotaba en el aire, ellos se estaban sumergiendo en la oscuridad.
- ¡NO! ¡LES ORDENO QUE SE DENTENGAN!
- Tú ya no nos das ordenes – Le responde Hakuji.
- ¡¿NO LO ENTIENDEN?! ¡SI LOGRO REGRESAR EN EL TIEMPO YO...!
En ese momento unos hilos blancos taparon la boca de Muzan y de entre las sombras emergió un poco la quinta luna menguante.
- Todos te estamos esperando Muzan, vamos a divertirnos como una gran familia.
Entre los cuatros jalaban a Muzan hacia la oscuridad y este se veía desesperado por librarse de ellos, pero al parecer era en vano. Poco a poco todos los demonios estaban desapareciendo, pero antes de hacerlo, algunos de ellos me hablaron.
- Muchas gracias, Giyuu – Hakuji me agradeció.
- Espero cumplas con tu palabra, ¿Eh? – Gyuutaron me advirtió.
- Gracias por vengarnos – Eso fue lo que me dijo Mukago.
La quinta luna, Rui, no me dijo nada, solo hizo un ligero movimiento con su cabeza antes de desaparecer, la única que quedaba era Ume y ella me miraba sonriente con un ligero sonrojo en su rostro.
- Giyuu san, la próxima vez que nos veamos... serás solo mío.
Con eso dicho, Ume desapareció en la oscuridad y lo único que quedaba era el brazo de Muzan mientras se sumergía en el abismo. Al desaparecer, yo solo miré con calma como me alejaba cada vez más de esa oscuridad.
- Hasta que nos volvamos a encontrar.
Les dije eso a todos antes de levantar la mirada y ver como ya estaba muy cerca de las flores de glicinas, mientras más me acercaba, más me deslumbraba esa luz. Por un momento la luz fue tan intensa que hizo que cerrara los ojos.
- ¿Giyuu san?
Logré escuchar como alguien me llamaba y al abrir nuevamente los ojos, pude darme cuenta de que estaba recostado en el suelo mientras varios de mis amigos y compañeros me estaban rodeando.
Podía ver muchas caras cansadas, unos estaban sonriendo mientras que otros estaban llorando, también me di cuenta de que había varias personas que no conocía o que ocultaban su rostro con la máscara características de los kakushin.
Finalmente me di cuenta de que esto por fin había acabado, Muzan había sido derrotado y ya no quedaba nada de él en este mundo, la guerra contra los demonios por fin se había terminado.
A diferencia de la vez anterior, ahora muchos de mis amigos lograron sobrevivir, ahora muchos de ellos podrán tener una vida pacífica y feliz. Quizás, yo también pueda por fin disfrutar de esa vida.
Y pensar que antes creía...
- Creía que todo el mundo me odiaba.
Sin querer pronuncié esas palabras y estaba a punto de retractarme cuando sentí la mano de Shinobu en mi mejilla izquierda.
- No seas tonto...
Shinobu me dedicó una tierna sonrisa mientras la luz del sol la alumbraba.
- A ti nadie te odia.
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